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Frío y Perfecto por Leana

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Notas del capitulo:

Lamento la demora -.-U Pero es que al entrar al instituto se me hace imposible actualizar más a menudo ><

Ojalás la epera valga la pena (:

Aquí está el segundo y último capìtulo, espero lo disfruten :3

 

 

 

El sol ilumina la celda y despierta a un chico de cabello castaño. Eren parpadea varias veces, se estira y suspira mientras se incorpora, alza la vista y ve un elegante sitial que desentona totalmente con el grisáceo sucio de aquel lugar. Se fija en la portada del libro que descansa sobre aquel objeto y recuerda que el capitán Levi se quedó aquella noche para cuidarlo. Una sonrisa asoma a sus labios, pero el recordar también la razón por la que lo hizo, lo hacen fruncir el ceño con brío.

 

Aprieta las sábanas de su cama -No puede ser... me eh convertido en un puto estorbo para todos, y para él- piensa el chico con tristeza, pero no se quedara de brazos cruzados.

 

-              Lograré dominar al titán.

 

 

 

 

 

 

 

 

El día es caluroso, está despejado y el astro rey resplandece sobre los muros. Rivaille está parado de brazos cruzados, su expresión es monótona mientras observa los alrededores por si hay peligro. Gira la cabeza y una punzada de dolor hace que alce su brazo para masajear su cuello.

 

-              Al parecer alguien no tuvo una buena noche.- La voz de Hanji capta su atención, la mira mientras se acerca

-              Pues no- reconoce Levi. -Eren tuvo un ataque, así que dormí en su celda para resguardar nuestra seguridad.

-              Nuestra seguridad- repite la pelirrojiza.

 

Rivaille se gira levemente para mirarla de reojo, el tono que ha usado es ¿insinuante?... la chica sonríe y se acerca de manera cautelosa, pero él sabe que algo se trae.

 

-              A él sólo debes cuidarlo de ti.

 

Sus palabras lo dejan atónito -Demasiadas veces en estos días- piensa, y la chica se aleja. El capitán no le da explicaciones a nadie, tampoco las pide, así que sólo se limita a encogerse de hombros y seguir observando el territorio.

 

-              Capitán Levi.- Reconoce esa voz: Armin. -E-eren- la voz del blondo tiembla y Rivaille frunce el ceño. -Eren no está.

 

El de cabello azabache abre los ojos de manera desmesurada, se tensa y levanta la mano para masajearse el puente de la nariz: está irritado. Y mucho.

 

-              Cómo eso de que no está.- La mirada que le dirige al pobre muchacho hace que se le pongan los pelos de punta.

-              Esta mañana fui en su búsqueda para que fuéramos a tomar desayuno, no estaba en su celda, lo eh buscado y nadie lo ha visto... nadie.

 

El mayor suelta un bufido, muy bien, jamás se ha imaginado tantas cosas en menos de dos segundos, hasta el punto de que la preocupación lo pone inquieto. ¿Por qué se siente así? Pues porque el muy idiota de Jaeger ha huido. Quizás que cosas maquinaba en esa mente testaruda e impulsiva.

 

 

 

 

 

 

 

 

Todos se reúnen en el comedor para discutir el asunto del chico con poderes titánicos. Nadie lo ha visto desde la noche anterior, pero no se muestran señales de forcejeo, así que lo más probable es que haya huido. ¿Pero por qué lo haría? ¿Y si salió a cazar Titanes por su cuenta? Todos se observan preocupados, buscando explicaciones, pero bien saben que ahora sólo queda buscar al muchacho.

 

-              Escuchen.

 

 

El Mayor Pixis entra con su impecable uniforme y las manos en la espalda.

 

-              Dejaremos que Eren vuelva por su cuenta, todos a sus labores. Es una orden

 

A pesar de que algunos se sienten confundidos, nadie contradice al Mayor. Vuelven a sus tareas entre murmullos y algo preocupados, pero si el Mayor lo ordena, es porque algo se trae.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entrada la noche unos pasos cautelosos cruzan los pasillos de los muros, un chico revisa todas las esquinas antes de seguir su camino. Al llegar a las escaleras baja con rapidez. Todo está vacío, le parece muy raro, pero seguramente están buscándolo a él, mañana les explicará lo sucedido, ahora está muy agotado.

 

Cuando llega a su destino suelta un suspiro cansado, entra a la celda y se sienta sobre la cama mientras comienza a quitarse la chaqueta de su uniforme, cuando escucha un sonido desde el rincón de su celda.

