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Alas Azules por TodayWings

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Notas del fanfic:

Este es el primer FF ToDae que escribo, espero les guste :)

 

Notas del capitulo:

Espero que les guste la historia... Disfrutenla! ^^

No podía creer que tan solo faltaran tres meses...

Pero era cierto. Y ahora que ya era Abril y la primavera acababa de empezar, tan solo tres meses más me separaban del fin de clases.

Del fin de la escuela.

Para siempre.

Suspiré y dejé de mirar aquel patético cartel primaveral que algunos estudiantes habían colocado en la entrada de la escuela. ¿A caso creían que podíamos olvidarnos de que faltaban pocos meses para la graduación? Como si la idea de finalizar la escuela y partir a la Universidad no fuera suficiente presión, los idiotas de la comisión de decoración no dejaban de repetirlo.

-¡Buenos días, Seung Hyun! -oí detrás de mí la voz de Dong Wook -Qué bonito día, ¿verdad?

-Ya cállate, Dong: no estoy de humor.

-Ah, sí. ¿Cómo está tu gripe? Veo que ha mejorado mucho.

-Si con mejorado te refieres a que me obligó a pasar todo el fin de semana en casa con mis padres... -gruñí, mientras ingresábamos a la escuela.

-Sí... es una lástima que te perdieras el día en el parque.

-Aún así estoy seguro de que habría preferido estar ahogándome en flema antes que ir con ustedes.

El salón de último año estaba subiendo las escaleras. Como siempre en primavera, la escuela era un alboroto.

-¿Estudiaremos juntos hoy? -me preguntó Dong Wook -No te toca trabajar, ¿verdad?

-No, pero tengo que ir donde... ya sabes.

-Oh, cierto. ¿Más tarde?

-Bien. -me encogí de hombros -Iré a tu casa cuando salga de allí.

Cuando abrí la puerta para entrar al salón, me llevé la desagradable sorpresa de chocarme con un chico de cabello rubio y mentón apuntando hacia el cielo, como yo solía decir en ese entonces. Me sostuve de la perilla para no perder el equilibrio, pero el cayó sentado en el suelo con un gritito de dolor.

-Demonios: fíjate por dónde caminas Seung. -me reprendió Ji Yong, al tiempo que su “sirviente” Hyun Seung le ayudaba a levantarse, aquel chico a veces me daba pena, es decir, estar a merced de la Diva Kwon las veinticuatro horas los siete días de la semana solo por ser buen amigo en verdad debería ser el mismo infierno.

-Lo mismo digo, princesa, de seguro anoche tu amigo te dio tan duro que hoy no puedes ni moverte -contesté, sacándole la vuelta para entrar al salón y comenzar a caminar entre pupitres mientras sonreía burlonamente, de seguro la Diva me estaba lanzando los peores insultos pero con tal escándalo no escuche nada aunque me hubiera gustado para contestarle y pelear, así perdería la primera hora en la oficina del director, aunque estaría cerca de esa princesa.

Las cosas estaban como todos los días antes de iniciar las clases: un escándalo estridente y caótico al que justamente ese día no me sentía de humor para sumarme, si no fuera por mi mal humor de seguro ya estaría protagonizando ese revuelo.

SeungRi y Young Bae les gritaban cosas a otros chicos por la ventana. Evidentemente se trataba de una pelea interesante y en otra ocasión yo me habría asomado a ver a quiénes proferían esos insultos para reírme con esos dos atarantados, pero como ya dije, aquel no era un buen lunes.

Y como si el camino estuviera dispuesto a apoyar este hecho, alguien corrió una silla en el momento en el que yo pasaba por ahí para ir a mi asiento, lo cual me hizo caer de trasero contra el suelo acompañado de un quejido que probablemente de escucho en todo el salón provocando que cada uno de mis compañeros me miraran ahí tirado en el piso.

-¡Seung! -Dong reacciono ante todo y se acerco a ayudarme -¿Te has hecho daño?

