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En lo prohibido por MKiSS88

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Notas del capitulo:

El Segundo capítulo. Espero les guste ^^

Ya había pasado una semana desde lo que pasó entre Kiseop y AJ, era fin de semana y era de suponerse que talvez Kiseop no iría a casa de la abuela durante esos días, casi siempre pasa lo mismo. En cambio AJ, siempre iba, no encontrándolo pero se imaginaba que así fuera. Le desesperaba no poder ir a casa de Kiseop con una excusa por lo menos, pero no la tenía.


Antes, era lo más común, sobre todo porque siempre iba Eli. Eran del tipo que jugaban un juego y se quedaban hasta tarde para poder finalizarlo. Kiseop era un muy buen jugador, sobre todo en los juegos más largos. De esos de que antes jugabas con tres o cuatro discos. Quizás eso es algo que envidiaba AJ de ellos, que siempre eran compatibles y accesibles a todo tipo de cosas, se divertían y tenían casi los mismos gustos. En cambio él, era todo lo contrario, lo primero más compatible era jugar a la PlayStation.


Hubo una vez que fue sin consultar a nadie. La madre de Kiseop lo dejó entrar y le dijo que este estaba en la habitación con Eli. Típico. Cuando se acercó a la puerta, escuchaba gritos por parte de ellos. Al parecer estaban jugando algo de terror. Se quedó un momento en el lugar y escuchando algunos textos de los personajes del juego, adivinó cual era exactamente. No era la primera vez que lo jugaban. Con maldad, comenzó a golpear la puerta, provocando que los chicos gritaran del susto y uno le pareció muy femenino. Pensó en un momento que fue Kiseop, pero en realidad era Eli. ¿Quién lo hubiera pensado? Cobardica.


Justamente ese día tenían una fiesta de cumpleaños por los hijos de la hermana de AJ. Los gemelos cumplirían tres años y un año, el más pequeño. Este solo esperaba ver a Kiseop ahí. Y mientras lo esperaba, se dedicó a conversar con las personas que estaban ahí y algunos amigos que invitó.


Eran las 05:30 pm y aún no llegaba. Pasaron las horas y todavía no se sabía nada de él.


Cuando ya eran las 08:43 pm, llegó Kiseop y estaba cargando cosas. La mamá de este siempre hacía dulces para sus sobrinos y para fiestas en general, eran riquísimas y se chupeteaban los dedos, dejando casi nada en las fiestas. AJ se sintió aliviado al verlo, solo que esta vez venía enojado.


─¿Y tu mamá? ─preguntó la mamá de AJ.


─Ahí viene ─esa fue la simple respuesta que dio.


Kiseop estaba harto de pelear con su madre y por pequeñeces. “Dios, dame paciencia” era lo que siempre se decía a sí mismo. Dejó las cosas en la mesa y llevó su notebook en caso de aburrimiento, este lo era. Se sentó en el sofá y lo encendió.


La Sra. Lee entró al rato después y todos le preguntaban si había pasado algo y solo comentó que había peleado con su hijo por motivos personales. AJ escuchó todo y se sentó junto a él en el sofá.


─¿Pasó… algo? ─preguntó.


─Nada que te importe, Jae.


─Al parecer si pasó algo ─afirmando por su actitud.


─Es algo personal, nada que te incumba ─respondió serio mientras miraba el notebook atentamente.


A los minutos después, AJ observó como Kiseop sonreía. Estaba fascinado con él. Después de muchos años, ahora reconoció que Kiseop tenía algo que le atraía, no sabía qué pero ahí estaba. Debía suponer que era algún video gracioso lo que hacía reír por momentos pero nunca se imaginó que era por una conversación por una red social, menos que fuera con Eli.


─Debe ser broma… ─dijo AJ irónico.


─¿Ah?


─¿En verdad estás conversando con Eli, cuando él vive aquí también?


─A lo mejor está acostado, hace mucho frío ─encogió los hombros.


─Sí, claro, a lo mejor sea eso ─AJ bufó molesto y no le tomó mucho en cuenta, puesto que siguió hablando con Eli como si nada. En ese momento apareció Dongho, ya que, a pesar de que eran cumpleaños de los sobrinos de AJ, también era el de él.


─¡Dongho! ─gritó Kiseop y este se acercó, pasándole a su vez un regalo en las manos ─. Toma. Sé que querías un regalo de más wons, pero te compraré cosas hasta que cumpla el objetivo. ¿Te parece? ─y le sonrió.


─Claro, hyung, no hay ningún problema. Con tal de que no sean un montón de cosas baratas… ─a Kiseop le gustaba regalar muchas cosas y todas baratas. No eran malas, pero podría decirse que sería tacaño a veces.