 

Mierda. Maldición. Jodida suerte.

 

Se gira con lentitud, y ve ese semblante sombrío, sombrío y enojado... furioso.

 

Eren se levanta de golpe, observa al capitán que lo fulmina con la mirada mientras rodea la cama, se coloca los guantes justo antes de quedar frente al menor.

 

-              Este...- pero las palabras del castaño quedan a medio camino.

 

Un puñetazo certero impacta de lleno en su boca. El dolor se hace presente y Eren se lleva la mano al labio herido, sangre. Pero Rivaille no piensa detenerse. Se ajusta el guante de cuero y vuelve a golpearlo, esta vez en el ojo, el chico aún no procesa lo que está sucediendo. Apenas se defiende y no ve cuando una patada le da en las costillas derechas, la pierna del mayor se alza y le llega el segundo impacto en la mejilla.

 

Se desploma, por el cansancio y el shock en el que se encuentra sumido. No sabe porque Levi lo golpea, lo castiga. Se apoya en el borde de la cama, cabizbajo y triste.

 

-              Eres un mocoso muy desobediente- Rivaille habla entre dientes y tiene la mandíbula tensa. -¿Sabes que casi perdemos tu tuición? Y a mi chiquillo, no me gusta perder.

 

El de ojos grises lo toma del pelo y lo jala, así le propina otro puñetazo en el rostro. Con rabia, repite el golpe, una y otra vez.

 

De pronto Eren sujeta su muñeca tomando al mayor desprevenido, alza la vista mostrando su rostro magullado. Se levanta y la expresión del capitán vuelve a la monotonía.

 

-              Tuve que hacerlo.- Su voz es fría, llena de rabia contenida.

-              Debiste preguntar Eren, si pones en peligro a la humanidad debo matarte, y lo sabes.

-              Y por eso mismo tuve que hacerlo- dice el chico mientras se levanta. -Debía salir al bosque, a la libertad, para poder entender al titán que llevo dentro. Para dominarlo. Usted sabe que no puedo perder el control... que no debo ser débil.- Eren alza la vista y clava sus ojos en los del mayor. –Sobre todo por usted, es importante para mí, jamás podría defraudarlo.

 

El menor no deja de mirarlo, sus ojos centellean ante lo dicho a su capitán, y el de cabellos negros no cambia su expresión de monotonía. Pero en su interior las palabras del ojiverde resuenan energéticas e implícitas. Medita un momento, sabe que el chico es sincero.

 

-              Eren.- Levi suspira, se acerca más al joven y alza el rostro. -La próxima vez que hagas algo como esto, me consultas, porque, óyeme bien, me perteneces mocoso.- La voz del mayor es ronca e insinuante, lo cual provoca el sonrojo del chico, haciendo que trague con dificultad. -Y odiaría que algo te suceda sin haberte aprovechado.

 

Rivaille lo toma por el cuello de la camisa y lo jala hacia él, sus labios hacen contacto de manera suave, tenue. Jaeger no puede creerlo, tiene los ojos abiertos como platos, no puede creerse que después de tantas noches de haberlo imaginado, de tocarse a sí mismo pensando en el capitán, por fin se haga realidad. Está enamorado de él, si no ¿cómo se explica que cada cosa que haga sea para impresionarlo? para satisfacerlo. Él lo tiene muy claro, aunque el mayor jamás ha demostrado otra cosa que no sea cautela con él.

 

El capitán prueba los suaves labios del de ojos verde azulados, traga y el sabor metálico de la sangre se impregna en su garganta. El labio del menor aún está partido por los golpes anteriores, y la sangre se escurre por su lengua, la saborea perdido en el beso que comparte con el castaño, de todos modos las heridas sanarán en cosa de minutos.

 

Jaeger siente cuando la lengua del de ojos grisáceos se cuela por entre sus labios, tibia y húmeda, se mueve rozando su boca. El menor apenas es capaz de pensar, de responder a semejante acción, pero no se quedará atrás.

 

Se aferra al cuello de Rivaille para profundizar el beso, sus dedos se enredan en la cabellera negra del mayor mientras su boca responde al beso exigente y que sube de tono. Sus lenguas se enroscan tácitas, abre más la boca para permitir a Levi un mayor acceso. No se da cuenta cuando las manos del capitán comienzan a sobarlo por encima del pantalón, haciendo que se queje cuando su erección comienza a notarse.

 

Levi muerde el labio inferior del chico y jala mientras lo mira, está ruborizado, muy nervioso y el mayor disfruta con ello.

