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I want to get married early por vickytoya

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Notas del fanfic:

Oh sí, traigo otro One-Shot JongBin para ustedes *-*

Ya sé que no son cantantes y eso, pero son coreanos... Amemos a los coreanos :3

Notas del capitulo:

Espero que les guste ^-^ nació entre una combinación de entrevistas y una actualización de JongSuk lastimado u.u

I want to get married early

Escuchaste la puerta abrirse de manera estruendosa y no pudiste más que voltear hacia ese lugar.

Ahí estaba él con la respiración acelerada, agarrándose del marco de la puerta mientras se recuperaba de la segura carrera que había hecho para llegar a ti, le viste y contuviste tus ganas de reírte a su costa. Se le veía preocupado y sostenía en una mano el pomo de la puerta mientras que en la otra se encontraba la llave que le habías dado por si surgía alguna emergencia.

—No debes hacer eso nuevamente—te regañó y tu cara cambió a una de confusión—, debes tener más cuidado—se estaba acercando a ti mientras seguía riñéndote, en algún momento te habías perdido y ahora solamente podías ver sus labios moverse y su rostro contraerse cuando hacía algún comentario que seguro tenía que ver con que si hubieras tenido cuidado no te habría pasado.

—Solamente es un esguince—te quejaste y le hiciste un puchero.

El suspiró cansado y bajó la vista reanudando el camino que en algún momento había dejado de recorrer.

— ¿Seguro que estás bien? —Te preguntó cuándo estuvo frente a ti.

Dios, ese hombre podría matarte si te seguía viendo de esa manera, le hiciste una seña para que se acercara a ti y cuando le tuviste cerca llevaste una de tus manos hacia su rostro, acariciando con suavidad su mejilla.

—Más que seguro—contestaste sonriendo—, pero gracias por preguntar—. Sonreíste al verlo cerrar los ojos ante tu contacto y te acercaste a sus labios para depositar un suave beso sobre ellos.

—De todas maneras debes ser más cuidadoso—, hizo un puchero y tú sonreíste.

—Lo seré—prometiste mientras lo veías pasearse por la estancia y entrar en la cocina—, ¿qué haces? —Preguntaste cuando se perdió de tu radio de visión, le viste asomar la cabeza por la cocina y sonreír.

—Voy a cocinar algo, debes tener hambre.

Y eso sí que no te lo esperabas, siempre habías pensado que no sabía cocinar y que vivía a base de ramen, entonces se te ocurrió preguntarlo—, ¿qué harás de comer? —Tu tono sonaba precavido, como esperando la respuesta que no querías escuchar.

— ¿Ramen? —Era una pregunta, por Dios que lo era, pero sonaba tan… Esa no era una broma.

—Déjame ayudarte a hacer algo más—contestaste poniéndote de pie y tomando las muletas para llegar con ellas hasta la cocina.

No, él no estaba haciendo ramen, pero en cuanto te vio llegar así sonrió e hizo que te sentaras en una de las sillas altas que ocupaban la pequeña cocina del departamento donde vivías.

— ¿Enserio creíste que haría ramen para ti? —Preguntó moviéndose con agilidad, como si perteneciera a ese lugar, como si siempre hubiera vivido contigo. Sabía dónde estaba cada cosa y eso te impresionaba.

— ¿Cómo lo sabes? —Preguntaste después de haberte recuperado del shock que era verlo andar de aquí para allá para tomar platos y tenedores.

Se encogió de hombros— mi cocina está acomodada así, así que lo hago por instinto—contestó sin verte ya que estaba sirviendo en los platos individuales algo de pasta con trozos de pollo al vapor en un lado—. Vamos—, te dijo palmeando tu hombro antes de tomar los platos y ponerlos en la mesa del pequeño comedor con el que habías equipado el departamento.

—No me quiero mover—mascullaste y le hiciste un puchero.

Entonces él sonrió y haciendo las muletas a un lado te tomó entre sus brazos.

El aroma varonil que despedía chocó contra tus sentidos haciéndote perder por unos momentos la razón por la que estabas entre sus brazos. Acomodaste los tuyos alrededor de su cuello y suspiraste cuando te acomodó en una de las sillas, poniendo otra frente a ti para que acomodaras el pie lastimado.

Después se sentó frente a ti—, ¿cuánto tiempo estarás así? —Preguntó sin mirarte.

—Tres semanas— contestaste hundiendo el tenedor en la suave pasta que había servido. Te sorprendiste al notar su sabor contra tu lengua, eso era delicioso. Tragaste intentando hacer que cada bocado durara más que el anterior y él se rio.

—Si no te gusta puedes dejarla.

¿Estaba bromeando? Como podía ser que no te gustara lo que él había preparado.

—Tuve mis dudas en un principio, pero es buena—le dijiste despegando la vista del platillo y posándola en sus ojos. Te estaba sonriendo y cuando bajaste la vista hacia su plato te diste cuenta de que no había tocado su comida—. Aunque ya veo que a ti no te gusta tu propia comida—te burlaste y viste como una de sus manos volaba hasta tu pecho dándote un corto golpe.

—No es eso—. Contestó en un tono bajo y enredó los fideos en el tenedor—estoy más preocupado por ti que por comer—agregó en voz más baja que la anterior, sonaba triste.

—Ya~ ¿qué acabo de decirte?

— ¿Que vas a estar bajo mi cuidado éstas tres semanas?

