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Un regalo para ti por Rosie Takahashi

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Notas del fanfic:

Hello, hello(8) *entra bailando como SHINee (?* (si no sabes quienes son SHINee ¡que mal!D: ok no, búscalo en google :3)
Helloooow, everybody! Bueno, aquí les traigo un pequeño one-shot acá todo romántico, lleno de miel así bien aksdjasd lo siento si se empalagan :C es lo que salió. No tiene lemon porque mi preciosa geme Dalie Rueth me pidió que le escribiera algo sin lemon hace mucho y pues aquí está :) gemeeeeee! I'm sorry por tardarme tanto :C sabes que te amo y así, pero mi inspiración se iba de puta la maldita zorra :C pero bueno, aquí lo tienes, es todo tuyo...gózalo (? 

Notas del capitulo:

Ya saben que los personajes no me pertenecen, son todos propiedad de Shungiku Nakamura-sensei :D ¡Diosa! *hace reverencia* 
Ahora si, a leer! :D

Ahora que lo pensaba…Usagi siempre le regalaba cosas, sin importar si era alguna fecha importante o no. Lo hacía porque podía y porque quería. Misaki también deseaba regalarle algo, pero ¿qué? Su novio lo tenía todo y también los medios para conseguir lo que no.

Ahora iba rumbo al centro comercial, después de haber salido de sus clases, con la idea de comprar algo decente y dentro de su presupuesto para Usagi. Iba con esos pensamientos cuando de repente su celular comenzó a sonar.

 

-          Usagi-san ¿qué pasa? –preguntó el castaño mientras seguía caminando.

-          Misaki ¿en dónde estás? Vine a la universidad a buscarte pero no estabas. –contestó preocupado el escritor.

-          Ehh…lo siento, debí avisarte que después de clases iba a comprar unas cosas que faltaban para la casa. –respondió rápido tratando de no sonar nervioso. A unos metros se alcanzaba a ver el centro comercial.

-          Me tenías preocupado ¿quieres que pase por ti? –preguntó, pero Misaki sabía que más bien era una afirmación.

-          No, Usagi…yo puedo irme caminando, además no tardaré mucho. –explicó el castaño.

-          Misaki, dime en donde estás. Quiero ir por ti. –repuso el escritor.

-          Ya te dije que no es necesario, mejor termina lo que te falta de esa novela rara tuya. Cuando llegue te prepararé una cena deliciosa. –dijo esperando convencer a tu novio.

-          Humm…está bien, pero si tardas demasiado iré por ti y de castigo te violaré en el auto frente al centro comercial. –amenazó con burla en su voz.

-          ¡Ya entendí! No tardaré, adiós. –exclamó asustado, enojado y con un gran sonrojo en su rostro.

-          Pensándolo bien…tárdate todo lo que quieras. –soltó con una risita y un tono lujurioso.

-          ¡Adiós! –y Misaki colgó totalmente sonrojado.

 

Bien, ya había llegado al centro comercial y ya llevaba aproximadamente una hora buscando un buen regalo dentro de su presupuesto, pero Misaki simplemente no encontraba el regalo indicado.

 

-          ¿Corbatas? –se preguntó a sí mismo viendo una corbata con un simpático estampado de osos.- No, Usagi no podría utilizar esto, y si lo hiciera…sería vergonzoso.

 

Siguió observando diferentes cosas en diversas tiendas decidiendo que no le regalaría ningún tipo de ropa, no después de haber visto ese tipo de ropa. Lo admitía, le causó risa pensar en Usagi usando sólo esa tanga con una esponjosita cola de conejo detrás, pero después de hacerse la imagen mental quedó totalmente traumado.

 

-          Además, el afectado, al final de cuentas, seré yo –tembló al imaginar ese escenario- definitivamente no será ropa.

 

Iba caminando mientras pensaba en lo que le podía regalar al escritor cuando se topó con un establecimiento que no había notado.

 

-          ¡Una juguetería! –exclamó eufórico. Si conocía bien a su novio, muy probablemente estaba en el lugar indicado.

 

Entró al enorme establecimiento y pudo ver los diversos juguetes que ahí se encontraban. Todo era muy colorido y llamativo, por un momento Misaki se sintió como un niño, emocionado ante tantos juguetes de todo tipo y formas. Entonces el ojiverde frunció el ceño y se centró en lo que tenía que hacer.

