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Sasuke, mi cow-boy por Risu

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Notas del fanfic:

And Risu is finally here, bitches! ♥

Sara: Ni lo intentes.

¡Qué hay, people! Sí, soy yo, Risu alias Andrea, no, esperen, era al revés, bueno la cosa es que ya estoy aquí con un one-shot que me tomó cerca de cuatro días, claro, contando que solo lo avanzaba una hora al día, sí, lo sé, mi inspiración no es la mejor.

Y se llegan a preguntar el por qué de mi desaparición, pues solo tengo una cosa que decir: Feisbuk (¡bien ahí con el inglish!). Dios, es un vicio, no me he despegado de él desde hace meses, y lo peor de todo es que solo juego jueguitos estúpidos, ni hablo con mis contactos, lo sé, qué patético.

Bueno, no quiero molestar más, espero que comprendan mi ausencia, aunque a casi nadie le importe.

Sara: Eso no es verdad.

Owwww~ Sara...

Sara: A nadie le importa.

Owwww~ Me desanimaste *llora*.

Por favor, disfrutad del one-shot

Notas del capitulo:

Los personajes de Naruto no son de mi propiedad, pues son exclusivamente de Masashi Kishimoto, el cual pone unas cosas en el manga... que menos mal no leo, jejeje.

Abajo les diré de dónde saqué la inspiración, así que no se preocupen, ustedes solo lean y si ven algún error o algo que no sea del todo entendible me lo hacen saber, ¿siiiiiiiiiiiiiii...? *ojitos brillantes*.

Sara: No.

Bueno, al menos lo intenté...

 


Cuando llegué a casa, ya estaba allí: mirándome con su semblante serio en ese marfil rostro de finas fracciones enmarcada por brillantes cabellos ébanos; con todo el cuerpo descubierto, siendo tapado únicamente por un cortísimo short blanco con manchas negras; y en el cuello mostraba su gargantilla negra con su cencerro dorado que contrastaba perfectamente con su blanquecina piel, se veía tersa y cremosa cual la leche. Pero, sin duda alguna, lo que más llamó mi atención fueron sus intimidantes ojos negros, los cuales me examinaban desde los pies hasta la cabeza con desconfianza. Una vez terminada su misión, arrugó la nariz como si no le hubiese agradado, giró la cara hacia mi sonriente madre que había permanecido parada observando aquella extraña ceremonia de miradas.


—Déjame presentarte a mi hijo —con su palma extendida me señaló—. Este es Naruto, mi hijo favorito.


—Mamá, soy tu único hijo —interrumpí algo apenado, desde el suelo nos miraba.


—Y él es Sasuke, nuestro "cow-boy"—terminó apuntando sus orejas semi echadas.


Fue en ese entonces que me fijé en la parte superior de su cabeza, donde dos orejas idénticas a las de una vaca estaban casi cubiertas por su cabellera, al igual que dos imperceptibles cuernos crema. Mi vista subió hasta toparse con los de mi madre, quien se escabulló a la cocina por una pequeña botella de vidrio vacía y lo puso delante de Sasuke.


—Lo compré porque quise darnos el lujo de tener siempre leche fresca en casa —se arrodilló para estar a la altura del muchacho que entendió enseguida que iba a ser ordeñado—. Además... ¡era el más lindo de la tienda! Tal vez algo caro, pero en definitiva vale su precio.


A continuación, fui testigo de la escena más erótica que haya visto en mi corta vida de diecisiete años: el cow-boy se puso de cuatro patas con la espalda completamente erguida a la espera del ordeñamiento, mientras mamá acomodaba el envase debajo de la tetilla izquierda del azabache que mantenía su rostro imperturbable. Hasta ahora sigo pensando que mi madre lo hizo delante mío adrede, pues sin vergüenza le apretó el rosáceo pezón, del cual salió disparado un chorro blanco cayendo directamente al frasco que se llenó en pocos segundos; siendo acompañado por unos gemidos difícilmente aguantados.


—¿Quieres leche, hijo? —preguntó ofreciendo la botella, ignorando al joven de su costado que intentaba regular su agitada respiración.


—C-claro —tomé un sorbo, y quedé sorprendido, había una notable diferencia entre la leche industrial y la que tenía en manos—. Está muy buena.


—Me alegra, hijo. Ahora iré a hacer la cena —se metió a la cocina, donde comenzó a oírse el sonido de picar las verduras.


—¿Y por qué lo compraste? —contemplé al chico que volvió a su máscara de frialdad, obviando lo que había pasado—. Digo, ¿por qué cow-boy en lugar de cow-girl?