─Vamos, no seas, idiota. Trabajo bien, puedo hacerte el regalo que quieras, pero siempre y cuando, sea mes a mes.


─Jajaja, está bien.


─Ahora, anda a probártelo. Quiero saber si te queda pequeño, para después cambiarlo.


─Oh… es ropa.


─Obviamente, es lo que uno más usa.


─Gracias, hyung ─Dongho abrazó a su hermano y este hizo lo mismo.


─De nada, mensudo… ─Kiseop vio como su hermanito se fue feliz a probarse lo que le había regalado.


Kiseop y Dongho eran hermanos. Medio hermanos, a decir verdad. No de la misma madre, sí del padre. Entre toda la familia, se sabía que Kiseop siempre lloraba por las tantas cosas malas que hablaban de su padre. Por supuesto, él no creía nada. Sin embargo, a los años después y cuando tuvo la mayoría de edad, reaccionó y cuando llegó a vivir a la ciudad con su familia, encontró lamentosa la actitud de su padre, más aun cuando este decía que no tenía dinero, que para que lo llamaba. Hasta lo encontró descarado después de años de no recibir ayuda de su parte. Después de un año y con saber eso, Kiseop nunca más le brindó ayuda.


Cuando llegó, pasó algunos meses sin trabajo, pero aún así, no llamaba a su padre para pedir ayuda ni nada. La Sra. Lee encontró trabajo de inmediato, no era selectiva al respecto, pero Kiseop, sí. Hasta que un día, la jefa de su madre, le preguntó si le gustaría trabajar de mesero en el restaurant. Él no se negó, viendo la oportunidad de comprarse lo que más quisiera y pagar cuentas y créditos, que su madre había pedido por él, al no estar trabajando.


Y, al parecer, no se habían equivocado en contratarlo porque no les iba mal. Viendo como objetivo a un nuevo mesero y que lo encontraban demasiado hermoso  y encantador, siempre iban “clientes habituales”, demasiado seguido, y especialmente chicas. Eso cansaba mucho a Kiseop, siempre siendo el solicitado por la mayoría de las mujeres en el sitio. Todos los compañeros lo alababan y más aún la jefa. Su madre también se sorprendió, tanto que ya veía que él ganaría más que ella y solo por las propinas. Estaba orgullosa de él.


─Kiseop… ─habló AJ después de algunos minutos. Aún veía a Kiseop concentrado en su notebook.


─¿Mmm?


─¿Podemos hablar?


─Estamos hablando… ─pero seguía metido en que sabe qué.


─¿A solas? ─Kiseop volteó su rostro mirando a AJ, medio confuso pero sabía lo que quería.


─Si quieres hablar al respecto, todavía no es el momento ─observó a toda la gente que entraba y salía buscando cosas.


─Por eso te digo, a solas.


─Jaeseop…


─¿Por favor? ─AJ se arrodilló frente a Kiseop, suplicando.


─O-oye… levántate de ahí… ─rió histérico cuando todas las personas presentes los miraban un poco raro ─. Estás haciéndo el ridículo…


─No me importa, con tal de que hablemos.


─Pero estamos hablando, maldición.


─¿Pero que parte de “a solas” no entiendes? Privacidad, tú y yo solos.


─¿Y dónde quieres que hablemos? Tu casa está llena de gente.


─¿Y tu casa?


─Ni loco. Además, acabo de llegar, Jae. Sería ilógico irme ahora.


─Entonces en el baño.


─Entra y sale gente de ahí.


─Excusas y más excusas para no hablar conmigo ─dijo enojado.


─¿Acaso no encuentras lógico lo que te digo? ─ya se estaba hartando de la insistencia de su primo.


─Claro, lógico cuando nos besamos en la coc… ─pero Kiseop le tapó la boca rápidamente.


─¿Estás demente? Alguien podría escucharte ─murmuró por lo bajo.


─Qhje eshñchen ─intentó hablar.


─¿Qué? ─AJ quitó la mano de Kiseop con sumo cuidado para no romperle ningún dedo, ya que había ganado fuerza por hacer unos cuantos ejercicios en un par de meses.


─Que-nos-Es-cu-chen…


─A ver, a ver… ─Kiseop tiró de su mano ─. Parece que no estás entendiendo bien la situación aquí. Yo, soy mayor de edad, te llevo por… ─comenzó a contar mentalmente ─… siete años. Tú, eres menor de edad. Todavía estudias. Estás próximo a sacar tu licencia. Todavía te falta estudiar en la universidad y conocerás a muchas chicas ahí.


