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A través del cielo por kurolavi15

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Notas del capitulo:

aqui el segundo cap :3

-escucha Takashi, como el futuro heredero del grupo Aoyama es tu responsabilidad el sobresalir en todo aquello en lo que participes.

-si.

-no solo me refiero académicamente, también los deportes o cualquier actividad que realices.

-si.

-la familia Aoyama no aceptara a un mediocre como cabeza, espero que lo tengas en claro.

-si, padre.

Esa clase de conversaciones eran muy comunes en la casa, cada vez que me sentaba a comer con mi padre era lo mismo, recordarme la necesidad de la perfección si quería pertenecer a esta familia, esto comenzó desde el momento en que ingrese a la escuela. Mi madre no decía nada, simplemente se quedaba en su lugar y disfrutaba de sus alimentos, ni siquiera hablaban entre ellos durante la cena. La mesa se mantenia en silencio y aunque estuvieran ambos junto a mí se sentían tan lejanos, el aire aquí me asfixiaba.

Nací en una familia adinerada, mi padre siempre estaba trabajando en la compañía que había pertenecido a mi familia por generaciones y mi madre solo se dedicaba a socializar con sus amigas, el único momento en el cual podíamos reunirnos como “una familia” era durante la cena y este tipo de pláticas resultaban toda la interacción  entre nosotros.

Durante mi infancia me dedique solamente a seguir los estándares que me habían asignado, había sobresalido en todo aquello en lo que me había propuesto participar, sin importar el que, me resultaba muy fácil completar mis tareas. A pesar de provenir de una familia de dinero asistía a escuelas públicas aunque obviamente de un buen nivel académico, mi padre pensaba que era una buena forma de darme carácter para enfrentar el mundo.

 Durante la secundaria comencé a sentir algo cambiando en mí, todas esas cosas que ignoraba comenzaron a molestarme, me di  cuenta de la superficialidad de las personas, de su arrogancia, envidia y celos por mis talentos, decidí ignorarlos pero cada vez se volvían más. Se acercaban por interés o simplemente  vanidad, sin darme cuenta empecé  a distanciarme de las personas a mí alrededor y un sentimiento latente brotaba de mi interior.

Bien dice el dicho que en la cima te encontraras solo

Entendía eso muy bien, y pensaba que así debía ser mi recorrido hasta llegar a mi objetivo y por ello estaba dispuesto a permanecer en la soledad,  eso fue hasta que lo pensé…

Mi objetivo? Cuál es mi objetivo?

Fue poco después de mi ingreso a preparatoria que me hice aquella pregunta, cuando vino a mi mente no supe que hacer, durante un año me pregunte a mí mismo que era lo que quería conseguir pero la respuesta nunca llego,  quería suceder a la familia?, no eso lo haría de cualquier forma, llegar a ser un poderoso empresario?,  no, eso tampoco era; volverme una persona exitosa?, eso lo conseguiría fácilmente; casarme y tener una bonita familia?, si claro igual que la que tengo ahora. Entre más lo pensaba más me dolía la cabeza, entonces realmente me desespere.

Que quiero hacer con mi vida?

Esa fue la cúspide de mis pensamientos, cuando la pregunta llego a mi mente sentí que por un momento mi corazón se detuvo, no había nada que pudiese contestar esa pregunta, un inmenso vacío creció en mi pecho, el cual creció por los siguientes días.

El resto de mi vida será así de vacía? De ser así, qué caso tiene seguir con esto?

Mi destino se suponía ya decidido, pero no veía rastros de felicidad en él.

Perdí mis ganas de vivir, todo dejo de impórtame, solo mantenías mi compostura frente a mis padres y compañeros al igual que mis buenas notas pero eso solo hacía más frustrante mi situación.