-Diablos, Dong, ¿quién fue el idiota que... ? -apoyé los brazos en el suelo para levantarme pero antes de poder terminar mi frase, subí la mirada para encontrarme con la de Kang Daeseung, quien, al parecer, había sido "el idiota" que había accidentalmente corrido su silla.

-Lo siento mucho Seung. ¿Te encuentras bien? No fue mi intención.

-Me encontraba perfectamente bien hasta que te interpusiste, narizón. ¿A caso pretendías que me rompiera algo o qué?

-No, discúlpame: mi silla se resbaló. -intentó excusarse con su amable y tranquilo tono habitual mientras dibujaba en su rostro una sonrisa nerviosa ¿Ese chico siempre sonreía, aunque supiera que estaba a punto de morir? Porque, si no fuera el  ya lo hubiera matado pero de seguro me iría al infierno por matar a un ángel como Dae.

-La próxima vez ten más cuidado, zopenco, o serás tú el que acabe en el suelo.

En eso apareció de nuevo Ji Yong con la misma sonrisa de hacía apenas unos segundos atrás yo había puesto en mi rostro sin que el supiera.

-¿A quién le perforaron el culo duro anoche decías señor grito de puberta hormonada?- dijo sarcásticamente haciendo valer su venganza con las risas de todos nuestros compañeros.

-A ti- respondí simple mientras con un pequeño salto me ponía de pie quedando enfrente suyo, yo era más alto y podía ver su mirada temerosa.

-Chicos, no creo que esta sea la manera correcta de solucionar los problemas- Daesung, mi ángel de la guardia ahí estaba tratando de detener esa pelea.

-Dae tiene razón, mejor agárrense a puñetazos- sugirió SeungRi causando más bulla entre todos nosotros.

-No tiene caso.

Y diciendo esto, me alejé de él para ocupar mi lugar junto a Dong, quien me siguió.

Daesung: mi duda existencial, ese que últimamente me mantenía despierto cada noche, el chico del que estuve enamorado desde siempre hasta ahora, a pocos meses de terminar la escuela e ir a la universidad y...

Y dejar de verlo para siempre... tal vez.

Nuestro profesor, el Señor Park, entró entonces al salón con sus ocho mil kilos de masa corporal y diez mil kilos de gigantescos manuales que siempre llevaba con él. Apoyé mi cabeza entre mis brazos dispuesto a aburrirme: odiaba al Señor Park, el hombre más aburrido que Dios hubiese podido crear. De hecho, la mayoría de los maestros que habíamos tenido en esos últimos años se pasaban de aburridos.

El Sr. Park apoyó sus manuales en el escritorio del profesor, pidió silencio y comenzó la clase después de los anuncios del día que el Director Byung daba por el altoparlante. Primero, el Sr. Park pidió la tarea que nos había dejado y luego comenzó con un nuevo tema.

Desde hacía tiempo que yo me sentía bastante superior a las cosas que aprendíamos en la clase del Sr. Park, por lo cual esa parte del día consistía por completo en tomar apuntes automáticamente, a veces hablar en susurros con Dong Wook o recibir una que otra caricatura graciosa de alguno de los que se sentaban atrás y pasarla para adelante. Y, por supuesto, cuando estaba seguro de que podía hacerlo con tranquilidad, mirar a Daesung.

Pero, incluso así, las clases eran aburridas.

Para mantener mi mente ocupada, ese día comencé a pensar en todo lo que tenía que hacer durante la semana: qué trabajos me tocaban y en dónde y cómo me las arreglaría para terminar las tareas que me faltaban.

Desde hacía alrededor de medio año que yo había comenzado con mi trabajo. No había sido precisamente por gusto ni porque me muriera por emanciparme ni nada por el estilo. Todo había comenzado hacía cosa de seis meses cuando, habiéndome quedado castigado una tarde, el director Byung me había llamado a su oficina y, al entrar, sentí que estaba teniendo un deja vú.

