Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

[SeTao-KaiLu] ¡Devuélveme mi cuerpo! por Ire-Rei

[Reviews - 73]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, iba a actualizar mañana pero es que HA PASADO LO DE TAO Y YA PUES ENTENDEDME, ME DIO EL SUBIDÓN XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD TENÍA QUE ACTUALIZAR HOY PARA CELEBRARLO...

 

Para quien no se haya enterado todavía, hoy Tao le dio a "me gusta" -sin querer- a un post en Weibo que era un fanfic TaoHun smut LOL XD pobre...bueno, no nos riamos que ha metido la pata y luego escribió algo en plan "no tengo ganas de explicar nada"...me da penita :( pero bueno, el caso es que el post no tenía ningún tag que fuera "tao" ni "zitao" ni nada...el único tag era "taohun", así que tenía que estar buscando en ese tag LOOOOOOOOOOOOL

 

EL SETAO ES REAL~~~(?) <3333333

-¿Listos? – Preguntó Tao mientras cogía sus llaves. Sehun y Luhan asintieron y, muy sigilosamente, salieron de la casa sin que los demás se dieran cuenta.

No era demasiado temprano pero tampoco muy tarde, por lo que ninguno de sus compañeros se habían despertado todavía y aprovecharon para ir a visitar de nuevo a la señora Jo SooRi. Habían tenido que esperar tres días, pues entre unas cosas y otras no habían podido escaparse antes, además de que los chicos parecían muy pendientes de ellos. Igualmente cuando volvieran ya todos se habrían despertado y, si no les llamaban antes al móvil, les acribillarían a preguntas nada más cruzar la puerta de la casa.

Al poco rato llegaron al lugar. Tao se quedó mirando la puerta y el cartel de bienvenida que era, cuando menos, llamativo y hortera.

-Qué sitio más raro… - Murmuró.

-Pues verás por dentro. – Rió Sehun. – Vamos, antes de que nos vea alguien.

Los chicos abrieron la puerta y de nuevo les azotó aquel aroma a incienso de la otra vez. Se podía oír la misma música relajante y el mismo gato andaba de un lado para otro, pero ni rastro de la mujer.

-¿Señora Jo? – Exclamó Luhan mirando hacia todas partes. Tao examinaba cada rincón y tocaba todos los adornos y cacharros colgantes que había por ahí. Sehun le dio un manotazo en la mano llamándole la atención por estar tocándolo todo a lo que el chino respondió encogiéndose de hombros.

-Perdonad, perdonad. – La mujer salió muy apurada de una puerta trasera retocándose el pelo. – Me estaba dando unos últimos retoques para vuestra visita, que además venís con alguien más. – Rió nerviosa acercándose a Tao con estrellitas en los ojos.

-¿Cómo sabía que veníamos? ¿La avisasteis? – Preguntó Tao confundido saludándola de forma educada.

-No, hijo. – Respondió la mujer. – Es que yo lo sé todo.

-Ya empezamos… - Musitó Sehun poniendo los ojos en blanco y recibiendo una mirada asesina por parte de ella.

-Sentaos. – La mujer les hizo pasar y vieron que delante de su mesa había tres sillas, cuando la otra vez sólo había dos. Definitivamente aquella mujer era una auténtica bruja, en el buen sentido.

-Antes de nada quería disculparme por lo de la otra vez. – Luhan hizo una reverencia frente a ella antes de sentarse. – Lo siento.

-No pasa nada. – Ella hizo un gesto con la mano restándole importancia. – Entiendo que reaccionaras así, esto es algo inusual y problemático. Bastante bien lo habéis llevado, la verdad…

-Aun así le pido perdón. – Repitió Luhan de forma sincera. Ella sonrió.

-Veníamos por si había mirado algo que acelerara el proceso. – Explicó Sehun. – Ya sabe, para no tener que esperar cuatro meses…

-Sí, como sabía que volveríais… - Sehun soltó una risita y le dio con la rodilla a Tao disimuladamente. – …te estoy viendo, Oh Sehun.

