Mis ojos no podían ver nada. Estaba solo, atrapado entre una neblina aterradora; todo a mi alrededor no era mas que arboles de pino y extensa hierva, la luna estaba en su punto mas alto iluminando levemente el gran bosque solo para darme cuenta que no tenia lugar a donde ir.
El silencio era inquietante casi podía escuchar el palpitar acelerado de mi corazón, trate de dar unos pasos pero mis piernas no respondían. Una brisa muy leve sacudió mis cabellos y me dio un escalofrió repentino me sentía nuevamente asechado pero esta mirada estaba cargada de hambre de deseos de desgarrarme, escuche un gruñido similar al de una bestia a punto de saltarle encima a su presa y en este cazo desafortunadamente la presa era yo, mire los arbustos en los que podía percibir un ligero movimiento tenia miedo quería correr salir de aquel enorme bosque y regresar a mi casa, entre los arbustos el movimiento se intensifico y pude ver que escondidos dentro de estos se encontraban unos ojos hambrientos asechandome, comiéndome con la mirada y no precisamente en el sentido erótico.
Esa cosa salio de entre la oscuridad a paso lento no vi ni siquiera su figura cuando sin previo aviso salto en el el aire lo suficiente como para que la luna delinee la forma de su cuerpo; era grande, un animal de gran tamaño con extremidades fuertes y las costillas marcadas hacían que se viera aun mas terrorífico a la luz de la luna, simplemente cerré los ojos esperando el golpe, golpe que nunca llego solo escuche un gruñido lastimero y el sonido de la piel siendo desgarrada. ese sonido del que inconscientemente ya me ya estaba acostumbrando.
Me aterre no quería ver nada, tenia miedo, miedo de abrir los ojos y encontrarme con algo que me dejara traumatizado de por vida, tenia miedo de que ese algo fuese a atacarme, miedo a morir si lo se suena cobarde pero es que aprecio mi vida; luego todo quedo en silencio nuevamente intente abrir mis ojos pero el miedo no me lo permitía con todo el esfuerzo que pude logre abrirlos levemente mirando alrededor para comprobar que no había algún peligro cerca, cuando me cerciore de que estaba a salvo abrí completamente los ojos tratando de moverme dándome cuenta que ya podía mover mis extremidades mas fácilmente pero aun me sentía inquieto, me sentía extraño, era una sensación entre peligro y excitación no supe porque me sentía así no hasta después de unos momentos.
Me sobresalte, había sentido algo tocando suavemente mi hombro y me di la vuelta rápidamente dispuesto a salir corriendo si era necesario pero lo que vi me dejo totalmente helado.
Esos ojos rojos, labios gruesos y mirada seductora... su rostro era tan parecido a...
_HyukJae
Su fas estaba tan cerca de mi cara que casi podía sentir su respiración chocando contra mi piel, sus rojizos labios tan cerca de los míos tan tentadores, estaba completamente hipnotizado con ese bello rostro, el me miraba fijamente sin apartar sus -ahora grises- ojos de los míos cargados de una intensidad abrumadoramente excitante.
_DongHae - susurro acercándose todavía mas, su mano rozando levemente mi mejilla.
Pero por alguna razón ese leve contacto me hizo despertar y darme cuenta en la situación en la que me encontraba.
Aparte su mano de un golpe y me aleje lo mas que pude de él.
_¿Donde demonios estoy? y ¡¿Tu que haces aquí?!
Él sonrió de medio lado, acercándose lentamente a mi, mientras yo retrocedía hasta que mi espalda choco contra el tronco de un árbol estaba acorralado, me sentía tan indefenso bajo su seductora y oscura mirada.
_No temas, no voy a hacerte daño... - mi corazón comenzó a latir acelerado; percibiendo el peligro, sonrió aun mas dejando a la vista sus afilados colmillos - por ahora...
**************************
Caminaba a paso lento por el asfalto, perdido en sus pensamientos, ni siquiera se había despedido de su madre, estaba muy perturbado, esta mañana no había despertado en su cama como normalmente pasaba si no que esta vez despertó en el patio delantero de su casa todo lleno de ramas en el cabello y manchas de lodo en su ropa, estaba tan aturdido que lo único que atino a hacer fue quedarse un rato recostado, luego de revisar la hora se adentro a la casa esperando que su madre estuviese dormida y para su alegría así fue.
Ahora no podía apartar de su cabeza ese sueño, juntando donde despertó en la mañana comenzaba a creer que en realidad no fue un sueño sino la mas pura y aterradora realidad.