Aquel día en que finalmente decidí tomar mi vida era un día de primavera, las floreces de cerezo adornaban el camino que llevaba a la escuela, recuerdo  que esa mañana me despedí de mis padres por última vez, subí al auto que me llevaría a mi destino y me perdí en mis pensamientos. Baje del auto y me dirigí a la entrada, los rayos del sol acariciaban mi piel, quizás era mi disposición a morir o la idea de que sería la última vez en la tierra que me hizo pensar en el buen día que hacía.

Durante la hora del almuerzo algunas de mis compañeras me pidieron almorzar juntos, amablemente las rechace y me dirigí al tejado sin que nadie me viera, las suave briza de la primavera era refrescante, hacía mucho que no me detenía a apreciar la belleza de la naturaleza, o al menos eso pensaba, quizás era la primera vez que lo hacía.

Cuando me lance del techo, por unos breves segundos pude sentir la libertad, la presión que mi pecho había sentido hasta ese momento se había ido casi mágicamente, si no hubiese sido por ese chico, todos mis problemas hubiese acabado ese mismo día.

………………….

 

Al día siguiente

Regrese a las clases como de costumbre, el día transcurrió como siempre: los maestros dando sus clases, alumnos diciendo tonterías, la misma rutina aburrida de siempre, deprimente diría yo.

La imagen de ese chico de ayer llegaba a mi cabeza y me irritaba, puede que este lo suficiente loco como para suicidarme pero no soy del tipo de personas que incumplían sus promesas y ante la resignación del suicidio me estaba replanteando nuevamente que hacer con mi vida.

Maldición…

La hora le almuerzo llego  y me dispuse a retirarme lo más rápido posible del salón, por el momento quería estar solo y no tenía las ganas para forzar una sonrisa para mis compañeros de  disculpa por negarme a acompañarlos.

Salí con dirección al patio trasero, repentinamente por detrás de mí escuche una conocida y molesta voz que me llamaba.

-Ao-kun!!! Oye!-

Me detuve y mire de reojo solo para comprobar mis sospechas, efectivamente era él. Retome mi camino al patio.

-oye espera!! No me ignores!- se quejaba mientras me perseguía por los pasillos

Me detuve bruscamente y el choco con mi espalda.

-auch! Oye, no te detengas tan de repente…-

-se puede saber que quieres?- voltee a verlo

-a… yo solo quería preguntarte si – sonrió –te gustaría almorzar conmigo?-

-no-  le di de nuevo la espalda y una vez más comencé a caminar hacia mi destino.

-espera!  Ao-kun! oye!...-

Podía escucharlo quejarse entre dientes pero lo ignore.

-oye, oye, oye, oye, oye, oye ,oye- gritaba repetidamente hasta que finalmente me harto

- ya es suficiente!- los estudiantes que caminaban por el pasillo enfocaron sus vistas en nosotros, retome la calma y hable tranquilamente

-que quieres?-

-eh? Ya te dije que quería que almorzáramos juntos!-

-si almuerzo contigo dejaras de estar fastidiando?-

-si- sonrió alegremente

Suspire en señal de resignación- si lo hago, prometes no hablarme lo que resta del descanso?-

-…está bien, si ese es el caso vamos al techo-

-¿eh? ¿Porque allí? Acaso tratas de hacerme enoja?-

-claro que no!, es porque  el viento allí se siente muy bien-

Suspire en señal de resignación. Lo acompañe hasta el techo y nos sentamos bajo la sombra que el edificio nos proporcionaba.

-¿por cierto, y tu almuerzo? ¿No veo que hayas traído nada contigo?-

-no traje almuerzo-

Comencé a frotarme la sien con mis dedos por el enojo –¿ me pides que almuerce contigo y no traes nada de comer? ¿Es acaso una broma?-

-no, ya te había dicho que usaba este tiempo libre para dormir aquí, no tiene caso que traiga nada de comer-

-creo que simplemente discutir contigo no me llevara a nada, si vas a dormir entonces hazlo al menos así te mantendrás callado-

-eres tan cruel como siempre- rio levemente

-por cierto… ¿cómo está tu brazo?-

-así que te diste cuenta… está bien, gracias por preocuparte-

-como si lo hiciera- desvié la mirada con desdén a lo que el respondió con una sonrisa.

