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Ruleta Rusa por nero

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Notas del fanfic:

Hola! aquí Nero. Espero la etén pasando bien. Bueno hace tiempo que quería hacer un one shot con esta temática ya que siempre me han llamado la atención la mafia y este particular juego.

Espero que les guste ;)

 

El sonido metálico y sordo del barrilete del revolver resonó en toda la habitación cuando lo abrió, creando el último eco interminable que escucharían. Se miraron entre sí mientras que el ambiente se empezaba a tensar.

Sasuke, heredero de la familia Uchiha, con la frente en alto obligado a vengar a su querido hermano mayor. Guiado por el rumor de que había sido asesinado por alguien de la familia Uzumaki. Su padre, Fugaku, le amenazó para ir y saldar deudas.

NarutoUzumaki, con la misma tranquila apariencia que se interrumpía con una gota de sudor que bajaban por su mentón, convencido de que cumpliría la palabra de su padre, para terminar con los parásitos de la segunda generación de los Uchiha.

Una bala dorada y fría fue introducida en el cartucho por el de cabello oscuro. Cerró el cartucho y sostuvo el mango con fuerza, mirándolo a los ojos. Ojos azules que le mostraban la verdad.

Hacía nueve años que se conocieron.Ambos con tan solo doce años, asistían juntos al mejor instituto de todo Tokio. A punto de comenzar la secundaria, los jóvenes amigos podían encontrar íntima confianza entre sí. Los dos estaban completamente conscientes de su destino, que estaban siendo formados para continuar con los negocios de sus padres.

Los Uchiha, jefes del tráfico de alcohol y estupefacientes de la alta mafia japonesa, y los Uzumaki, familia de capos metidos en los negocios de cigarrillos y súper billetes. Para ese entonces, era muy difícil explicar quién de las dos familias era la que tenía más poder y control en Tokio, porque ambas se beneficiaban de cada una en una especie de trato comercial y personal. Eran muy unidas e iban a por todo juntas, era la alianza más aclamada y poderosa de esa época, y como era de esperarse, harían crecer a sus hijos en un ambiente donde sus mentes se entrenaran para la lealtad infinita, y así el poder y la gloria seria para siempre de ellos.

Pero lo que ellos querían era distinto, terminar con la presión de la escuela, ir a una universidad, salir de viaje, todo para un joven común. Pero al ver que no podían tenerlo, hallaron consuelo entre sí, descubriendo que en un simple beso podían escapar de todo, comenzando una relación que les costaría un poco más que la vida.

Minato y Fugaku como buenos compañeros de negocios, se reunían cada semana en el restaurante más elegante de la zona para ponerse al tanto de todo lo ocurrido, tanto en el trabajo como en su vida personal.

-Yo estoy feliz de que Itachi se case pronto, no pensaba ponerlo delante del negocio sin tener a alguien de quien cuidar- dijo Fugaku golpeando los palillos contra su plato antes de ponerse a picar.

-Itachi es un buen chico, no dudes de él- sugirió Minato con una sonrisa. Estaban sentados uno al frente del otro, en una pequeña mesa de mantel rojo con bordado dorado, mojado por la cubeta de hielo y las botellas de wiskyy sake que se hundían en el centro. Y como ya era de costumbre, un par de matones custodiando su alrededor.

-¿Qué hay de Naruto? ¿Le has dado ya responsabilidades?- preguntó masticando despacio la carne asada que pidió.

-Pienso que es muy joven aun. Todavía tengo que aguantar que llegue de madrugada a la casa-

-Ya, seguro tiene a Kushina hasta el borde- dijo el Uchiha riendo con confianza.

-Pues, ya te imaginas- dijo riendo con él –Pero me alivia el saber que anda con tu hijo-

-Sí, pienso igual, al menos eso me hace dormir más tranquilo- dijo tomando un sorbo de su bebida.

Ambos siguieron con su cena hasta muy tarde, quedándose a beber otro rato, ignorando el hecho de que sus palabras eran tan inocentes para lo que sus hijos hacían juntos.

