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La puta de Marshall. por Sao801

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Notas del capitulo:

¡Yay! ¡Marball! :3 este cap va de Shotacon e3e

El vampiro y el príncipe follaban como conejos desde esa última vez. Muchas veces el Príncipe Gumball se negaba, pero siempre terminaba aceptando. Marshall dejó de visitar al príncipe durante unos días, para no molestar tanto. Cuando volvió, se llevó una gran sorpresa ¡Gumball se había convertido en un niño! A Marshall no le gustaba nada eso, no quería follarse a un niño.

-Joder, que aburrido….-Se quejó- Maldita sea ¿Cuándo coño serás de 18 otra vez?

-Pues aún no….-Le contestó el rosado- Me gustaría estar así un poco más….Cuando tengo 18 años todo es muy aburrido….¡Con trece todo es divertido! Porque mis padres nunca me dejaron comportarme como un niño…

- ¿Todo es aburrido? –Miró el grisáceo- ¿Quieres ver lo que sí es divertido cuando creces? –Sonrió de forma pícara

-¿Qué es lo divertido cuando se tiene 18? –Pregunto curioso.

-Ven aquí y te mostraré.

El pequeño se acercó, con algo de desconfianza. El vampiro apenas lo tuvo en frente, lo tomó y pegó sus labios con los del niño. El rosado se asustó y trató de zafarse, pero no tenía la fuerza para hacerlo. Se dejó llevar por la lengua del mayor, quedándose sin aliento. Marshall se despegó y sonrió.

-Y eso no es toda la diversión – Dijo - Recuerdas como nos divertimos, ¿Verdad?

El príncipe afirmó, sonrojado. Él sabía lo que venía a continuación, a pesar de ser inocente. Marshall miró a los pantalones del pequeño tembloroso y se rió al ver un bulto en ellos.

-No jodas, Gumgum ¿Ya estas duro con tan solo un beso? – Rió el vampiro.

-¡N-no me mires! – Gritó avergonzado, poniendo las manos entre sus piernas.

- ¿Quieres ayuda? – Sonrió el mayor.

El niño estaba muy avergonzado, no quería que Marshall viera su intimidad, pero aceptaba que estaba necesitado. Pensó por unos momentos y luego cerró sus ojos, afirmando ligeramente. Su novio se rió y se puso detrás de él, bajando sus pantalones rápidamente y tomando su pequeña erección, comenzándola a bombear. Gumball gimió altamente, tomando el brazo del vampiro y cerrando sus ojos. Se sentía inquieto y también bastante bien. Marshall sólo se reía ante las reacciones del niño. Poco a poco dirigió su otra mano al trasero del príncipe e introdujo sus dedos. Las rodillas de Gumball comenzaron a temblar y sus ojos derramaban lágrimas.

-N-no…Atrás no….M-m-me duele…Marshall…- Gemía Gumball.

-No te preocupes, ya no te dolerá – Susurró Marshall a su oído, dándole un beso reconfortante en la mejilla.

El vampiro notó que a Gumball le temblaban mucho las rodillas, así que decidió sentarse y poner a su pequeño novio en frente de él, aún haciendo su trabajo. Gumball rodeó su cuello con sus brazos, mientras Marshall daba besos en la cara y en los labios. El mayor por fin consiguió conseguir el punto más placentero del príncipe y comenzó a masajearlo. Gumball sólo se inundaba más en el placer y comenzaba a mover sus caderas y a besar a Marshall de forma apasionada y torpe. Después de un rato, se logró correr, jadeando y tratando de tomar aire.

-¿Ves, Gumgum? Cuando se tiene 18 años no todo es tan aburrido. – Sonrió el vampiro. – Bien, me iré a lavar las manos.

Marshall se levantó y fue al baño, dejando a Gumball solo en la cama y sin pantalones. Lavó sus manos y volvió al cuarto después de un rato. Se sorprendió al ver lo que tenía en frente. Gumball estaba masturbándose nuevamente y metiendo sus dedos en su trasero.

-Niño pervertido – Dijo el vampiro - ¿Qué haces? ¿Tanto te gustó?

Gumball se asustó al ver a Marshall y sacó sus dedos y se sentó rápidamente, tapándose con una manta. Su rostro estaba totalmente encendido y temblaba. Se le notaba la vergüenza porque su novio lo había acabado de ver masturbándose. No sabía que decir.

-….Déjame ayudarte nuevamente. – Sonrió Marshall, mientras se sentaba a su lado.

