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EL INQUILINO por lunayaoi

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Notas del fanfic:

Buenas a todos y todas... supongo que este será el último fic que escriba en este año (o en mucho tiempo). Solo espero que les guste.

 

Todo lo relacionado a Naruto no me pertenece, pertenece a su creador y todos los derechos reservados.

 

Esta historia esta basada en la pelicula Just Like Heaven dirigida por Mark Waters. con algunas modificaciones...

Notas del capitulo:

Al principio será confuso, pero bueno a medida que se desarrolle irá tomando sentido.

De ante mano gracias por leer.

 

1.      EL COMIENZO

 

Hospital Universitario Saint Charles, New Orleans.

-        Mmm…

-        Naruto?? –dijo tocando levemente el hombro del chico dormido- dios…

La chica simplemente tomo muna de sus orejas le susurró algo y logró despertarlo bastante alarmado. Ella simplemente sonrió al ver los ojos empijamados del rubio, unos gratos ojos azules bastante enérgicos y alegres, pero que en esta ocasión se presentaban bastante cansados y sin aquel brillo característico que les gustaba a muchos.

Los rubios cabellos del chico eran un gran desastre, revueltos y sin forma siendo agarrados con pinzas y sujetadores que intentaban domar tan fiera cabellera, y su piel canela ahora un poco pálida, perdía su color natural mientras más tiempo pasaba en el hospital. Además su uniforme verde turquesa y su bata blanca estaban realmente arrugados y desacomodados.

-        ¡¿qué?! –se levanta bastante asustado -¿qué paso? ¿Me dormí?

-        Sí.

-        ¿Cuánto tiempo?

-        Seis minutos.

-        ¡¡Rayos!! –se colocó bien su bata blanca y se levantó con pereza de la silla- ¿hay algo para mí?

-        Lo de siempre… -dijo entregándole un paquete de hojas.

-        Gracias Jane –sonrió- ¡¡en un momento voy!!

-        Está bien… ¡¡estaré afuera!!

Bostezó una vez más y se dirigió a la máquina de café para pedir un expreso bien cargado que lo mantuviera despierto. Había casi cumplido 23 horas de servicio en el hospital, había sobrevivido a punta de café y ensaladas de la cafetería mientras hacía sus rondas en la UCI (unidad de cuidados intensivos) y en Urgencias. Su cuerpo pedía descanso pero su mente estaba enfocada en algo más, acomodó su estetoscopio y le dio un gran sorbo a su café.

Mientras intentaba no volver a dormirse una de sus colegas entró por la puerta, una chica de cabellos rosa pálido, ojos grandes y verde jade, una piel bastante clara a comparación de la suya, bastante bonita y de muy buen ver. Su nombre de pila, Haruno Sakura, egresada de la Universidad de Oxford de medicina y especializada en neurocirugía y cirugía cardiovascular, a sus escasos veintitantos había logrado mucho más que cualquiera de sus colegas veteranos. Uno de los grandes y reconocidos defectos de aquella casi perfecta mujer, su muy mal genio. Era legendaria su fuerza bruta y su diabólica forma de tratar a las personas que no atendieran a sus “recomendaciones”.

-        Hola –dijo extrañada- ¿qué estás haciendo aquí?

-        …

-        ¿Cuantas horas llevas ya?

-        Ahhh… -intentó hacer el cálculo- 23 horas… -contestó no muy seguro.

-        ¡¿23 horas?! –gritó enfadada- ¡deberías largarte! ¡¿No ves que eso puede ser perjudicial para ti??!

-        Pero si me voy…

-        ¡Pero nada!

-        Sakura-chan, si me voy ¡no lograré ser médico titular!

-        ¡¿Otra vez con eso?!

-        Pero…

-        Como quieras… pero si te desmayas, conocerás lo que es el dolor –amenazó.

