Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

JooMir ~ Mala Suerte. por Stereophonia

[Reviews - 34]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Yo les dijer que volvería pronto (???) dkfjgdgshf

Como tendré pc por un tiempo limitado - sufre - quiero dejar echo este fic en el que llevo pensando como desde mayo xD

Según yo, tendrá unos 2 o 3 capitulos mas o menos parecidos a este, asi que actualizaré a la velocidad de la luz para que antes de devolver el pc esté terminado :D Así no sufren (?)!

Bueno, a mi me ha encantado escribirlo, como que el que escribí ayer me devolvió toda mi seguridad y soy feliz con como está quedando este (?)

Además siento es que más parecido a mi forma de escribir y... obvio, como es mi yo autora (?) xd

Espero que les guste <3

PD; Locoh! sus comentarios en el one-shot que subí ayer son, simplemente PERFECTOS jhadjfhdbs las amo weón, no se que sería de mi sin uds *O*

Asi que... basta de bla bla, A LEER! <3

- Estúpido, estúpido… ¡ESTUPIDO AUTO! – Mir estaba hartado de que su viejo pero supuestamente fiel auto le fallara siempre en los peores momentos. Esta vez, iba viajando de vuelta a su casa en Seúl desde su pueblo natal y el auto simplemente se quedó varado en la mitad de la autopista a las 10 de la noche, no tenía celular y claro, tampoco nada con que abrigarse. La suerte definitivamente no estaba de su lado aquel día.

Se bajó del auto hecho una furia con la chatarra y comenzó a patearlo como si de esa forma el vehículo fuera a funcionar mágicamente, pero claro, no todo podía ser así de fácil. Pateó un buen rato hasta que se resignó y sentó sobre el capó a esperar una ayuda divina, pero todo lo que recibió fue lluvia. Claro, tampoco recordaba que ese día iba a llover, sino no hubiera salido de su casa en todo el día o se hubiera quedado a pasar la noche donde sus padres.

Grandioso – pensó el chico mientras se metía nuevamente al auto, no quería seguir tentando a la suerte, sabía perfectamente que si seguía así, hasta podría caerle un granizo tamaño camioneta encima y no, no quería más desastres ese día. Se acurrucó un poco más en el asiento dispuesto a dormir, cuando sintió que alguien tocaba la ventana de su auto y miró sorprendido ante lo que se encontró.

Había leído sobre él en una de sus revistas sobre “Los Solteros Más Codiciados de Toda Corea” o algo así y según esa revista, su nombre era Joon y se caracterizaba por siempre tener todo lo que quería como fuera, recordó en una milésima de segundo la cantidad sobrenatural de fotos que había descargado del chico en su laptop a modo de entretención, si, esa clase de chico estaba frente a él.

- ¿Si? – preguntó el rubio haciéndose el desentendido luego que hubo bajado el vidrio. Intentaría hacer parecer que su situación era lo más normal del mundo.

- Tienes las luces prendidas y se te irá la batería… ¿Necesitas ayuda? – Joon sonrió amplio y a Mir se le fueron todas las ideas que tenía para parecer cool a quien sabe dónde.

¡DIABLOS QUE ES SEXY ESTE HOMBRE!

- Yo…. Bueno si, necesito un poco de ayuda la verdad

- Venga, hagamos funcionar esto.

Joon se separó del auto para que el menor pudiera abrir la puerta del auto y salir. Se subió ambas mangas de la camisa, dejando ver aquellos brazos bien marcados y algo de sus bíceps. El rubio se quedó embobado mirándolo un momento, que pareció una completa eternidad. Diablos que era sexy, más de lo que había imaginado leyendo aquella revista. Si mal no recordaba éste chico nunca había sido visto con mujeres ni con alguna celebridad, aunque si en compañía de varios hombres, lo cuales cambiaban constantemente… un momento, ¿Qué hacia el pensando en eso? Sólo lo estaba ayudando con el auto.

Mir maldijo para sus adentros que ya no estuviera lloviendo, no podría ver la camisa ajustada de Joon extra pegada a su cuerpo, más mala suerte en aquel día.

- Ven, sostén esto por mí para poder arreglar esto...

