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Cambio de planes por Bellenoir

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Notas del fanfic:

SUpongo que le podría llamar el primer fanfic...
El primero que tengo intenciones de terminar.
Sean indulgentes conmigo, no suele sobrarme mucho tiempo.
De todos modos, Luki y su complementario siempre me han gustado.
Y planeo untilizar mi tiempo de vacaciones para terminarlo, así que espero que esto sea rápido y que quien lo lea lo disfrute, a pesar de lo liviano de su temática, preferí dejarlo así.

Au revoir.

Notas del capitulo:

Derp.

Quizá esté un poco corto, Derp.

Por ahora seguiré a Luki a través de la historia.

Derp.

Un día normal, sí.

El despertador, estridente como nunca hizo dar un brinco al corazón del muchacho que, hasta entonces, dormía plácidamente en su cama, que ante un día frío como aquél, le parecía un oasis en un desierto helado.

A pesar del sueño que llevaba, aquél prometía ser un día muy ocupado, así que Luki se decidió a levantarse de inmediato, y a medida que estiraba su cuerpo, le vino la agradable sensación de sus músculos reactivándose. El chico procedió a vestirse rápidamente, resintiéndose ante el cambio de temperatura y mirando con lástima la confortable cama que dejaba atrás.

Luka le había preparado amablemente el desayuno, que a pesar de simple, no dejaría nunca de agradecer, se despidió de ella antes de salir a la calle, dirigiéndose, con su bajo en la espalda, hacia casa de una amiga donde habrían de practicar con su proyecto de banda y, con un poco de suerte, se atrevería a cantar por fin. Sí, éste prometía ser un gran día.

Poco se enteraba él de que alguien lo esperaba impaciente.

Luki caminaba escuchando su música, tranquilamente, sonriente, con ganas de bailar, de hecho, aunque estuviese a punto de entrar en el concurrido espacio que significaba el metro, seguía caminando animosamente.

Y entre el tumulto una pequeña mano se extendió y tironeó suavemente de su ropa.

Pero Luki no se dio cuenta, y bajó las escaleras para adentrarse en el oscuro túnel, y luego entre la gente.Y la pequeña mano se quedó ahí, anhelando aquello que perdió, hasta que desapareció entre la gente junto con un suspiro decepcionado.

-Tan puntual que seas, podrías dejarme dormir un poco más alguna vez – Recibió a Luki la voz de una chica, de cabello corto y verde, algo desordenado, igualmente su ropa. Tenía un aire de “Me vestí para venir a abrirte la puerta, sí”

-Y tú podrías recordar tus compromisos. Los otros dos no deberían demorar en llegar, Gumi.

-Anda, entra. Enchufa el bajo y el micrófono si quieres, mientras voy al baño.

-Okay, pero deberías al menos tener algo de comer – Gumi lo ignoró, y luego de dar un suspiro Luki entró a la casa, dirigiéndose a la habitación vacía que usaban como sala de reuniones y ensayos en los días en que las ausencias de los padres de Gumi coincidían con el tiempo libre de los chicos: Gumi, Akaito, Len y Luki.

Eran reuniones agradables, donde hablaban del pasado, planeaban imposibles para el futuro y reían entre uno que otro ensayo, porque iban a ser grandes artistas, y debían ensayar, aprender a tocar mejor que nadie, y entonces componer y viajar por el mundo. Esa era la idea, y la verdad Luki intuía que ninguno se lo tomaba con real seriedad. Sabían que era una fantasía, pero… Podían pasársela bien compartiendo sus sueños, que en el fondo se resumían en los deseos de huír de las reglas, romper aquello que se esperaba de todos, romper el silencio reglamentario en un grito al que todo el mundo se sumaría… Sí, un gran sueño.

Pero al final, a eso de las 19:00 ya era la hora prudente para despedirse, y al final Luki no se había atrevido a cantar en frente de sus amigos.

Akaito le dio un fuerte apretón de manos y Len se despidió de él haciendo sonar su batería con una sonrisa. Luki se despidió finalmente de Gumi acariciándole la cabeza mientras le regañaba para que despertase a tiempo la próxima vez, y luego se alejó del lugar, cansado pero feliz, tenía más música para acompañarle.

El tren de las 19:30 llegaba a la estación, y Luki bajó para dirigirse a su casa.

Unas pequeñas manos hojeaban un libro, hasta que se sobresaltaron por el sonido del tren acercándose y se apresuraron a subir las escaleras que llevaban hacia la calle.

Luki las subió con calma, la gente ya no era tanta y se respiraba un aire más calmo. Sábado y atardecía, y el rojizo del cielo le dio el impulso de sacar su teléfono para fotografiar el contorno de los árboles contra el bermellón del firmamento.

Las manos blancas,  tomaron valor y se acercaron nuevamente, y tironearon con un poco más de fuerza la ropa del muchacho de cabello rosa, que se sobresaltó. La foto casi se arruina.

-Qué…¿Qué? – Se le oyó decir, desconcertado.

-Ehh…. – Luki vislumbró a un chico, de unos 17 o 18 quizá, que lo miraba nervioso.

-Uhh… ¿Pasa algo? – Se quitó los audífonos, por si acaso se había perdido algo.

-Necesito… ¿Puedes…? – El chico parecía muy dubitativo, y de alguna manera Luki adivinó hacia dónde quería llegar. El cambio fue brusco, eso sí, cuando el peliverde pareció decidirse, y con sus pequeñas manitas agarró con fuerza la ropa de Luki, - Necesito que vengas conmigo. – Dijo, claro y fuerte, y se llevó al mayor con él hacia un lugar un poco más apartado, mientras el cielo se apagaba.

El chico con pelo de menta miró al cielo por un momento, y Luki se sintió incómodo e impaciente. No tenía idea de qué hacer en esa situación, así que se limitó a esperar. Esperar y pensar, impacientarse y pensar, pensar en la hora, pensar hasta que las palabras rompieron su hilillo de conciencia de manera abrupta, y hasta sintió un pequeño rubor inesperado en el propio rostro.

-…Creo… Que me gustas. N…No quiero que pienses que es asqueroso ni nada, no pienso… Hacer nada. Sólo… quería…d…decirlo.- El chico estaba rojo hasta las orejas, y mientras más extrañado le miraba Luki, peor parecía. -  No me conoces… Sé que es raro… pero… yo… 

“Vaya, qué día más extraño resultó ser ése. No lo hubiese imaginado”

Notas finales:

No lo he editado ni revisado, quiero irme a dormir =^=
De todos modos, creo que está bien.
Nos leemos, entonces. Espero, en serio, que a alguien le parezca interesante ver en qué desenlaza todo esto.
Si ha alguna sugerencia, la leeré con gusto.

Aiosh.


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