-Perdón.

-Como sabía que volveríais, porque lo sabía… - La mujer miró a Sehun con intención y éste no pudo evitar reír nervioso. – Estuve buscando información y lo único que pienso que puede funcionar es una cosa. Es eso o esperar los cuatro meses.

-¿El qué? Vamos, díganoslo. – Respondió Tao inquieto. Parecía él más nervioso que los demás.

-Que los deseos se cumplan. – La mujer cruzó sus dedos por delante del rostro y les miró con una gran sonrisa.

-¿Los deseos? – Volvió a decir Tao, porque Sehun y Luhan se habían quedado sin habla. – ¿Qué deseos eran? Eso no me lo habéis contado.

-Nada, Tao. Luego te decimos. – Respondió rápidamente Sehun y se volvió hacia ella.

-¿Y con eso se romperá el hechizo? – Preguntó Luhan no muy esperanzado. Quizás iba a ser eso más difícil que esperar los cuatro meses. Ella asintió. – Joder…

-¿Tienen que ser los dos?

-Los dos. Tiene que cumplirse por ambas partes, si no, no vale. – Dijo ella recostándose en el sillón. – Y aun así, sin que os siente mal, no tengo la certeza del cien por cien de que todo se solucione.

-Bueno… Al menos tenemos otra opción. – Murmuró Sehun abatido mirando a su amigo. Él también lo veía difícil.

-¿Qué coño fue lo que deseasteis con esas caras tan largas? – Inquirió Tao mirando a ambos. La mujer sonreía divertida por la situación, viendo al chico en medio volviendo los ojos a derecha e izquierda a sus amigos y éstos mirándose serios y avergonzados. No le podían contar nada a Tao.

-Si os sirve de consuelo, - Empezó a decir ella para calmar un poco la tensión del ambiente. – y si lo queréis como consejo, no veo muy difícil que eso ocurra. - Al decir eso les miró con picardía. - Pero ya es lo que vosotros veáis.

-Está bien… - Luhan suspiró. – Lo hablaremos. Muchas gracias por todo, ¿no le debemos nada?

-No, no pasa nada. – Respondió ella agradecida. – Con haberos conocido ya me siento pagada.

Tao frunció el ceño.

-Es fan de nosotros. – Le explicó Sehun.

-Insisto en hacer algo por usted… - Dijo Luhan que, además de agradecer la ayuda, seguía sintiéndose un poco culpable por lo maleducado que fue la última vez.

-Bueno, si todo sale bien gracias a mí con que me invitéis a un programa me siento satisfecha. – Bromeó ella. Luhan soltó una risita.

-Lo haremos, créame. – Contestó Sehun. – Bueno… Debemos irnos ya, si no los demás sospecharán.

-Tened cuidado y mucha suerte. – Se despidió la mujer sonriéndoles y les acompañó hasta la puerta.

Los tres salieron de allí tras hacer una reverencia y el sol les cegó.

-¡Uf! Se estaba muy oscuro ahí dentro… - Se quejó Tao llevándose las manos a los ojos. – Oye, ¿es que nunca me vais a contar los deseos que pedisteis?

Luhan miró a Sehun. Su deseo no era muy esclarecedor pero el de su amigo sí, así que de él dependía si quería contárselo o no.

-Te lo cuento en otro momento, ¿vale? – Respondió Sehun sonriendo levemente. Tao suspiró y asintió con la cabeza sin decir nada más, ¿qué era lo que tenían que ocultar?

 

Como ya presuponían, fue entrar en el piso y todos se echaron sobre ellos para preguntarles dónde habían estado. Tenían esa mala costumbre de saber dónde iban todos en cada momento, pero el manager les tenía dicho que se tuvieran siempre localizados porque podía llegar a ser peligroso en algún momento. Los tres amigos se inventaron que habían salido a desayunar fuera y parece que eso calmó a los demás, así que fueron a sus cuartos para ponerse más cómodos en casa.

-Lulu… ¿Qué hacemos?