El rubio tomó su taza de café muy fuerte y se escabulló debido al terror que a veces esa chica le producía. En esos momentos agradecía no ser los pobres chicos novatos que deseaban ser residentes en el hospital, ya que la encargada de ellos sería precisamente ella. Decidió enfocarse, respiró profundo y salió de nuevo a la batalla; sonrió al ser interceptado por una de las practicantes de medicina que hacía de enfermera acompañante, Hinata Hyuga quien se hacía cargo de los casos de su división en su turno.

-        Mire, este es el Sr. Johnnson

-        Deberás aprender a cubrir sus puntos –explicó mientras caminaba hacia su sector- luego podrás darle de alta –dijo entregándole la hoja.

-        Esta es la Sra. Elis.

-        No no no no ella necesita un electrocardiograma –dijo mientras le señalaba algo en el papel- ¿ves?… tiene los tobillos inflamados.

-        Está bien… gracias!!

La chica tomo de nuevo las planillas y se echó a correr mientras él seguía su recorrido por el pasillo. Otros de los nuevos chicos corrían presurosos, volvió a respirar cuando observó que uno de los sujetos más irritantes de la historia se acercaba a él. Ahora entendía el alboroto de los pobres novatos.

Aquel irritante sujeto era Kabuto Yakushi, uno de los mejores médicos residentes del hospital, altas calificaciones, exactitud incorregible y estudiante de posgrado de Urología y cirugía correctiva. Usaba lentes para ocultar su afilada mirada, de cabello cenizo y sujeto en una cola baja, estatura promedio y contextura poco sobresaliente; competía con él para el cargo de médico titular, un chico bastante brillante con un gran defecto, tenía el ego más grande de todos, inclusive más grande que el mismísimo gran cañón y trataba a las personas como mera mercancía o basura, eso dependía de las circunstancias.

-        Naruto-kun, me hice cargo de trauma dos mientras dormías

-        ¡Yo no me dormí -ttebayo! Solo…

-         Si claro… de nada –dijo caminando hacia otro lado.

Solamente bufó por la frustración, pero antes de poder decir algo más uno de los enfermeros le entregó otro paquete con las planillas de los que necesitaban de su revisión.

-        Te esperan en la cinco y en la siete.

Ya sabía que esa profesión era de gran sacrificio y hasta un poco altruista, pero era lo qque había escogida para la vida y no tenía derecho a quejarse de nada. Así que sacudió un poco su cabeza y  entró en uno de los cuartos de sus pacientes, un chico de tez blanca, cabellos negros y sonrisa bastante enigmática (por no decir falsa) su nombre según la planilla era Kitahara Sai.

-        Ino!!! –viró mientras intentaba localizar a la chica- alguien ha visto a Ino??!!

Ino Yamanaka, su mano derecha y enfermera de la unidad de urgencias. Rubia de cabello largo, ojos azul cielo y una personalidad bastante independiente y fuerte. Desde que había llegado al hospital, ella le había enseñado todo lo que tenía que saber, los trucos, atajos y facilidades del hospital –además de la gente- era en términos generales una mujer grandiosa. Solo que cada vez que la necesitaba, no podía encontrarla por ningún lado hasta que ella escuchaba sus gritos.

-        Perdón!!... perdón… aquí estoy –dijo mientras se terminaba de arreglar la ropa y se recogía el cabello en una cola de caballo.

-        Ahh que bien, aquí estas – exclamó contento- Hola Joven Sai soy el Dr. Uzumaki –luego encaro a su acompañante- examen completo de sangre, electrolitos y orina

-        Está bien

-        Hay algo que pueda hacer por usted?? Para que se sienta más cómodo??

-        Nos casamos??

-        Vaya!! –sonrió- jejejeje

-        Tengo una linda caballa cerca al océano y un lindo carro para pasear.

-        Entonces no podré rehusarme, voy a llamar a mi hermano y voy a pedirle su traje prestado está de acuerdo?? Bueno entonces espere aquí… -luego pasó a hablar con su enfermera- tu… cuida a mi prometido y disminuye la dosis de morfina-terminó por susurrar.

