El día de mi actuación en el festival de música, me hallaba en frente de todo el colegio. Jamás pensé que hasta los niños más pequeños iban a estar también invitados, llenando de ruidos muy fuertes la cancha principal.
Mientras algunos de los alumnos que se habían ofrecido voluntariamente a mover cables y presionar botones que al parecer controlaban el sonido. Mis compañeros y Tao ponían sus manos en mi espalda, presionándome para que subiera el escenario. Luego de llegar ahí, lo primero que hice fue buscar a mis padres, que al contarles se pusieron muy felices.
Después de eso no podía tirarme para atrás.
Cuando finalmente los pude visualizar perfectamente - ¡Hola! - traté de enfatizar con mis labios, ya que se encontraban en las últimas filas de los asientos. Ellos sólo me respondieron sonrientemente, agitando sus manos de un lado a otro.
Me exalté cuando el director del establecimiento empezó a probar el micrófono, pues eso daba a entender que esto ya había comenzado. Hablaba de como el colegio había mejorado mucho y todo eso, de los típicos discursos de rector que realmente nadie quería escuchar.
Luego de un largo período, miré hacia atrás y vi como uno de los chicos empezaba a conectar los parlantes, y ahí fue cuando el mundo se me vino encima. Sentí como mi corazón se aceleraba cada vez más, todos estaban observándome, esperando lo mejor de mí, y yo.. y yo con pánico escénico.
Demonios.
La música empezó a sonar, yo me sentía realmente muy nervioso. Venía la primera línea de la canción, la canté perfectamente, al menos eso creo ya que vi como el público sonreía.
Ya Baekhyun, puedes hacer esto bien, puedes hacerlo.
Llevaba la mitad de la canción. Creo que podía hacerlo, creo haber podido vencer mi pánico escénico del momento, hasta Eunyoung cruzó la puerta principal.
Mi voz se quebró.
Escuché como la gente hacia un tipo de sonido muy parecido como - Oh -
Traté de componerme rápidamente, viendo si podía captar en donde había quedado la canción, pero no. Al intentar cantar de nuevo, mis cuerdas vocales no cedieron, y mi voz se quebró una vez más.
Sentí de a poco como mi cara de iba tornando roja, como si estuviera a punto de explotar. El director llegó al lado mío, me tocó un hombro diciéndome - Lo hiciste bastante bien - pero yo podía sentir la decepción en el tono de esa frase.
Creí que las lágrimas podían salir en cualquier momento de mis ojos. La música fue detenida, me quede mirando al público y vi como mi madre seguía teniendo la misma sonrisa de hace unos momentos atrás.
Di una reverencia de noventa grados y bajé del escenario. Me dirigí hasta los casilleros en donde se encontraban mis pertenencias, las tomé dispuesto a salir corriendo de ahí. Y se pronto escuché una voz sueva que me decía - Perdón, no.. no fue mi intención - Me di media vuelta, y allí estaba la chica con la que menos me quería encontrar en este momento.
Asentí, tratado como mucho levantar las esquinas de mi boca. Y me fui.
En ese momento prometí que jamás volvería a cantar en frente de alguien.
+
Aquí me encontraba con Tao, sentado al lado mío, viendo como mostraban su talento cada uno de los chicos y chicas que se disponían antes de nuestros turnos. Eunyoung se encontraba en la gran puerta esperando para entrar, su grupo venía inmediatamente después del nuestro.
- #237, su turno - Miré el número que tenía pegado en mi remera, me tocaba.
Me levanté, suspirando fuertemente. Tao me agarró de la mano, viendo como su mirada me deseaba suerte.
No pasará lo mismo, le demostraré a todos de lo que soy capaz de hacer, no me inmutaré nuevamente. Teniendo ese pensamiento en mente, con confianza mis pasos iban al centro de la sala.
Sentí mi voz emitir unos sonidos como si no hubiera mañana, di todo lo que pude, al terminar mi garganta me dolía producto del esfuerzo que hice. Cuando el juez estaba a punto de hablar, sentí aplausos muy fuertes desde la puerta. No será quien creo que sea, ¿verdad?
Me di media vuelta, y allí se encontraba el mismo grupo de chicos con los que Tao y yo nos habíamos visto minutos atrás. Vi como el chico alto con el que había compartido una sonrisa, me miraba seriamente y me aplaudía muy despacio.
- ¡Ah chicos! Pasen, por favor - habló el staff muy amablemente.
Algunos nos hicieron reverencia, como también algunos que no lo hicieron.
- Miren chicos, miren muy bien. Quizás alguno de ellos sean sus próximos compañeros - Ahh, así que si eran trainees.