-Ah…Naruto- suspiró el azabache sintiendo la lengua de su pareja subir por su cuello. Era una noche más donde habían salido de fiesta con sus amigos, habían quebrado la noche bebiendo y apostando en juegos de cartas, en clubes de alta categoría, gastando dinero de forma siniestra hasta que llegó el momento donde ninguno de los dos podía aguantar el deseo y las ganas que se tenían.

-Maldición- masculló el rubio tratando de bajar la bragueta de su pantalón. Estaban encaramados dentro de un cubículo del baño del club. Aquella noche celebraban el compromiso del hermano mayor de los Uchiha, pero ni eso podría interrumpirlos de su arranques de amor inoportunos.

-A…apresurate, dobe- le susurró Sasuke al oído, haciéndolo perder la concentración. Luego le lamió la oreja y éste perdió la cordura.

Rápidamente se bajó el pantalón he hizo que Sasuke le diera la espalda. El azabache podía sentir su respiración agitada en su cuello, y no pudo evitar sentirse nervioso. Gimió un poco cuando los labios del rubio fueron bajando por su espalda, le desesperaba esa forma suya de besar, usando su lengua y dientes de manera espontánea.

-Eso no…- susurró avergonzado, cerrando las manos en puños sobre el metal del cubículo.

-¿Eso… qué?- le preguntó sin dejar de bajar, pasando sus manos por sus nalgas.

-¡Ah!- exclamó para luego morderse los labios, temblando por el camino cuando sintió su lengua acariciar su entrada –Eso no, tu lengua…no-

-¿Entonces qué?- susurró Naruto con una sonrisa – ¿Con los dedos…tal vez?-

Metió un dedo con facilidad dentro de él escuchando otro quejido y viéndolo negar.

-Mm… ¿Y esto?- sacó su dedo y se incorporó pasando su miembro erecto por sus nalgas, sin llegar a meterlo del todo. Luego por entre sus piernas.

-Ah…am- susurraba inquieto mientras que Naruto simulaba embestirlo –No…b-basta-

El rubio le besó el cuello con el corazón roto tras ese gemido de súplica, y lo penetró con cuidado.

-Ah…- exclamó mientras sentía la erección de su amante hacerse paso en su interior. Era tan placentero que sentía que podía correrse solo por eso, inclinó la cabeza hacia atrás y la recostó del hombro del rubio suspirando, dejando correr una lágrima de placer por su mejilla –Naruto…-

El nombrado se mordió los labios sintiendo una punzada en el pecho tras escuchar su nombre con esa voz débil y aguda. Lo empezó a embestir a un ritmo pausado, sosteniéndolo por la cintura, sabiendo que eso le encantaba, viéndolo derramar más lágrimas por él.

-Ah…!Ah!- gimió haciendo chirriar el metal con las uñas – ¡Me…vengo!-

En unos segundos el azabache se corrió, tensando su cuerpo por dentro para que Naruto siguiera su mismo destino. Luego de un gruñido de su parte se vino en su interior.

-Siempre eres tan…impaciente- susurró Naruto sujetándolo del mentón –Corriéndote cuando quieres-

Le besó despacio, consiguiendo que se sujetara de su cuello.

-Nos están esperando- dijo para no perder la cabeza de nuevo en un beso –Además, si fuera por ti, no saldríamos nunca-

-Eso…cúlpame por amarte- dijo riendo.Sasuke sonrió y le besó de nuevo para luego comenzar a vestirse.

Naruto hizo lo mismo bajo su mirada. Cuando estuvieron listos y algo presentables salieron.

-Espera…- dijo Sasuke reteniéndolo por el pecho –Dilo de nuevo-

-¿Qué cosa?- le cuestionó consiguiendo una mueca a cambio.

-Que me amas, baka-

Naruto sonrió levemente y lo sostuvo por la cintura, besándolo en la mejilla y susurrándole en la oreja.

-Te amo…te amo tanto que te daría mi vida- Sasuke se sonrojó y carraspeo, soltándose de su abrazo.