-No lo sé. – Luhan se encogió de hombros. – Ni siquiera sé qué significa eso de que se cumplan nuestros deseos.

-Supongo que contarles la verdad a Tao y a Jongin y… - Hizo una parada de unos segundos. – …que nos correspondan. Así estaríamos junto a ellos, eso fue lo que pedimos.

-¿Y si al final no era Jongin? – Cuestionó Luhan y, cuando lo hizo, tuvo una desagradable sensación. Le gustaba tanto que sólo de pensar que se pudieran haber confundido…

-Créeme que sí. – Afirmó rotundamente el maknae. – Estoy seguro de que le gustas a Jongin, de que es él. – Luhan se ruborizó y se mordió el labio nervioso, escondiendo una sonrisa.

-Aun así me da mucha vergüenza.

-A mí también.

Volvieron a quedarse en silencio mirando al suelo.

-Tampoco podemos forzar las cosas. – Opinó Luhan. – Intentemos aguantar un poco, si llega el momento en que debamos decirlo lo hacemos, y si no… Pues nada.

-Sí, será lo mejor…

Al final decidieron cambiar de tema pero no pudieron calmar sus nervios pues las posibilidades se habían reducido a dos, y no sabían cuál era peor: una era esperar largos meses para que todo acabara, la otra suponía confesar sus sentimientos después de tanto tiempo habiéndolos ocultado.

 

 

Sólo cuatro días después, los doce chicos habían ido a una cena con gente de la compañía para celebrar el éxito en unos premios. El lugar era muy bonito, elegante y de comida de alto coste, por lo que todos lo disfrutaron mucho y estaban encantados.

Las cosas habían seguido igual para todos aunque ahora Luhan se mantenía un poco más al margen e intentaba no agobiar a Kai para no molestar a su amigo. Después de la pelea y del puñetazo no quería montar una escena similar. Sin embargo, Tao sí que no se separaba de Sehun. Y eso a Kai le tenía ya hasta la coronilla.

Cuando la cena terminó, todos se levantaron para ir a otro salón del establecimiento para tomar una copa de pie y bailar un poco. Kai aprovechó para acercarse a “Luhan” con rapidez, antes de que Tao se le adelantara.

-Luhan. – Kai le agarró del brazo con fuerza.

-Au. – Se quejó Sehun al sentir los dedos del moreno presionarle. Kai aflojó un poco, pero no le soltó.

-¿Vienes conmigo? – Preguntó. Pero no era ese tono amigable que solía usar con él, se parecía más bien al tono autoritario que usó días atrás cuando el incidente del pasillo.

-¿Dónde? – Preguntó Sehun mirando hacia todas partes.

-¿A quién buscas? No me digas que a Tao, por favor… - Suplicó Kai de forma infantil esta vez.

-¡No busco a nadie! – Sehun pegó un tirón y se soltó. – ¿Dónde quieres ir? Están todos aquí, no nos vamos a ir tú y yo…

-Por favor… - Suplicó de nuevo. Las ansias de quedarse a solas con Luhan, ese privilegio del que últimamente no gozaba para nada, le estaban ganando. No podía contenerse, quería un poco de intimidad, una conversación entre los dos, unas risas.

-¡No, Jongin! – Pero Sehun no quería quedarse a solas con él. Ya no sólo por el hecho de que prefería estar con todos, sino también porque tenía miedo de meter la pata y que Kai le notara extraño, a pesar de que con su actitud ya estaba siendo raro, pero estaba seguro de que si mantenía una conversación de más de diez minutos con el moreno terminaría por darse cuenta de que algo no andaba bien.