─¿Y que tiene que ver eso con nosotros? ─preguntó extrañado.


─Que somos primos y que tienes una larga vida por delante.


─Kiseop… ¿Cuántas veces tengo que repetirte que no somos tan cercanos?


─No importa. La cosa es que tú eres menor de edad y que yo, siendo el mayor, me podrían meter preso y a mi familia no le va a importar si somos primos lejanos y mucho menos, que cumples años en el próximo mes ─apagó y guardó el notebook en un abrir y cerrar de ojos ─. Mamá… ─fue hacia el patio y quería despedirse de todos antes de irse. No quería seguir ahí ─. Me iré, me duele un poco la cabeza… No te preocupes, te llamaré si es que pasa algo. Nos vemos, tía y gracias por los dulces ─su tía le había entregado un bolso pequeño, lleno de confites. Tomó su bolso y salió por la puerta, sin mirar a AJ.


─Kiseop… ─este lo observó como se iba del lugar ─. Vamos, Kiseop… No me ignores… ─pero este no le contestó.


Lo único que a AJ se le ocurrió, fue seguirlo hasta la casa. No hablaron nada por el camino, puesto que él estaba un metro de distancia mientras lo seguía. Reconocía que en parte Kiseop tenía razón en algunas cosas, pero en otras que no tenía nada que ver y dándole importancia cuando no debería. ¿Ir preso? ¿Quién en su sano juicio permitiría eso y más siendo de la propia familia? No lo creía posible. Kiseop era el ser más tranquilo y divertido en la familia. Era quien daba esa calidez al lugar, más en casa de su abuela…


Cuando llegaron a la casa de su primo, Kiseop abrió, entró y casi azotó la puerta en la cara de AJ. Claro, este no sabía que AJ lo estaba siguiendo.


─¡Oye! ─detuvo justo la puerta con la manos para que no le golpeara en plena nariz.


─¿Qué haces aquí? ─preguntó Kiseop un tanto molesto.


─Te estaba siguiendo hace un buen rato, no te diste cuenta. Ahora sí que podemos hablar, ¿verdad?


─Estás loco si crees que te voy a dejar entrar, Jae ─Kiseop trató de cerrar la puerta nuevamente, pero AJ tenía más fuerza y la abrió de golpe ─. Por estúpido, voy a llamar a la policía ─sacó el celular del bolsillo y comenzó a marcar el número de la comisaría más cercana.


─¡Idiota! ─corrió y le quitó el celular de un manotazo ─. Parece que tú eres el loco aquí. Llamarás a la polícia en vano.


─¿¡Idiota yo?! ¡Si serás hijo de puta! ─tomó su celular y comenzó a forcejear para que se lo devolviera.


─¡¿Le dices puta a tu tía favorita?! ─también forcejeó ─. ¡Imbécil!


─¡¡Cállate!! ─y una inesperada cachetada llegó a la mejilla izquierda de AJ.


Los dos se quedaron callados unos segundos que parecían largos minutos. Respiraban agitados por tanto forcejeo. Kiseop no podía creer que había golpeado a su primo. Nunca en su vida lo hizo y nunca pensó hacerlo. Solo fue porque sintió impotencia de que insistiera en algo que ya no tenía mayor vuelta.


─L-lo… siento… ─se disculpó.


─¿Lo sientes? ─Kiseop asintió, AJ lo vio de reojo ─. Por golpearme, tendrás que darme algo a cambio… ─dijo sin tapujos, sin voltear su rostro.


─¿A-algo?… ─Kiseop no entendía de que hablaba su primo.


─Ajá… y ya sabes lo que quiero… ─ahora si miró el rostro de Kiseop, viendo como tenía su cara de susto, quizás asustado con la situación.


─Si pienso lo que es… ─AJ asintió. Entonces entendió… ─. No, debes estar bromeando ─rió irónico, pensando que solo sería una broma de mal gusto.


─¿Crees que bromeo? ─sonrió ladino y comenzó a acercarse a Kiseop lentamente, acorralándolo entre la puerta y su cuerpo como aquella vez en el baño, y con eso cerrándose de golpe.


─Vamos, Jae… Solo fue una cachetadita… ─dijo en diminutivo. Realmente le asustaba la actitud que estaba tomando AJ en esos momentos. Lo que no se esperaba era que en su propia cara, este comenzara a reír, a carcajadas ─. ¿Qué demo…?


─Jajajajaja, si vieras tu cara… jajajaja… Dios mío, eres realmente gracioso ─este tomó su estómago de tanto reír. ¿En verdad Kiseop pensó que le haría otra cosa?


