La pieza que sobra
Todas noches lo mismo. Todas las noches esas mismas preguntas en mi cabeza. Todas las noches las mismas sensaciones, los mismos miedos, la misma desesperación.
Porque...
¿Qué soy? ¿Por qué existo?
No hay respuestas. Nadie sabe responderme y eso me desespera y me hace llorar. Llorar de rabia, de impotencia y de dolor. De dolor porque no sé que es mi vida, a quién le sirve, a quién le importa.
Y por eso todas las noches ellas salen. Salen sin que pueda evitarlo y otra noche más no duermo, otra noche más siento que me muero. Muero porque empieza a no importarme nada, porque poco a poco me convenzo de que no valgo nada, de que sólo soy una de las tantas piezas que llenan un puzle, y no pasaría nada porque una de esas piezas se perdiera ¿Verdad? Porque cualquier otra pieza encajaría en el mismo hueco y nadie notaria la diferencia, pero ¿Esa es la solución? ¿Todo se arreglaría con morir? No sé qué hacer porque nadie me dice que eso vaya a salir bien, pero entonces ¿Debo seguir con este sufrimiento? ¿Debo seguir soportando todas las noches ese dolor que me ahoga?
-¡AHH!-Grito de desesperación.
Y no puedo más, no puedo. El dolor es demasiado, no puedo soportarlo.
Me pego, me araño, me corto, pero nada. Nada supera el dolor que siento en el pecho. Nada lo iguala y no puedo seguir soportándolo.
No más...
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-Encontraron a una joven muerta en su casa. Todo apunta a un suicidio. Los familiares lloran su pérdida.
Otro más. Otro caso de suicidio. Ya van siete y solo hace un par de semanas que empezó el año. ¿Qué cojones le pasa al mundo?
-¿Otro más?
-Sí, eso parece. Igual hasta está de moda lo de suicidarse-Bromeo.
-Déjate de gilipolleces, no eres el indicado para hablar.
Sonreí. Odiaba a ese tipo. Se cree que sabe todo de mí, pero ¿Qué haría yo sin él? Posiblemente estuviese en el mismo lugar donde se encuentra esa chica...Bah, qué más da, no tiene caso seguir pensando eso.
Llevé la taza a los labios y absorbí el amargo café. También… ¿Qué haría yo sin el café?
-¿Piensas quedarte ahí sentado?-Preguntó molesto-Llegamos tarde.
Me levanté del cómodo sofá y me vestí rápidamente, el día iba a ser muy largo.
***
-¿Dónde está todo el mundo?-Pregunté.
-Estarán todos en el Salón de Actos presentando a los nuevos-Contestó YongGuk a mi lado-Si te hubieses dado prisa en levantarte no hubiésemos llegado tarde.
-Solo es una presentación como la de cada año, que importa que hubiésemos llegado tarde-Dije. Me parecía extraño que se enfadara por haber llegado tarde a una presentación en la que él no era partícipe-¿Acaso conoces a alguien?
-Podría decirse que si….
Lo miré, ¿De verdad conocía a alguien?
Después de esas palabras el miedo empezó a apoderarse de mí.
-¿Qué ocurre?-Me preguntó al notar que lo miraba.
-¿A quién conoces?-Me atreví a preguntar.
-Pues…a un niño que conocí hace unos años…-Respondió distante.
-¿Niño?
-Deja de preguntar HimChan, no es asunto tuyo-Respondió de mala gana y se dirigió al Salón de Actos.
¿Qué no era asunto mío? ¿Cómo qué no era asunto mío? Vale entiendo que no quiera contarme su vida antes de conocerme pero, creo que tengo el derecho de saber quién es esa persona por la que ha cambiado su mirada en el momento de mencionarla. Porque creo que hemos pasado por muchas cosas juntos, porque sin él no soy nada y porque tengo un extraño sentimiento de que voy a perderlo, y eso, eso no puedo permitírmelo, jamás. Tú me perteneces Bang YongGuk y eso no va a cambiar.
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