Zión llevaba horas en su cama, mirando a techo aburrido, en eso escucha que toca la puerta
-pase...- dijo sin voltear siquiera
-hijo, disculpa que te moleste, ¿pero puedes ir a comprarme unas cosas al mercado?- preguntó una mujer igual a Arianí, de unos 40 años
-sí, no tengo nada que hacer...- se levantó y tomó la lista de cosas junto con el dinero
Cuando salió de la casa, se encontró con Silver otra vez, tenía a un perro de la raza de Lobo Siberiano, que lo llevaba casi arrastrado
-¿yo te paseo o tú me paseas?- preguntó sujetando con fuerza la cadena del perro- vamos, Shaw. Tengo que ir al mercado, coopera...- pedía mientras el perro no quería
Zión vio eso y simplemente siguió su camino
-¿eh? Oye, ¿una ayudita?- Silver mira a Zión
-¿con el perro?- se giró a ver
-m-h...- asintió Silver, que ya estaba siendo arrastrado por el animal- ¡mi camisa es nueva!- gritó mientras intentaba dominar al perro
-sentado- Zión mira al perro con rostro serio, este se sentó, y dejó caer al pobre Silver
-me dolió- se sobó la cabeza el peliplata- gracias, nunca obedece...
-has caso, perro- Zión mira a Shaw como una amenaza más que como consejo u orden
Zión siguió caminando hacia el mercado, mientras notaba que Silver iban junto a él
-¿Quién sigue a quién?- Silver lo miró otra vez
-dije que no hicieras preguntas absurdas, ¿Cómo diablos voy a seguirte si ni me sé tu nombre?- había hablado mas de l oque había hecho con alguna persona a parte de su madre cuando le preguntaba por el colegio
-puede que quieras saber algo- hizo una pose tipo pensativa, con una mano en el mentón
-¿Cómo qué? Ya me estás molestando- Zión intentó ir más adelante, pero Silver lo seguía
-está claro, ahora quién te sigue soy yo- afirmó Silver
-eres molesto...
-y tú frío...
-¿me conoces?
-no
-¿en qué te basas?
-en que no parece que tuvieras sentimiento alguno- se encogió de hombros el platinado
Los dos se callaron, habían llegado al mercado y ambos tenían que comprar cosas diferentes, al menos pensaron eso
-harina, azúcar, aceite, huevos, leche, cereal y pan- ojeó la lista el más alto
-¡leíste mi lista!- señaló acusadoramente Silver
-enano, me estás sacando de mis casillas, ¡te insisto que no sé ni quién eres!- Zión comenzaba a perder la paciencia
-ya, perdón, no quería enojarte...- se disculpó mientras tomaba algunas cosas de la lista
-¿esto ya es demasiada coincidencia o es idea mía?- Zión tomó también las cosas de la lista
-brujería...- Silver hace un gesto exagerado, sólo bromeaba pero él mismo se echó a reír por lo tonto que se veía dese el espejo
-”qué idiota. Me hizo perder la paciencia, ojalá y se calle desde aquí”
Terminaron de comprar las cosas y se fueron del mercado, pero Silver otra vez tuvo que luchar con su perro, lo llevaba arrastrado
-¡ya basta!- gritó Silver sujetándolo con fuerza- ¡alto! ¡Obedece!
-si le hablas así nunca te hará caso, sé firme- Zión por primera vez abrió la boca fuera de que le hicieran alguna pregunta
-¿firme?- Silver mira a Zión- no creo que yo pueda hablarle así a un animal...
-intenta...
-bueno...- Silver se dirige a Shaw- quieto- lo miró con firmeza, pero no pudo evitar sonreír un poco, pues frente a un animal era inevitable para él
Shaw se le lanzó encima al pobre platinado y comenzó a lamerle la cara
-ya basta, sentado- esta vez si hizo caso el perro y se bajó de encima de Silver- aleluya que me hace caso...- se levantó del suelo y se limpió la ropa, junto con la cara
Zión simplemente volvió a caminar tranquilamente, como si fuera sólo. Silver lo siguió con Shaw por delante
...
Ambos llegaron a sus respectivas casas y entraron sin decir palabra, excepto Silver, que la dijo algo a Zión
-¡nos vemos en un rato!- entró a su casa con el perro y cerró la puerta
-”es verdaderamente molesto”- pensó Zión mientras dejaba todo sobre la mesa y subía a encerrarse en su habitación
Se quedó largo rato acostado con los ojos cerrados, como si durmiera, pero seguía despierto, entonces sintió unos toques en su puerta
-pase...- Zión se sentó en su cama y miró hacia la puerta, dejando ver a un peliplata sonriente, arqueó una ceja- ¿y tú qué haces aquí?