Mir, torpemente hizo lo que  Joon le iba diciendo que hiciera para acelerar el proceso, pero la verdad que el menor estaba complemente absorto en el cuerpo del mayor.

¡PERO QUE BRAZOS!

¡PERO QUE TRASERO!

Esos pantalones de verdad lo favorecen

¿Qué habrá debajo de esa camisa?

¿… y se de esos pantalones ajustados?

- Chico… ¡Chico!

- ¿S-s-si? - Mir sintió como lo sacaban lentamente de sus pensamientos no tan normales y un poco bastante subidos de tono en los cuales Joon era el principal protagonista.

- Ya está listo el auto, pero dudo que llegue hasta Seúl – se bajó las mangas y suspiró mirando el automóvil con desdén - Yo que tú, pienso en cambiarlo… Esa carita tan bonita no debe romperse por nada del mundo – el castaño acarició una mejilla del menor con suavidad y sonrió hacia un lado, cosa que comenzó a subir la temperatura corporal de Mir. ¿Cómo era posible que una simple sonrisa de aquel dios griego… perdón, simple mortal con cuerpo demasiado perfecto para ser humano le hiciera sentir cosas si sólo lo había visto en una revista? Claro, la imaginación es algo muy poderoso, se recordó el mismo.

- ¿Eh? ¿Bo-bonita carita? ¿Yo? – intentó removerse pero era inútil cuando el mismo quería seguir viendo a Joon un rato más y si era posible, por toda la eternidad.

- ¿Ves a alguien más por aquí? – Mir miró hacia los lados, negando con la cabeza, efectivamente no había ningún alma en pena por la autopista, calculó a la rápida que deberían ser las 4am y lentamente giró su vista hasta encontrarse con los ojos color almendra del castaño.

- Te parece si… ¿Te doy un aventón? Ya sabes, podría llover otra vez y sería una lástima que otra persona con malas intenciones te llevara por ahí a quien sabe dónde… - Joon continuaba hablando en un tono extremadamente sensual que, al parecer le salía completamente natural. Claro, era Joon, el hombre que tanto mujeres como hombres deseaban por completo.

- Yo… - Mir, no vayas a decir una estupidez, no ahora… dile que no – Está bien, vayamos juntos – respondió el rubio haciendo caso omiso a lo que su subconsciente le decía. Todos sabían que irse con un extraño era algo completamente prohibido no importara cuantos años tenía seguía siendo peligroso, pero la verdad, que Joon fuera ese extraño, le daba exactamente lo mismo. Si Joon le decía que ladrara en ese momento él lo iba a hacer.

- Muy bien dicho, pequeño – Joon lo tomó del brazo y lo llevó hasta su deportivo estacionado un poco más adelante luego de que Mir hubiera sacado sus escasas pertenencias del viejo auto. Si se iba a encontrar con tipos como Joon cada vez que el auto le fallara, no lo iba a cambiar por nada en el mundo.

Mir subió al auto luego de que Joon le abriera la puerta como todo un caballero, y cuando Joon se hubo subido, emprendieron camino a la ciudad. El chico estaba lo suficientemente ansioso como para no despegar la vista de la carretera, aunque de vez en cuando se encontraba mirando al conductor de reojo, analizándolo.

Tenía unos brazos perfectos, perfil envidiable, una piel extremadamente suave y también… ¡UN MOMENTO! Su análisis estaba yendo demasiado lejos, lo que provocó que se sonrojara al máximo. Intentó ocultarlo mirando hacia la ventana, pero fue en vano. Joon detuvo el auto un poco antes de llegar a la ciudad y Mir escuchó como el mayor se desabrochaba el cinturón de seguridad. El menor tragó saliva y volvió su vista lentamente hacia donde Joon estaba y se sorprendió al verlo tendido en el asiento con los ojos cerrados. ¿Tan cansado estaba que debía dormir cuando sólo faltaban 10 o 20 minutos de viaje? Allí, su debate mental comenzó.

¿Debería tocarlo?

¿Debería besarlo?

¿O sólo me quedo mirándolo?

