Blue days
Todos tenemos días negros, que parecen comenzar apenas te despiertas del lado contrario de la cama, como si fuese el día perfecto para haber dormido todo el día y hubiese sido uno aún más productivo.
Pero así como habían días azules, negros y grises, Baekhyun hace mucho que no tenía un día blanco, rosado o amarillo. Donde pudiese gritar que era feliz o que el día estaba bonito, traía muchos problemas en su mente y a pesar de que intentaba romper aquel vicio con sus escritos a media noche, nada parecía cambiar. Así que decidió el mismo crear días rosados.
El primer día intentó un día rosado mientras sentía la calma del viento acariciar su mejilla y su gato en su estómago y a pesar de que la tranquilidad lo ayudo de gran manera, no parecía ser un día ni siquiera un poco más claro que el usual gris. Así que durmió y dejó que el día pasase para que no fuese uno totalmente negro.
El segundo día decidió tomar uno de sus libros favoritos de infancia ( El Hobbit) y entre elfos y aventuras olvidó lo que era el día gris mientras tomaba café con leche y leía. Lamentablemente, él no era Bilbo Bolsón y al rato volvió a su día gris. Debía estar feliz, porque aquel día ya no era negro, por lo menos había sido un poco más claro.
El tercer día sacó su caja de herramientas y de pinturas y luego de mirar el parque comenzó a pintar el lienzo con tranquilidad y meticulosidad. Hacia mucho tiempo que no lo hacía y ver como los colores se mezclaban y creaban tan hermosos colores, hizo que su día pasara a ser un día entre azuloso y gris. Y a pesar de volver a dormir entre llantos, el color de sus día estaba aclarando poco a poco.
Tenía la confianza de que aquello cambiase.
El cuarto día fue a la universidad y en medio de la presentación del curso, algo cambio, fue como un día entre azul y verde, porque unos asientos más adelante una sonrisa le dio buenos días y se presentó como Chanyeol.
El quinto día se levantó cuidadosamente del lado correcto de la cama, la ordenó y se vistió con su mejor conjunto. Incluso, volvió a ocupar aquel lápiz de ojo negro que utilizó para delinear sus rasgados ojos dejándoles un aura misteriosa. Ese día fue incluso celeste, Chanyeol se sentó junto a él en la comida, con otros compañeros que no eran importantes, y halagó sus ojos y la forma de su letra. Recordando lo que era un día blanco se fue a su casa tranquilamente y durmió abrazando su gran oso panda.
El sexto día volvió a repetir aquella rutina de belleza que había olvidado y al llegar al salón de clases, Chanyeol le tenía reservado un puesto junto a él.
Ese día volvió a ser celeste, se rieron e incluso le mostró su habilidad en imitar a una moto lo que causo más de una risa en coro frente al resto de sus compañeros. Con una sonrisa que le acalambró los músculos de la cara se despidió de todos y llego a la casa a mirar lo lindo que era su oso panda y logra de que era. Como sí fuese Chanyeol, pensó.
El séptimo día después de arreglar sus ojos y dejar todo impecable en su casa volvió a utilizar su destacados rosado en clases, le traía felicidad a su cuaderno y además decoraba hermosamente las notas y caras que había Chanyeol en los bordes de su cuaderno. Ese día fue corto, tan corto, que no se dio ni cuenta el momento en el que estaba siendo besado por Chanyeol. Sólo atinó a sostener con fuerza el cuello de la polera que llevaba el mayor. Y entre palabras románticas Chanyeol le prometió que el nunca más tendría un día negro o gris, incluso uno azul.
¿Les cuento lo mejor de todo?
Al doceavo día, Baekhyun conoció los días rojos en su recámara, gritando a todo pulmón el nombre del otro y cumpliendo sus más recónditos deseos. Porque ni el mismo sabía lo placentero que podría ser un día rojo.