Una semana después
-¡neeee~! Gaku-Chan nos crees que estas muy callado- su cristalina voz resonó en mis tímpanos.
Si me estaba hablando quería decir que el capitulo de su programa había terminado, estábamos en su casa, habíamos venido a pasar el rato luego de clases… además de que me había prometido prestarme un libro, el estaba sentado en el suelo mirándome detenidamente mientras yo estaba sentado en su cama con las piernas estiradas leyendo, sus grandes ojos azules me miraban con insistencia y preocupación era verdad llevaba bastante tiempo callado y pensativo, tal vez sea tiempo de decirle mis sentimientos.
-ne. Kaito-kun…sabes yo…
-¡ne! ¡Mis asquerosas y adorables ratas como están!
Maldita seas sakine meiko tenias que venir a interrumpirme en el único momento en que me estaba poniendo atención, o dios ¿Qué e hecho para merecer esto? ¿Acaso mate a una monja? Que pecado me aqueja para que me castigues con una amiga tan idiota e inoportuna.
La muy desgraciada estaba evitando mi mirada asesina como si nada, y en su lugar se dedicaba a molestar a MI kaito (autoproclamado).
-ya mei-chan déjame las mejillas- decía con pequeñas lagrimas en los ojos.
-ya ya es tu culpa por tenerlas tan esponjosas y estirables- la castaña solo se reía como una posesa.
- ya vasta bruja de los senos enormes- una venita palpitante era el único indicio de que esta enfadado.
- vaya la berenjena quiere pelea…atrévete a decirme así maldito- la castaña también había comenzado a enfadarse.
- Pues como quieras miss senos- la sonrisa arrogante y la mirada fulminante siguieron a esa pequeña venita palpitante.
- ¡Ho! ¿Que acaso estas celoso?- su voz burlona so oía como de costumbre.
- Si que mas quisieras tu maldita desquiciada.
- ¡aaah! Ya me arte…te arrepentirás maldito.
Para variar nos enfrascamos en una discusión inútil, me levante de la cama para discutir mejor con ella pero pronto comenzamos a tirarnos cosas, y estaba molesto con ella de verdad, si no hubiera aparecido en estos momentos kaito…mi kaito estaría echándose en mis brazos llorando de felicidad por poder tener mi amor solo para el… ya ya lo se muy fantasioso pero en mi mente así se desarrolla, la realidad es mas dolorosa, ya que a pesar de tener veinte kaito sigue sondo igual de inocente (idiota) que antes.
Kaito estaba desesperado, ya no solo nos lanzábamos almohadones y cosas pequeñas… estábamos a punto de llegar a la pelea de puños… que por muy mal que se viera era algo común entre nosotros y es que… a pesar de ser los mejores amigos… no nos soportábamos… con la castaña teníamos ese tipo de relación, sabíamos que teníamos mucho en común, sabíamos que nos agradábamos, pero a pesar de eso nunca podíamos estar mas de diez minutos en la misma habitación sin discutir, insultarnos o pelear… es frustrante…
En el momento que considero “peligroso” kaito se interpuso entre los dos, dando por resultado que nuestros puñetazos lanzados al rostro contrario terminaran a un centímetro de estrellarse en su rostro, ante tal acto los dos nos enfurecimos, y lo que en su pasado fue una discusión entre meiko y yo ahora era un gran sermón contra kaito.
-¿eres idiota? ¿Qué hubiera pasado si no nos detenemos y te golpeamos?- meiko sonaba a una madre enfadada por las travesuras de su hijo.
-kaito eres muy irresponsable, estoy descuerdo con la señorita senos… podíamos haberte hecho daño…-sentí la mirada fulminante de mi amiga sobre mi pero yo solo desvíe la mirada.
-ya ya pero se calmaron y no me dañaron ¿o si? – su voz sonaba tan tranquila que nos relajo al instante.
Diablos, desde que lo conocí y comencé mis discusiones y peleas con meiko que siempre usa la misma maldita fulana frase para calmarnos y lo peor de todo es que después de cuatro largos años la misma sonrisa idiota las mismas palabras y la misma confianza nos calma como canción de cuna a fieras con rabia.