Y así empezó su mañana, acomodando hombros dislocados, suturando heridas y curaciones de raspones y heridas abiertas mientras evitaba que sus pervertidos pacientes se sobrepasaran. Luego pasar las historias clínicas a la base de datos simultáneamente mientras digitaba los datos importantes de sus pacientes en el computador o computadores de la recepcionista e interpretando los resultados médicos para dar paso a los diagnósticos:

Infección urinaria

Neumonía

Coma diabético

Hipocondría

Problemas renales

Y para rematar con su bebida favorita, un Capuchino descremado con vainilla y sin azúcar.

Observó su reloj de pulsera y vio que ya habían pasado dos horas, estiró un poco su cuello y de la nada se encontró con su extraño paciente nuevamente.

-        Joven Sai

-        ¿Te casas conmigo?

-        Claro que si joven… pero primero debe colocarse una bata… -concluyó al ver como el blanco trasero de su paciente relucía en el pasillo- ¡¡¡Ino!!!

-        ¡Perdón! –se disculpó la chica rubia mientras tomaba el tubo del suero y el brazo del chico para enviarlo de vuelta a la habitación.

En el baño, un grupo de chicas reunidas tratando de des estresarse mientras tomaban fuerzas para su turno siguiente. Naruto entró de improvisto y captó a su amiga Sakura frente al espejo maquillándose debajo de los ojos.

-        ¿Te estás pintando de mimo Sakura? –preguntó burlón el rubio.

-        Es que note que mis ojeras asustaban a mis pacientes... –contestó sonriente.

-        ¡Mentirosa! –exclamó Ino- Tiene una gran cita esta noche.

-        ¿A si? –preguntó con tono pícaro el rubio.

-        ¡¡¡No le digas!!! –exclamó Sakura queriendo asesinar a la rubia- Voy a cenar con mi ex y su madre, él nunca le dijo que nos divorciamos y no quiero ser responsable de la muerte de una mujer de 80 años

-        Bien… -habló otra chica saliendo de uno de los baños- entonces cambiaré guardias contigo… -suspiró mientras se acomodaba su peinado y se miraba en el espejo- yo debo ir a casa a coser seis disfraces de oruga con piel de velcro para Maya

-        ¡Ohhh! no entiendo como lo hacen –intervino Ino- Chouji quiere tener hijos y yo no tengo tiempo para afeitarme las piernas

-        Deja de afeitarlas y te dejará en paz –concluyó una feliz Sakura

-        ¿En serio? –preguntó Ino

-        Hubiera sabido lo de la afeitada y Neji ni se me acerca…. –exclamó cansada la otra chica del baño- Vaya Naru tienes suerte… solo tienes que preocuparte por tu trabajo

-        ¡¡Es cierto!! –complementaron las otras dos.

Todos llegaban a decirle lo mismo, la mayoría de sus colegas ya eran gente casada y muchos de ellos con hogares ya establecidos, hijos y un perro. Pero el, era alguien solitario que había dejado de ir en citas desde que había entrado a hacer la residencia en el hospital. Se observó en el espejo y vio su figura cansada y solitaria, a veces deseaba que su situación fuera diferente, al menos tener a quien saludar cuando llegara a casa, regañar a alguno por algo o simplemente tener a una persona con quien discutir sobre los muebles, la comida o la televisión. Pero ni gato tenía por qué el pobre o moriría de inanición o de depresión por extrema soledad.

Sus hermanos al menos tenían vidas un poco más sociales, pero él se había estancado y no se había dado cuenta de cómo eso afectaba su vida. Sus ojos azules se llegaron a empañar por su triste perspectiva de la vida que estaba viviendo, pero la voz conocida de los chicos de su piso le sacó de sus cavilaciones.

-        ¿Dr. Uzumaki está usted ahí?

-        … -limpió el amago de lágrimas que intentaban salir- ¡¡¡Si ya voy!!!

Rápidamente se acomodó y sonrió a su reflejo, se colgó su estetoscopio en el cuello y salió a interceptar a su enfermero.