-¿Qué te ha pasado, Hannie…? – Kai le miró con tristeza. Estaba muy cansado y muy decepcionado por todo. – ¿Por qué eres así conmigo? ¿He hecho algo mal? Por favor, dímelo, no soporto esto más, necesito que volvamos a ser como antes. – Kai hablaba muy rápido, suplicante y con los ojos vidriosos, parecía que en cualquier momento fuera a ponerse a llorar y Sehun empezó a agobiarse sintiéndose el peor amigo del mundo, pero ¿qué otra cosa podía hacer? Kai seguía insistiendo agarrándole de la camiseta y tirando de él para acercarse. – Vamos, dime… Por favor…

-Nada, Jongin. – Murmuró Sehun cabizbajo. – ¡No me pasa nada! – Exclamó en lo que pareció un sollozo y salió corriendo de allí.

Tao aparecía en ese momento en el salón con unas bebidas en la mano y vio a Kai con el rostro destrozado justo en el momento en que Sehun echó a correr hacia la puerta de salida.

-¡Mierda! – Exclamó preocupado delante de todos y salió corriendo detrás de él.

Kai vio cómo Tao perseguía a “Luhan” y supo que tenía que hacer algo. Tao era su amigo y se llevaban muy bien, pero Luhan era su vida y lucharía por él contra quien fuese. Soltó su bebida en una barra y salió corriendo también dejando a todos los asistentes pasmados al no saber qué ocurría, pero el moreno tenía el fuerte presentimiento de que ésa sería su última oportunidad. Y no iba a dejarla escapar.

 

 

Sehun corría con todas sus fuerzas. Aquel restaurante no estaba lejos, pero tampoco cerca de su casa, y permaneció durante un buen rato corriendo hasta que llegó agotado, cansado y falto de aire. Cerró de un portazo y fue hasta la terraza, donde toda aquella pesadilla empezó.

-¡¡Sehun!! – Tao entró en la casa minutos después y cerró fuertemente, mirando hacia todas partes en busca del chico. Aunque no había podido alcanzarle corriendo sabía perfectamente que estaba allí porque le vio entrando por el portal. – ¡Sehun! ¿¡Dónde estás!? – Volvió a gritar.

Una sombra se movió en la terraza y el chino se dirigió rápidamente hacia allí. Allí estaba Sehun, sollozando en uno de los sillones con el rostro hundido entre sus brazos.

-Sehun… - El aludido alzó el rostro. Como si una fuerza superior se apoderara de él, el maknae se puso en pie y se abalanzó para abrazarle tan de golpe que incluso Tao retrocedió un par de pasos tras el impacto. – No llores, por favor…

Tao le envolvió en sus brazos y Sehun se sintió mejor. Los brazos de Tao le sostenían fuertemente, le daban una calidez inmensa que calmaba todos sus nervios y sus pesares.

-No puedo más, no lo soporto. – Sollozó el maknae contra su hombro. – Quiero volver a ser yo… No lo aguanto más, le estoy haciendo daño a todo el mundo.

-Basta, Sehun, no te atormentes. – Tao comenzó a acariciarle el cabello. – Me parte el corazón verte así…

Sehun se separó de él unos segundos y se quedó mirando esos ojos que le tenían enamorado. Porque sí, era cierto; amaba a Tao con todo su ser. Era plenamente consciente de que sólo era feliz al cien por cien si estaba junto a él, era quien le alegraba todos los días y quien le hacía vivir la vida con más ilusión.

Tao le devolvió la mirada con la misma intensidad, seguía sujetando a Sehun por la cintura y le observaba con detenimiento. Era el rostro de Luhan, pero podía ver a Sehun en el fondo de aquellos ojos, podía ver a su chico allí. Y quería decirle lo que sentía, poder besarle de una vez por todas.

-Sehun, no puedo esconderlo más. – Susurró el chino hipnotizado por aquellos ojos. – Llevo tanto tiempo ocultándolo, tanto tiempo resignado a no decirte la verdad… Pero ya no quiero perder la oportunidad y no me importa si no sientes lo mismo, sólo necesito confesarte la verdad.

-¿El qué…? – Sehun preguntó con un nudo de nervios en su estómago. Tao hablaba con seriedad pero con una extraña alegría en los ojos, no podían ser malas noticias. El mayor se moría de los nervios ya que no tenía nada de eso planeado, pero al final se armó de valor y dijo aquellas palabras tan esperadas.

