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Hearts of noble por LianYu

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Notas del fanfic:

Es otra adaptación de un fanfiction que escribí en la Navidad del 2011. Hace ya mucho tiempo pero que sigue gustándome mucho.

Espero lo disfruten. Me gustaría saber que tal les pareció así que sus reviews son bienvenidos.

Acababa de huir de un viejo y gordo hombre que vestía traje de Santa Claus. Su respiración era entrecortada y la adrenalina corría por sus venas, a cada paso que daba su velocidad disminuía; en un par de minutos se encontraba sentado en las bancas de un parque desconocido, sonreía con alegría mientras veía el gorro de Santa lleno de dinero. Con el dinero robado pensaba comprar regalos a los niños de su ex-orfanato.

 

En la tienda de regalos, el cajero lo vio sospechoso, de todas maneras quién no sospecharía de un chico con el cabello decolorado y con rostro sudoroso que tenía una cortada notoria en su mejilla derecha. Cuando tuvo los regalos subió a un taxi y se dirigió al orfanato.

 

LuHan esperaba impaciente a que llegara su mejor amigo, los niños ya se habían ido a dormir. El plan era escabullirse en el orfanato y dejar los regalos debajo de las camas de cada uno de los niños, sin que las monjas se dieran cuenta de su presencia. Ambos habían sido problemáticos cuando estuvieron en aquel lugar por esa razón querían redimirse haciendo felices a aquellos niños.

 

Los años en que ellosestuvieron ahí, fueron terribles, nunca recibieron regalos y las navidades que pasaron juntos eran como cualquier otro día del año; ellos no querían que los niños se sintieran igual que ellos, por eso les daban felicidad con los obsequios navideños que les otorgaban, hace ya 3 largos años desde que LuHan había salido del orfanato, aunque SeHun aún había tenido que quedarse porque todavía no era mayor de edad.

 

En los primeros dos años el menor le había ayudado a entrar sin ser visto por ninguna monja. Cada mañana después del nacimiento de Jesús, las monjas pensaban que los regalos habían sido un milagro de Dios; aunque SeHun sabía la verdad no podía decirla y matar las esperanzas de esas señoras ancianas y de los jóvenes niños, además que ver a los pequeños sonriendo lo alegraba en demasía. Cuando llegó la hora de que el más alto saliera del orfanato, ya tenía en mente todas las entradas y salidas secretas que podían utilizar ambos para entrar a aquel lugar sin ser vistos o descubiertos.

 

SeHun bajó del taxi apenas este se estacionó frente al orfanato, el mayor cuando lo vio fue corriendo a ayudarle a bajar las bolsas de regalos del auto. Cuando tuvieron todas las bolsas en sus manos fueron hacia un callejón cercano y dejaron las bolsas en el suelo, LuHan fue el primero en llevar una bolsa de regalos hacia el orfanato, cuando regresó, SeHun ya había tomado una bolsa y había partido hacia el mismo lugar. Ambos llevaron las bolsas de regalos, turnándose para que no les robaran el resto de los obsequios. Así pasaron unas cuantas horas cuando terminaron de llevar todos los regalos. Estaban cansados pero no les importaba, antes habían hecho felices a muchos niños y lo seguirían haciendo hasta no tener la necesidad de robar dinero para convertirlo en regalos navideños. Se sentían mal pero de esa manera se aseguraban de que los Santas falsos no se robaran el dinero que estaba destinado a caridad.

 

Antes de medianoche llegaron a su departamento, JongIn los esperaba con la cena preparada y con un par de regalos para ellos. Se sentaron en la mesa y comenzaron a comer, haber entregado esos regalos los había agotado y querían recuperar energías comiendo cuanto antes, JongIn los miró a ambos de reojo y sonrió para sí mismo.

 

-          ¿No los atraparon? –Preguntó curioso el de piel ligeramente morena.-

-          ¿Crees que si nos hubieran atrapado, estaríamos cenando gustosos aquí? –Contestó o más bien, preguntó SeHun mientras ponía un poco de res asada en el plato de LuHan.

-          Solo quería iniciar conversación. –Dijo JongIn en modo de defensa, con el entrecejo fruncido.

-          ¿De qué querías hablarnos? –Cuestionó LuHan mirando desinteresado su plato de comida y  luego voltear a ver a SeHun comer golosamente.

-          ¿Por qué piensas que tengo que decirles algo? –JongIn dejó de comer y apoyó sus codos en la mesa, entrelazando los dedos de sus manos por delante de él.

-          Simple, tu nunca inicias una conversación si es que no te lo piden o si no tienes algo importante que decir. –LuHan le miró a los ojos esperando a que hablara.

-          Tienes razón, quería darles buenas noticias pero no sabía cómo. –Dio un suspiro y sonrió casi imperceptiblemente.- Mi padre les ha podido conseguir trabajo, es en una guardería. Pensé que les gustaría ya que se llevan muy bien con los pequeños, además que ambos saben cómo hacerlos sonreír.

-          ¿Es en serio? –SeHun reaccionó al fin y se alegró tomando ambas manos de LuHan,  sonriéndole a este como un niño pequeño que acababa de recibir un obsequio.

-          ¿Cuándo te comportarás como un adulto? –Le preguntó LuHan.

-          Cuando tu dejes de ser mi cómplice. –Rió y se volteó a ver al otro chico.- ¿Cuándo comenzamos a trabajar?