- Podrían presentarse ¿no creen? - De pronto escuché la voz de Tao.
Qué estaba diciendo por Dios.
- Tao, no creo que deber.. - Iba a proclamarle cuando el juez me interrumpió. - Sí, chicos, deberían presentarse ¿dónde han quedado sus modales? - Espetó con una pequeña sonrisa.
- Ah.. ahm.. Sí de acuerdo - Aceptaron todos a la vez. El primer chico que hizo una reverencia hacia nosotros, era pequeño, tenía el pelo rojo y sus ojos eran muy grandes. Tenía que admitir que su voz era bastante agradable. - Hola, yo.. Yo me llamo Kyungsoo - casi ni se escuchó lo que dijo. El resto de nosotros sólo le devolvió la reverencia.
Vaya, sí que eran muchos.
Me fijé que aún seguía de pie en el mismo lugar, así que torné media vuelta, y al momento de sentarme escuché una voz extremadamente grave.
Me sorprendí porque era más grave que la de mi padre. No pensé que habría una más grave que la de él.
- ¡Hola! - exclamó felizmente. Me pareció divertido - Me llamo Chanyeol, espero que den lo mejor de sí - Yo sólo lo seguía observando expectante.
Cuando él dirigió su mirada hacia mí. De pronto me sentí tímido, como si fuera muy pequeño. Subió su mano derecha y la movió saludándome.
Hace unos segundos atrás, pensé que me odiaba por la mirada seria que tenía. Y ahora dedicaba sonrisas a todo el mundo. ¿Era este chico bipolar o algo por el estilo?
Luego de cada uno de ellos se presentara, eran 9 en total. El juez les pidió por favor si se podían marchar ya que aún faltaban personas que tenían que audicionar. Nos dijo que todos los que ya lo habían hecho, que nos fuéramos a casa. Me quedé afuera del edificio esperando a Tao.
Diablos, realmente quería escucharlo rapear. Se dará en otro momento supongo.
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Luego de encontrarme con Tao en la salida, me contaba que el juez había explicado que teníamos que esperar una semana para saber la respuesta, si entrabamos o no, si podría ser trainee o no. Una semana no era lo suficiente para prepararme a esto.
En vez de irme a mi casa, tomé mi camino con Tao a la suya. Había recordado como su mamá me había pedido que la fuera a visitar, así que aproveche este momento para hacerlo.
Entramos, e inmediatamente ella salió a recibirnos. Me miró sorprendida, y se abalanzó sobre mí, abrazándome. Siempre la había visto como mi segunda madre, así que suponía que para ella era su segundo hijo.
- Ahh, ya basta, me siento excluido ¿Podrías entrar luego Baekhyun? - Me dijo Tao mirándome con desprecio, quejándose. Mi cabeza se encontraba entre el espacio del hombro y la cabeza de la madre de este y él estaba adelante mío. Así que aproveche de sacarle la lengua, a lo que soltó una carcajada.
Entramos, y su madre me ofreció comida. Yo no tenía nada de hambre por todo lo que había pasado hoy - No, gracias, no se preocupe - le dije tratando de sonar lo más cordial posible.
Subí los escalones y entré a la habitación de Tao, para mi sorpresa estaba completamente limpia.
- ¿Pero qué ha pasado aquí? - le dije mirándolo divertido.
- ¿Qué? ¿Acaso mi dormitorio no puede estar limpió alguna vez? -
- ¿Quieres que te responda honestamente? - le espeté.
- Mi madre no me dejaba ir a la audición si no lo ordenaba - Yo lo miré tratando de aguantarme las risas que se encaminaban. - Cállate - me observó enojado.
- Oye, cambiando el tema ¿Te fijaste en los traineers? - comentó muy intrigado.
- Hmm - asentí - ¿Por qué? ¿Te gustó alguno? - disparé levantando mis cejas en forma de burla.
Había recordado el momento en que Tao y yo teníamos 14 y 15 respectivamente, y él me había confesado que le gustaba alguien. Y ese alguien era nuestro profesor de matemáticas.
Me sorprendí, bastante de hecho. Pero mi vida y mi relación con Tao siguió igual, absolutamente nada cambió después de enterarme de eso.
De pronto una almohada cayó en mi plena cara - ¡Oye! - grité.
- Claro que no imbécil, lo decía porque algunos de ellos no parecían muy amigables - decía mientras se acomodaba en su cama.
- Podría ser - respondí. Y recordé de aquel chico, Chanyeol. Pues él parecía simpático, o bueno, no, no lo sé. Realmente no lo sabía.