Se recostó junto a mí y poco después quedo completamente dormido. Yo me dedique a degustar mi almuerzo. El viento que pasaba por ese lugar ciertamente era refrescante y agradable, él tenía razón.

Cuando termine de comer me recosté contra la pared del edificio, sentía el fresco aire acariciar mi cabello, realmente se sentía bien. El aún seguía durmiendo, me dio curiosidad como podía dormir tan plácidamente en aquel lugar, aun si el lugar era bastante agradable seguía estando durmiendo sobre el suelo.

¿Acaso no le resulta incómodo?

Acerque mi rostro al suyo, se veía tan relajado.

Luce tan indefenso

Me deje llevar por el momento y no pude evitar acariciar su cabello, era realmente sedoso. Me quede mirándolo fijamente por unos minutos.

Ding Dong

El timbre sonó repentinamente y retire mi mano rápidamente por el susto, casi al mismo tiempo él se despertó.

Un gran bostezo escapo de sus labios.

Me levante y me dirigí a la puerta -oye, si no te apresuras llegaremos tarde-

Tardo unos segundos en reaccionar- eh.. ah, si! Oye esperame!- se paró del suelo de prisa, tenia el cabello hecho un desastre.

Lo mire fijamente.

-¿sucede algo malo?-

-bueno… tienes un poco de saliva escurriendo por tu boca-

-¿eh?- con la manga de su uniforme comenzó a limpiarse desesperadamente los restos de saliva.

Verlo tan desesperado tratando de arreglarse me hizo soltar una pequeña risa casi muda.

Se detuvo y me miro sorprendido.

-¿sucede algo?-

-bueno… es la primera vez que te veo reír-

-no sé de qué estás hablando-  fingí demencia

-justo ahora, te estabas riendo!-

-sí, si, lo que digas- camine de regreso a mi aula de clases y el me perseguía tratando de que yo aceptara lo ocurrido, lo cual nunca paso.

A partir de esa vez  él comenzó a llegar a mi aula cada día para que “almorzáramos juntos”, que en su idioma parecía significar que yo comiera solo mientras el dormía junto a mí. Al principio me parecía molesto, pero con el paso del tiempo comencé a acostumbrarme a tenerlo cerca, no hablábamos mucho y quizás esa era la razón por la que no tenía problema en estar con él, y por su parte tampoco parecía querer hablar de sí mismo. Al parecer nunca le conto a nadie el incidente de aquel día.

……………..

-Aoyama-kun, no sabía que eras tan cercano a Yamamoto-kun-

-no lo soy, al menos no más que con cualquier otra persona-

Mis compañeras de clase se habían interesado en mi reciente relación con Yaamamoto, la cual resultaba inexistente, simplemente éramos dos extraños que compartíamos el mismo espacio a la misma hora del dia.

-pero el viene todos los días a buscarte para que coman juntos, ¿eso no es extraño?-

-no veo la razón por la que fuese extraño-

-bueno, es que nunca había visto a Aoyama-kun pasar tiempo con alguien sin mencionar  las actividades escolares, y lo mismo va para Yamamoto-kun, aun si es muy sociable y habla con todo el mundo… siempre parece estar solo…-

No habia prestado interés en su vida sinceramente, pero sus palabras parecían hicieron que naciera la curiosidad en mí, a partir de ello comencé a observarlo más de cerca,  y comencé a notar algunas cosas curiosas, como que no tenía a alguien lo suficientemente cercano para llamar “amigo”, era cierto que era muy sociable pero la mayor parte del día la pasaba solo, después de clase sus compañeros lo invitaban muy seguido a salir con ellos, pero al parecer siempre estaba ocupado.

Su forma de actuar era misteriosa. A pesar de ello mantuve la misma actitud hacia el como si nada hubiese cambiado.

…………………

Varios días habían pasado desde aquella plática con mis compañeras, y aun si había decidido no tomarle importancia la curiosidad que sentía hacia su actitud me estaba comiendo vivo.