En la oficina, además del anciano y decrépito director Byung, se encontraba aquella mujer que tanto alivio me había dado una vez en la que lo había necesitado: la Doctora Sang, la psicóloga del distrito escolar con la que yo había tenido una sola sesión de pequeño.

Se acordaba de mí y estaba alegremente dispuesta a tener otra sesión gratuita cuando yo pudiera hacerlo, dado que también era psicóloga de adolescentes. La tuvimos, pero después de conversar con ella yo había llegado a comprender lo feliz que me sentía saliendo de cada hora que pasábamos juntos en su consultorio: verdaderamente esa mujer era buena en su trabajo.

Aunque claro, la escuela solo pagaba una sesión y obviamente, no había forma de que mi madre pagara las consultas, después de todo a pesar de que tuviéramos dinero suficiente no estábamos para pagarle a un psicólogo.

De modo que comencé a buscar un empleo para pagarme yo mismo las sesiones.

Intenté con bastantes cosas, pero todos esos trabajos mediocres para adolescentes inútiles me frustraban. Finalmente, terminé en una tienda de artículos de casería a la que solo tenía que ir dos veces por semana y me pagaban lo suficiente para costear las sesiones y además, tener un suministro extra aparte de mi mesada.

Ese día era lunes y en la tarde me tocaba ir a visitar a la Doctora Sang a quien veía una vez por semana. Dong, mi mejor amigo, era el único que lo sabía y, desde luego, le había hecho jurar sobre su propia tumba que nunca se lo diría a nadie.

A la salida de la escuela, tomé el autobús hasta el consultorio de mi psicóloga. Como siempre, tuve que esperar en la sala de espera como quince minutos de más hasta que el loco e hiperactivo niño que iba antes de mí se dignara a salir.

Cuando al fin el chiquillo salió -corriendo desmesuradamente, claro-, yo me paré rápidamente de mi asiento y entré al consultorio sin llamar.

-Siento tanta lástima por la madre de ese niño. -comenté cerrando la puerta.

-Kim es un buen muchacho, Seung. -sonrió la doctora Sang - ¿Qué tal tu fin de semana?

Me arrojé en el sofá y me puse cómodo.

-Pésimo: me dio gripe y tuve que pasarlo en casa.

-¿No pudiste ir al parque con Dong y los demás?

-Aún así no habría querido ir.

-¿Ya te sientes mejor?

-Sí, al menos puedo oler de nuevo.

-¿Cómo estuvo la escuela?

Le conté las pocas cosas que habían ocurrido desde la semana pasada y hablamos unos veinte minutos acerca de otros temas, como siempre.

-¿Ya terminaste el libro que te recomendé? -me preguntó entonces, revolviendo con una pequeña cuchara su taza de té.

-Ah, sí, desde el jueves. -contesté -Pero creo que, tratándose de Dickens, podría haberse esforzado un poco más, ¿no cree? Todo me pareció un poco bizarro.

-Háblame un poco del libro, he querido saber qué pensabas de él.

Teníamos bastante seguido ese tipo de charlas sobre Literatura: ella había leído muchos libros y disfrutaba recomendándomelos. Le di un breve resumen de mi opinión acerca de la última novela que había leído y luego continuamos conversando acerca de un artículo acerca de música contemporánea que yo había leído en una revista y quería mostrarle.

Después de un buen rato de esta charla intelectual, yo me callé y ella, entonces, llevó a cabo la pregunta de siempre:

-¿Y cómo se encuentra Daesung? -Me encogí de hombros -¿Qué me dices de él, Seung? Llevas un tiempo sin mencionarlo y sabes que no tienes que ocultarme nada. ¿En qué has estado pensando?

Suspiré.

-Como si no lo supiera.

-¿Es en la graduación? -asentí con la cabeza - ¿Piensas que debes decirle todo antes de graduarte? Porque recuerda lo que ya te he dicho, Seung Hyun: puede ser tu última oportunidad para esto y no querrás vivir el resto de tu vida con esa carga.