-Te quiero, Sehun.

El corazón del maknae ralentizó su ritmo durante un par de segundos para posteriormente volver a latir cada vez con más rapidez hasta alcanzar un ritmo desenfrenado.

-Te quiero, maldita sea. – Repitió sonriendo. – Estoy enamorado de ti desde siempre.

-Tao…

 

Kai entró en la casa respirando agitadamente. Se imaginaba que Tao también estaría allí pero ya se encargaría de echarlo para poder gritarle sus sentimientos a Luhan al fin. Sin embargo se le cayó el mundo a los pies cuando vio a un par de siluetas abrazadas en la terraza: “Luhan” y Tao.

 

Tao alzó una de sus manos y agarró a Sehun del mentón.

-Dime lo que sea, por favor, me va a dar algo… - Rió muy nervioso. Sehun simplemente sonrió como un niño pequeño y le abrazó con fuerza, estrechándole rebosante de felicidad y hundiendo el rostro en su cuello, aspirando su perfume favorito. Tao siempre olía muy bien.

-¿Qué quieres que te diga? Llevo soñando con esto tanto tiempo…

-¿Entonces…? – Tao no pudo terminar su pregunta, la emoción le había dejado sin habla. No podía ser cierto que fuera a ser correspondido. Sehun se separó y le miró con ternura.

-Yo también te quiero desde hace mucho, mucho tiempo. – Reconoció con una enorme sonrisa.

Kai no podía escuchar nada desde dentro, ambos hablaban en voz baja y el moreno no quería acercarse mucho más para no ser descubierto, pero no le hacía falta escuchar nada para saber lo que allí se cocía. Ver a “Luhan” abrazar de aquella manera a Tao le había hecho el corazón pedazos.

-Sehunnie… - Susurró el chino, acercándose lentamente hacia sus labios para cumplir finalmente con su sueño.

Pero entonces Sehun le apartó la cara, dejando al mayor helado. Bajó la mirada avergonzado y frunció los labios.

-No lo hagas… - Replicó Sehun en un murmullo. Se atrevió a mirar a Tao a los ojos y leyó en ellos la duda, el desconcierto y la tristeza. – No me malinterpretes, me muero de ganas por besarte… Pero quiero hacerlo cuando sean mis labios los que te toquen, cuando sean mis labios quienes te prueben. Así no. – Al escuchar aquella confesión tan dulce, Tao sonrió.

-Lo entiendo, y tienes razón. – Rió ligeramente. – Yo también quiero besar tus labios. Son mil veces mejores que estos. – Dijo pasando sus dedos de forma juguetona por aquellos labios. Se volvieron a mirar. No habían dejado de abrazarse en un buen rato, se sentían protegidos unidos en aquel romántico abrazo. – Dime que no estoy soñando y que esto es real.

-No es un sueño… - Susurró Sehun acariciando el rostro de Tao con cariño y ambos se dirigieron a la balconada, agarrándose por la cintura, para disfrutar del paisaje nocturno.

 

Dentro de la casa, el coreano estaba abatido. Kai lo había visto todo: los abrazos, las caricias, el intento de beso por parte de Tao que, aunque había sido frenado por “Luhan”, sintió que habría sido bien recibido en otra situación, pues después habían reído y habían continuado con las caricias y abrazos.

Hacía mucho tiempo que no le ocurría, pero esa escena provocó que volviera a experimentar aquella sensación tan devastadora. Sintió que había perdido no sólo una batalla, sino la guerra al completo. Una lágrima recorrió su rostro a la vez que su alma se deshizo en mil pedazos en un mísero segundo.

-Los has visto. – Escuchó una voz detrás de él. Secándose las lágrimas con rapidez se volvió hacia la persona que allí se encontraba. Había entrado tan silenciosamente que ni siquiera Kai se había dado cuenta de que estaba allí.

-Sehun… ¿Qué haces aquí? – Preguntó Kai confundido. Su amigo sonrió.

