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What Separates Me From You. por JHS_LCFR

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Notas del fanfic:

Estoy terriblemente de mal humor, quiero llorar y no puedo, tengo hambre y no me dejan comer un puto sandiwch, el viaje que venía planeando desde Febrero se canceló por una estúpida gripe, tengo frío, no puedo dormir...

...y tengo estos feels que me brotaron de adentro repentinamente, así que no se qué hago subiendo esto que me armé patéticamente en media hora.

Los amo ;_; ♥ (?

Notas del capitulo:

Si les pido que escuchen esto de fondo...

www.youtube.com/watch?v=gS9o1FAszdk‎

¿Lo harían? Digo, porque se me ocurrió en base a eso x(

What Separates Me From You.

 

Rasgaba las cuerdas de la guitarra tranquila y cansadamente mientras le cantaba seguramente a un amor pasado e importante, alegando que no se movería de allí en caso de que “esa persona” quisiese volver a él para disculparse mientras amoldaba sus dedos a los trastes. Cantaba también que si quería buscarlo luego de tantos años, lo más lógico sería empezar por el lugar en el que se habían conocido, razón por la cual seguiría esperando allí: sólo por si acaso.

No era lindo. No era feo. Tal vez demasiado alto y delgado, tal vez demasiado carismático, tanto que casi resultaba desalentador para cualquier otro: tenía la cabeza pequeña pero largos y finos labios que se ensanchaban poderosa y repentinamente para mostrar una sonrisa de oreja a oreja deslumbrante…o más bien escalofriante; tenía ojos demasiado grandes para la proporción de su cara y las orejas sobresalían hacia los costados, era un ejemplar…sorprendente. Observando con atención las manos, notó que los dedos eran escuálidamente largos, casi podía abarcar con ella una nota más que cualquier otra persona común y corriente.

Como un Ceésar Franck de la guitarra, pensó.

Se le escapó una sonrisa cómplice de sí mismo justo cuando el artista miraba hacia arriba. Maldición.

-¿Te gusta?—preguntó el alto, sin dejar de mirarlo durante los siguientes quince segundos en silencio—A veces pienso que una sonrisa de un desconocido es la mejor paga.

Yixing frunció el ceño. ¿Paga? Tres segundos le tomó identificar frente a sus pies el estuche de la guitarra con algunas pobres monedas y un boleto de tren. Qué torpe, sinceramente no lo había visto: instantáneamente y por compromiso llevó la mano al bolsillo, una risa tenue lo frenó.

-No es necesario. Dalo sólo si así lo sientes y si crees que me lo merezco—respondió, ¿En qué momento dejó de cantar, cómo hacía para que su voz todavía resonara como canción en su cabeza?

La gente pasaba y parecía perder a esa torre encorvada de vista, caminaba a paso vivo y en el túnel resonaban más los tacos, los gritos y la frenada del tren que su voz, grave y gruesa pero incómodamente informal y amigable. Miró alrededor por sobre la bufanda y suspiró, formando una nube de vaho blanco que le empañó la vista.

-Sí, ya sé lo que piensas—increíble, ahora resulta que también era una especie de psíquico, telépata o algo así—Pero no soy el único ni el mejor que toca aquí, así que mucha atención no me merezco. Después de todo, en el fondo no estoy quebrado ni necesito el dinero…con verme la ropa uno se da cuenta.

Manera de hablar, ¡Calla! No obstante, sus ojos perdieron la apuesta y lo escrutaron con nimiedad; no mentía, definitivamente no mentía: ¿Quién toca a estuche abierto con zapatos negros y piloto oscuro, quién?

Peor incluso… ¿Quién se digna a darle dinero aún cuando lo ve vestido así?

La respuesta de su consciencia fue casi una burla: Casi que tú lo haces.

Puchereó con los labios, le sacó al músico otra sonrisa.

-No llores por mí—rió—Puedo arreglármelas mejor de lo que piensas.

Sacudió la cabeza: este tipo está loco.

Dando media vuelta, se encaminó para el tren sin notar que se le habían pasado quince minutos clave.

 

 

No mires al imbécil, no mires al imbécil…

Se había comido un discurso y un reto interminable al haber llegado una hora a reloj tarde, todo por el idiota de la guitarra y por haberse confundido de tren: cómo pude haber sido tan torpe… ¡Agarré para el lado del zoológico, nada que ver!

No lo miraría, no, definitivamente. Lo ignoraría o a lo sumo le escupiría el estuche con odio por haberlo distraído; estúpido hippie busca dinero: ¡Que se pusiese a trabajar como él, en serio, y así dejar ese mugroso túnel!

Primera vez que nos vemos y ya me distrae…Imbécil.

Quizás el problema estuvo en él por haberse fijado: él sabía que iba con el tiempo justo y que no debía dispersarse, el idioma de por sí ya se le hacía difícil y la escritura a veces se le hacía sinceramente indescifrable. Maldijo entre dientes la transferencia que había llevado a cabo su padre y tomó con fuerza el maletín, dejándose los nudillos blancos. Salió cuando frenó el tren y, para su sorpresa, no había nadie sentado o tocando la guitarra allí.

Anonadado, sacudió la cabeza y se golpeó la frente: ¡Ni que lo estuviera esperando a él!
…Imbécil.

 

 

-Linda valija.

Se giró, extrañado. Había vuelto, le estaba hablando a él y había vuelto. Raro, cuando llegó hacía quince minutos no lo había visto. Agarró con fuerza el café para llevar y frunció el ceño.

-Es un maletín. Un maletín de trabajo—mejor hablarle despacio, de trabajo debe saber tanto como un mono.