Es demasiado bello como para desaprovechar esta oportunidad única en la vida…

El chico se acercó un poco para comprobar si estaba durmiendo y le acarició el rostro, se sorprendió al ver que era tan suave como había pensado, pasó sus dedos por los labios y dios, como quería besarlos ya mismo, bajó las manos hasta el pecho y comenzó a bailar internamente al darse cuenta de que su cuerpo trabajado no era sólo un mito. Iba a seguir bajando codiciosamente por el cuerpo del mayor cuando, de un momento a otro se encontró rodeado por los fuertes brazos del mayor. Oh si, esos brazos eran perfectos.

- ¿J-Joon? ¿Qué – que haces? – Mir intentó removerse pero el mayor era más fuerte, y seamos claros, él estaba lejos de no desear aquella situación.

- Tú empezaste con esto… ahora, terminémoslo.

Antes de que Mir pudiera responder algo, ya se encontraba envuelto en los audaces y perfectos labios de Joon, el menor no demoró mucho en seguir el juego. Diablos, él había tenido fantasías con eso y ahora se estaban tornando realidad, le llamarán loco quizás, pero estaba enamorado de sus fotos, era casi un fan extremo de él y ahora, quizás… tan sólo quizás, vería una respuesta de ello.

Joon separó sus labios y en un perfecto acto, quedó encima de Mir. Le arrancó la polera que traía el menor, dejándolo desnudo de la cintura hacia arriba y quedó viéndolo un momento. Mir no sabía lo que estaba pasando por la cabeza del modelo, pero le importaba un comino, lo tenía enfrente y aprovecharía al máximo la situación, no importara el resultado que tuviera, por lo que tomó a Joon por el cuello y lo arrastró hacia su boca, fundiéndolas en otro profundo beso.

Joon se sacó su camisa como pudo, dejando expuesto su espectacular trabajado cuerpo. Mir no pudo resistirse más tiempo y comenzó a pasar sus manos deliberadamente por el cuerpo del mayor, demarcando con sus dedos cada espacio de aquel paisaje. Joon detuvo el beso abruptamente y acercó su frente al menor, dejando sus labios peligrosamente otra vez. Mir intentaba besarlo, pero entre sonrisas Joon se alejaba para que el menor no pudiera alcanzarlo. Entre tanto Joon bajaba sus manos lentamente por el abdomen de Mir hasta detenerse en el cinturón, tirando poco a poco de él.

El menor sintió como su temperatura corporal se elevaba y soltó un gemido ahogado, no podía explicarlo, pero sólo quería que Joon le bajara los pantalones y lo hiciera suyo, así de simple. Movió sus caderas un poco para hacerle la tarea más fácil a Joon, haciendo que este sonriera. ¿Cuánto pagaría él por ver esa hermosa sonrisa cada mañana al despertar?

Cuando el mayor le hubo quitado por fin el cinturón, Joon bajó lentamente por el pecho de Mir, dando pequeños besos y mordiscos por todo el lugar. Por primera vez, Mir no se preocupó que le fueran a quedar marcas, por él, que Joon lo marcara por siempre. El mayor llegó a los pantalones y los sacó como si fuera polvo sobre un mueble. Y ahí estaba Mir, sólo en boxers frente al hombre perfecto. Joon sonrió al ver que Mir movía su cuerpo hacía el pidiendo más contacto. El hombre pasó su mano por sobre el bóxer, acariciando deliberadamente la erección del menor.

- Pero que tenemos aquí… - murmuró Joon acercando su boca a la pretina del bóxer del menor y sin jugar más liberó la erección del menor provocando que Mir diera otro grito ahogado. Joon lo veía desde abajo y veía claramente que Mir se excitaba aún más ante cada toque, no importa cuán pequeño fuera, que él mismo le daba y eso lo estaba encendiendo poco a poco. Jugó un momento con su entrepierna completamente despierta y luego subió hasta la boca del chico para volver a besarlo agresivamente. Mir respondía con rapidez los movimientos del mayor siguiendo el ritmo que éste llevaba, pero de la nada Joon se detuvo en seco enfrente de él sin decir nada.

- ¿Qu-Que sucede?... ¿Joon?

