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Porque somos amigos por Lee Jong Kwan

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Notas del capitulo:

Este es mi primer Fic
no me asesinen si es muy malo!

Aún recuerdo ese día, fue hace dos años, yo tenía diecinueve casi en los veinte.

Mi mejor amigo de toda la vida, un chico de piel pálida y cabello color caramelo, hace poco tiempo me había confesado el hecho de ser homosexual y además de su amor por mí. Su nombre es Sebastián Ignacio, alias Nacho.:P

En ese entonces mi personalidad era bastante autodestructiva, la pasábamos de fiesta en fiesta, bueno yo la pasaba de fiesta, Sebas en realidad me acompañaba para cuidarme, desde pequeños que se empeña en protegerme, claro que no sabía porque. Estábamos en una fiesta y me emborrache como nunca, Nacho después me dijo que me "acosté" con una extraña, otra cara anónima que se sumaba a las demás y pongo entre comillas porque en realidad dice que la aplaste contra la pared. Cuando ya no me podía ni los pies él me llevo al baño, entre la neblina que era mi mente intente gastarle una broma y lo arrincone.


-así que me amas, pues ¿Quieres que follemos?-le dije.

A lo que él dijo, cosa que encuentro honorable, pues se supone que me ha querido desde que tiene memoria, nos criamos juntos y jamás le había dicho algo así, aunque fuese de mi parte una broma él estaba sobrio y mi voluntad casi se había perdido por completo. Aprovecharse de ello habría sido fácil. Lo seguí acosando y al final lo besé. En un comienzo en realidad luche con mi lengua hasta que abrió la boca y explore todo lo que había allí dentro. Fue sólo un beso y cuando estuve más lúcido me llevo a un parque que había en frente del lugar de la fiesta, le pedí perdón por mi actitud, Nacho quedo muy mal porque le confundí, el siempre había asumido que soy heterosexual y por ende el no tener ninguna clase de oportunidad conmigo, ni siquiera de una noche.

Tan mal me sentía por lo ocurrido que dije "dime algo que pueda hacer para q me perdones"

Gran error.

-Si quieres que te perdone… acuéstate conmigo, una vez, sólo una vez, o no volveré a hablarte.- me miró fijamente muy serio, ahí me percaté de que hablaba en serio, me vi entre la espada y la pared jamás me permitiré perder a mi mejor amigo y punto. Bajo ningún termino. Lo mire a los ojos y me dije a mi mismo o lo haces o lo pierdes, entonces le di mi palabra.


-mañana en mi casa, comemos algo y veamos como termina esto, tienes mi palabra Sebastián.

Entonces el me miro y sus ojos se volvieron como de acero, nunca había visto tanta determinación en ellos. Volví a mi departamento y pase lo que quedaba de noche sin dormir, tan tenso estaba que ni la cabeza me dolía después de la borrachera. Llego la mañana y no pude comer, llego la hora de almuerzo y apenas probé unas verduras, mis dulces como de costumbre eran casi lo único que entraba en mi estómago. Cuando bajo el sol sonó el timbre de mi casa, tragué saliva y fui a abrir la puerta.


-Hola Simón
-Ho…hola Sebastián
-No te preocupes no haré nada
-¿De verdad?
-mhuuum
-pasa, ¿quieres comer algo?
-no solo vine a hablar

Nos sentamos juntos en el sofá. Los ojos de él estaban nuevamente agudos y centrados en mi

-Sebastián, de verdad siento lo que hice ayer
-Yo no lo siento, no Simón, venía a decirte que no volveré a verte. Ayer me di cuenta que jamás avanzaré en mi vida si no te olvido, creo que no podremos ser amigos, siempre tendré preguntas en mi cabeza, siempre querré saber que sería tenerte dentro mío, besarte, acariciarte… mientras te tenga cerca no poder dejar de preguntármelo y no podré ser un amigo sincero.

