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Different names for the same feeling~ por Mellark

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Notas del capitulo:

Segundo shot~

Éste es algo más cliché >.<

No soy tan así a la hora de escribir, pero se apegaba a la canción.

Deleiten su oído con ésta canción de mi querida Avv, http://www.youtube.com/watch?v=eGkC_R4T3FA

n.n

Me levanto en la mañana y me pongo la cara que me acompañará por el resto del día.

Miro mi reflejo en el cristal y sonrío sarcástico, ya ni siquiera me importa como me siento por dentro, hay veces en las que pienso que la vida es como un juego.

Me visto con lo primero que encuentro, incluso he perdido mi sentido de la moda.

Salgo del departamento con un termo medio lleno de café y la cabeza media vacía, no tengo ganas de nada.

El día afuera está gris, las nubes son de ése tono y el cielo un poco más oscuro, es un día frío y lúgubre, creo que hasta influyo en el clima.

Tomo el bus hasta el colegio, el puto colegio que tanto odio y me desespera.

No hay lugar más hipócrita, falso y repugnante que ésa cárcel a la que me obligan a asistir desde hace tres años.

Durante todo el ciclo escolar, todos hablan mal de todos, todos se tiran mierda y procuran la caída del prójimo...¡Ah! Pero, al final de ciclo, en la graduación, resulta que todos se aman y son los mejores amigos del mundo.

Patético y repulsivo.

No tengo amigos, ni uno, ¿por qué querría relacionarme con gente tan estúpida como los que me rodean? No, gracias.

Mis únicos amigos son mis libros, mis audífonos y mi reproductor musical, no necesito más.

Mi día se reduce básicamente a levantarme, arreglarme, desayunar a medias, llegar al instituto, verme rodeado de todos ésos hipócritas arrogantes, terminar las clases, volver a casa, leer más, ver alguna película, dormir y repetir todo al día siguiente.

Excepto cuando mis ojos tienen la bendición de ver al único ser sincero y bueno de todo éste grupo de basura.

Él, ése chico que hace mi cabeza dé vueltas y mi estómago se revuelva, el único que me hace balbucear como idiota y me hace tropezar con mis pies.

Su nombres es Choi Minho y está en mi curso.

Es alto, un poco más que yo, con enormes ojos que hipnotizan, unos labios preciosos y, seguramente, deliciosos y una voz que jamás me cansaría de escuchar.

Pero sólo lo veo de vez en cuando, él es un chico muy popular y siempre está rodeado de gente, son pocos los días en los que me cruzo con él, a pesar de vivir en el mismo edificio que yo.

Parece que hoy será uno de ésos día, ya que la mitad de mi salón está ausente, por culpa del mal tiempo, dicen.

Me siento en la banca del fondo, como siempre, y observo por la ventana las nubes, se ven cargadas de agua y el viento las empuja unas contra otras, estoy casi seguro que lloverá.

—¿Te gustan los días nublados?

Ésa voz, ésa preciosa voz que protaniza muy sueños más cursis que los de una quinceañera.

Levanto la mirada y ahí está él, con su insoportable perfección en cada parte de sus 181 centímetros.

—Un poco—comento, tratando de no titubear—Son más interesantes que los días soleados.

Él ríe y siento que me desmayaré, lo había escuchado reír, pero ni en mis más locos sueños creí que podría llegar a hacerlo por algo que yo dijera.

—Pienso que hay belleza en ambos—dice y se siente en el pupitre contiguo—Aunque prefiero los días soleados, puedo salir a entrenar.

Sonrío, es un chico sencillo, a pesar de todo, y sabiendo que es uno de los chicos más populares del instituto.

—Siempre te veo aquí sólo—me mira a los ojos y siento cómo mis piernas se hacen gelatina—¿Los demás no te agradan?

Bufo y miro mis dedos entrelazados. Ojalá fuera tan sencillo de explicar...

Bueno, lo es. Pero no puedo hablar si él está aquí, junto a mí, con toda su belleza entorpeciéndome.

—Simplemente no me acoplo con los demás—contesto, ocultando mi nerviosismo—Soy diferente.

Él sonrió y lleva su mano a mi barbilla.

De acuerdo, definitivamente estoy derritiéndome.

—Eres bonito—suelta y acaricia mi mentón con su pulgar—Muchos dicen que eres como una Venus Atrapamoscas—arqueo mi ceja, sin entender la comparación—Hermoso pero peligroso.

Suelto un suspiro, ¿él piensa que soy hermoso? ¿Le parezco atractivo?

Oh, en verdad.

—G-gracias—tartamudeo mientras él retira su mano y la pasa por los caireles que se le forman en los cabellos más largos.

Me muestra una brillante sonrisa y se levanta del asiento.

Ésa fue mi primera conversación con él, más no la última.

Después de ése día, se acercaba a mí más seguido, incluso una vez fuimos equipo para la clase de Historia.

Mi vida parecía mejorar y todo se debía a ése hermoso ser que había tenido la bondad de hablarme, estaba enamorado y lo sabía.

El baile de otoño se acerca y no pienso ir por nada del mundo, he oído por ahí que Minho llevará a la tal Krystal con la que todos le han visto, así que no quiero torturarme viendo cosas que no son buenas para mi integridad emocional.

—¿Irás al baile de ésta noche?—me pregunta y yo niego con la cabeza—Pero, ¡será muy divertido, Kibum!

