Hay veces en las que estas tan sorprendido que es poco lo que puedes hacer para reaccionar.
Steve mantenía sus labios presionados, poco a poco fueron abiertos por la rápida lengua del moreno. Abrió su boca para respirar. Tony aprovecho ese instante para introducir su lengua completamente. Tomo un puñado de cabello y, suavemente, lo jalo para mantenerlo quieto.
-Tu boca es tan calida-susurro mirando fijamente los ojos de Steve. Con su mano libre toco su trasero- Quizás aquí sea igual.
La mueca contrariada en el rostro de Steve, le hizo sonreír.
Su cabeza estaba apoyada en el mullido respaldo del sofá, sus manos subieron hasta los hombros de Tony para alejarlo. Él no dejo que le apartara, al contrario, volvió a besar su boca de manera hambrienta.
Dejo de besarle y miro su rostro rosado por el esfuerzo.
No se podía controlar. Pero tenia que hacerlo si no quería que Steve le mandara al piso de un empujón
-Iré más despacio…
Como estaba sentado, expertamente, en las piernas de Steve. Meció su pelvis apropósito. Los labios del rubio dejaron salir un gemido. Su propia entrepierna palpito con necesidad.
-No te contengas, quiero escucharte.
Le gustaba la sensación de Steve retorciéndose de placer bajo su cuerpo. Sus músculos se marcaban exquisitamente contra su ajustada playera.
Él era grande. En todo sentido. Y aunque él era más pequeño –de porte- dominaba totalmente la situación.
Su cuerpo ardía.
Nunca imagino que un hombre pudiera llega hacerle sentir tan bien. No importaba cuanto se resistiera él mismo se traicionaba.
Tony nunca se cansaría de besarle, él era adictivo. Sus gemidos, ahogados, eran deliciosos de escuchar. Su piel blanca era perfecta para dejar marcas en ella.
-¡Tony!-gimió Steve
Le había mordido y succionado el cuello fuertemente.
Sonrió malicioso.
-¿No quieres que el mundo se entere de que tienes un chupetón?- Lamió una extensión importante de piel.- Puedo hacerlos donde no se noten.
-¡No! Basta.
-Claro, basta.-repitió burlonamente y se movió sobre Steve- ¿Qué es esto? Me pregunto como esta así, si quieres que pare.
Steve apretó sus puños.
-¿Tu sabes algo de esto, Capi…?-Pronuncio sedosamente su apodo.-Me moveré mas si no me respondes.
Vio la duda reflejada en sus ojos, lo disfrutaba. Él sentía la dureza de Steve contra su estomago. No se rendiría hasta que lo aceptara. Su ego no se lo permitía.
-Yo…-Trago saliva- Quiero que no…
-¿¡Tony!?... Oh por Dios. –Irrumpió Pepper en el salón- Que le estas haciendo a Steve.
Hermoso, estas tratando de seducir al dueño de tus fantasías. Y tu ex novia aparece dramáticamente. Pensó fastidiado
Steve se saco a Tony de encima, y se paro arreglando su pantalón desabrochado. Miro avergonzado a Pepper y prácticamente salio corriendo del lugar.
-Tony nunca creí que caerías tan bajo.-Ella lo miraba acusadoramente.
-Es su culpa por ser tan tentador.-Respondió Tony- No puedes ir por ahí llamándome “Sr. Stark” sin que yo quiera tenerlo para mi.
Él estaba frustrado. Había tenido a Steve a punto de rendirse. A punto.
-Pareces un cavernícola desesperado-Se burlo Pepper.-No s que hacer contigo. Por el momento déjalo tranquilo.
-Sabes que no lo haré. Encontrare el momento apropiado.
-Como si pudieras entrar volando por su habitación, volando.-Se arrepintió inmediatamente al decir eso.
El moreno sonrió ampliamente.
-Gracias por la idea, Pepper…-Le guiño un ojo - Creo que el capitán tendrá visita esta noche, en su habitación…