—No, lo que quería decirte era que…—Tu voz había ido bajando cuando te habías dado cuenta de lo que te había dicho— ¿Qué? —Preguntaste completamente confundido y su risa inundó tus oídos.

—Ni pienses que voy a dejarte solo con un pie así—dice y tú no puedes despegar la vista de sus labios porque tu cerebro no procesa de lo que está hablando.

Podrá ser lo que él quiera, pero de algo estás completamente seguro. No piensas que el viva en tu departamento las tres semanas que debes llevar la férula.

No señor, ¿qué tal si se te ocurre violarlo en medio de la noche?

—No lo necesito—estás haciendo una rabieta, pero simplemente no quieres que trate como un niño chiquito que no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir. Nada más es un pie y no es como si no tuvieras las muletas para ayudarte a moverte por todo el espacio que hay en tu departamento.

Alza una ceja y deja el plato a medio terminar para correr la silla y encararse contigo—, ¿seguro que no lo necesitas? —Sus labios se encuentran rozando los tuyos en una suave caricia.

—Podrían haber rumores—le rebates, pero sabes que eso no importa cuando tu cordura pelea por salir corriendo.

—Ya los hay—es su simple contestación antes de besarte.

Es un beso de esos que te derriten y matan por lo menos diez neuronas en menos de diez segundos, su lengua se ha introducido en tu boca y busca con suavidad la tuya, le respondes y pones tus manos en su cuello para profundizar el beso que sabrás no te llevará a nada bueno.

Sus manos están en el respaldo de tu silla y tú estás tan caliente que quieres que se paseen por tu cuerpo, pero no lo va a hacer. Porque él es Kim Woo Bin y sabe que si lo hace no tendrás tiempo para responder que quieres que se quede en casa a cuidarte, porque sabe que después de ese beso tu respuesta ha cambiado y quiere escucharlo de tus labios para poder regodearse en su razón.

Y lo odias. Lo odias y te odias a ti también.

Se separa de ti y un suspiro sale de tus labios —, espero que hayas recapacitado—. Se burla y un brillo en sus ojos te dice que se ha quedado con ganas, que su piel también está ardiendo y que solamente se ha separado para buscar tu respuesta.

Intentas levantarte y hacerte el indignado pero al chocar el yeso sobre el suelo recuerdas que tienes una férula y que tus muletas se han quedado en la cocina.

Le maldices en tu mente y haces un lindo puchero mientras el vuelve a reírse—, vamos Jongsuk, no puede ser tan malo y debes admitir que te vas a ahorrar unas cuantas vueltas. Tampoco será todo el día porque tengo grabaciones, solamente quiero cerciorarme de que no te falte nada y de que estés bien, ¿sí? —Te explica y tú te derrites, ¿cómo decirle que no?

—Vale.

Sonríe triunfante y vuelve a levantarte como si no significara un esfuerzo para él.

Te deja en uno de los sillones y va a la cocina para arreglar lo que desacomodó, lavar los trastes y llevarte las muletas, en todo ese rato solamente has estado sentado en el sillón con los brazos cruzados esperando a que regrese a ti y te bese.

De esos besos que son pecado, que te deshacen y luego te reconstruyen pedazo a pedazo.

Como amabas a ese hombre.

—Quisiera casarme pronto—dijiste de pronto y Woo Bin volteo a verte con fingida inocencia, quería reírse a tus costillas, de eso estabas seguro.

—Primero debes conseguirte una novia—contestó como siempre lo hacía y tu labio inferior sobresalió de tu rostro. No querías esa respuesta.

— ¿Qué tal si no me quiero conseguir una novia? —Preguntaste en tono de fastidio y volteo la vista para ver tu gesto.

—Entonces no puedes casarte aún. Deberías hacerlo rápido si quieres ser guapo en tu boda—bromeo acercando uno de los sillones a donde te encontrabas sentado tú.

—Woo Bin-ah~

—No estoy diciendo nada que no sea cierto—algo en su voz, ¿acaso estaba triste?

—Sí, estás diciendo algo que no es cierto—contestaste y tomaste su mano— ¿Qué tal si no me quiero casar con una chica? —un bufido escapa de sus labios, su rostro está muy lejos así que no puedes tomarlo y besarlo.

—No juegues Jongsuk—te riñe, pero su cabeza está cerca de la tuya y aprovechas el momento para robar sus labios.

—Todos hacen rumores sobre ello, así que ¿por qué no hacerlo realidad? —Estás hablando enserio, él lo nota, tú lo sabes, ¿cuál es el problema?

—Así que—masculla bajito y te acercas para escucharlo mejor justo cuando levanta la vista hacia a ti. Está mordiendo su labio y su mirada se ha convertido en la de un cazador, ¿acaso podrías amar más a ese hombre? — ¿Quieres casarte conmigo?

¿Le has escuchado bien? Asientes frenéticamente antes de que pueda arrepentirse.

Y antes de que tú puedas arrepentirte roba tus labios nuevamente.

Notas finales:

*Avienta One-shots para todos*

Espero que les haya gustado, es el segundo que escribo sobre ésta pareja y es que son tan asbshb bien lindos entre ellos xP

Si les gusta pueden dejarme un review lleno de amor (si no les gusta también pueden dejármelo, también pueden darme algún escenario que les gustaría imaginarse entre ellos dos).

Victoria.


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