Lazos de sangre
Los rubios, aquellos chicos nuevos de ese instituto de Seúl. Ambos venían del extranjero, pero no dejaban de ser coreanos y por ende asiáticos.
Ambos hermanos caminaban ensanchando el camino, llevándose todo por delante .El menor sonreía con superioridad mientras tenía su mano entrelazada con la de su hermano mayor.
Taemin y Kibum, los rubios. Aquellos chicos que odian su lazo de sangre, su parentesco cómo hermanos porque aquello les impide amarse llenamente, aún que a ellos últimamente no les importaba.
Se dirigían al aula de clases dónde el menor entro en su aula despidiéndose con un candente beso en los labios de su hermano, y aún los otros alumnos no sabían que llevaban lazos de sangre. Pero, algunos ya divulgaban el cotilleo. Y pronto llegó a oídos de todo el instituto.
En ese lugar solo le decían “Eso es asqueroso” “Impuro” “pecadores” “irán al infierno” Pero… a ellos no les importaba, mientras que el otro le amará estaban bien.
Alumnos y profesores les discriminaban por aquel amor prohibido, viéndolos cómo cosas extrañas… ¿acaso no entendían nada sobre el amor? ¿Por qué los veían cómo asquerosidades?
Fueron rechazados por sus familiares, así que no les importaba lo mucho que aquellas personas podían pensar, solo reían por lo estúpido que se veían al hacer cara de asco cuando se los encontraban besándose o toqueteándose en los cubículos de los baños.
Pero… un día ya no pudieron más, esa gran corteza había sido cortada de apoco con los insultos hirientes, haciendo que lo más sensible saliera a la luz. El menor estaba dudando de que aquella relación los llevará a algo bueno, Creía que era hora de terminar con aquel martirio de ver a su hermano llorar en su pecho al llegar a casa, tampoco quería verlo esconderse de los alumnos de grados superiores, porque estos, le habían tomado de punto y en dónde lo veían lo molestaban hasta sacarle las lágrimas. Taemin, no lo permitía… no iba a dejar que el maldito Minho y Onew siguieran molestando a su dulces y hermoso hermano, por eso… dejaría de ver a su hermano de esa forma, ya no más. Solo serían hermanos y nada más. Eso está bien ¿verdad?
El rubio más alto caminaba por los pasillos ondeando sensualmente sus caderas de un lado a otro atrayendo la mirada lujuriosa de algunos, sonreía de lado. Siguió su camino hasta el último salón de cuarto año, dónde se lo encontró a él. Esa cara de perro.
—Tae, viniste…
—Claro que si cariño, ¿ahora qué quieres?
— ¿Pensaste en lo que dije?
—Sí, creo que es hora de dejar a Kibum. Debo verlo cómo el hermano que es.
—Eso me hace feliz ¿sabes?
El musculoso más bajo camino hasta el rubio para estampar sus labios con los de este y mecerlos en un furioso y caliente masaje. Ambos jugueteaban con sus lenguas en un jugoso e impuro beso, las traviesas manos de Jonghyun se encontraban en las caderas de Taemin atrayéndolo hacía el, intentado separar el poco espacio que se encontraba entre los dos, quería que aquel muchacho no se alejara de él. Le Amaba y no dejaría que se llevará por su impuro hermano mayor, porque sabía que el menor amaba al otro rubio, pero… Quizá y era un capricho de la adolescencia por parte de los jóvenes.
El mayor de los rubios caminaba contento, una sonrisa feliz en su rostro se hizo presente. Era el aniversario de él y su bebé, camino hasta lo último del edificio, atraído por un curioso gruñido por parte de un salón, entro curioso y…
— ¡Taemin!—grito este viendo cómo su hermano estaba a punto de hacerle una felación al musculoso quien sorprendido tapo sus vergüenzas.
—Key…—dijo este, apenas pudiendo articular alguna palabra u oración.
Si, según él, lo vería cómo hermano ¿Por qué le dolía que lo viera en esa situación?
¿Por qué quería explicar todo? ¿Por qué quería decirle que lo que veía no significaba nada? ¿Por qué sintió su corazón quebrar al ver las gruesas lágrimas de su hermano por esas mejillas?