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Otro lunes de clases había terminado para mí. Tao caminaba al lado mío yendo a nuestras casas, se despidió de mi alborotando mi cabello como siempre.
Al entrar, vi como no había nadie en mi hogar. Dejé mis pertenencias a un lado de las escaleras. Me dirigía a la cocina cuando vi un sobre en la mesa del comedor, lo ignoré ya que me encontraba muerto de hambre y lo único que quería era alimentar mi cuerpo. Llegué a la cocina, y en la pequeña pizarra que estaba unida a la nevera decía.
Tuve que ir urgente al trabajo, problemas con los proveedores.
Soejin se encuentra donde unas compañeras de su escuela, no te preocupes, yo pasaré a buscarla.
Tu comida está en el microondas, sólo tienes que calentarla.
Te ama, mamá.
Una vez con mi plato de comida en mis manos, me senté en el comedor, preparándome para cenar. Cuando de pronto volví a ver el sobre en la mesa, estaba hacía abajo, lo di vuelta y vi como el signo de la SM aparecía impreso ahí.
¿Era esto una broma? No no no, no puede ser.
Empecé de a poco a abrirlo, por alguna razón mis manos temblaban, y toda el hambre que tenía se me había quitado.
Estimado Señor Byun:
Tras ver y tratar las audiciones que se han dado el día 11 de febrero de 2013, nosotros lo hemos recluido a poder participar de nuestro entrenamiento. Por favor, considérelo.
Felicitaciones, usted ya es parte de la SM. Entertainment.
Atentamente, Kim Il Hung, vice-presidente.
Mi tenedor cayó al suelo. Bueno, esto sí que era inesperado.
Me levanté corriendo hacía el teléfono, llamé a Tao quizás unas ¿10 veces? Pero no contestaba.
- Ahh no me digas que estás durmiendo de nuevo - Llamé a su madre y a la mía, pero nadie parecía responder al otro lado de la línea.
Me puse mis zapatos, y me envié rápidamente a la casa de mi mejor amigo. - ¿Habrá sido aceptado? Demonios, espero que sí - iba murmurando mientras corría.
Llegué y el portón principal estaba sin cerradura, así que me tomé la libertad de entrar. Abrí la puerta de la entrada - ¡Sorpresa! - Escuché las voces provenientes de mi madre, la madre de Tao y él, se encontraban al frente mío muy felices.
- ¿Q-qué es esto? - repliqué anonadado por la confusión.
Mi madre se acercó a mí, y me dio un fuerte abrazo. Noté como sus lágrimas caían. - Felicidades, estoy muy orgullosa de ti - Yo sólo pude abrazarla de vuelta, aún no tenía palabras para decir.
Tao se acercó a mí con una mirada triste e igual me regaló un abrazo. - Felicitaciones - me espetó con una sonrisa decaída.
- Tao.. Tu.. ¿Tú no fuiste.. - traté de verlo a los ojos.
- ¡Claro que sí idiota! ¡Yay! - Me mostró el mismo sobre que estaba sobre mi mesa. - Tenemos que irnos preparando - me dijo explotando felicidad.
Lo golpeé tan pero tan fuerte, que mi madre me regañó.
Que se ha creído este, no era el momento para hacer ese tipo de bromas.
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Vi mi reloj, eran las 5 am, y me encontraba con un Tao luciendo como zombie en el subterráneo. Observé mi cara en una de las ventanillas, y no lucía mejor que él.
Uno de los staff nos había llamado dos días antes, diciendo que nos debíamos presentar a las 7 de la mañana en el establecimiento. Normalmente no salíamos tan temprano, pero en la semana todos los medios de transporte se hacían lentos por la gente que iba a trabajar y estudiar.
Y definitivamente no queríamos llegar tarde.
Me sorprendí cuando entramos, ya que la última vez que pisamos este edificio el lugar estaba lleno. Predicto que más de cinco mil personas vinieron a audicionar esa vez. Pero ahora, en este momento, no había más de cuarenta.
Por teléfono nos pidieron que lleváramos nuestros sobres, ya que en este contenía un número que nos representaban, así al parecer iban a asignar cada grupo. Afortunadamente, entre mi número y el de Tao no había mucha diferencia, por lo que supusimos que nos tocaría juntos.
- Grupo número 6, por aquí - Dijo una pequeña mujer, con una libreta en sus manos.
Nos fijamos en un mural que se encontraba a un lado de la pared, contenía las listas del número que pertenecían a cada grupo. El seis era el de nosotros.
Nos movimos entre miles de pasillos, éramos siete en total. Entramos a una sala con vidrios en vez de paredes, con un fondo de nubes. Había visto esto en vídeos de idols practicando.