Meiko y yo suspiramos resignados, estamos totalmente concientes de que nos hubiéramos matado el uno al otro hace mucho si no estuviera kaito siempre hay para controlarnos, desvío la mirada de ambos e intento calmarme un poco, aun estoy enojado con meiko, y veo que en el televisor comienza otro de los programas que le gustan a kaito, realmente no se o mejor dicho no recuerdo cual es ese, el nombre es largo y raro para mi gusto, pero a kaito le fascina, suspiro nuevamente probablemente ya esta pegado al televisor como un niño pequeño, y al mirarlo se que no me e equivocado solo que esta vez meiko le acompaña y se muestran bastante felices cantando el opening.
Si yo pudiera ser como los protagonistas de esas series, valientes gallardos y sin miedo al rechazo, ¡AH! Pero que estoy diciendo ¿desde cuando mi autoestima se fue al drenaje de esa forma? Es patético de mi parte el querer ser un personaje de ficción, pero es que esos malditos dibujos tiene la vida resuelta ya que a pesar de todo el dolor que pasan siempre terminan felices y con la persona amada, y yo aquí… enamorado de un cerebro helado siendo interrumpido por señorita “comí mucho pollo por eso mis enormes senos”.
Suspiro una vez mas, e estado media hora mas viéndoles ver la TV, estoy recostado en la cama de kaito leyendo el mismo libro y frente a mi en el piso están ambos riendo y gritando de desesperación antes las escenas de lucha, suspiro nuevamente, parece que desde hace cuatro años es lo único que se hacer, suspirar en vano dejando que mi juventud belleza y felicidad se vallan al caño.
Luego de un tiempo me doy cuenta de que desencajo en gran medida en el lugar, no estoy haciendo nada productivo, y aunque me encanta recostarme en su cama con un libro en manos aspirando el aroma que su cama desprende tan propio de el (huele a vainilla) no puedo seguir hay sin nada que hacer, por lo que me levanto lentamente de la cama, notando que mi coleta se a soltado un poco, lo cual me molesta de sobre manera, siempre e llevado el cabello en extremo largo me gusta y creo que me va, pero nunca me a gustado tener el cabello suelto, por lo que generalmente siempre lo llevo en una coleta, o si estoy en casa descansando lo llevo en una trenza suelta pero jamás lo e llevado suelto mucho tiempo, por lo que con resignación deshago el nudo del lazo que llevo en el cabello para volver a acomodarlo, sin embargo al instante siento la mirada azul de kaito sobre mi.
Me mira tan fijamente que es increíble que no le este poniendo atención al televisor, por lo que me cohíbe bastante ser el centro de su atención (como se abran dado cuenta no suelo serlo) por lo que me apresuro aun mas en acomodarme el cabello y cuando lo tengo sujeto de nuevo vuelvo a mirarle, y esta vez me encuentro con un infantil puchero y las cejas fruncidas.
-nunca e logrado entender por que gakupo siempre lleva el cabello tomado… es lindo, deberías dejarlo suelto de vez en cuando.
Sonrío ante aquel halago, los cuales casi nunca escucho por que luego de decirlos se sonroja como un tomate y comienza a tartamudear intentando corregirse… como ahora lo esta haciendo.
-ah…no…. Yo no etto… si el cabello de Gaku-chan es lindo para ser el de un chico yo solo decía que…- empezaba a ver el humo que salía de su cabeza por el esfuerzo de excusarse.
-esta bien… ya me lo han dicho en el pasado, no hay tienes por que sentirte cohibido… aunque lo ultimo también lo escucho bastante por desgracia…- en estos momentos las palabras depresión y resignación deben estar escritos en mayúscula en mi rostro.
-¿a que se refiere Gaku-chan?
-se refiere a que cuando tiene el cabello suelto por lo general le confunden con una mujer- dijo meiko sin despegar la vista del televisor en ese tono de voz suyo lleno de sarcasmo y burla.
Ho si… esa es la razón por la que no me gusta llevar le cabello suelto, soy alto y tengo un buen físico, pero con ropa ve veo bastante “¿delgado?” o con palabras de meiko para fastidiarme “delicado”… por lo que cuando llevo el cabello suelto a pesar de mi altura siempre… y recalco… SIEMPRE aparece un tipejo raro que me confunde con una mujer e intenta ligarme… es desesperante y lo peor de todo es que la maldita de meiko lo sabe por que un día paso justo cuando estaba con ella.
Flash back
Caminaba junto a meiko a casa, estábamos en tercero de preparatoria, y ambos veníamos de nuestros respectivos clubs… yo del de kendo y ella del de música, kaito no nos acompañaba por que había tenido que ausentarse por que estaba enfermo, y habíamos tenido que soportarnos todo el día… estábamos hasta el borde, por lo que decidimos pasar a algún lugar de comida rápida a comprar hamburguesas y batidos, claro esta yo invitaba… ese día había decidido ducharme en el colegio, ya que luego de las practicas había terminado hecho un completo asco, llevaba el cabello suelto ya que estaba mojado.