No me mires así, me haces sentir peor de lo que ya estoy. Me destrozas, tu mirada… por favor ya no lo hagas.
¿Por qué no podía moverse de dónde estaba? ¿Por qué su hermano estaba con ese chico? ¿Acaso no lo amaba? ¿Por qué no decía nada?
No me digas que todo esto fue mentira, ¿Por qué me enamoras y luego estas con otro? ¿No era que yo era tuyo y tú mío? ¿Dónde quedaron tus promesas? ¿Por qué no me dices que todo esto es una falsa? ¡Dime! Dime… dime que esto es producto de mi imaginación y que seremos felices sin que nadie nos moleste, ¿Por qué no me miras? … no, no desvíes tu mirada de mí. Yo debo ser tu atención
El mayor corrió de ahí, por fin sus piernas articularon. No dudo en correr y correr, sus mejillas ardían. Sus pulmones no daban más, su corazón dolía. Aquel sentimiento era inexplicable ¿Qué era aquel hueco en su corazón? Bien sabía que los sentimientos residían en nuestro cerebro ¿pero porque el dolor tan horrible en su pecho? Él corría con la mano en su corazón. Intentando olvidar todo, ¿Por qué ese chico le mintió?
El menor corrió. Corrió tras su hermano, no quería perderlo de vista. Veía como este corría sin detenerse, el gritaba diciéndole que se detenga, que quería arreglar todo y que lo perdonara pero este solo, solamente lo ignoraba. Esa espalda se veía lejos, no la alcanzaba
¿Por qué todo ocurrió tan rápido? Se preguntó mientras un grito desesperado se desprendió de su garganta, una lágrima gruesa cayó de su lagrimal hasta perderse en el contorno de su mandíbula. ¿Y porque cuando el cuerpo de su hermano calló estrepitosamente por esas escaleras el tiempo se detuvo y fue más lento? ¿Por qué su hermano había caído desde esa gran distancia?
No, no Kibum… no te vallas. Quédate conmigo.
El menor corrió hasta llegar abajo dónde el cuerpo de su hermano estaba, el charco de sangre se hacía grande, esta salía a mares de la cabeza del rubio mayor la cuál golpeo el suelo con más fuerza haciendo que se rompiera contra el duro concreto.
— ¡KIBUM!—Grito Taemin desesperado— ¡Llamen a la ambulancia!—gritó , grito y grito
Todo se volvió negro
¿Dónde estaba?
Su mente estaba hecha una ensalada, sonrió.
Es verdad, él y Kibum aún no existían.
Todo, complamente todo había sido un error. Ellos habían muerto en ese momento, cuándo el pequeño colisiono contra el suelo, el menor… él había decidido quitarse la vida. Y ahora, estaban en una transición a la segunda vida, dónde serían capas de amarse.
Un 5 de octubre del 2010
Una cabellera rojiza caminaba en aquel parque, por aquellas escaleras –dónde hace muchos años, había muerto un rubio- bajaba rápidamente dirigiéndose debajo de un árbol
Sonrió feliz, se sentó ahí y saco su mp3 para escuchar música.
Sintió una lamida, abrió sus ojos y se encontró con un lindo perrito.
—Aigo, lo siento… es que a coco le gusta las cosas lindas—habló un castaño con lentes de pasta
—No te preocupes, es muy tierno—sonrió el pelirrojo
—Dime… ¿cómo te llamas?
—Soy Lee Taemin ¿y tú?
—Soy Kim Kibum—sonrió este— ¿Quieres pasear conmigo?
—Claro—se paró y guardo su mp3, sacudió el pasto de su pantalón y se dispuso a caminar con Kibum.
—Oye…—atrajo la mirada del menor— ¿te conozco de algún lado?
—No lo sé, tú también se me haces conocido
—Quizá nos vimos por el barrio ¿no crees?
—Seguramente
~Y ellos nunca sabrán que en una vida anterior fueron hermanos con un amor prohibido. Pero eso no importa, porque desde ahora, su amor… volverá a renacer cómo una vez murió. En esa fecha, el 5 de octubre del 1280.