─¿Qué encuentras gracioso? ¿Mi cara? ¡Maldito infeliz! ─lo apartó de golpe y se fue directo su habitación.


─Vamos, Kiseop, solo fue una broma. Ríete al menos ─lo siguió hasta el cuarto y vio como este azotó la puerta en su cara, nuevamente. Sin embargo, la abrió y vio como su primo se metía bajo las sábanas de la cama para ocultarse ─. Kiseop…


─No fue chistoso… ─habló este en su cueva.


─Claro que lo fue. Te tomas muy en serio las situaciones.


─No fue chistoso y punto ─AJ se aproximó a la cama y se acostó a su lado.


─Kiseop, pareces un niño pequeño, a pesar de tener más edad de lo que realmente aparentas ser.


─¿Qué? ¿Qué tiene que ver eso con lo que pasó ahora?


─Solo te estoy diciendo lo que pienso ─bufó ─. Pareces joven, ni siquiera se te nota la alta edad, ni en tu rostro, lo cual es casi envidiable para algunos chicos… y chicas ─suspiró ─. He visto como te quedan mirando por las calles, pero tú, ni caso, sigues con lo tuyo, como si en realidad no te importara encontrar a una persona y… ─lo pensó un momento ─… enamorarte… o algo parecido.


─Es porque no me importa… de momento… Además, tengo veinticuatro años, soy joven aún. Tengo otras prioridades en la vida y enamorarme no está en mi lista hasta después de mis treinta o quizás treinta y dos años ─habló seguro de sí mismo.


─¿Y no te gustaría vivir el ahora?


─Si te refieres a vivirlo con alguien cercano… no ─AJ entendió con eso que él no sería esa persona.


─¿Te refieres a mí? ─preguntó para quitarse la duda.


─Me refiero a cualquier cercano.


─A Eli entonces ─aseguró.


─¿Por qué siempre metes a Eli en esto?


─Porque él ha sido más cercano a tí que todos los primos en la familia.


─Será porque me gusta hacer bromas con él y reírnos de bobadas.


─¿Será con él?


─¿Qué cosa será con él?


─Será con él con el que te acuestes…


─¡¿Qué?! Ahora te creo demente.


─Pero no quieres conmigo…


─AJ… ─gruñó bajo las sábanas y con eso ya decía que estaba enfadado.


─Kiseop… ─se acomodó mejor en la cama y movió las sábanas, quedando al descubierto el cabello desordenado y el rostro de su primo.


─Qué ─contestó enfadado.


─Dime la verdad… ─miró a sus ojos fijamente.


─¿La verdad de qué? ─no entendía a que verdad se refería.


─La verdad de todo esto… De Eli, de mí… de todo.


─Está bien…. ─suspiró profundamente ─. La verdad es que… ─lo pensó un momento, pero ya sabía que responder. Tenía la respuesta desde mucho antes ─… somos primos y no deberíamos estar hablando de con quién debería acostarme o no. ¡Es mi vida! Además, no sería con Eli, ya que somos primos también. ¡Es tu hermano, por Dios!


─Aún así nos besamos siendo primos y no te importó en un principio, sintiendo mi lengua en tu boca y como te tomaba de la cintura, acercándote a mí ─Kiseop se había sonrojado.


─¡Oye! No seas tonto. ¿Acaso no conoces… ─no se acordaba de lo que realmente quería decir y lo pensó mucho. No sabía si era su primo más tonto o él ─… las reacciones espontáneas? Eso era, una reacción espontánea ─afirmó aún ruborizado.


─Jajaja. Si crees que me conformaré con lo que dices y que te cree, estás muy equivocado ─rió malicioso y se tumbó encima de Kiseop.


─¡Bájate! ─intentó sacarlo de encima, como pudo, pero AJ era más fuerte. Este tomó sus muñecas para dejarlos a los lados de su cabeza, aprisionándolo ─. Vamos, Jae, sabes que no me gustan estos juegos… ─y tal vez, así era. Él no sabía que a Kiseop no le gustaban esos juegos y entonces pensó en su hermano Eli ─. ¿Jae? ¿Qué pasa?


─¿A Eli si le gustan estos juegos? ─preguntó AJ serio.


Al gato ya le comenzaba a molestar que todo lo relacionado a lo que hiciera o decía, se tornara a su hermano. Maldecía el momento en que no lo había tomado atención desde un principio. Quizás, si lo hubiera hecho, no tendría este tipo de reacciones. Y Kiseop se había dado cuenta de que dijo las palabras incorrectas para esta situación.