Aquel día comenzó de una manera singular, estaba más feliz que de costumbre.

-¿te sucedió algo bueno el día de hoy?-

-jeje tadan!- exclamo con alegría mientras me mostraba un bento.

-¿y eso? Qué inusual que traigas algo de comida, ¿es un día especial o algo así?-

-para nada… pero  simplemente pensé que sería bueno de vez en cuando acompañarte y no solo quedarme dormido- realmente se veía más animado que de costumbre y no encontraba la razón, pude notar que su bento era de aquellos ya preparados que podías comprar en las tiendas de 24 horas. Pensé que al menos traería comida hecha en casa.

Dimos gracias por la comida y nos dispusimos a degustar nuestros alimentos.

-oye… yamamoto-

-llámame Haru-

-… como decía, yamamoto, ¿puedo  saber porque siempre vienes a buscarme para almorzar juntos?-

-mmm… no tengo ninguna razón en particular…-

Suspire con decepción, como si hubiese esperado alguna respuesta mejor de su parte.

-tu… ¿no le contaste a nadie sobre lo ocurrido el día que nos conocimos verdad?-

 -nop-

-¿serias tan amable de decirme por qué?-

-no le vi el caso a hacerlo, además no te ocurrió nada malo, sentí que  no me correspondía decirlo, y que tú mismo hablarías cuando te sintieras listo, por eso no te pregunte nada-

Vaya, resulto ser mucho más consiente y considerado de lo que pensé.

Sonrió tontamente -además, pensé que si preguntaba me dirías algo como “no es asunto tuyo”-

-puede que tengas razón-

-ni siquiera vas a tratar de negarlo…- bajo su tono de voz y se volvió más serio- pero sabes… sin importar la razón, no creo que haya algún motivo lo suficientemente fuerte como para decidir tomar tu propia vida…-

-¿y si ese motivo es tu razón de vivir?-

-¿a qué te refieres?-

-me refiero a que si el motivo es que perdiste tu razón de vivir, ¿aun así crees que es incorrecto?-

-Pffffffff jajajajaja- comenzó a reír de la nada lo cual resulto un poco molesto

-¿qué es tan gracioso?-

-es solo que no creí que fueses del tipo de persona que piensa en esas cosas-

-¿estás diciendo que mi motivo era ridículo?-

- no dije eso, es que para mí no existe tal cosa como “razón de vivir”, nacemos con el único objetivo de llegar a ser felices y eso es todo lo que necesito saber-

- la felicidad es solo un estado de ánimo, no puedes ser feliz para siempre, así que nacer para ser feliz es imposible-

- esa es solo una forma de ver las cosas, no me refiero a reír todo el día sino a encontrar la plenitud en la vida, llegar a sentirte orgulloso de tus acciones y compartir los buenos momentos con aquellos que son importantes para ti, a eso yo llamo “felicidad”,  además… la vida es algo demasiado valioso como para tirarla solo por una depresión temporal-

-esa clase de felicidad es solo superficial y pasajera, y  ¿la vida es demasiado valiosa? Existen miles de personas en todo el mundo, qué más da si uno o miles mueren, existen miles más que ocuparían su lugar con facilidad como los granos de arena en la playa-

-eso no es cierto, para tus seres queridos tu eres irremplazable y único, en el mundo solo existe un “tú”. Y en cuanto a tu comparación, yo pienso en los seres vivos no como granos de arena sino como estrellas-

-¿estrellas? La vida de un humano es insignificante a comparación de la de una estrella, ¿en que podrían parecerse?-

-para una estrella nosotros podemos parecer insignificantes, ¿acaso  para nosotros ellas no también lo parecen? , después de todo en el cielo todas lucen pequeñas y casi  iguales, pero... cuando están todas juntas hacen que el cielo más oscuro se vea realmente hermoso-

No supe  que decir ante sus palabras.

Realmente eres una persona extraña.

Notas finales:

gracias x leer :)


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