 

-              Eren.- El muchacho lo mira tímido. -Si estás seguro de lo que quieres, pídemelo.

-              Este...- tartamudea el oji-verde. -Es... es demasiado vergon...

-              Pídemelo.

 

Rivaille lo mira fijamente y Eren sabe que es una orden. Además, él mismo fue el que empezó, así que ahora sería sumiso.

 

-              Tómame, Levi.

 

Una media sonrisa se forma en los finos labios del mayor: está satisfecho. Se acerca y lame el hilillo de sangre que se escurre por la mejilla del castaño a causa de la patada anterior.

 

-              Odio que te ensucies. Vamos.- Dicho esto, se cruza de brazos y sale de la celda. Eren pestañea confundido, se muerde el labio y camina tras él.

 

Suben las escaleras y el menor piensa en lo avergonzado que está. ¿Decirle que lo tomara? ¿Es que acaso estaba jugando con él? Aunque está seguro de que Levi disfruta con hacerlo sonrojar.

 

Se detienen y Eren se da cuenta de que están en el pasillo de las habitaciones, el mayor saca la llave y abre la puerta.

 

-              Pasa.

 

El muchacho entra y observa el cuarto, las cortinas abiertas dejan entrar la plateada luz de luna, la cama está en perfecto estado, pulcra y estirada. Al igual que todo en la habitación. Hay una estantería llena de libros, unos pocos muebles y nada personal, pero sabe que pertenece a su capitán: todo está limpiamente perfecto.

 

De pronto alguien toca su espalda haciendo que el menor se tense, la mano se desliza suave por su columna. Luego se aleja y siente ambas manos en sus hombros. Rivaille lo gira, su expresión fría no se borra, pero sus ojos centellean de deseo. Empuja levemente al chico y lo sienta en el borde de la cama, se arrodilla sin dejar de mirarlo. Eren lo mira esperando su próxima acción, el mayor desata el cinturón del chico y toma su miembro sin cuidado. Lo masajea y el menor aprieta los dientes ante el placer.

 

Rivaille estudia cada uno de sus gestos, se inclina y lame la puta. El chico se sobresalta, avergonzado hasta más no poder, y el mayor se da cuenta de que Eren jamás ha tenido algún tipo de encuentro sexual, lo cual lo hace sonreír para sus adentros.

 

Abre la boca y engulle el grueso eje con lentitud y por completo. El de ojos verdes con tintes azules se queja, cierra los ojos con fuerza mientras el mayor desliza sus labios por la piel sensible de su erección. Lo hace lento, de manera deliciosamente tortuosa.

 

-              Mocoso- lo llama y el menor abre los ojos mientras jadea agitado. -No pienses que te aliviaré, te escapaste y necesitas un castigo por ello.

 

El de orbes grisáceas succiona su glande y el chico gime ruidosamente.

 

-              Sólo debes arrepentirte...

 

Entonces vuelve a succionar, pero más fuerte, abre la boca y desciende, sube y baja, aprieta y suelta. El chico se aferra a las sábanas con fuerza, suelta improperios y mueve las caderas. Levi disfruta con ello, con castigarlo de esa manera y desliza su lengua desde la base hasta la punta, chupa y vuelve a deslizarla.

 

-              ¡Nunca más capitán!- exclama el menor con voz estrangulada.

-              ¿No volverás a desobedecerme?

-              N-no...

-              Pues no te creo.

 

Se lleva su miembro a la boca y desliza sus dientes con suavidad por el eje duro del chico, quién se retuerce y gime sin control.

 

-              Me arrepiento capitán Rivaille- jadea suave, sin fuerzas. -No se volverá a repetir, nunca.- Una sonrisa asoma a los labios del moreno.

-              De acuerdo.

 

El mayor toma el miembro del chico y lo masturba de manera brutal, haciendo que en pocos minutos se corra en su mano. El chico se retuerce ante el orgasmo y observa Levi cuando se lleva la mano a la boca y lame su hombría. La imagen es tan morbosa que pronto se le pone dura, preso de la excitación.

 

Rivaille se levanta y se inclina dejando su boca a escasos centímetros del de orbes verdosas.

 

-              Ahora si vamos enserio- susurra sobre sus labios

 

Lo besa con fervor, necesidad y compromiso. Rivaille lo desea, sí, desde hace mucho, sólo en sus sueños ha podido suplir semejante impulso. Debe resistirse en los entrenamientos, a la hora de comida, en las noches. Pero ya no, ahora el chico está en su cuarto: a su merced.