-Yo…también- dijo apenas audible, dándole la espalda. Naruto sonrió, él se avergonzaba con todo.

Cuando salieron del baño, pudieron visualizar a Itachi y sus amigos cerca de la barra, y se acercaron disimuladamente.

-Vaya…hasta que aparecen- dijo Itachi sosteniéndose del cuello de su hermano pequeño, con la voz cortada de los pasados tragos.

-¿Cómo se siente estar a punto de convertirse en esclavo Itachi?- le preguntó Naruto empujándolo de encima de su querido Sasuke, burlándose de su próxima boda.

-¿Esclavo?- dijo sarcástico –Yo seré el jefe…tu jefe-

Narutorió ante las palabras de aquel ebrio.

-Cuando papá me dé el negocio…yo seré el jefe de todos ustedes ¿oyeron?- Itachi dijo eso con tanta altanería que sus amigos y familiares se quedaron callados y conceder un momento de odio interno hacia aquella pedante persona. –Ahora… ¡Sírvanme otro trago!-

Sasuke puso los ojos en blanco, su hermano era un desastre. Se suponía que antes de llegar a ser el dueño de todo tenía que ganarse la confianza de sus amigos y trabajadores. Además, antes de hacer cualquier estupidez, tendría que deshacerse de Fugaku primero, lo cual, no pasaría.

-Si este chico no madura de una vez, el imperio de la familia se caerá a pedazos- susurró. Naruto levantó los hombros importándole a penas, haciéndolo fruncir el ceño.

-¿Qué? Sabes que me importa en lo más mínimo- le dijo dándole un trago a su bebida. Era cierto que odiaba estar metido en aquel asunto de la mafia, pero no podía degradarlos y dejarlos a la suerte como si fueran simples conocidos, y no, porque los Uchiha eran casi como sus hermanos.

-El día en que te toque reemplazar a Minato…- empezó a decir Sasuke con la voz baja -¿No pensarás en considerarme?-

-¿Por qué dices eso? Sabes que lo último que haría sería aceptar ese puesto- le dijo mirándolo fijamente -¿Considerarte? Tú tampoco quieres estar en esos asuntos-

-Lo sé- le dijo mirándolo de la misma forma –Pero no tengo un plan de respaldo-

-¿Qué?- Sasuke suspiró bajando la mirada.

-Tú eres el heredero de tu familia- le explicó –E Itachi será el jefe de mi familia pronto, no hay plan de respaldo para mí-

-Sabes que no pienso aceptar esa responsabilidad- le dijo el rubio serio.

-Lo sé…pero al menos si no tienes opción, siempre tendrás ese puesto disponible para ti-

-Tonterías…sabes que nunca será una opción, ¿Y a qué viene todo esto?- preguntó frustrado.

-Lo que hacemos es solo salir y beber hasta desmayarnos, vamos a terminar la escuela pronto, ¿Qué pasara luego?-

-Pues, buscar trabajo, viajar, no lo sé- le dijo tomando otro trago largo de su cerveza –Pero quedarnos aquí, no será posible, lo sabes, no entiendo que tratas de decirme-

Sasuke dejó de verlo para luego fijar la mirada en su hermano, estaba siendo cargado por un amigo, ya que apenas podía caminar de la borrachera. Naruto siguió su mirada y suspiró.

-No me digas que lo que quieres es el puesto de Itachi- Sasuke negó levemente.

-Lo que quiero es prevenir el desastre que mi hermano pueda ocasionar-

Naruto asintió, está bien, antes no le interesaba, pero era cierto que la personalidad del hermano mayor era algo desordenada, y muchos de la familia no lo veían como un líder, solo una piedra en el zapato. Fugaku no lo reconocía porque quería seguir con la tradición de dejar al hijo mayor a cargo. Pero ambas familias sabían que, aunque la alianza fuera sagrada, todos eran la mafia, dispuestos a darse la espalda para beneficiarse, y seguidamente, terminar en una guerra que acabaría con la realeza de Tokio.