En ese momento entre en desesperación, yo no conocía mi vida sin él, crecimos juntos y no lo digo por exagerar, nuestras madres se conocieron en la maternidad, creo que eso fue obra del destino. Así que dije algo que jamás pensé que diría.

-Acuéstate conmigo, acaríciame, despierta a mi lado una noche y las preguntas desaparecerán, luego de eso la curiosidad te dejara descansar y podrás ser mi amigo otra vez.- llegados a este punto sé que fui egoísta, pero él era parte de mí, sería como perder algún miembro y parte de mi corazón el no volver a verle.
-Ser tu amigo o jamás volver a verte, esas son las opciones.
-Acepto las consecuencias, pero mientras la opción este al mi alcance haré lo que sea para no perderte, eres mi mejor amigo, por ti haría cualquier cosa.

Entonces me arrodille frente a él y tome su rostro para acercar nuestras bocas, el seguía mirándome y no cerró los ojos cuando inicie el beso, luego empuje mi lengua en su boca y comenzamos a luchar, cerró sus ojos y paso sus brazos por mi cuello. Termine el beso y lamí el contorno de sus labios, él bajo por mi cuello y metió sus manos por mi polera para poder sacarla, tocó mi espalda mientras yo le daba un nuevo beso mucho más profundo, hasta que nuestros dientes chocaron. Le quite el chaleco y la playera que traía debajo, lo levante y lleve a mi cama, entonces pase las rodillas a ambos lados de su cadera, besé su abdomen, su ombligo mientras Sebas desabrochaba mi cinturón, Al final nuestra ropa voló por toda la habitación. Entonces me habló
-¿sabes cómo hacerlo? No es igual que con las chicas.
-nop

Mi respiración ya era entrecortada, me beso de forma salvaje. Lo cual me sorprendió, me di cuenta q él solía ser el seme, y que conmigo estaba haciendo una falta a la regla. Bajo por mi estómago y más.

-siempre has sido muy suave, tan blanco...

Entonces bajo más y engullo mi miembro como si fuera un dulce, debo admitirlo me gustó, me mordí la mano para que mis gemidos no fueran tan fuertes pero no lo logre, entonces me miro y siguió haciéndolo con una media sonrisa, que le valdrían luego unos cuantos golpes, entonces se levantó y posiciono su entrada en la punta, lo mire casi con pánico, no sabía que podía pasar además  él era realmente estrecho para mí. Tome su cadera impidiendo que bajara

-déjame simón, estaré bien
-pero...

No dejo que terminara la frase y se dejo caer, las paredes eran tan estrechas que de mi escapo un grito, él estaba extrañamente silencioso, lo mire y vi q tenia los ojos cerrados.

-¿que... que su... cede?
-solo quiero.. re... ahh... cordar esto...

Una fina capa de sudor brillaba en su piel, comenzó a moverse lentamente, nuestros gemidos se volvieron roncos, como los de un animal, él subia y bajaba y mi erección estaba tan apretada que me estaba volviendo loco, tome su cadera nuevamente y lo puse debajo de mi, separe más sus piernas para poder entrar por completo

-tan grande.. ahh!

Yo no podía parar, jamás me había gustado un hombre pero el seria la vez, estaba enloqueciendo, entonces las estocadas fueron más y más fuertes, profundas y rápidas hasta que Sebastián se corrió entre nuestros abdómenes y con solo un par de movimientos más estaba listo para eyacular, intente salir pero al sentir que mi espalda se ponía rígida el me sujeto en el lugar con sus piernas y me corrí dentro de él. Caí cansado en el hueco de su cuello, pues es más alto que yo, solo podía oír nuestras respiraciones y el corazón de Sebastián. Cuando me pude mover de nuevo salí de su interior y me recosté a su lado me miro por unos instantes y cerró sus ojos.

-mejor de lo q imagine.

Dicho esto se quedó dormido. 

 


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