─Perdón. A lo que me refería es que no me gustan los juegos bruscos…


─¿Eli jugaba contigo? ─lo dijo en modo de doble sentido. Kiseop lo entendió pero se hizo el leso esta vez.


─Claro que sí… ─pero dejó la respuesta en el aire, hasta que finalmente respondió otra cosa ─. Jugamos a la PlayStation… ¿Qué más ibamos a estar jugando?


─Pero dijiste que…


─Jaeseop… Vamos, ¿por qué todo tiene que ser así ahora? Hasta pareces un acosador.


─¿No lo entiendes? Me gustas, Kiseop, y mucho.


AJ llegó a esa conclusión durante los días en que no vio a Kiseop. Comenzó a extrañarlo y a preguntarse por él todo el día. Y analizar sus gestos y miradas, sonrisas y risas, sus bromas hacia él y que lo molestara… todo… Entonces definitivamente, le gustaba a Kiseop, desde antes y no es hasta ahora que se daba cuenta. Le gustaba su primo y le daba lo mismo si lo eran…


Kiseop abrió los ojos como platos. Nunca se hubiera imaginado que AJ le diría esas palabras. Estaba casi seguro de que lo que gatillaba a que hablara así, era por el hecho de que era más cercano a Eli que a él. Pero no pensó que era para tanto. Su primo, definitivamente estaba loco de remate.


─Jae, ¿te das cuenta de lo que estás diciendo?


─Me dí cuenta hace mucho, pero ese afecto que me dabas, corriendo hacia mí… ─paró un momento y luego habló ─. Me guardé todo lo que sentía. Hasta cuando nos besamos y te comencé a extrañar… ahí fue que me dí cuenta que… me gustas… y de verdad…


─Es imposible… Somos…


─Somos primos, lo sé… Me estás hartando con ese maldito discursito ─y sin pensarlo dos veces, besó a Kiseop a la fuerza.


─¡MMHH!! ¡¡JAE!! ─estando preso entre el cuerpo de AJ y la cama, se removía sin tener resultados en poder soltarse. Tanto forcejeo, dejó sus fuerzas desvanecidas y dejándose llevar por el beso casi animal de su primo para luego tornarse a un suave y delicado toque entre labios. Sin duda, sus labios eran tan suaves como los recordaba ese día.


Kiseop siguió el ritmo de la boca que lo guiaba y sentía como esa lengua revoloteaba en su boca casi con desespero pero le encantaba de igual manera. ¿Quién iba a pensar que le gustaría que lo besara un chico y que ese chico fuera su primo? Aunque sabía que no era muy cercano, nunca negó que le gustaba por lo misterioso y culto que podría llegar a ser por momentos…


─Uhmm… Jae…


─¿Qué?… ─gruñó rompiendo el beso, para después lamer su cuello y besarlo.


─Ahhh… No hagas eso… Me da cosquillas… jajaja ─Kiseop intentó apartarlo un poco.


─Mmm… Muy chistoso ─suspiró sobre su cuello para luego seguir besando el delicado y aromático cuello de su primo.


─Pero si es cierto…


─Ya, ya… ─AJ se acercó a su oreja ─. ¿Puedo quedarme esta noche?


─¿Estás loco?


─Eso ya lo comprobamos, primito… Además, ¿cómo mi hermano se quedó varias noches aquí? ─lo miró a los ojos.


─Es muy distinto. Tú eres tú, él es él.


─¿Soy especial?


─Por algo eres mi primo favorito ─Kiseop le sonrió. Con esa sonrisa que tanto había deseado AJ y que fuera solo para él ─. Pero… ─ y ya empezaba con los “pero” ─, jugaremos PlayStation… Tengo unas enormes ganas de pasar un maldito juego.


─¿Hablas en serio? ─preguntó AJ sorprendido. Mirando el rostro de Kiseop, sabiendo que estaba diciendo la verdad ─. Bueno… está bien… ─y salió de encima, sentándose en la orilla de la cama ─. ¿Cúal quieres jugar?


─La de miedo, está claro ─Kiseop se levantó y comenzó a instalar el juego.


─A tí te dan terror esos juegos.


─Ok. Entonces, apostemos algo.


─Mmm… ¿Apostar? ─lo pensó detenidamente, podía lograr algo muy beneficioso si lo ayudaba ─. ¿Apostaremos algo interesante? ─y lo miró con coquetería.


─Créeme… será de lo más interesante… ─Kiseop se acercó a él y lamió sus labios.


Además de que a AJ se le estremeciera el cuerpo, se había emocionado a borbontones. Tanto que estaba decidido a ganar todo el juego si es que así se lo proponía… o quizás… ¿el juego era otro?…

Notas finales:

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