A Itachi lo llevaron a rastras hasta el auto, seguido de Naruto y Sasuke, la fiesta había terminado, y ahora como siempre, los tres príncipes volvían con sus familias a casa. En el estacionamiento, el amigo de Itachi trataba de buscar en sus bolsillos la llave del auto, pero nada, así que se devolvió al club para buscarla entre los otros.

Sasuke se acercó a su hermano y se le quedó mirando. Estaba recostado sobre el auto negro, balbuceando frases que no se entendían.

-Itachi…-

Antes de que él se pudiera voltear al escuchar su nombre, un disparo resonó en los oídos de todos, dejando el resto de los segundos enmudecidos ante la escena. Itachi se deslizó hasta sus pies, dejando un camino de sangre sobre el vidrio del auto, con un agujero hecho en medio de los ojos.

El resto de aquel recuerdo se fue con la pólvora mientras que pestañeaba, y volvía a visualizar los ojos de Naruto opacados en medio de aquella habitación. Detrás de él, estaba Minato, mirándolo con los ojos entrecerrados, y horribles ojeras debajo de ellos. Miró su mano que empezó a temblar al sentir el peso de aquella arma entre sus dedos que definiría su destino.

Cuando las familias se enteraron de que habían asesinado a Itachi, se sorprendieron y se prepararon para buscar al culpable. Pero cuando se enteraron de que podía ser Naruto o Sasuke, se sorprendieron aún más. La alianza se desmoronó. Fugaku y Minato trataron de matarse entre sí a golpes para cobrar la muerte del hijo mayor, pero luego hallaron la solución con el honor más alto posible.

Ni Naruto ni Sasuke abrirían la boca para inculparse, ni trataban de quitarse aquel crimen de encima, solo estaban callados allí. Por lo que el acuerdo fue una ruleta rusa.

La bala se encargaría de llevarse al culpable o no, pero se haría justicia de una forma u otra. Sasuke hizo girar el barrilete y quitó el seguro del arma.Fugaku estaba detrás de él, le parecía muy injusto que otro de sus hijos muriera, pero si ese mismo hijo había asesinado al mayor, entonces si merecía morir.

Naruto abrió los ojos con sorpresa cuando Sasuke empezó a subir el brazo lentamente hasta su cabeza, colocando la boca del revolver contra su sien. Había sido el beso más frío de toda su vida.

El rubio estaba a punto de llorar, pero no diría nada, sería el fin de los dos si lo hacía, aunque uno de los dos no saldría vivo de allí. Estaba a punto de gritar cuando el azabache movió el gatillo, no podía soportar verlo en esa situación, si moría allí mismo, se volvería loco. La espera fue la tortura más larga de su vida y entonces… sonó el cartucho. Vacío.

Cuatro suspiros gruesos se escucharon en la habitación gris. Naruto quería ir y abrazar a Sasuke con todas sus fuerzas, jamás había estado tan cerca de perderlo. Ahora sólo podía suplicar para que la bala se enamorara de él, y dejara vivir a su querido amor.

Sasuke estaba temblando en ese momento y dejó el arma de un golpe sobre la mesa.

-Basta…- dijo en un susurro, viendo a su padre por el rabillo del ojo.

-Es tu turno- le dijo Fugaku a Naruto, viendo como una lágrima caía por la mejilla de su hijo.

Naruto tragó grueso, y tomó el arma bajo la mirada mojada de Sasuke.

Estaba desesperado, no podía hacer nada. Ni si quiera podía despedirse de forma apropiada, se desmayaría allí mismo de la tensión. Si Naruto moría allí mismo, el pulso de su corazón se detendría al mismo tiempo que el suyo. Tensó su mandíbula y un aire frío subió por su garganta.

-No…- susurró cuando Naruto subió el arma hasta su cabeza – ¡Por favor no! ¡Yo lo amo!- gritó volteando a ver a su padre.

-Yo también amaba a Itachi ¡Era mi hijo, maldición!- le gritó dándole un golpe a la mesa.

-¡Yo también soy tu hijo!- le dijo sin dejar de llorar.