- Yo… nada – murmuró Joon en el tono habitual que ponía cuando se encontraba incomodo, Mir se dio cuenta de esto de inmediato, ya que como buen fan, sabía al revés y al derecho las caras y expresiones del mayor. Pero eso no quería decir que se sintiera conforme con lo que estaba pasando. Joon no podía dejarlo como estaba, apenas y más excitado de lo que siempre estuvo.

- Joon… sé que no me has visto en tu vida pero te conozco bien, y tú claramente no lo estás – dijo Mir intentando acariciar el rostro del mayor pero éste de inmediato retiró la mano de forma agresiva.

- ¿Conocerme? Nadie me conoce, ni yo mismo… vístete, nos vamos – dijo seco mientras intentaba dar un poco de espacio para que Mir se pusiera la ropa que él mismo le había quitado.

Ahora Mir estaba más enojado que nunca, se sentía triste, enrabiado consigo mismo por haber caído en aquel juego y por sobre todo humillado. Se vistió de nuevo como pudo y se sentó en el que había sido su lugar en el auto en silencio. Joon hizo lo mismo, encendió el auto y en menos de 5 minutos estaban en la casa de Mir. ¿Cómo sabía dónde el chico vivía? Era un misterio que Mir no se molestó en resolver en ese momento, quería salir de ese auto, entrar a su habitación y borrar cada rastro de Joon que había allí. Nunca en su vida se había sentido más humillado de lo que se sentía aquella noche.

- Te llamaré… ¿sí? – murmuró Joon sin dejar de mirar hacia el frente.

- No tengo celular, y no te molestes, me ha quedado claro que yo aquí soy el que sobro – diciendo esto Mir fue a abrir la puerta y sintió como la mano de Joon estaba sobre la suya intentando detenerlo. El menor se sentía ofuscado porque, aunque Joon básicamente lo hubiera rechazado, aquel mínimo toque, volvía a encenderlo otra vez. Se odiaba por ser tan accesible.

- Mir… ¿no te preguntas como se donde vives?

- La verdad es que sí, pero no me sorprendería que un chico como tu tenga sus contactos y haya averiguado todo de mi apenas me vio en el auto… de veras, lo entiendo – dijo el rubio claramente molesto, quería que Joon lo dejara bajar para poder entrar en su espacio propio y poder llorar tranquilo.

- Mañana en la mañana lo entenderás y sabrás algo que nadie más sabe… nos vemos – murmuró Joon, dejando libre la mano de Mir. El menor salió disparado del auto y al cerrar la puerta de auto caminó en dirección a la puerta de su departamento, pero antes de abrir se dio vuelta y vio que Joon seguía allí dentro del auto, quizás esperando que el menor entrara.

- ¡YAH! Ándate… - diciendo esto, Mir metió llave a la puerta y corrió a su habitación. Por supuesto, su compañero de cuarto, G.O no estaba en casa ya que solía ir por las noches a algún bar de la ciudad.

Pegó portazo y medio cuando sintió arrancar el auto de Joon, en su vida lo habían tratado de esa forma y aunque sabía que él seguiría siendo el mejor fan de Joon, no podía evitar sentirse horrible con lo que había visto aquel día.

Se sacó la ropa que aún tenía el olor de aquel perfecto ser, se puso pijama y se dispuso a dormir. Por supuesto no lo logró, cada vuelta que daba en su cama, significaba una repasada mental a lo ocurrido en aquel auto, y no le estaba agradando lo que le estaba provocando sólo el hecho de recordar.

Despertó bastante temprano considerando a la hora que logró quedarse dormido y aún faltaban unas horas para levantarse, ese día tenía una entrevista de trabajo y quería verse presentable, pero volvió a preguntarse porque había decidido subirse a ese auto y la respuesta era obvia, estaba enamorado de su ídolo. El chicho gimió por lo bajo y comenzó una vez más a rememorar los acontecimientos de sólo un par de horas atrás. Recordar los sensuales y aprehensivos toques de Joon por todo su cuerpo hizo que el hiciera lo mismo con el suyo, recorrió con su mente cada detalle del encuentro con su hombre perfecto y sus manos seguían bajando sin control hasta la pretina del pijama. Los bajó lentamente, recordando como Joon le había bajado los suyos la noche anterior. Diablos, sólo habían pasado unas horas y aún tenía ese efecto desquiciado sobre él.