HyukJae en el poco tiempo que llevaba en el instituto (ni siquiera una semana) ya se había echo muy popular por su gran atractivo y aura misteriosa, las niñas que caminaban por los corredores o en la cafetería no dejaban de hablar de él, suspirando y chillando cuando lo veían pasar como si estuviesen viendo a su ídolo favorito (y no es que DongHae se haya esta fijando en cada movimiento que hacia el chico, no, claro que no) prácticamente se había convertido en una celebridad entre el resto de sus compañeros, no solo chicas sino también chicos comentaban lo guapo que era siendo que muchos de esos hombres se consideraban 100% Heterosexuales (y no, Hae no estaba celoso por supuesto que no) al parecer HyukJae no solo había llegado para voltear su mundo de cabeza sino que también llego para poner patas arriba a toda la escuela.
Aunque ahora que se daba cuenta, los únicos a los que parecía no agradarles HyukJae eran sus dos rubios amigos SungMin y LeeTeuk, estos se veían muy reticentes a su presencia, de hecho los tres se repelaban, no podían estar viéndose ni las caras, se había dado cuenta el primer día que HyukJae llego, cuando SungMin lo vio por primera vez arrugo la cara, como si le hubiesen puesto mierda bajo la nariz (como Hae estaba detrás de él vio el reflejo de su cara por la ventana) y cuando el pelinegro paso cerca de este, ambos se enviaron discretamente una mirada asesina (que no paso desapercibida a los ojos del castaño) y en la cafetería evitaba a toda costa cualquier tema que tuviera que ver con HyukJae.
Mientras que con LeeTeuk no había que ser experto para darse cuenta que ambos se odiaban a muerte, no sabia el porque, pero era mas que seguro que ambos ya se conocían y de sobra.
Tan perdido estaba que no se dio cuenta cuando llego hasta su salón de clases simplemente caminando automáticamente.
Aveces se ponía a pensar... como serian las cosas si se hubiese quedado en Mokpo con su madre, si su padre no hubiese muerto, si fueran como una familia normal, pero sabe que aunque lo desee nunca volverá ser igual, su padre ya no esta, su madre esta muy ocupada para hablar con él, hay ocasiones en las que desearía tener a alguien con quien hablar, alguien con quien poder descargar sus frustraciones, alguien en quien confiara de verdad.
Y sin saberlo sus lagrimas corrían libres por sus mejillas, dejando salir todo lo que llevaba tiempo guardándose, toda la soledad que a sentido desde la partida de su padre, de la ausencia de su madre, desde el fondo de su adolorido corazón.
Dirigió sus pasos hacia el baño, no quería que alguien lo viese llorar; cuando su padre murió prometió no mostrarse débil ante nadie nunca mas, pero mientras pasaba el tiempo cada vez le era mas difícil tratar de cumplir esa promesa.
Se observo en el espejo, sus mejillas estaban rojas por el llanto al igual que sus ojos, afortunadamente no había nadie el baño que pudiera verlo en ese estado; los recuerdos pasaban ante sus ojos como el rollo una película, una película que no hacia mas que hacerle añorar aquellos tiempos en donde no tenia que preocuparse por nada, en los que su inocencia era tanta que no le dejaba ver lo que ocurría a su alrededor, en donde nada era mas importante que ser feliz junto a las dos personas que mas amaba en el mundo... junto a sus padres.
Cuando abrió los ojos (que cerro al tratar de reprimir esos dolorosos recuerdos) una imagen a atraves del espejo lo dejo paralizado.
Hay, detrás de él apoyado en uno de los cubículos del baño estaba HyukJae, inmóvil, observándolo con sus penetrantes ojos grises normalmente serenos y que ahora estaban impregnados de un matiz muy triste, de una añoranza que lo dejo sin aliento, sus ojos brillaban con la intensidad de alguien que espero encontrar algo por mucho tiempo y al final lo hubiese encontrado.
_¿Q-Que haces tu aquí - demando el castaño con voz temblorosa, pero por alguna razón no quería ocultar sus lagrimas delante de él, no quería mostrar una falsa mascara delante de él.
No respondió, simplemente se acerco hasta el menor con pasos ligeros como intentando no asustarle.
El moreno no retrocedió, aunque sonara extraño su cercanía le tranquilizaba.
Llego hasta estar a unos cuantos centímetros del castaño, colocando lentamente una mano en la mejilla del mas bajo, era un contacto suave sin malas intenciones, simplemente con el deseo de hacerlo sentir mejor.
Poso sus ojos en los grises de su acompañante, perdiéndose en la profundidad de estos, dejándose llevar por la suave caricia, eso era lo que necesitaba, necesitaba cariño y quizá un poco de amor.
_¿Por qué lloras?¿Qué es lo que entristece a tu alma? - susurro en voz baja juntando sus frentes, apegando mas sus cuerpos intentando transmitirle seguridad.
_¿Por qué?... y porque no llorar, porque ya no aguanto esta soledad que me invade, porque - rió - ni siquiera se porque yo te estoy contando esto a ti prácticamente un desconocido para mi, y... porque eres la única persona que me a dado tanta confianza en un simple contacto.