-¡Ya lo sé! -refunfuñé, levantándome del asiento -Es solo que... no he pensado en cómo decirle.

-Dile la verdad, como te salga.

-Ya intenté algo espontáneo una vez y no resultó muy bien que digamos. -gruñí -Además, antes era distinto.

-Yo creo que la graduación es el momento ideal. -me animó -No debes temer a su reacción porque, si resultara que él no te ama, no volverías a verlo y aunque se lo contara alguien, cosa que yo no creo que haga, eso no te afectaría porque ya habrías terminado la escuela. Y además ¿qué pasaría si todo resulta bien?

Volví a recostar la cabeza en el sillón.

-Es solo que... -fruncí el ceño -Ha sido toda mi vida... Desde siempre utilicé distintos planes locos para conseguir que él se enamorara de mí y nunca ha funcionado y... me siento nervioso, siento que ya no hay tiempo. ¡Maldita graduación!

-Aún tienes tres meses hasta la graduación.

-¿Está consciente? No podría en tres meses lograr lo que no logré en toda una vida.

-Claro que podrías. ¿A caso no lo conoces bien?

-Sí, sí lo conozco. -admití -Pero... Oh, rayos, ¿podemos cambiar de tema? -me crucé de brazos.

-Muy bien, como quieras, Seung. -sonrió -Pasemos a otra cosa. ¿Has hablado con tu madre sobre la universidad?

-¡Oh, vamos! -tampoco tenía ganas de hablar de eso.

-¿Escuela de Arte de Seúl? -se rió - ¿Enviaste el formulario de admisión?

-No, ni siquiera lo solicité.

-¿Y cuándo planeas hacerlo?

Fruncí la boca.

-Seung, no me digas que crees que no puedes entrar a la Escuela de Arte de Seúl. Tú sabes muy bien que eres un maravilloso cantante ¿No has dicho mil veces que puedes lograr cualquier cosa? Yo misma diría que la Escuela de Arte de Seúl hasta te queda chica.

-No es que crea que no pueda entrar. -traté de explicarme -Pero me cuesta hacerme la idea.

-Es curioso. Veo esto en muchos adolescentes, pero nunca pensé verlo en ti: no quieres dejar la escuela atrás. O mejor dicho...

-No lo diga.

-No quieres dejar a Daesung atrás. -resoplé y ella volvió a sonreír apaciblemente -Envía la solicitud a la universidad de una vez o yo misma te conseguiré una. -miró el reloj -Bien, nuestro tiempo se ha acabado por hoy.

Salí del consultorio de la Doctora Sang y me dirigí a casa de Dong. Lo encontré en la cocina de su casa, llenando solicitudes universitarias. Tomé una con interés.

-¿Inyang Arts High School Kukje? -le pregunté, divertido.

-Ya lo veremos. -me contestó de buen humor, tomando él la solicitud y metiéndola en un sobre -¿Ya has mandado tú las tuyas?

-No y olvídate de hablar de eso hoy Dong. -comencé a caminar hacia la lacena -Dime que tienes galletas o algo por el estilo o moriré: no como nada desde el almuerzo.

-Claro, Seung están en ese frasco. ¿Quieres estudiar Historia?

Llevé el frasco de galletas a la mesa y me senté con él. Estudiamos y también conversamos un rato hasta que, casi sin darnos cuenta, se hizo la hora de la cena.

Me despedí de mi amigo y salí de su casa corriendo, ya que sabía que corría el riesgo de que mi madre se preocupara. Mientras cruzaba las calles de la ciudad a los tropezones, de nuevo volví a pensar en lo que la Doctora Sang me había dicho.

Sí, definitivamente, a como diera lugar, antes de la graduación yo tenía que decirle a Daesung lo que sentía por él.

No podía resignarme a decirle adiós y a perderlo para siempre.

Notas finales:

Bien, ese fue el primer capitulo, espero que me dejen sus opiniones en un review, prometo actualizar en cuanto allá por lo menos 5 revies x3 soy mala, pero es un comienzo(?


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