-¿Por qué lloras? – Preguntó Luhan con ternura. Si Kai se atrevía y le confesaba que estaba llorando por él no retrasaría más su plan.

-No estoy llorando…

-Estás llorando. – Le cortó. – Y has empezado a hacerlo después de ver a Tao y a Luhan tan cariñosos. – Kai bajó la mirada avergonzado. – ¿Te acuerdas de aquella conversación pendiente? ¿Quieres que hablemos?

-No sé si es momento, Sehun. – Dijo Kai dando un paso al frente para volver a salir de aquella casa.

-Por favor… - Luhan le agarró de la muñeca y le frenó. Kai se volvió extrañado por la súplica de su amigo y, aunque el brillo en sus ojos le pareció extraño, al final se rindió. Tenía que sincerarse con alguien, quizás así se sentiría mejor. Y quién mejor que su gran amigo Sehun.

-Tienes razón, estaba llorando. – Empezó a decir Kai andando hacia uno de los sofás y sentándose en él, seguido por Luhan. No habían encendido la luz para que los dos que se encontraban en la terraza no se dieran cuenta de que estaban allí, así que se encontraban sumidos en la oscuridad, aunque sus ojos ya se habían acostumbrado y podían distinguir sus facciones con relativa facilidad. – Y estaba llorando por esos dos… Verás, Sehun, yo… - Kai no sabía cómo explicarse. ¿Cómo decirle a tu amigo que estás enamorado de otro amigo que tenéis en común? – Siento no habértelo contado antes, pero espero que entiendas que es algo que me cuesta mucho contarte, es demasiado…

-Vamos, suéltalo ya. – Le instó Luhan ansioso.

-Estoy enamorado de Luhan. – Confesó al fin. Y nada más hacerlo ni siquiera esperó a ver la reacción de “Sehun”, se tapó la cara con las manos y suspiró profundamente, por lo que se perdió el rostro de su amigo que parecía haber entrado en un mundo de paz. – Dios, no puede ser que lo haya dicho al fin… - Musitó para sí mismo, y entonces unos brazos le rodearon con fuerza. – ¿Sehun?

-Jongin… - Le estrechó aún más y Kai, atónito, le devolvió el abrazo confundido.

-Sehun, estoy bien, no pasa nada… - Le aseguró. Quizás su amigo pensara que necesitaba ese abrazo, y en parte era cierto, pero así sólo le entrarían más ganas de llorar y no quería eso.

-Jongin, yo también lo estoy.

-¿Qué estás qué? – Preguntó Kai quitándoselo de encima.

-Estoy enamorado de ti, te quiero, te amo, ¿cómo quieres que te lo diga?

-Pero Sehun yo estoy hablando de Luhan… - Dijo asustado y echándose hacia atrás. De repente vio cómo “Sehun” se echaba a reír con alegría.

-Yo soy Luhan, Jonginnie. – Le dijo con un brillo especial en los ojos, con una felicidad inmensa, con ganas de gritar y salir saltando y corriendo de allí clamando al mundo entero lo feliz que era en ese momento.

-¿Qué estás diciendo…? – Preguntó el otro con temor separándose más todavía, horrorizado. Su amigo estaba loco y podía ver en su mirada desesperación y angustia, pues Luhan se había dado cuenta de que la emoción le había cegado y no había reaccionado de forma adecuada, y mucho menos había empezado a explicar bien las cosas. Kai no le iba a creer.

-Te lo juro Jongin, ¡tienes que creerme! ¡Yo soy Luhan!

Notas finales:

CHANCHANCHAAAAAAAAAAAAAAAAAAN~~~~~~~

El próximo capítulo será el último~~ 

Muchísimas gracias a todos los que leéis y los que me dejáis review que me encantan y me parto de risa jajaja gracias, me animan mucho!!!

Os dejo una fotito que vi hoy que salen nuestros 4 protas *-* parece hecha a conciencia:

https://pbs.twimg.com/media/BRDmMcoCUAA-Lu8.jpg:large

 

GRACIAS :D y nos vemos pronto!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).