Todo lo que alguna vez fue brillante y color de rosa, para mí, se volvió opaco y gris. Todo aquello que me alegraba, que tenía sentido, se perdió, no puedo vivir de esta manera…
Han pasado dos semanas exactamente, dos semanas desde que comenzó mi infierno, es tan doloroso.
Yo era feliz, tenía una razón de vivir, tenía a alguien a quien a amar. Mi vida parecía un cuento de hadas, pero lastimosamente, no todos los cuentos tienen un final feliz…
Les contaré el cuento de mi vida…
Soy Oh Sehun, tengo 17 años, era un adolescente normal, con metas y sueños como cualquiera, estudiaba hasta hace poco en una gran y prestigiosa universidad, aquella en donde conocí a mi razón de vivir. Ambos estudiábamos la misma carrera, contabilidad, así que estábamos en las mismas clases.
La primera vez que me fijé en él, me quedé embelesado con su belleza. Poco a poco me fui acercando a él, descubrí que se llamaba Xi Luhan, que tenía 18 años, y que se había mudado de China a Corea por un trabajo que le ofrecieron a su padre, y así nos hicimos amigos.
Comencé a enamorarme de él, y poco a poco sentía que se volvía alguien irremplazable para mí. Éramos inseparables, íbamos juntos de aquí para allá, las tareas y trabajos los hacíamos juntos, disfrutábamos de la compañía mutua.
Así pasaron los días, hasta que decidí armarme de valor y confesarle mis sentimientos, y sentí una inmensa felicidad cuando él me correspondió, dándome un suave y casto beso en los labios.
Desde ese suceso, estábamos juntos más tiempo, hasta nos cambiamos a la misma habitación.
Aún recuerdo claramente la primera vez que nos entregamos, fue la noche más feliz y hermosa de mi vida, acabábamos de cumplir dos meses de relación, yo había preparado una cena romántica, que aunque esas cosas no se me dan muy bien, lo hice por él.
Todo iba bien, me sentía la persona más feliz con solo tenerlo a mi lado.
Todos los días le decía lo importante que era para mí y lo mucho que lo amaba.
Pero de un día para otro, las cosas comenzaron a cambiar, lo comencé a sentir distante, sentía que me evitaba.
Me preocupe, así que decidí preguntarle qué pasaba, él solo me dijo que se sentía un poco hostigado por mí, y que necesitaba un poco de espacio.
Me sentí un poco triste, pero decidí confiar en él, ya que al pensarlo bien, había estado ahogándolo con mi amor.
Pero, las cosas no mejoraron, lo sentía aún más distante, y por más que le preguntaba el porque estaba así, él solo me respondía que no pasaba nada o ponía de excusa que tenía que reunirse con unos amigos y se iba.
Ya casi no nos hablábamos, a pesar de estar en las mismas clases y en el mismo cuarto, y yo ya estaba harto, sentía mi corazón destrozarse.
Hasta que un día no aguanté más, y decidí hablar seriamente con él.
Estaba esperándolo en la habitación, ya era un poco tarde, pero él aún no llegaba, me preocupe, así que decidí ir a buscarlo. Vi a uno de sus amigos, así que decidí preguntarle si lo había visto, este me dijo de una manera un poco triste que lo había visto en los baños cerca al salón de profesores.
Me sorprendió la manera en que me dijo aquello, pero decidí no tomarle importancia, y fui a buscar a Luhan a los baños cerca del salón de profesores.
Al llegar a la puerta del baño, escuché leves gemidos, fue entonces, que sentí que me ahogaba, me desesperé, cosas horribles pasaron por mi cabeza, rogaba internamente para que lo que estaba pensando no fuera verdad.
Pero todas mis esperanzas se vinieron abajo cuando abrí la puerta de los baños, y lo vi, ahí, besándose con uno de los que antes me había presentado como su amigo.
En ese instante, sentí un vacío en mi interior, sentía como mi corazón se rompía de una manera dolorosa dentro de mí.
No soporte más la escena que mis ojos presenciaban, y sin decir algo, me retiré corriendo de ahí, supongo que él se dio cuenta de que los había visto, pues corrió detrás de mí.
Llegué a mí… nuestra habitación, me encerré, y dejé que las lágrimas salieran, que se llevaran el dolor que sentía dentro de mí. Al poco rato, escuché como él tocaba suavemente la puerta, y me pedía permiso para pasar y poder hablar conmigo.
Me sentía mal, y no quería verlo, pero aun así le abrí la puerta, debía afrontar la situación, debía terminar con esta relación que ya no duraría más.
Y así, él entró, me pidió perdón, y me contó que se había enamorado de otra persona, su amigo, para ser más específicos, y que lamentaba no habérmelo dicho antes, porque no pensó en las consecuencias que todo eso traería, porque no pensó que yo en realidad lo amaba demasiado.
A partir de ese día, nos cambiamos de habitación, y comencé a ignorarlo a pesar de que él me pedía perdón, porque sabía que no podría perdonarlo.
Porque a pesar de que lo quería a mi lado, sabía que él no me amaba como yo lo amaba a él.
Comencé a sentirme vacío, mi vida perdió su sentido, pues él se había convertido en la persona a la que amaba, en mi razón de vivir…
Y así, mi cuento de hadas, terminó convirtiéndose en una horrible pesadilla de la que no puedo despertar…