En un momento cuando muchas caras dentro de la sala se dieron vuelta para observarnos Tao apretó mi mano fuertemente. Nos hicieron pasar hacía adentro, e inmediatamente reconocimos el grupo de chicos del pasillo y de ese instante en plena audición.
Reconocí al chico alto en una de las esquinas abrochando sus zapatillas, y estaba con audífonos puestos. No creo que se hubiera dado cuenta que los nuevos traineers se encontraban aquí. Un muchacho de pelo casi color rosado le tocó el hombro mostrándole quienes habían llegado. Yo seguía mirando cuando me di cuenta que iba a darse media vuelta, así que corrí mis ojos de esa dirección. Segundos después se formó en la fila en frente nosotros.
Tenía mucha curiosidad de cómo iba a reaccionar esta vez que me viese ahí, pero por el instante mi atención se centraba en la miembro del staff que estaba a punto de hablar.
- Bueno ¡Atención! Necesito toda su atención aquí - decía mientras aplaudía. - He aquí sus nuevos compañeros de entrenamiento, ellos han pasado por un complicado proceso de selección. Merecen estar aquí tanto como ustedes. Por favor sean amables y trátenlos bien. - dirigiéndose al grupo de chicos cerca de los espejos.
- En cuando a ustedes - volviendo su mirada hacia nosotros. - Esta es su primera clase, hoy les toca.. - miró hacía su libreta. - Ensayo de baile -
Oh por favor no, bailar no. Se me había olvidado completamente que también teníamos clases de baile. Estaba lo suficientemente confiado con mi voz, pero mis pies eran un completo desastre.
- Lo guiaré a donde se encuentran los camerinos, allí encontraran ropa deportiva nueva para que puedan ensayar cómodamente. Después de esta clase, ustedes mismos se ocuparan de conocer el establecimiento. Confiando en que sus nuevos compañeros los ayudarán, supongo - Sonando amablemente hacía el otro grupo.
- ¡Sí! ¡Por supuesto que los ayudaremos! - Sonrió ese chico llamado Kyungsoo, seguido por algunos otros.
Miré a Tao que parecía muy emocionado, le mostré una de mis mejores sonrisas. Luego dirigí mi mirada de nuevo hacía el frente, y Chanyeol me observaba.
Se sorprendió al ver que las comisuras de mis labios bajaban lentamente.
Realmente me sorprendí cuando lo vi.
Me miró confundido por un segundo, para luego dedicarme una sonrisa mostrando mucho sus dientes. Yo sólo le hice una reverencia tímidamente.
¿Por qué me sentía tan extraño al verlo? Me ponía nervioso.
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Llegamos al camarín, y cada uno de nosotros se encaminó hasta un cubículo. Me cambié de ropa rápidamente, al parecer me apuré mucho, ya que al salir nadie más se encontraba ahí. Esperé un bueno rato a Tao, quien salió con una remera muy apretada, parecía que no fuera su talla.
- ¿No encontraste nada más? - le dije riéndome muy fuerte.
- No es mi culpa que todos los demás sean unos enanos - sentí como esa frase era sólo para mí.
- ¡Ahí! Ahí hay otra remera, se ve más grande que esta - le respondí apuntando a uno de los percheros que se encontraba arriba de los bancos.
- Oh, cierto.. Tendrás que esperarme unos segundos más - retrocedió y entró de nuevo al pequeño cubículo.
Entramos de nuevo al salón, el profesor ya se encontraba ahí. Nos saludó cordialmente, y nos indicó los lugares de cada uno. Tao se encontraba dos puestos atrás mío, y Chanyeol se ubicaba dos puestos más a mi lado.
El profesor se disculpó por un momento porque su celular estaba sonando, y salió de la clase por unos segundos.
- Baekhyun ¡Baekhyun! - sentí los susurros de Tao, y giré.
- ¿Qué? - le dije curioso.
- Lo harás bien - me dijo subiendo sus pulgares. - Tu también - le respondí sonriendo.
Me di media vuelta y..
- ¡Hola! - el rostro de este chico apareció muy cerca del mío, sentí mi cara enrojecer. Se encontraba en frente, era muy alto, no lo había podido apreciar hasta esta cercanía. Me alejé un poco, volviéndome muy tímido. - H-ho..la - le dije cautelosamente.
Me iba a responder cuando el profesor apareció, haciendo que Chanyeol volviera a su puesto original.
Lo miré sólo de curioso, y él me brindo una sonrisa con un saludo de manos.
Parecía como un happy virus, pensé.