Estaba caminando tranquilamente por las hermosas calles de Castelia con mi Snivy sobre mi hombro, cuando vi a una niña abrazando tiernamente a su padre. Eso me trajo una memoria dolorosa… “Touya…” susurró en mi oído abrazándome fuertemente. “Natu…” fue lo único que pude decir antes de que se abalanzará sobre mí con un suave beso.
Mis mejillas enrojecieron y lo miré directamente a los ojos, el sonrió tristemente antes de volver a besarme, pero de una manera más apasionada, más profunda. En el fondo yo sentía que algo malo pasaba. Después de que nuestros labios se separarán, sólo me sostuvo firmemente en sus brazos, apretándome contra su pecho. “¿Por qué no dice palabra? ¿Por qué su corazón está tan agitado? ¿Por qué no me mira a los ojos?” pensé mientras caminábamos al centro Pokémon.
Al llegar allí, pidió una habitación para pudiéramos descansar. Hasta la enfermera Joy parecía notar que algo andaba mal tras la sonrisa forzada que mi acompañante llevaba en su rostro, sin embargo, sólo nos llevó a un cuarto. Natural me recostó en la cama y colocó un suave beso sobre mi frente y diciéndome “Dulces Sueños” se alejó hacia la otra cama para acostarse “Espero que al menos en ellos puedas verme…” juró que lo oí susurrar antes de meterse bajo las sábanas. Me mantuve despierto el suficiente tiempo como para asegurarme de que él estuviese dormido y cuando creí que ya lo estaba, cerré mis ojos y me sumergí en mi sueño. Uno que más bien pareció pesadilla, bueno aquel sueño no estuvo tan lejos de la realidad. Ya que después de lo que pareció tan solo un segundo de descanso, me levanté sobresaltado y miré a su cama… totalmente vacía. Salí corriendo del cuarto y le pregunté a la enfermera Joy si lo había visto. Desviando la mirada, confesó que él había abandonado el lugar en la madrugada. En aquel instante estoy seguro de que oí mi corazón caerse en pedazos. Corrí fuera del Centro Pokémon u vi alrededor. Ahora me doy cuenta de lo iluso que fui al creer que aun estaría por ahí, de lo tonto que fui por no preguntarle el porqué actuaba extraño, de lo descuidado que fui por no haberme colado en su cama y abrazarlo fuerte toda la noche para que no se aleje de mí. ¿Cómo serían las cosas en este momento si hubiera hecho todo eso? No lo sé, tal vez mejor, tal vez peor, no quiero pensar en eso.
Regresé a casa y me encerré en mi habitación por un tiempo hasta que mi madre me impulsó a seguir adelante, haciéndome notar lo triste que había puesto a mis Pokémon, lo preocupados que estaban mis amigos, lo mal que estaba yo. Decidiéndome a vivir una vez más, retomé mi viaje, lo que me trajo hasta aquí, Castelia.
Snivy me insistió que le comprará un helado después de ver la escena del abrazó, por lo que después de salir del shock, fuimos por unos al pequeño puesto de Casteliacones, encontrándonos con una larga fila como de costumbre. Justo acabábamos de ser atendidos cuando lo veo, una cabellera verde, tan hermosa y sedosa como ninguna otra. ¡Tenía que ser él! ¡No podía haber otra persona así! Corrí detrás de él, tratando de no empujar a nadie, aunque no importó dejar caer el helado, tuve que prometerle a Snivy que le compraría otro pero aun así corrí con todas mis ganas hasta que llegó al puerto y vi su esplendida silueta a contraluz de la Luna. Era majestuosa, era elegante, era él. Mi persona especial, la que más quiero, nuevamente lo tenía frente a mí. ¿Me aceptaría una vez más? ¿Se volvería a escapar de mí? ¿Me abrazaría de vuelta si yo lo abrazará? Miré al suelo preocupado, mi cabeza llena de esas preguntas me hacían dudar, acercarme o no, llamarlo o no, abrazarlo o no.
Cuando decidí mirar de nuevo a donde se encontraba… había desaparecido, ya no estaba ahí. “¿Ha sido todo una ilusión?” pregunté sintiendo lágrimas caer por mi mejilla, mi corazón quebrándose nuevamente, todo, pare que se reconstruya en un instante. “Espero que no, porque de verdad quiero estar contigo, Touya” volteé al sonido de su bella voz y me arrojé en sus brazos. Él me sostuvo con fuerza y luego me aparto un poco para besar mis mejillas, limpiando las lágrimas de mi rostro, acto que fue inútil porque rápidamente nuevas empezaron a caer, pero esta vez de felicidad, por tenerlo nuevamente. Sin poder aguantar tanta alegría. Por primera vez en todo el tiempo que llevamos `juntos´, fui yo quien lo besó, sintiendo su sorpresa, aunque fue algo difícil por la diferencia de alturas (tuve que pararme de puntitas y sujetarme fuertemente de su cuello). Él sonrió en el beso y al separarnos me dijo “He esperado mucho por eso” me ruboricé y desvié el rostro pero Natural lo retrajo y me besó una vez más. Yo no quería separarme de él nunca más, pero esta vez sentía que aunque lo pierda de vista, él volverá y si no es así, yo estoy dispuesto a ir al fin del mundo por él.
Pero ahora que está aquí a mi lado, durmiendo sonoramente, puedo asegurarme que mis sueños no se tornaran pesadillas, que podré abrir mis ojos en la mañana y encontrarlo allí. En especial, gracias a su fuerte agarre en mi cintura…