Caminábamos por el centro yo llevaba puesto un suéter algo ancho y largo para mi, pero la verdad me gustaba bastante, junto con los pantalones a cuadrille de la escuela, meiko solo iba con la camisa la corbata masculina que suele usar iba medio suelta y la falda, su suéter lo llevaba sujeto en las caderas.
Estábamos discutiendo, típico de nosotros, ya que de un momentos a otro meiko quería pizza, sin embargo pronto sentimos como alguien se aproximaba a nosotros, y pude sentir a alguien a mis espaldas (en esa época no era tan alto como lo soy ahora) y al girarme debo levantar el rostro ya que el sujeto era un gorila enorme como de dos metros.
Meiko y yo dejamos de discutir y de movernos, solo le observábamos y pronto nos dimos cuenta que junto a el había otro sujeto mas bajito pero este parecía mas un pescado que nada, en fin los tipos eran bastante poco “agraciados”, el mas alto nos miro a ambos y sonrío de una forma que a mi me pareció espeluznante.
-e chicas no deberían discutir en la calle- su sonrisa retorcida en un intento por verse seductor nos causo escalofríos a meiko y a mi.
-las chicas lindas deberían comportarse un poco mejor…- su amigo con cara de pescado dio un par de pasos a nosotros y nos guiño un ojo cosa que nos causo un retortijón de estomago.
¿Chicas?...
-e que les parece ir con nosotros al karaoke ¿no seria buena idea? la pasaremos genial- eso primero sonó a afirmación y orden.
Meiko y yo nos miramos de reojo…era claro… ambos estábamos igual de fastidiados.
Pronto el gorila comenzó a hablar con su amigo pez y nos ignoraron del todo estaban discutiendo por algo por lo que meiko me hizo una señal y yo asentí comprendiendo al instante.
Nos escabullimos lentamente intentando alejarnos de ese par. Sin amargo el grandote gorila se dio cuenta de nuestras intenciones y me tomo fuertemente el brazo, y me acerco a el, se agacho un tanto (era enorme y yo me veía pequeño a su lado) y dejo su rostro cerca del mío, sonrío una vez mas y se giro para hablar con su amigo.
-ne. Kenji quiero a esta, es plana y todo pero tiene linda cara y el cabello es tan largo como me gusta- dijo sonriendo a su amigo para luego arrástrame con el.
En ese momento lo que se me había pasado por alto vino a mi como una luz al final del túnel, este maldito desgraciado mal nacido me había confundido con una maldita mujer… ¿recuerdan que mencione mi funesta personalidad y mi facilidad para enojarme?, pues bien esta vez tuve una de las peores rabietas que e tenido en mi vida, torciendo un poco el brazo logro zafarme del gorila para luego tomarle del brazo empujarlo hacia adelante agachándolo y encestarle un puñetazo en todo el rostro que lo dejo aun peor de lo que ya era, el tipo quedo KO en el piso y su amigo cara de pescado me miro con algo de miedo en ese momento mi lengua venenosa se desato y comencé tirar mi veneno sin medirme siquiera.
-¡¿QUIEN TE CREES QUE ERES PEDASO DE BASURA?! COMO TE ATREVEZ A CONFUNDIRME CON UNA JODIDA MUJER ES QUE ERES SIEGO O QUE, NO TE CREAS LA GRAN COSA QUE ERES HORRENDO NINGUNA CHICA TE QUERRA NUNCA PEDASO DE BASURA- para esas alturas ya estaba con mi pose arrogante de siempre (brazos cruzados en el pecho y la frente en alto mirándoles desde “arriba”) además de tener mi pie sobre su pecho.
Todos a nuestro alrededor comenzaban a murmurar cosas, y lanzar exclamaciones ya que de un puñetazo había derrumbado a alguien técnicamente el doble de grande de lo que yo era, meiko de alguna u otra forma se mantuvo seria todo el tiempo y con una mirada de “yo le enseñe lo que sabe”, el cara de pescado salio corriendo apenas me fije en el y comencé a caminar en su dirección, y una vez se fue tome a meiko del brazo y me la lleve a rastras, una vez que estuvimos lejos en un parque ella comenzó a reírse de forma estruendosa tomándose el estomago.