 

Se separa y le quita las botas, sigue con sus pantalones y muerde su rodilla ascendiendo a sus caderas. Eren alza sus manos temblorosas y desabrocha los botones del capitán con torpeza. El mayor lo observa, está ruborizado y con el ceño fruncido intentando desabrochar la camisa que Levi lleva puesta. Cuando lo logra, la quita y el capitán tras la espera, lo besa brusco, mete su lengua y saborea la boca del chico inexperto. Eren pasa sus manos por el pecho del de cabello como carbón, acariciando su blanca piel, sintiendo los músculos trabajados y firmes. En tanto, el mayor desabrocha su pantalón y se aleja para quitarse las botas mientras el chico se desprende de la camisa y termina desnudo ante él.

 

-              Acuéstate.

 

Avergonzado y sumido por la expectación el menor le hace caso y gatea para apoyar su cabeza en la almohada. Rivaille abre su velador y saca un pote de color blanco, gira la tapa y se acerca al joven acomodándose frente a él.

 

-              Bien muchacho- dice untando los dedos en el líquido viscoso. -Relájate.

 

Introduce un dedo en la virginal entrada del menor, este jadea, pero no siente mayores molestias con la intrusión. Después de unos movimientos lentos, Levi unta dos dígitos y los lleva a repetir la misma operación. Ahora Eren se queja, aprieta los labios aferrándose a las sábanas. El mayor mueve los dedos de manera circular, haciendo que los quejidos se conviertan en jadeos de puro placer.

 

Sabe que ya está acostumbrándose. Ahora serán tres dedos, vuelve a untar en el lubricante, toma el miembro nuevamente erecto del chico y lo masajea al tiempo que decide introducirlos. El de ojos verdes gruñe, se queja alto mientras se retuerce.

 

-              Tranquilo, mocoso.

 

Con el vaivén de sus dedos y la masturbación Eren comienza a calmarse, acostumbrándose a la felación comienza a mover las caderas de manera involuntaria, gime y se retuerce.

 

Rivaille lo observa con detención, sin perder un sólo detalle del chico. -Es mucho mejor que en mis sueños- piensa, y se deleita con el placer que embarga a su chico. Sabe que ya está más que listo y no es como si pudiera aguantar mucho más sin penetrarlo.

 

-              Gírate, pote boca abajo, será menos doloroso- le indica el mayor claramente pero con voz suave, cosa que toma por sorpresa al muchacho.

 

Jaeger olvida su vergüenza y sonríe ante la actitud del mayor, que es totalmente nueva y le gusta, le gusta saber que el mayor no se muestra así con nadie, excepto con él. Sólo con él.

 

Realmente siente que lo ama.

 

El menor se sienta y mira la boca de Rivaille, que está quieto ante la acción tan segura del chico. Eren lo besa suavemente, mordiendo esos labios finos, y el sabor amargo de sus propios fluidos en la boca del moreno se le hace delicioso. El mayor se deja hacer, gustoso de las caricias del chico, que desliza sus manos por el dorso y desciende hasta tocar su miembro duro, es grande... -¿cómo piensa meter eso ahí?- se pregunta el castaño, pero el jadeo ronco de Rivaille provoca una extraña sensación de satisfacción en su interior. Se da cuenta lo que te hace sentir el hecho de satisfacer a la persona que quieres, es algo placentero y excitante.

 

Eren imita los movimientos que realizó el capitán momentos antes, un vaivén suave, apretando de vez en cuando. El mayor pone sus manos en las mejillas del chico y jadea sobre sus labios, las inexpertas manos del muchacho hacen un trabajo bastante bueno.

 

El calor se apodera del cuerpo de Levi. Siente que se contrae y el placer ya lo consume.

 

-              Está bien, Eren- jadea en el oído del menor. -No sabes cómo disfrutaré hacerte mío.

 

Jaeger se ruboriza, pero no duda y se gira apoyándose en los codos. Rivaille se inclina y lame la espalda del chico, que se lame los labios mientras el mayor muerde de manera juguetona. Se endereza y acomoda su erecto miembro en la entrada del chico, este se tensa y mira por sobre su hombro, listo para recibir al mayor.

 

Comienza la penetración y Eren gime audiblemente a pesar de que Levi intenta ser cuidadoso. El mayor acaricia las caderas del chico y sigue lentamente, pero se da cuenta de que más lento más le duele al chico. Lo embiste de una sola estocada. Jaeger se crispa, las rodillas le tiemblan y grita aferrado a la almohada.