Sigo negando y lo miró, él tiene un hermoso puchero en sus rosados labios y no puedo resistirlo.

—Tal vez vaya un rato—me rindo y él sonríe preciosamente mientras me abraza y yo contengo la respiración al sentir su pecho contra el mío.

—¡Gracias!—dice animado—Prometo que la pasarás genial.

Bufo resignado, ¿en verdad me gusta tanto cómo para ir a ése estúpido baile? Me respondo a mí mismo con un rotundo "sí".

Ésa tarde, me dedico a escoger mi vestuario, pero nada me convence.

Me doy por vencido y termino por encontrar ése cajón con ropa que no usaba desde hace tiempo, lo había decidido al cambiarme de escuela.

Ésas ropas coloridas sólo me recordaban mi antigua ciudad, mi antigua vida y mi antigua felicidad.

Suspiro y siento como si la ropa me hiciera ojitos para que me la ponga.

Me resigno y busco algo que me quede aún.

—Bingo—digo al hallar la blusa negra con estoperoles doradas que usé el día en que me proclamaron el chico más lindo del instituto.

Cojo unos vaqueros de mezclilla y me visto rápidamente, aún me sientan perfectamente bien y me veo mejor que hace años.

Me paro frente al espejo y una traviesa lágrima corre por mi mejillas; casi parezco el Kibum que era antes, decido hace algo que no hacía desde hace dos años, maquillarme.

Tomo el delineador, la BB cream, el brillo de labios y el rubor y me siento en el tocador, por suerte, aún recuerdo cómo usar todo y, en unos minutos, estoy más que precioso.

El problema es mi cabello, ya no es castaño con colores como antes, lo he teñido de un rubio pálido y no se cómo usarlo, pues está rizado en las puntas.

Miro mi reflejo y tomo un poco de mousse, juego con mis cabello hasta dejarlo con un aspecto bueno, suspiro y me miró por enésima vez en el espejo de cuerpo completo, satisfecho conmigo mismo.

Salgo de mi departamento con la cabeza en alto y tomo un taxi, por nada del mundo llegaría al baile en autobús.

Cuando por fin estoy ahí, todos me miran, es extraño, jamás me habían notado antes y ahora todos murmuran sobre lo asombroso que me veo.

Entre la multitud, diviso a la tal Krystal Jung, pero no está con Minho, está con ésa chica que parece chico, Amber, y se les ve muy divertidas juntos.

¿Dónde estará? ¿Acaso no vino?

Miro hacia todas partes, buscándolo, pero no veo nada.

Mis ojos escocen, seguro no vino porque no quiere verme, y me hice la película yo sólo.

¿Cómo un chico cómo él podría fijarse en alguien como yo? Estúpido Kibum.

Empujo a la gente que entra en mi camino hacia la salida y entonces, choco con un chico con una camisa roja de cuello V.

Al levantar mi vista, veo ése precioso rostro, y sonrío a la par que me estremezco.

Es como si las paredes a mi alrededor desaparecieran y sólo estuviera él frente a mí.

Me siento desprotegido, desnudo, como si él estuviera viendo en lo más profundo de mi alma.

Y no me molesta en lo absoluto.

—Viniste—dice con una sonrisa.

Lo miro a la ojos y meto mis manos en mis bolsillos del pantalón.

—No me lo perdería.

Sonríe aún más y entrelaza su brazo con el mío, llevándome hacia el centro del baile, justo en el momento en que una canción lenta comienza.

—¿Bailas?

Debe estar bromeando. Digo, me encantaría bailar con él, y amo bailar pero ¡estamos en el jodido baile! Y además, ¡somos dos chicos! Sin contar que él es el más popular y yo el menos conocido.

—Pero, ¿no crees que sería extraño?—pregunto, bajando la vista y con las mejillas sonrojadas—Digo, todos los que están bailando son parejas, de un chico y una chica y...—

No consigo hablar, ya me tiene tomado de la cintura y ha puesto mis brazos en su cuello.

—Creí que querías ser diferente—dice en mi oído y tiemblo, es demasiado bueno.

Aferro mi agarre en su cuello y me muevo con él, al ritmo de la canción y sintiendo como si mi corazón fuera a estallar.

Nunca me había sentido de ésta manera, estoy totalmente atrapado en sus ojos y su preciosa sonrisa.

—Me gustas.

Mis ojos se abre a más no poder, mientras él sonríe y me besa la mejilla.

—¿No bromeas?—digo, con la voz temblorosa.

Me acerca más a él y susurra con mi boca :

—Si bromeara, no haría ésto.

Y, entonces me besa, pasando suavemente sus labios contra los míos, como un caricia. Sus labios son suaves, justo como los imaginé, pero se siente mil veces mejor tenerlos succionando los míos.

Nos separamos y el pasa su pulgar por mi mejilla, me doy cuenta que estoy llorando.

—Espero que sean de felicidad—dice contra mi cara—No me gustaría pensar que es porque beso fatal.

Río y besó sus labios, muy tiernamente y por unos segundos.

—Me haces feliz.

Vuelve a tomarme de la cintura y seguimos bailando.

Jamás he estado más feliz en toda mi vida.

Notas finales:

Ésto terminó siendo lo más cursi y cliché que he escrito >.<

Aún así me agradó mucho~ n.n'

 


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