-¿Cómo sé que no fuiste tú quién lo mató?- le dijo mirándolo fijamente. Sasuke se mordió los labios.

De nuevo, el cartucho volvió a sonar vacío, dejando caer una lágrima en la mejilla de Naruto.Sasuke se asustó por el sonido y tomó el arma de la mano de Naruto rápidamente, que aún seguía con la boquilla pegada a su cabeza.

-¡No hagas eso de nuevo!- le gritó temblando. Estaba demasiado asustado, no podía diferenciar qué era peor, morir o ver morir a su amor.

-¿Vas a decir que pasó, Sasuke?- Preguntó Minato algo alterado luego de vivir esa escena tan cruda de ver a su hijo apuntar hacia su propia vida.

Sasuke tragó grueso y su mirada se desvió a la de Naruto. El azul de sus ojos se había oxidado, pero aún le seguía mirando de una manera dulce, como si mañana todo va a estar bien. Aunque las gotas que inundaban sus ojos dijeran otra cosa.

Respiró hondo y apuntó el arma de nuevo a su cabeza. Cerró los ojos, encomendándose a su fe. La tercera era la vencida. Otra lágrima se deslizó con todo el dolor del mundo. Naruto rendido cerró los ojos al igual que él, apoyando la frente contra la mesa, mordiendo sus labios.

Otro clic volvió a sonar, haciendo que ambos movieran sus hombros en un escalofrío.Naruto empezó a llorar con fuerza mientras que Sasuke aliviado colocaba el arma sobre la mesa.

-¡Maldición!- gritó el rubio privado en llanto. Se levantó de golpe y con una fuerza descomunal levanto la mesa y la tiró hacia un lado, haciendo caer el arma debajo de ella.

Todos se asustaron ante la reacción, mientras que Naruto se guindaba del cuello de Sasuke, abrazándolo desconsolado.

-No me vuelvas a hacer esto- le dijo abrazándolo con fuerza. Los nervios se lo estaban carcomiendo por dentro.

Sasuke lo abrazó de la misma forma, dándose cuenta que lo más probable en el próximo tiro se le escapara de las manos.

Tres matones entraron por la puerta separándolos a la fuerza y levantando la mesa junto con el arma. Uno inmovilizó a Sasuke por la espalda, desesperado para ir donde Naruto.

-¡No! ¡Suéltalo!- gritó Sasuke luchando con todas sus fuerzas al ver como obligaban al rubio a tomar el arma de nuevo.

-No dejes que vea…por favor- le pidió a Minato tomando el arma y apuntando a su cabeza de nuevo.

Minato bajó la mirada entristecido y le hizo una señal al que tenía a Sasuke atrapado. Seguidamente, éste le tapo los ojos.

-¡No! ¡Ya suéltame! ¡Naruto!- gritó tratando de soltarse, clavando las uñas para que le soltaran.

Naruto lo miró y empezó a presionar el gatillo, pero Minato le arrancó el revolver de golpe y apuntó a Fugaku.

-Nadie se mueva- dijo presionando un poco el gatillo para que supieran que su amenaza era cierta.

-¿Naruto?- Sasuke dio un pequeño grito ahogado y el matón le destapo los ojos. Descubriendo a el rubio mirando a su padre con los ojos muy abierto, aun así se alivió de que no tuviera el arma en sus manos.

-Papá…- susurró Naruto moviendo su mano lentamente hacia él.

-Cállate- le dijo mirándolo amenazante, dando dos pasos lejos de él, pero sin quitar la dirección del disparo hacia Fugaku.

-Dime, ¿Qué estás haciendo?- le preguntó el jefe de los Uchiha cruzándose de brazos –Pensé que teníamos un trato-

-Tú y yo, querido amigo, hemos tenido muchos años trabajando juntos, y respeto nuestros acuerdos- le empezó a decir acercándose a él –Pero escucha, tú ya perdiste un  hijo. Y me parece muy injusto perder el único que yo tengo, al igual que el que tú pierdas a Sasuke en caso contrario-

-Minato…-

-Acabemos con esto- seguido de lo que dijo le ordenó a otro matón que sostuviera a su hijo y que le tapara los ojos tanto a él como a el otro azabache.