—Estuve tentada a comprar una, había una que era linda y de busto grande, pero luego recapacité sobre tener una mujer en casa. Conociendo a los hombres de esta familia... —el cuchillo picaba más rápido y con mayor fuerza—. La verdad es que pensé que los cow-boys reproducían menos leche que las mujeres, pero la vendedora me dijo que daban la misma cantidad.


Lo miré nuevamente y me percaté que su mirada estaba posada en mí, para ser más exactos en mi Narutito que se había despertado con sus gemidos. Avergonzado, me retiré a mi habitación a desahogarme con mi mano recordando a Sasuke siendo ordeñado.


Deseaba a ese sexy cow-boy... lo deseaba mucho (quizás demasiado), lo deseaba con todo mi Narutito.


 


No fue hasta dentro de dos días, cuando mi madre decidió salir a reunirse con sus amigas en un bar, todas aprovechando que sus maridos habían salido de viaje de negocios e iban a retornar en la noche, dejándome completamente solo con Sasuke, quien como siempre observaba desde el suelo con sus inexpresivos ojos ónix.


Eran cercas de las seis de la tarde cuando salí de mi cuarto por un poco de agua, encontrándome en mi trayecto a cierto cow-boy comiendo de su tazón algo de heno, al mismo tiempo que su cola se movía de un lado a otro sin parar.


—Ahm, Sasuke... —enfocó su atención en mí—, me preguntaba si podrías darme leche, es que estoy sediento —expliqué con calor en mis mejillas.


Le extendí la botella vacía que traía entre las manos, esperando que la llenase él mismo, pero en lugar de hacerlo, se puso en la misma posición que hacía cuando mamá iba a ordeñarlo... Y luego comprendí que era él el que esperaba que yo lo hiciese.


Me agaché, pasé saliva nerviosamente, mientras sudaba frío y un único pensamiento daba vueltas en mi mente: iba a ordeñar a Sasuke. Iba a ser mi primera vez, porque todas las anteriores lo había hecho mamá y yo siempre era el espectador calenturiento, pero no esta vez.


Con cierta torpeza mi mano llegó hasta su sensible pezón, mi intención no era ser brusco, así que comencé acariciándolo con delicadeza —según yo— para que produjese más, el resultado fueron unas gotas de leche que salieron sin aviso. Escuchaba atentamente los suaves quejidos que escapaban de su garganta, pero aún mantenía cerrada su boca. El recuerdo de sus gemidos me obligó a ejercer presión en su tetilla, logrando que el anhelado chorro blanquecino saliera al fin, y con él, un chillido de sorpresa por la repentina rudeza... Debo confesar que me gustó aquella reacción, en especial, el gesto que hizo, sus ojos normalmente entrecerrados con una expresión aburrida se abrieron por un momento y sus pupilas se dilataron.


Cogí el recipiente que rebalsaba del líquido y fui a la cocina, donde recogí seis envases más, los cuales ordené en forma de arco debajo del pecho del azabache que miraba sin soltar palabra alguna en la misma pose que lo dejé.


 —Verás, Sasuke, mañana viene mi padre y a él le gusta mucho la leche, espero que no te moleste.


Me posicioné delante de él, quedando cara a cara, su rostro era muy bello y con esas orejas características de su especie lo hacían ver, en cierto modo, adorable. Proseguí a mi acción de disfrutar los gemidos que soltaba al exprimir sus botones, los cuales fueron capaces de llenar las botellas. Tenía la boca entreabierta y podía ver un hilito de saliva que unía su paladar y su húmeda lengua. Me acerqué a sus rosados labios y los rocé con cierto temor, pero al no sentir rechazo, intensifiqué el beso y lo convertí en uno lascivo, que expresaba mis deseos de poseerlo.


—Ahhh, Sasuke... —me separé de sus carmesís labios para recuperar aire, quedé mudo al sentir una de sus manos sobre cierta parte abultada de mi anatomía—. Discúlpame, pero tú lo provocaste.


Habilidosamente, sus manos liberaron mi miembro de mis pantalones y calzoncillos, y una vez afuera, lo tomó entre sus pálidas manos e inició un tortuoso pero delicioso vaivén lento, que en momentos aumentaba la rapidez, mientras sus ojos vigilaban mi rostro. Estaba experimentando con las expresiones que tornaban mi cara al jugar con la velocidad de sus manos, y él sólo observaba expectante las reacciones de manera inmutable.