-        Tobillo en cama 2

-        Muy bien –observó las radiografías bajo la luz del pasillo- no hay fractura –señaló para luego entregar el negativo- solo véndalo y mándalo a casa. Gracias!!

Antes de poder continuar con su ronda, su celular sonó. Abrió la tapa y reconoció el número que lo llamaba, sonrió y contestó.

-        ¿Diga?

-        ¿Vas a venir no?

-        Si… voy a ir. –suspiró sonriente.

-        ¡Qué bueno! Por qué el muchacho es genial

-        ¿Lo conociste? ¿Está ahí?

-        Eehhh pues… no, no lo conozco en persona.

-        Nagato ¿no me estarás juntando con un completo desconocido verdad?

-        ¡¡No!! Es un amigo de un viejo amigo y sé que es muy agradable.

-        ¡Ayy no! ¿qué significa eso? –preguntó tomándose la sien- eso no es bueno… no me digas, es gordo y con sentido del humor –contestó sarcástico.

-        ¡Oye!… -suspiró- no fue tan fácil hacer que viniera… él tampoco está acostumbrado a las citas a ciegas, ¡¡Además es extranjero!!... ¡¡Tienen que hacer tanto escándalo!!

-        Si voy a llegar -suspiró- pero estoy muy ocupado esta noche

-        ¡¡¡Ahhh no!!! Nada que de que estoy ocupado…

-        Pero… Nagato soy perfectamente capaz de conocer personas solo

-        Lo se Naru… solo quiero que conozcas a uno que no sangre

-        Ok… ¿sabes que ya me propusieron matrimonio dos veces hoy? –dijo mientras asentía a las indicaciones de uno de los enfermeros

-        Me encantaría casarme contigo -exclamó por tercera vez aquel pelinegro paciente

-        Si joven Sai, por supuesto –contestó mientras intentaba sostener su celular con el hombro mientras firmaba- ya van tres… y te veré a las 7.

-        A las 7

-        ¿Que preparó Konan?

-        Lasaña con la receta de mamá –se escuchan ruidos de objetos caer y gritos de niños- Y no llegues tarde.

-        Ok…. Llevo día y medio comiendo ensalada de la cafetería, lo que sea es bueno.

-        Quien puso a Bob esponja en la pasta!!! –escuchó otro grito de fondo y risas-Tengo que colgar, Kurama y Yahiko ya llegaron, ¡¡cuídate!!

-        Si adiós…

Colgó su celular y agradeció por un segundo no tener que lidiar con los escandalosos hijos de su hermano mayor Nagato. Uzumaki Nagato era el segundo de los hijos de Minato Namikaze y Kushina Uzumaki, estaba casado desde hacía cinco años con una hermosa decoradora de interiores y campeona mundial de Origami, Konan Mine. Tenían dos adorables e hiperactivos retoños de tres y cuatro años. Siempre en sus días libres suele pasarla con ellos y sus sobrinos, que siempre le hacen reír con sus travesuras.

También estaban sus otros dos hermanos, en primer lugar se encontraba Youko Uzumaki (alias Kurama) el primogénito de la familia, de cabellos rojos, largos y despeinados, piel clara y ojos iguales a los de su mamá, pero de carácter serio y personalidad huraña igual a la de su papá. Se dedicaba a recorrer el mundo practicando deportes extremos, pero ocasionalmente su atlético y musculosos cuerpo -además de su varonil cara- le conseguía a veces contratos para modelar y patrocinar sus locos viajes de aventura.

El que le sigue en lista es su hermano Nagato, pelirrojo y de ojos oscuros muy parecido físicamente a su madre pero al igual que Youko, con la personalidad de su padre. Casado y dedicado a su pequeño negocio de tecnología e informática; él era un reconocido ingeniero electrónico y hacker (en sus años adolescentes). Conoció a Konan en uno de los mundiales de robótica de los que participaba cuando estaba en la Universidad y ahora vivía feliz.