Continúo bajando, y se ruborizó al pensar que hacía mucho que no hacía lo que estaba haciendo, hacía mucho que nadie le hacía sentir esa necesidad de tocarse el mismo, de auto complacerse. Metió su juguetona mano entre el pijama, para atender aquella erección que clamaba ser considerada dentro del juego mental que estaba teniendo a Joon como principal protagonista.

Gritó su nombre incontables veces en silencio durante el acto, no quería que G.O despertara y lo encontrara nada menos que tocándose pensando en el idol que amaba. Se removió un poco entre las sabanas y provocando un roce más acelerado, su mano se vio envuelta en su propio liquido blanquecino. ¿Cuánto iba a aguantar? Ya estaba pensando en conseguir entre sus contactos el número de celular de Joon para terminar lo que habían empezado, pero detuvo sus pensamientos al recordar lo humillado que se sintió el día anterior después de que todo hubo pasado.

¿Será que él no era suficiente para nadie y por eso lo rechazaba? Claro, Mir no iba a estar a la altura del guapetón de Joon, ni en sus mejores premoniciones.

Se quedó un momento así, recostado, intentando calmar su agitada respiración, embriagándose con sus propios recuerdos, preguntándose una vez más cómo había acabado así, deseándolo.

Decidió que ya era demasiado y que se le estaba haciendo tarde para su entrevista de trabajo, por lo que fue directo al baño a darse una ducha, Joon se acabaría ese mismo día. Fuere como fuere iba a eliminar todo pensamiento del chico de su mente, de alguna forma.

Salió con sus baterías recargadas de la ducha y fue hasta la cocina a buscar algo para desayunar, su estómago pedía a gritos comida y quien era el para negarle comida a su cuerpo, amaba comer como a sí mismo, pero no tanto como amaba a Joon. Ser fan ya no era precisamente como sentía, se sentía… como un amor unilateral que jamás iba a ser considerado.

Suspiró y al entrar en la cocina se dio fuerte contra la mesa, dándose de lleno en el dedo pequeño del pie.

- ¡MIERDA SANTA! – gritó el chico al sentir como el dolor iba creciendo lentamente. Ese debía ser uno de los dolores más grandes en toda la tierra, pensaba seriamente en que no debería existir ese dedo, sólo servía para ser golpeado. En ese momento, no avecinaba lo pésima que podía llegar a ser su suerte, aunque no tardó mucho en descubrirlo.

- ¡YAH! Te he dicho que odio que vengas a mi casa hermano, de verdad lo detesto… pasa pasa – escuchó desde la cocina como G.O le hablaba a su hermano. Mir recordó que G.O casi nunca hablaba de él, sólo decía que se veían todos los días pero porque trabajaban cerca el uno del otro. Siempre decía que el mundo de su hermano no le llamaba mayormente la atención, que era un egocéntrico y que le desesperaba el hecho de que cada persona que lo viera se enamorara perdidamente de él. Así que el rubio sintió curiosidad y fue a espiar a ver qué tan apuesto era el hermano de su compañero de piso, quizás hasta podría sacarle de la mente a Joon pero…

- ¿¡TU QUE HACES AQUÍ!? – gritó Mir cuando vio a Joon parado en la puerta impecablemente vestido de pies a cabeza, ni rastros de ojeras  ni de falta de sueño, muy al contrario del rubio quien tenía el rostro destrozado por haber conseguido dormir sólo 2 horas.

Definitivamente su mala suerte, estaba llegando a un nivel nunca antes esperado.

Notas finales:

Y... LES GUSTÓ??!! 

Espero que si sdkjfhsdjf 

Me gusta el argumento que tomé para empezar a escribir este fan fic... Pensé en escribirlo en primera persona, pero me iba a enredar demasiado asi que lo dejé en 3era (:

Espero sus comentarios a mi twitter (Está en mi perfil) o aqui mismo en RWS

Yo creo que el siguiente capitulo lo subiré mañana en la noche, en serio lo terminaré antes de devolver el pc xD

Nos vemos en la siguiente actu


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).