—Sasuke, si sigues así... no creo que pueda controlarme más y pueda que cometa alguna estu... —sin escuchar mis palabras, se comió todo mi falo hasta el fondo, quitándome todo el aire de mis pulmones. ¡Dios, lo hacía de maravilla! Tenía una destreza única con esa lengua suya. Era capaz de sentir todo lo que hacía: lamía, besaba, succionaba, chupaba, ¡mamaba como un experto! Sin más, salí de su boca y eyaculé en su angelical rostro; y, sin ningún ápice de molestia, limpió los rastros de semen que había en su cara y por todo lo largo de mi pene, consiguiendo así que se parara de nuevo.


Se alejó un poco de mí y, ante mis hermosos ojos añiles, se bajó el short, dejando su cuerpo totalmente desnudo e indefenso, se colocó una vez más en rodillas y con sus delicadas manos se abrió las nalgas, dando una buena vista desde donde estaba. Dudé en hacerlo, porque mi conciencia me susurraba que era un inocente cow-boy que no sabía lo que estábamos haciendo, pero el gemido desesperado que soltó fue suficiente para que me gritara que no lo hiciera esperar más.


Tenía pensado ir lento, para no asustarlo, además, debía ser su primera vez, así que introduje un dígito en su entrada, la cual lo devoró con gula, asombrado inserté el segundo y el tercero, llevándome la misma sorpresa. ¡No tenía nada de virgen! Eso significaba que ya había tenido relaciones con otros hombres, este pensamiento me disgustó tanto que cierta cólera nació en mí. Me senté en el suelo y lo jalé del brazo sin sutileza, lo acomodé sobre mí y de una certera estocada lo penetré bruscamente. Cogí sus caderas y lo obligaba a subir y bajar a mi gusto, en definitiva, no era estrecho como un casto lo sería, pero sí había cierta presión en sus paredes internas.


De sus pezones comenzaba a salir leche involuntaria sin haberlos incitados y gemidos roncos salían como música para mis oídos, ahora ya no era yo quien lo movía, era él el que se auto-penetraba de manera sistemática; asimismo, mi mano derecha masturbaba su hombría que pedía por atención. Estaba de más decir que la escena era jodidamente excitante.


—Sasuke, voy a venirme... —avisé.


La velocidad de las estocadas llegaron a un punto celestial que me llevaron a decir incoherencias, y ya aproximándose más el clímax atrapé una de sus erectas tetillas y succioné con insistencia, mientras la otra era atendida a base de pellizcos por mi mano libre, logrando que de su plano pecho saliera lactosa fresca. Y en medio del largo gemido que soltó, me corrí dentro suyo y él en mi vientre.


—¿Sabes, Sasuke? —recuperaba oxígeno y hacía el esfuerzo para no hablar entrecortadamente—. Esto ha sido lo mejor del mundo, tenemos que repetirlo un día de estos, pero... —razoné— papá ya viene de su viaje de negocios y mamá no nos dejará solos. Además, estás que botas mucha leche, será mejor no desaprovechar —sonreí zorrunamente.


¿Resultado? Cuando regresó mamá apestando a licor y casi inconsciente encontró la refrigeradora sin un espacio de leche, gracias a nuestra tarde de sexo sin descanso, donde practicamos muchas poses y en diferentes lugares de la casa que tuvimos que limpiar por todo el desorden que causamos.


 

Notas finales:

Sigo pensando que no sirvo para hacer lemons, qué pena mi vida.

Bueno, aquí de dónde saqué la idea:

Hace unos días en facebook vi unas fotos de Naruto siendo ordeñado por Sasuke, y me parecieron bien hots. Y este fin de semana vi un hentai que no me acuerdo su nombre (así es, chicocas, Risu ve hentai más que yaoi) con la trama muy similar, solo que era una cow-girl y que esta termina embarazada... Y sí, estuve tentada a poner a Sasuke con pancita, pero decliné.

Y eso es todo, estoy de vaciones hasta la próxima semana, así que intentaré estar lo más posible aquí, culturizándome con NaruSasu o con SasUke, en lugar de hacer mi trabajo de cole.

Ya saben lo que deben de hacer después de leer un fanfic de Risu: dejar un review si es que quieren, no me gusta amenazar con eso de "dejen un maldito rw o dejo de escribir", así que hagan lo que quieran, pero si me corrigiesen, sería muy feliz.

Risu se despide, amores olvidados~

P.D: ¿Han leído el manga de Naruto? Yo no, pero he visto imágenes de Sasuke y Naruto combinando su fuerza y hacen una mierdita mortal. Yo no sé ustedes, pero a mí me huele a NaruSasu, no sé de dónde, pero lo huelo.


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