Comenzó a buscar por toda la tienda, evitó la sección de juguetes para bebé. Probablemente si le regalaba algo como eso al escritor, este alegaría que tendrían que hacer un bebé para que pudiera jugar con todo eso, y aquello no terminaría nada bien, sobre todo para su trasero.

Siguió buscando, vio espadas, pistolas normales y de agua, pelotas, trenes, casas de muñecas –Usagi podía ser gay pero no a ese extremo-, entre muchos otros juguetes más. A Misaki no le convencía ninguno, ya fuera porque su novio lo tenía o porque el objeto en cuestión le parecía muy simple.

Ya se había dado por vencido, cuando pasó por ese estante y lo vio ¡el juguete perfecto! En el momento en que lo había visto hasta sus ojos brillaron.

 

-          ¿Por qué no pasé por aquí en primer lugar? –se preguntó.- Me hubiera ahorrado tanto tiempo. –prefirió no seguir pensando en el tiempo perdido y tomó el objeto.

 

 

Después de haber pagado por el regalo y la envoltura de este, que consistía en una enorme caja decorada con la que apenas podía caminar, fijó la vista en su celular para verificar que no tuviera ninguna llamada o mensaje perdidos de su casero, al no tener nada siguió caminando y salió del centro comercial. Dejó la enorme caja en el suelo y volvió a fijarse en el estacionamiento asegurándose de que su novio pervertido no estuviera esperando por él como advirtió. Después de eso, siguió caminando con rumbo a su departamento. Al llegar se aseguró de que el escritor no estuviera cerca para después esconder el regalo en la cocina.

 

 

-          ¡Usagi-san, ya llegué! –gritó fuerte para que el nombrado lo escuchara. Pudo escuchar algunos movimientos y seguidamente vio como la puerta del estudio se abrió mostrando a su novio.

-          Hmm…parece que no has tardado tanto –dijo mirando el reloj de su muñeca.- te has salvado, pero dime ¿qué tanto comprabas para que tardaras tanto? –preguntó curioso mientras le dejaba un pequeño beso en los labios al castaño y lo abrazaba.

-          Te dije que unas…unas cosas que necesitaba. –se puso nervioso ante la mirada penetrante del otro.- iré a preparar la cena, en media hora estará lista. –iba a salir de entre los brazos del mayor, pero este lo interrumpió.

-          Quiero una compensación. –dijo firme.

-          ¿Eh?

-          Dije que quiero una compensación por haberme tenido esperándote tanto tiempo. –repitió. Misaki se sonrojó al pensar lo que le pediría.

-          ¿Qu-qué clase de compensación? –preguntó nervioso.

-          Simple…un beso de Misaki. –sonrió.

-          ¡Pero ya me has dado un beso cuando llegué! –estaba sorprendido por que le pidiera algo como aquello, pero eso no lo detuvo para luchar.

-          Lo sé, pero yo quiero que tú me des un beso, ese te lo di yo. –Misaki lo miró con el ceño fruncido.- Anda, es algo sencillo. –diciendo esto, cerró los ojos y esperó.

-          … -sonrojado, el pequeño castaño se acercó lentamente hacia el mayor y dejó un dulce beso en sus labios. El peliplata, sorprendido, abrió los ojos pero enseguida los volvió a cerrar siguiendo el ritmo de su tierno novio. Fue un beso dulce y sin profundizar. Al terminar Misaki salió corriendo a la cocina.- ¡Yo te hablo cuando la cena esté lista! ¡Vete y sigue con esos libros tuyos! –escuchó sus gritos avergonzados y sonrió.

 

 

Misaki preparó la cena, llamó a su casero y comieron tranquilamente. Bueno, por lo menos el escritor lo había hecho. Mientras tanto, Misaki pensaba preocupado y nervioso sobre la manera de darle el regalo a Akihiko. Se dio cuenta que había sido muy impulsivo al comprar eso y no haber pensado antes en alguna situación para poder dárselo. Pero ya lo había comprado y tenía que dárselo, de otra manera sería vergonzoso si Usagi encontraba eso y preguntaba avergonzándolo más.

 

 

-          Misaki ¿estás bien? –preguntó el mayor al notar al castaño tan callado y pensativo.

-          Ehh… -era ahora o nunca.- Usagi-san, yo…quería darte algo… -susurró avergonzado.

-          ¿Qué cosa? –frunció el ceño confundido.

-          Humm…espera aquí. –Misaki se levantó y fue a la cocina dejando más confundido al escritor.

-          Misa… -se calló al ver al castaño cargar con una enorme caja de regalo y dejarla a un lado de su silla.- ¿qué es eso?