-Es una valija, es lo mismo—sonrió, tocando a bajo volumen, casi más para él que para el resto de los peatones.

-¿Qué te cuesta decirle “Maletín”?—preguntó, parándose completamente de frente.

-Lo mismo que a ti decirle “valija”—carcajeó, mostrando esos atemorizantes dientes.

Se inclinó para atrás: el chico definitivamente normal, no era. Se obligó a no cometer el error del día anterior y miró su reloj: otra vez llegaba justo a tiempo. A su izquierda apareció el tren, miró de reojo al cantante y caminó a grandes zancadas, casi temiéndole.

Mientras las puertas se cerraban, juró haber oído un “que te vaya bien”.

 

 

Cuando volvía, se le ocurrió encarar las cosas de un modo… “diferente”.

-¿No tienes nada mejor que hacer?—siseó, fingiendo ser patéticamente indiferente.

-Supongo—contestó el más alto, mirando su instrumento; levantó la cabeza—podría conocerte.

Asco. Aquella sonrisa torpemente coqueta le despertó escalofríos, se sacudió entero.

-Olvídalo, déjalo así—metió unos papeles del trabajo que le habían arruinado el día dentro del bolso y se encaminó hacia la salida que daba a su calle, entre la multitud se giró disimuladamente para ver…

…El chico empezaba a guardar las cosas, como listo para irse.

 

 

-¿Me estás siguiendo?

Aparentemente caería todos los días con algo distinto, pensó el alto. Levantando la cabeza perezosamente, infló las mejillas.

-¿Tú crees? ¿Por qué debería hacerlo?

-Te vi guardar las cosas ayer, justo cuando me iba para mi casa—ese día no llevaba bufanda y el piloto café colgaba del brazo que sostenía su maletín; en la otra cargaba con el café para llevar, parpadeó intensamente—¿Qué rayos te pasa? Pestañea como una persona normal.

-¿Tienes calor? Está helando.

-No contestaste mi anterior pregunta, no escuches lo que te conviene—le retó, empujándolo con un dedo, suavemente.

-¿Por qué siempre estás de tan mal humor?—suspiró, cansado—¿Crees que pueda ayudarte? Te arrugarás todo si sigues así—señaló su entrecejo, pinchándolo efusivamente mientras imitaba su rostro—El rostro te traiciona, pero…con suerte estás pisando poco más de los veinte.

Un manotazo rápido le picó en el dorso, el vaso de café cayó y lo manchó todo: zapatos, estuche, maletín, piloto y pantalón. El más bajo siseó, iracundo.

-¡Mira lo que haces! ¿Cómo carajos voy a ir a trabajar así?

-A mí no me culpes, tú volcaste.

-¡¡Tengo que estar en la oficina en quince y así no puedo presentarme!!

-Ya, ya. Avisa que estás enfermo o…no sé, cómprate un par en el camino.

-¿¡Estás demente!?

El mundo dejó de existir así como los ruidos de la gente. Todo pareció detenerse a su alrededor, mirándolo todo con ojos curiosos y juzgadores, ceñidos en vergüenza ajena o molestia por el griterío.

El más bajo resopló y lo tiró todo al suelo, ensuciándolo. El mar de café rápidamente se adhirió a la tela y el cuero, bañándolos lentamente con su aroma fuerte y su calor.

-¿Por qué hiciste esto?—el más alto hablaba en un susurro, se agachó para tomar las prendas y de un bolsillo del maletín abierto cayeron algunas hojas amarillas que rápidamente se ablandaron y mojaron sobre la bebida—Uh, lo siento. Déjame… - tomándolo con dos dedos, alcanzó a leer una carta de despido y un currículum vítae detrás, escondido casi con vergüenza—Vaya, no sabía.

-No seas idiota, ¡Deja de husmear en mis cosas!—otro golpe seco para arrebatarle el bolso y el abrigo, una ráfaga repentina de viento le hizo temblar violentamente mientras torcía el rostro en angustia.

Corriendo el estuche con el pie, el más alto levantó las cejas y empezó a sacarse la chaqueta apresuradamente.

-Ten, no sea cosa que te enfermes—colocó el sobretodo encima de sus hombros, le quedaba terriblemente gigante—Supongo que…hoy es un día perdido, ¿No?

En respuesta asintió pesadamente, se mordió el labio y se dejó hacer mientras lloraba patéticamente, hipando y sacudiéndose.

-Permíteme invitarte algo—propuso, cargando la guitarra con una mano a un costado de su cuerpo—A la entrada hay un café, ¿No?

-Tocas todos los días aquí, ¿No se supone que eso ya lo sabes?

-Digamos que hace tres meses que vengo por un camino—respondió, señalando el camino opuesto—Pero luego te mudas y empiezas a venir por otro camino—señaló la entrada—Como ese camino lo conoces apenas hace tres días, mucho no sabes; sólo sabes que un chico lindo siempre pasa por ahí.

Levantó la cabeza justo para verle sonreír, apretó los labios y en sus mejillas se pronunciaron los hoyuelos.

-No puedes ser tan malo piropeando gente—contestó, amargado.

-Bien que llamé tu atención las últimas setenta y dos horas—le reprochó contento mientras caminaban—¿Estoy en zona de poder preguntar tu nombre?—tendió la mano libre—Yo soy Park Chanyeol y corté hace tres meses con mi novio, un gusto en conocerte.

Miró la mano con desconfianza: ya qué…

-Zhang Yixing—respondió, aceptando el agarre—Y…no sé…me gustan el café.

 

FIN (Casiquepongo“Continuará”._.”)

Notas finales:

Raro, ¿No?

¿Muy malo? ¿Muy patético? Dx necesito amor ;n; :desesperada: (?)


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