-se dice “hola”, maleducado...- hizo un leve puchero
-¿Qué haces aquí?- volvió a preguntar
-pues vine a conocer a mi frío vecino que vive a tres casas- Silver se encoge de hombros
-eres molesto, ¿nunca te lo han dicho?
-sí
-¿y qué tienes en mi contra?
-pienso que eres muy frío
-¿entonces qué sigues haciendo aquí?
-me das curiosidad
-¿Por qué no te vas?
-¿Por qué no me corres?
-yo hago las preguntas aquí- Zión le miró serio, Silver se echó a reír, le hacía gracia verlo enojado, no por nada, pero le divertía
-está bien, señor policía...- dijo Silver sin dejar de reírse
-no juegues conmigo- advirtió el pelinegro con una fulminante mirada
-no lo hago...
-pues parece
-¿sigues con el interrogatorio o me toca a mí?- sonrió divertido
-odio que me interroguen...- dijo Zión frunciendo el ceño
Hubo un momento de silencio total, en el que Zión pensó que se había ido, pues tenía los ojos cerrados
-hm...- Zión abrió un ojo para ver si estaba sólo o esa molestia seguía en su habitación- espacio personal...- Zión se arrima, ahora Silver se había acostado en su cama al lado suyo- ¿no entiendes la palabra “vete”?
-no, no la entiendo, ¿me la explicas?- bromeó el platinado
-me estás haciendo perder la paciencia, niño...
-¿niño? ¿Qué edad crees qué tengo?- lo miró algo molesto
-no lo sé...- Zión se detiene a mirarlo bien- unos 13 o 12 años...- Silver hizo un puchero y frunció el ceño, al mismo tiempo que una vena de su frente parecía explotar
-¡idiota, tengo 15 años!- dijo enojado
-idiota tu perro...
-deja en paz a Shaw- amenazó
-¿Quién es ese?
-mi perrito...
-patético...
-mastodonte...
-enano...
-¡edificio!
-¡¿Quién te crees?!
-¿Quién crees que soy?
-qué yo hago las preguntas
-¡entonces!- Silver se batió- ¡decídete!- se cruzó de brazos
-¿eh?- Zión arqueó una ceja
-¿hablas tú o hablo yo?- explicó Silver al ver la cara de idiota que tenía Zión, muy nueva en él
-ninguno. Fuera de mi habitación- señaló a la puerta y se volvió a acostar
Silver simplemente optó por quedarse sentado en la silla de la computadora, dando vueltas y tarareando una canción. La paciencia de Zión llegaba a sus límites con ese desconocido, ¿Por qué? Desearía que se fuera, entonces fue que se dio cuenta de algo: él había sido el único que no lo había evitado ni se había alejado de él, de hecho, parecía como si le simpatizara “qué estupidez” pensó amargado, sí, Silver lo tenía peor que un café
-¿Quién eres?- preguntó mirando a la ventana
-no te importa...- Zión desvió la mirada otra vez al blanco techo
-¿Cómo te llamas?- insistió
-déjame en paz...- lo volvió a correr con la mirada
-si tanto le molesto, ¿Por qué no me corres?- Silver tenía la razón, si te molesta algo, aléjate de eso y ya
-no soy así se malo...
-¿me dirás tu nombre?
-¿sabes hablar inglés?
-no, soy malo para ello...
-entonces no
-¿Qué edad tienes?
-¿Qué edad aparento?
-16
-tengo 12
-¡¿en verdad?!
-no, tengo 16
-tonto...
-no insultes
-mi amor...- bromeó
-no te pases...
-tonto
-¿ya está bueno, no?- Zión mira a Silver con muy poca paciencia- ¿no tienes nada mejor qué hacer?
-no...- negó con la cabeza el peliplata
-por Dios, déjame en paz...
-¡pues córreme!
-qué no soy tan maleducado para hacerlo
-lo hiciste con tu hermana
-es diferente
-¿Por qué soy desconocido?
-no, porque eres visita. Una molesta y fastidiosa visita...
-entonces podrías tratar de ser amable- Silver miró a Zión con la cabeza inclinada
-ahh...- Zión dio un suspiro de resignación- mira, cómo que ya te extrañan en tu casa...
Silver se dispuso a contraatacar, pero algo lo detuvo
-¡Silver!- lo llamaron desde abajo
-salvado por mi mamá- Silver sale de la habitación del moreno y se dirige a su casa, lo llamaban para que hiciera limpieza juntocon sus hermanas
-paz y tranquilidad- Zión apagó la luz, ya era de noche, decidió encender la tele, pero se quedó dormido al instante