Su voz se quebraba poco a poco y el volumen iba e descenso.
_No deberías llorar... tu hermosa cara no merece ser arruinada por unas lagrimas de dolor... sonríe. Sonríe porque hay muchas cosas buenas, sonriele a la vida... porque quizá mañana ya no puedas hacerlo.
Sus palabras calaron hondo dentro de si, se sentía mejor... él le había hecho sentir bien con tan solo unas simples (pero muy lindas) palabras.
_¿Por qué haces esto? - pregunto el castaño.
Él otro rió un poco y se apego un poco mas al menor.
_Lo hago porque... tengo una deuda muy grande contigo.
_¿Que? pero si tu y yo no nos conocemos ¿como puedes deberme algo? - estaba confundido, jamas lo había visto antes de entrar al instituto.
_Yo estoy en deuda contigo... tu... me mostraste la luz... y ahora quiero devolverte el favor...
Acerco peligrosamente sus labios a los del castaño en un simple rose, una tierna caricia pero que envió corrientes eléctricas por ambos cuerpos.
_HyukJae - siento que te conosco - no me hagas esto porfavor.
Se separo rápidamente del mayor, saliendo del baño con el corazón latiendo acelerado.
_Hae...
***********************************************
_SungMin necesito hablar contigo.
El rubio levanto la mirada de su libro hacia la persona que le llamaba.
_Claro ¿De que que quieres hablar? - cuestiono dejando su libro de lado.
_No aquí, tiene que ser en un lugar mas privado, para que ya sabes quien no escuche - susurro la otra persona poniendo especial énfasis en el "quien", así ambos se encaminaron hacia la gran cancha de fútbol del instituto sentándose en las gradas.
_Bien ahora dime que pasa LeeTeuk.
_Tu sabes de lo que quiero hablarte - contesto el mayor seriamente.
_Ahh - suspiro resignado - lo se, pero no tenemos nada que hacer y lo sabes.
_Yo se que quizá se es tarde, él lo a encontrado... nuevamente - dijo sacando algo de su bolsillo. Era un anillo de plata con un jade incrustado.
_Lo que significa que la profecía esta por cumplirse - susurro - la tercera... esta es la tercera vez, y esta llegando el momento - dijo al tiempo en que el rubio mayor le entregaba aquel objeto.
_Lo se, pero debemos protegerlo, se lo prometimos a él y aunque ya este aquí, nosotros seguiremos cuidándolo...
_DongHae...
*************************************
Pero que demonios... ¿Qué fue lo que paso? ¿Por qué lo deje acercarse tanto? y ¿Qué fue todo eso que me dijo?...
El moreno estaba muy confundido, había ido directo a su salón de clases después de la escena del baño, sabia que no había sido una muy buena opción pero en su aturdimiento fue lo único que atino a hacer.
HyukJae... me confundes tanto... ¿Qué fue lo que quisiste decir?
Su mente era un revoltijo de ideas locas no pensaba con coherencia, la cercanía del pelinegro le había aturdido tanto, sus tiernas caricias, sus suaves labios, y ese estremecimiento que sintió al momento de casi unir sus labios era una sensación vieja, como si... anteriormente ya hubiese sentido esos labios posados en los suyos.
Y la nostalgia le invadió nuevamente, añoraba algo.. algo que no recordaba.
Pero estaba seguro que HyukJae tenia las respuestas, él era la clave para descubrir muchas cosas, sabia que él tenia mucho que ver con las pesadillas, con esa sensación de vació que sentía en su interior cada vez que veía a una pareja demostrarse cariño, cada vez que trataba con Min y Teuk ellos le recordaban algo, algo que le hacia falta, y estaba totalmente seguro que el ojigris era la respuesta a todas sus inquietudes.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir nuevamente la presencia de quien invadía su mente en ese momento.
HyukJae entro al salón con su aura de misterio y sensualidad de siempre con su porte arrogante y despreocupado, pero esta ves había algo diferente... sus ojos.
Su mirada era fría y sin expresión... pero con un brillo de desolación que no podía con ella.
A ojos del castaño, HyukJae se veía tan frágil, tenia la mirada perdida evitando todo a su alrededor, como si su alma se fuese a romper en cualquier momento; como si de sus hermosos ojos grises fuesen a salir lagrimas de sangre.
Sin embargo cuando paso caminando junto al castaño por un mili segundo su dura mirada se suavizo un poco y su aura oscura bajo, su alma se calmo junto a una casi imperceptible e inconsciente sonrisa.
El menor sonrió también.
Porque a pesar de no recordarlo, se sentía bien estando a su lado, su mente le gritaba que todo lo que alguna vez perdió... estaba nuevamente ante si.
Porque quería creer en él, quería recordarlo... quería darle una oportunidad...