 

Duele. Duele como la puta madre.

 

El de ojos grises jadea ante la estreches del chico, sabe que le duele, pero pasará. Comienza a salir con suavidad, provocando que el menor muerda su almohada y se estremezca. Rivaille duda, comienza a besar la espalda del muchacho mientras vuelve a entrar.

 

El chico gruñe, siente como si una corriente atravesara su columna, es horrible, pero decide seguir hasta que ya no pueda más.

 

Rivaille inicia el vaivén, entre quejidos y mucho calor la voz del castaño cambia, de dolor a placer. Las embestidas toman ritmo, velocidad, haciendo que el menor se levante y se aferre a los barrotes de la cama. Levy sabe que el dolor ha cesado, y con cautela comienza a penetrarlo con ímpetu.

 

-              Uhmn- se queja el chico.

-              Vamos mocoso, sácalo.

-              E-es... no... ¡Mn!.- El muchacho apenas puede hablar cuando el de cabellos negros lo embiste hasta que sus pieles chocan.

 

Levi sonríe ante la vergüenza que aún siente el chico, es tan inocentemente sensual. Se aferra a las estrechas caderas del muchacho y lo penetra con energía, sintiendo el calor en el interior del muchacho.

 

-              Se siente... tan bien.- La voz del capitán está impregnada en deseo.

 

El de orbes verdes se muerde el labio al notar que complace al mayor. Rivaille sigue con las embestidas brutales, provocando que el chico ya no pueda contenerse y suelte gemidos fuertes. Eren no puede controlarse y la saliva se escurre por la comisura de su boca.

 

Levi se siente demasiado bien, la estreches del menor lo atrapa, pero lo que más le provoca placer es saber que es el primero. Que por primera vez en su vida posee algo, tiene otro motivo para vivir aparte de matar a esas bestias que arrasan con su gente. La determinación y valor del menor es lo que lo impulsa a querer protegerlo, sabe que está herido, que ha sufrido y que su odio le juega en contra. Sin mencionar lo impulsivo que es. Y a pesar de que intenta perfeccionarlo, el mayor lo quiere tal cuál es: iluso, inmaduro y valiente.

 

Sigue con su penetración, abrumado por el placer que crece en su interior a causa del cuerpo del castaño.

 

Nota que Eren está al borde del abismo, tiembla demasiado y grita sin pudor. Pero el mayor quiere oírlo de verdad.

 

-              Grítalo muchacho- dice con voz ronca, también está a punto de acabar, pero no lo hará hasta disfrutar lo último de su joven. -Quiero oírte Eren, dime si te gusta ¿o quieres que me detenga?

-              ¡No!- exclama el menor jadeando. -Por favor Rivaille, p-por fa-vor- tartamudea apretando los dientes.

-              ¿Sigo?- pregunta mientras lame la espalda del chico, que esta curvada para facilitar el empuje de su amante.

-              S-si- sisea apretando los fierros cuando el de ojos grisáceos lo penetra con fuerza. -¡Hmn! ¡¡Sí!! ¡Ahí! Oooh...

 

Rivaille sonríe ampliamente, ha dado con el punto exacto que hace que el menor se revuelque de placer. Sigue con el ángulo y al de ojos verdes se le salen las lágrimas.

 

-              ¿Se siente bien, mocoso?

-              Oh, s-si... Levi... mmmm.

 

Su voz jadeante, cargada de placer e inocencia, pronunciando su nombre lo arrojan al vacío. Embiste una vez más y Eren se contrae preso de un orgasmo violento y salvaje.

 

-              ¡¡AAHH!! ¡¡Levi!!

 

Y enseguida el mayor se libera dentro del chico, lo colma y apoya la frente en su espalda. Con sus ojos grises cerrados intenta respirar con normalidad, aún tiembla entre los últimos coletazos del orgasmo, alza el rostro y besa la piel clara del chico.

 

Eren se desploma con las extremidades dormidas y jadeando por el esfuerzo, siente a Rivaille acostarse a su lado. El menor toma un respiro y gira el rostro para ver al moreno, se le hace tan sensual, con el pelo pegado a la frente por el sudor, su pecho fornido que sube y baja respirando con fuerza, el dorso de su mano apoyado en su cabeza. Sus ojos, sus orbes se ven grises como plata fundida, su expresión es la misma de siempre: monótona y fría. Pero es suya, es de Levi.

 

-              Te quiero.