-          Eh…pues, yo estuve pensando… -comenzó a decir.- y me di cuenta de que tú siempre me regalas cosas, por lo que decidí…decidí que yo también te regalaría algo –se sonrojó aún más.- toma ¡espero que te guste! –terminó de decir gritando.

-          … -el peliplata, sorprendido nuevamente, sólo atinó a sonreírle dulcemente a su adoración y comenzar a retirar la tapa de la caja.- ¿Acaso es un…? –preguntó sorprendido, pues al haber metido sus manos a la caja pudo sentir algo suave y cuando fijó su vista en lo que tocaba sonrió divertido y enternecido.- Un oso. –terminó de decir cuando había sacado un lindo oso de peluche. Era un poco más pequeño que Suzuki-san, de un color café chocolate, unos bonitos ojos esmeraldas y un pequeño listón alrededor de su cuello del mismo tono de sus ojos.

-          Eh…bueno, sé que ya tienes muchos osos, pero al ver este pensé que podría gustarte…pero si no te gusta, no importa –dijo rápidamente intentando quitarle el osito de las manos al mayor.

-          ¡Oye! Deja al pequeño Misa-chan, es mío. –lo reprendió abrazando al oso. Misaki lo miró confundido.

-          ¿Misa-chan?

-          Sí, es igual de lindo que tú, así que su nombre es Misa-chan. –explicó como si fuera la cosa más obvia, mientras observaba al peluche con una sonrisa tierna.

-          ¡Baka! –gritó Misaki sonrojado.- Ya te he dicho que yo no soy lindo.

-          Sí, si lo eres. –afirmó.- Por cierto, el regalo me ha encantado. Gracias, Misaki, me haces muy feliz. –sonriendo, se acercó para darle un beso al ojiverde. Juntó sus labios con los del menor en un movimiento suave y Misaki, aún un poco avergonzado, correspondió como pudo al beso. Usagi profundizó en la boca de su novio sintiendo su lengua rozar con la del pequeño. Al terminar se separó un poco para después volver a dejar un pequeño beso en su frente.

-          Usagi-baka… -susurró al ver a su amante alejarse. Se extrañó al ver al peliplata acomodar a su reciente oso en el sofá cuidadosamente, decidió acercarse para ver lo que hacía.

-          Suzuki-san, te presento a tu novio…Misa-chan –escuchó hablar al peliplata.- es muy lindo ¿verdad? Tienes que cuidarlo porque él será tu compañero de ahora en adelante. –sonrió al terminar de decir eso, y Misaki volvió a fruncir el ceño.-

-          ¡Hey! ¿Por qué tiene que ser niño? –preguntó haciendo un pequeño puchero.

-          Es obvio, ellos ahora son una feliz pareja gay de osos que se aman. –contestó de manera simple el escritor.- Ahora ven, que te voy a dar tu recompensa por ese lindo regalo que me acabas de dar. –sonrió lascivamente agarrando al castaño por la cintura y subiéndolo a su hombro como si fuera un costal de papas.

-          ¡¿Ehhh?! –gritó el menor entendiendo todo.- N-no es necesario…¡bájame, Usagi-baka!

-          Oh, sí que lo es. –diciendo esto, comenzó a subir las escaleras hacia su habitación.

 

 

Y bueno, después de todo, Misaki tuvo que admitir que no había sido tan mala idea regarle algo a su novio de vez en cuando. A pesar de que al día siguiente caminara extraño, él había disfrutado de la hermosa noche llena de amor que le regaló su amante. Tenía que admitirlo, lo amaba aunque fuera un pervertido, lo amaba porque desde hace mucho tiempo Usagi le había regalado algo que Misaki consideraba el mejor de los regalos…su corazón.

Notas finales:

Aadskjasdhkasjdhasd *se esconde* ¿les gustó? akdsjasd ¡lo siento! Me quedó así bien cursi, pero no lo pude evitar :C geme ¿te gustó? Aunque sea un poquito, espero que te haya alegrado un poco...no estés triste, preciosa ¡es un puto de mierda! oo.ó que se chupe esta .l. arruinó mi sorpresa, nunca se lo perdonaré -.-' 
En fin, en lo que termino de desenojarme (? hablo con ustedes...si leyeron hasta aquí muchas gracias (: si me quieren dejar reviews se los agradeceré :3
Bueno, me voy :D
Besitoooos!
Rosie-chan~

Pd: ¿Alguien tiene cromimi? ¿no? ¿nadie? soy la única infantil ;-;


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