-¡Espera! ¡Papá!-

Presionó el gatillo, el cartucho volvió a sonar y la bala no salió para herir a Fugaku. Así que se puso la pistola en la cabeza y lo volvió a presionar.

Esa vez un estrepito sonó como un golpe en aquella cerrada habitación, el disparo atravesó la vida de Minato, haciéndolo caer de forma fulminante hacia los pies de Fugaku. Estaba tan sorprendido que no supo que hacer, era su amigo, era lo menos que quería para él. Se arrodilló sin tener la fuerza para tocarlo. La sangre emanaba con fuerza en su cabeza, dejándole una situación de malestar en el estómago.

-¡Papá!- gritaban ambos jóvenes con los ojos cubiertos. Sin saber para cuál de sus padres había sido esa bala.

-Ah…llévenselos- dijo a los matones que los sostenían. Al escuchar la voz de Fugaku, supieron entonces quien había caído a la mereced de aquella fría y  despiadada bala.

Naruto se quedó quieto mientras que lo llevaban hasta afuera.

Cuando lo soltaron, estaba en la oficina de Fugaku. Había estado muchas veces ahí, pero parecía un pequeño infierno. Se sentó en una butaca cerca del escritorio y apoyó los codos en sus rodillas, cubriéndose la cara para llorar en intimidad. Su padre se había matado para salvarlo, de hecho al contar, esa bala era para Sasuke en la ruleta, así que había salvado al amor de su vida.

-Naruto- le llamó Sasuke pasando una mano por su cabello. Naruto inmediatamente levanto la cabeza para mirarlo –Lo siento…-

El azabache se arrodilló delante de él y lo tomó de las manos, besándoselas una y otra vez.

-Lo siento, lo siento…- le dijo llorando. Suspiró y lo abrazó arrodillándose como él.

Le besó despacio, mezclando sus lágrimas sin querer.

-Tu padre…- empezó a decir Sasuke luego de que le besara.

-Hay que irnos- le dijo sosteniendo sus manos con firmeza –Mi papá murió para nuestra libertad, Sasuke, tenemos que irnos-

Sasuke suspiró y asintió.

Luego del funeral de Minato, ellos se fueron de Tokio, dejaron la mafia y buscaron vivir por su cuenta. Era demasiado lo que habían vivido, y la vida en la mafia requería dejar lo que más valía en peligro. No podían regresar a una ciudad donde un hermano y un padre habían dado su vida en vano, solo para complacer a personas que no podían hacer nada con las vidas perdidas.El secreto de cómo y quién había asesinado a Itaci sería siempre eso, un secreto, el misterio jamás se revelo, ya que vida con vida se paga, y ya esa deuda estaba saldada. Jamás volvieron a nombrar o hablar de lo ocurrido, el trato era superarlo y vivir lo que les quedaba de vida. Dejaron la mafia de los Uchiha y los Uzumaki para que se consumieran entre sí, acabando con todo los que los definía, el dinero y los negocios se fueron deteriorando, muchos eligieron suicidarse por no conocer otra que la regla de apostar, otros robaron el negocio y se dispusieron bajo otro nombre, tal vez el de una familia competencia que envidiaba la alianza.

Lo bueno que resultó fue que, a pesar de la ruina que se había ocasionado, ellos dos pudieron levantarse y formar una vida lejos de aquello, ganándosela de forma honesta, sin tener que recurrir a otra arma para conseguir lo que querían. Al menos dos almas se salvaron esa vez, y fueron reconocidos por ser los únicos que salieron vivos de aquella mortal ruleta, que les dejó marcados para cambiar a mejor. Se cuidaron y se amaron sin parar, sin detenerse o cohibirse, ya que era lo que les mantenía con ganas de dar lo mejor el uno por el otro.

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer, espero que les haya gustado y si quieren me dejan un humilde reviewsito con su opinión, crítica, comentario, lo que quieran :D

Byebye! Cuidense!


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