Y por último, estaba su hermano mellizo Yahiko Uzumaki. De cabello naranja y ojos marrón oscuro físicamente igual a su papá (igual que él), de personalidad alegre y explosiva similar a la de su mamá solo que él era un chef reconocido que a veces se dedicaba a dar clases en el centro comunitario.

-        ¿Cuánto tiempo llevas aquí? –preguntó una voz conocida sacándolo de sus cavilaciones.

Aquella que se le presentaba era Tsunade Senju, la cabeza del Hospital Saint Charles y la mejor médico cirujano que haya pisado ese centro. Cabellos rubios un poco más claros a los suyos, ojos miel y un pronunciado busto eran sus características físicas, pero su explosiva agresividad y fuerza más su sensibilidad referente a su edad eran una combinación bastante peligrosa. Observó un poco más y se dio cuenta que Kabuto estaba a su lado un poco nervioso ante la pregunta de la mujer.

-        Doce horas –contestó escueto

-        ¿Y tú? –señaló al rubio.

-        Un poco más que él – respondió un poco desubicado

-        Adelante Kabuto –señaló cuando entró un enfermo por herida con arma blanca.

-        Con permiso –se retiró el chico mientras que el rubio intentaba hacer lo mismo.

-        ¡Naruto! –llamo la mujer

-        ¿S-si señora? –respondió algo asustado

-        Iba a esperar hasta mañana pero quería que te enteraras de que ya tomé mi decisión.

-        … -abrió los ojos sorprendido.

-        Quiero que tú seas el medico titular.

-        ¡¡¡¿En serio??!!! ¡¡¡Gracias!!! –la abrazó

-        Esper…espera, ¡¡oye!!

-        ¡¡Gracias Tsunade baachan!!

-        ¡¡Aun no has ganado!!! –dijo mientras carraspeaba un poco- y…

-        … ¿¿y??

-        A diferencia de otros te preocupas por los pacientes que por quedar bien conmigo, extraña estrategia pero me gusta.

-        Tsunade-sama yo… no sé cómo agradecerle esta oportunidad, hay tanto que quiero lograr aquí que no puedo esperar a empezar.

-        ¡¡Naruto!! –llamó su atención.

-        ¿Sí?

-        Lo que necesito que hagas ahora es que te vayas a casa

-        Es que tengo que… -dijo tratando de señalar

-        Haz estado aquí 26 horas –la miro extrañado- lo sé todo

El rubio sonrió nervioso y salió como alma que lleva el diablo. Conocía perfectamente el carácter de la rubia y lo doloroso que podrían llegar a ser sus contundentes golpes y para evitar arriesgarse lo mejor era hacer caso. Sin embargo al abordar el ascensor para irse a casa alguien lo intercepto.

-        Dr. Uzumaki

-        ¿Sí?

-        Hay una oclusión intestinal en la seis, o al menos eso creo que es… ¿podría venir un momento?

-        Ahhh -suspiró- si claro.

Quince minutos más tarde iba conduciendo su auto rumbo a la casa de su hermano Nagato mientras hablaba por celular con el mencionado.

-        Si lo sé, Voy muy tarde –se disculpó

-        Ahhh no te preocupes aún no ha llegado.

-        A bueno… pero ¿adivina qué?

-        ¿Qué?

-        ¡¡Me ascendieron a titular!! ¡¡¡Me quedo en Nueva Orleans!!!

-        ¡¡¡¡¿Qué??!!!! O por dios… ¡¡Hay que celebrar!!

-        ¡¡¡Lo sé!!!

-        ¡¡¡Muchachos ascendieron a Naru!!! –gritó en el auricular- Te estaremos esperando… ¡¡¡no te tardes!!!

-        ¡¡No!! –dijo mientras escuchaba gritos de júbilo por la noticia para luego colgar.

Colgó la llamada y puso su celular en el asiento del copiloto, para amenizar su viaje le subió el volumen al radio del auto, pero antes de percatarse de algo más un gran camión venía a centímetros con dirección hacia él, todo lo que se escuchó fue un fuerte…

¡¡¡Crash!!!


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