 

La respiración del mayor se detiene. ¿Escuchó bien? ¿Eren lo... quiere? Abre los ojos preso de la sorpresa. Quiere decir algo... ¿pero qué?

 

Es posible que en un mundo arrasado por seres inmensos, con la humanidad al borde de la extinción, ¿alguien lo quiera? A él, un hombre frío, hostil y brusco. Que no conoce más que dolor, al que ya creyó hacerse inmune. Se supone que él está hecho para matar, para exterminar a los titanes. Pero algo se remece en lo profundo de su pecho al escuchar aquellas palabras, y sólo entonces, sabe que él también le corresponde, Levi está enamorado del mocoso.

 

Se gira para mirar los verdosos ojos del chico, no expresa nada y Eren no está seguro si era el momento para decirle, pero ya está hecho.

 

Los ojos del menor comienzan a cerrarse y Rivaille suelta un suspiro.

 

-              Ven aquí- dice jalando la muñeca del castaño para apoyarlo sobre su pecho.

 

Jaeger se acurruca contra el azabache y bosteza quedándose dormido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Todos se encuentran en el comedor desayunando como de costumbre. Rivaille bebe su té apoyando un brazo en el respaldo de la silla, sus compañeros se sientan y se gira cuando Eren entra a la habitación.

 

-              ¡¡Eren!!- grita Mikasa corriendo hacia el muchacho. -¿Estás bien? Estaba tan preocupada...

-              Ya déjalo, estoy perfectamente, y espero qu tú también.- la chica sonríe ante las palabras del muchacho.

-              Jaeger, ven aquí- lo llama Erwin.

 

El muchacho se acerca, ve a Rivaille y el rubor asalta sus mejillas de improviso. Gira el rostro y ve al rubio.

 

-              Ayer nos diste un buen susto, muchacho- lo reprende. -Pero le alegra que estés en perfectas condiciones.

-              Gracias, señor.

-              Supongo que no hay necesidad de repetirte que jamás lo vuelvas a hacer ¿no?- dice Hanji con una sonrisa maternal.

-              Claro que no.- Pero el que responde es Levi. -Yo mismo me encargué de eso, nunca más hará algo así... ¿no es cierto, Eren?

 

El capitán mira al de ojos esmeralda, que al captar la indirecta se ruboriza hasta las orejas, recordando lo que compartieron la noche anterior. Traga duro y mira a los presentes, que observan al muchacho con intriga.

 

-              Nunca más, señor.

 

Dicho esto el muchacho se retira a la mesa para desayunar con sus amigos, pero no se sienta, se apoya en la ventana y conversa con ellos.

 

-              Veo que no lo pudiste cuidar de ti, Rivaille.

 

El susodicho se gira para mirar a la chica de lentes, y este se pregunta ¿por qué mierda tiene que ser tan intuitiva? Mujeres...

 

Se limita a seguir bebiendo su café, mientras los presentes sonríen. Todos se habían dado cuenta de los sentimientos que se tenían, sólo ellos mismos no lo habían notado hasta hace poco.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Rivaille se quita el pañuelo y lo deja perfectamente colgado en el respaldo de la silla que está a un rincón del cuarto, sigue con sus prendas, se coloca unos pantalones de algodón blanco y se acerca a la cama.

 

-              ¿Dices que todos lo saben?- pregunta Eren tapándose con las sábanas su rostro rojo como un bombillo.

-              No todos mocoso, sólo mi grupo- responde de manera monótona mientras le quita las sábanas al chico. -Dormirás conmigo de ahora en adelante.

-              ¿Señor?

-              Así será más fácil vigilarte.

-              Comprendo.

 

El mayor se acomoda tras el chico, siente su espalda contra su pecho y lo aprieta más hacia sí.

 

-              Te quiero- dice el mayor y Eren se estremece. -Ahora duérmete.

 

El chico sonríe. Feliz y pleno.

 

 

 

 

 

 

Tan frío, hostil y esquivo... es perfecto para él.

 

Notas finales:

Yyyyyyy Corte! (Esto de grabar escenas asì me encanta *-*)

Ok no ._. xD

Espero que les haya gustado este breve two-shot C: Yo disfruté mucho escribièndolo, asi que por ese lado estoy contenta.

Quizás más adelante decida escribir algo más largo sobre esta pareja <3 

Chicas... nada les cuesta un comentario e.e Digo, para saber si es que tengo algo de futuro en esto xD

Se les agradece y nos vemos en el próximo fic... 

Que adelanto será de Jean y Armin *-* 

Nos leemos :3


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