-jaajajajaj te… jajajaja confundieron jajajajj con una mujer!!!!!! Jajajajajaajajja que serias ¿gakuko? Jajajajaajajajaajaj my… my lady!!!! Jajajajajaajajja – ya prácticamente lloraba de la risa.
Luego de eso discutimos por bastante tiempo, y quedamos en acuerdo de que ese día nunca paso y kaito nunca se enteraría.
Fin flash back
Kaito me miraba sorprendido mientras yo mataba con la mirada a meiko quien ni se inmutaba y se dedicaba a mirar el televisor.
-¿eso es verdad?- kaito se oía extrañamente curioso y expectante, cosa rara ya que si estaban dando sus programas nunca ponía la menor atención en mi.
Una vez mas suspire, pero esta vez fue derrotado, como desmentirlo si meiko ya había soltado la lengua.
-para mi desgracia es cierto…ese capitulo de mi vida aun no es borrado- el aire depresivo que me rodea parece materializarse.
-vaya… gaku-chan realmente es lindo- me sonríe tiernamente y yo siento las mejillas rojísimas, ¿es que no se da cuenta de lo que sus palabras causan en mi?
¡Ah! Gakupo contrólate, no puedes comportarte como una colegiala ya tienes veinte y estas en la universidad, contrólate, pero… se ve tan tierno con esa sonrisa en su hermoso hermoso rostro, casi quiero saltarle encima y abusar de el de todas las formas posibles ¡¡kyaa!! No no fuera pensamientos impuros, por que debe ser podidamente lindo, a veces siento que me va a dar una hemorragia nasal lo suficientemente grande como para mandarme al hospital
-si es bastante lindo lo suficiente como para que su madre le vistiera de niña en varias ocasiones, eso creo si recuerdo bien paso hasta los ¿siete u ocho años?- meiko seguía mirando la tele, y su voz se oía aburrida y distante.
-¡¡Wa!! ¿Mei-chan es verdad?- los ojos de kaito se iluminaron.
-si es verdad yo misma vi algunas fotos y debo decir que le sienta mas ser mujer- desvió parcialmente la mirada a kaito para luego volver al televisor.
-Yaa maldición meiko deja de escuchar las idioteces de mi madre ¿acaso tu también me recriminaras el ser hombre?, realmente no se puede con ustedes estoy seriamente considerando cortarme el cabello si con eso dejan de compararme con una mujer- me levanto furioso, tomo mi bolso y me largo sin siquiera despedirme.
Rayos… estoy furioso y frustrados, y el que kaito se mostrara entusiasta ante esa idea me a dado un golpe al estomago enorme, ¿es que todos me ven de esa manera?... pues lo siento soy hombre y siempre lo seré aunque eso al resto le mosquee… suspiro derrotado, una vez mas, y observo la casa de kaito desde lejos, ¿si fuera mujer tu me darías una oportunidad?...
Reinicio mis pasos para volver a mi casa, debo estudiar para un examen y e gastado mi valioso tiempo escuchándolas idioteces de kaito y los insultos de meiko… amo a ese idiota… pero realmente sabe tan bien como meiko como sacarme de mis casillas, esto si no se los perdonare, la castaña traidora me había prometido no hablar de ese tema frente a kaito y es lo primero que hace ante la oportunidad de… y kaito… el que me llamara lindo y el que se viera ilusionado con la idea de verme de mujer… me a destrozado de una forma u otra, el que meiko o mi madre lo digan es algo a lo que estoy acostumbrado, pero pensar que kaito me prefiere de esa forma, me da a entender que nunca seré nada para el… realmente la vida no es como en los animes… el dolor es real, y no siempre obtienes el happy end que deseas junto a tu persona amada.
Voy llegando a casa, y al entrar soy recibido por los brazos de mi pequeña hermana, quien me mira con algo de curiosidad cuando levanta el rostro para saludarme.
-onii-chan… ¿Por qué lloras?
¿Eh? ¿Estoy llorando? Levanto mis manos y las acerco a mi rostro pasando los dedos por mis mejillas, es verdad están mojadas, estoy llorando, pero ¿Cuándo? Observo que gumi se encuentra preocupada, ella siempre tan protectora, le sonrío de forma radiante y le acaricio el cabello para luego decirle “no sucede nada”, me descalzo los zapatos y me voy a mi habitación, al parecer la nueva noticia en mi mente me a dejado trastornado, y no es para menos ya que acabo de darme cuenta de que no importa lo que haga el siempre parecerá ignorarme a menos que tenga senos y útero.