-          En un par de semanas, pero antes tienen que ir a recoger sus uniformes y sus carnets de identidad.

-          Parece como si fuéramos a trabajar para la CIA y no a una guardería. –Dijo LuHan, burlándose para luego soltar las manos de SeHun.

-          No exageres, después de todo cuidarán a los hijos de los ministros, tienen que ser precavidos por si alguno se lastima o pierde.

-          ¿Seremos niñeras de niños ricos engreídos? –Chilló el mayor de todos, provocando que el más alto y el de piel morena se taparan casi automáticamente los oídos.

-          Mira el lado positivo, así podremos tener experiencia y recomendaciones si deseamos estar en otro trabajo. –Comentó SeHun, apoyando una de sus manos en el hombro izquierdo de LuHan, logrando que se tranquilizara.

-          Está bien. –Suspiró resignado el mayor.

-          Bueno, chicos. –JongIn se levantó de su silla.-  Me tengo que ir, mi familia me espera. –Se despidió de sus amigos y salió del departamento, dejándolos solos.

 

Cuando ambos terminaron de cenar, LuHan llevó los platos al fregadero y los comenzó a lavar. El menor se puso a ver un especial navideño en la televisión, cuando LuHan terminó de lavar, agarró los obsequios de JongIn y fue a sentarse junto a SeHun en el sillón, entregándole su respectivo regalo.

 

-          Hay que abrirlos, no tengo la suficiente paciencia como para esperar hasta mañana en la mañana. –Dijo LuHan con una sonrisa traviesa en sus rosados labios.

 

El mayor quitó con cuidado el lazo del regalo y de la misma manera desenvolvió la caja, al destaparla no pudo evitar fruncir el ceño, sacó la prenda con algo de repulsión, examinándola para después suspirar con resignación. SeHun al ver el regalo que JongIn le había dado a su amigo se puso celoso y tiró su regalo al piso, molesto.

 

-          No sabía que ustedes eran tan íntimos, ¿Por qué no me lo dijiste? –Preguntó el menor, tratando de controlar su ira.

-          No salgo con JongIn si es a lo que te refieres. Es una de sus tontas bromas. Ya me las pagará cuando lo vea. –LuHan metió la prenda en la caja y la tapó, llevándosela a su cuarto dejando a un confundido rubio en el sillón. Cuando regresó sintió cómo SeHun lo miraba de pies a cabeza.

-          ¿Te lo has puesto? – Preguntó curioso el menor.

-          No seas idiota. No utilizo ese tipo de ropa interior y menos si es un regalo del tonto de JongIn. –SeHun al obtener la respuesta del mayor, se levantó del sillón y caminó hasta donde el otro.

-          Entonces si yo te regalara ese tipo de ropa interior, ¿Te la pondrías? –Apenas terminó de decirlo, vio cómo las mejillas de LuHan se tornaban rosadas.- Creo que ya no tengo más dudas con respecto a lo nuestro. –Agarró una de las manos del mayor y la entrelazó con la suya.

-          ¿Qué te hace pensar que me gustas? –LuHan esquivó la mirada del otro, tratando de no sonrojarse más.

-          Yo no dije eso, pero parece que tu mismo lo acabas de afirmar indirectamente. –El menor se acercó más, quedando su rostro a una corta distancia del rostro ajeno.

-          Tu-… –No pudo continuar hablando porque SeHun  había comenzado a acariciar sus labios con la yema de sus dedos, a lo que el mayor respondió cerrando los ojos y suspirando con suavidad, disfrutando de las caricias que le brindaba el menor.

 

SeHun dejó de acariciar los labios del otro y lo sostuvo del cuello para besar, por primera vez, los finos labios de la persona que más amaba en el mundo.

 

Con él había compartido lágrimas, sonrisas, angustias, desgracias y alegrías, había tenido la suerte de encontrar a alguien en quien confiar, sabiendo que nunca lo abandonaría u olvidaría.

 

Se separaron por un corto tiempo, esperando que el otro hablara, el primero que se aventuró a  decir algo fue el mayor.

 

-          Sabes, ¿Cuánto te amo? –Le preguntó con los ojos brillosos a punto de llorar.

-          Sí, y tu sabes, ¿Cuánto esperé por escuchar eso? –Sonrió con dulzura y le dio un corto beso en los labios.- Yo también te amo, no lo olvides. Eres la primera, única y última persona que he amado, amo y amaré.

-          ¿Por qué siempre sabes que decir? –El mayor lo abrazó y apoyó su cabeza en el pecho de SeHun.

-          Porque sé lo que quieres escuchar, te conozco tanto para saber que te gustan las palabras cursis. –Rió por lo bajo mientras acariciaba sutilmente la cabellera de LuHan.

-          Tonto, eres el primer tonto del que me enamoro, ¿Lo sabías? –Sonrió ligeramente, mirando los ojos del rubio.

-          Sí, pero tu tienes la culpa de que sea un tonto. –Acarició la mejilla del mayor mientras juntaba su frente con la de él.

-          Sí, lo sé. Por eso es que te amo. –LuHan rodeó con sus brazos el cuello de SeHun y lo besó por tercera vez, solo que ahora era diferente.

 

Era un beso con deseo, un beso que necesitaban hace mucho tiempo, un beso que ansiaban poder tenerlo, un beso que los excitaba y que los hacía entregarse el uno al otro, entregarse a su puro amor.


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