El vampiro desabrochó sus pantalones y sacó su miembro. Gumball sólo lo miraba con vergüenza, acercando su temblorosa mano hacia él, para poderlo tocar. Marshall volvió a reír ante la timidez del menor, le hacía mucha gracia. Tomó sus caderas y lo acercó, besándolo. Sus lenguas jugaban lentamente, mientras Marshall sonreía mentalmente. Se mantuvo así por unos momentos hasta separarse. El príncipe seguía jadeando ante su falta de aliento, siempre sonrojado.

-¿Te sentías bien cuando te tocabas? – Preguntó Marshall.

-…S-sí…. – Afirmó Gumball con mucha timidez.

-¿Cómo era mejor? ¿Tocándote tú mismo o que yo te tocara?

-Q-que tú me toc-c-caras….

-…Eres muy lindo – Sonrío Marshall, dándole un beso en la frente. – Bien, ahora te sentirás mucho mejor

Marshall volvió a besar al chico, frotando sus caderas contra las de él. Gumball sólo jadeaba de forma rápida y caliente. Poco a poco, Marshall levantó las caderas del niño e introdujo su pene en su entrada. Lo bajó poco a poco mientras el príncipe gemía sonoramente. Cuando estaba totalmente dentro, su polla descansaba justo en el punto que hacía olvidar todo a Gumball. El niño se abrazó a él, temblando y jadeando mucho. Cuando Gumball sintió que ya se sentía preparado, comenzó a moverse poco a poco de arriba hacia abajo. Marshall lo ayudó, colocando sus manos en sus caderas y moviéndolo un poco más rápido. Se besaban de forma apasionada, hasta que ambos cayeron. Marshall estaba sobre Gumball, sosteniéndose en el aire con sus brazos y empujando fuertemente. El rosado lanzaba gemidos incontrolables, con sus mejillas encendidas y sus babas caían de la comisura de sus labios. El vampiro siempre le sonreía y acariciaba su rostro con dulzura, besándolo de forma delicada de vez en cuando.

-¡M-M-MARSHALL! - Gritó de forma desesperada Gumball - ¡N-NO PUEDO! ¡QUIERO CORRERME! ¡AAAAAAAAAAAAAAAH!

-Todavía no termino, Gumgum…Aún no debes correrte. – Contestó Marshall, aún empujando.

Gumball no logró escucharlo, ya que sin importar lo que dijo Marshall, se corrió de forma instantánea. Estaba jadeando, sonrojado y su estomago lleno de su propio semen.

-¡No! – Se quejó Marshall – Gumgum, yo aún no he terminado.

-P-perdón….Pero no pude más…. – Confesó el pequeño, colorándose aún más, con sus manos en su cara por la vergüenza.

- ….Bien, no importa. Hagamos una segunda ronda.

-¿C-cómo? ¡No! ¡Estoy muy cans-

Gumball no logró terminar lo que iba a decir, ya que Marshall se apartó y lo volteó. Elevó su cadera hasta la altura de la suya y lo penetró de forma instantánea. Para Gumball eso fue demasiado, ya que aún seguía sintiendo su último orgasmo. Su polla se volvió a poner dura y Marshall empezó a empujar. Daba estocadas rápidas, siempre golpeando a Gumball en su exquisito punto. Gumball gemía y gemía, gritando algo fuerte, mientras jadeaba con su lengua afuera. Marshall se sentía muy bien entre las estrechas paredes anales de su príncipe, su polla se sentía increíble siendo acariciada por tales lugares.

-¡Ma-Marshall! N-no puedo….aaaaaaaaaah….nhg….ahhh…. ¿Y-ya te correrás…? P-por favor… - Pedía el príncipito.

-Está bien – Dijo con una sonrisa y besándolo.

Marshall procedió a empujar mucho más rápido, golpeando nuevamente el punto de Gumball, y corriéndose dentro. Gumball gimió sonoramente al sentir el semen caliente en su trasero y también lanzó su esperma. Quedó muy cansado, respirando agitadamente mientras Marshall salió de él y se acostó a su lado. Gumball lo miró tiernamente, sonrojándose. Se acercó y le dio un beso a Marshall en su frente.

-¿? ¿Gumgum? – Miró este algo confundido.

-Gracias – Dijo con una sonrisa.

-¿Por qué?

-Porque….Ya no tengo miedo de que haya perdido mi virginidad con alguien que no quiero….

-Gumgum, eres adorable – Sonrió Marshall, tomando su cabeza para darle un ligero beso.

Notas finales:

¿Reviews? ¡Son gratis! 8D


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