Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Prohibiciones por OnlyBekah

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Lo acorralo en aquel callejón detrás de una casa, nadie lo sabía, nadie debía saberlo, o estarían en problemas graves.

Sonrió sobre sus labios antes de atraparlos en un beso. Era rápido, necesitaba, demasiado tiempo sin verse debido a la constante vigilancia que el hermano del menor le prestaba a su hermanito.

 

Solo había salido a comprar un par de cosas cuando ese joven moreno con un acento extrañamente sexy lo atrapo en su camino.

Hacía meses que se veían a espaldas del mundo, por nada en particular, sólo por el odio que el hermano del menor le tenía a su pareja, si así podía llamarse, al menos así se había catalogado a si mismo  menor.

Ilusos, incoherentes, dos jóvenes se habían conocido hace meses en un aula de castigo de esas que el mayor frecuentaba a conciencia. El menor no debía estar allí, se había llevado la bronca que no le correspondía, pero todo fuera por salvarle el culo a un buen amigo, no?

El mayor, lo acoso del de el primer momento? sí. Pero tampoco hizo falta mucho para tener al menor frente a él, dispuesto a saltarse unas cuantas normas para ver sonreír a ese moreno que despertaba demasiada curiosidad en él.

Supongo que el mayor debió decirle al otro que no le convenía acercarse demasiado a él, pero la verdad, el menor era lo suficientemente inteligente como para saberlo de sobra e ignorar por completo las advertencias que su propia mente le soltaba de vez en cuando.

 

El mayor por su lado había encontrado un niño que lo seguía, que lo apreciaba a pesar de los numerosos rumores que sobre el circulaban.

El momento en que lo siguió, el momento en que lo acorralo la primera vez exigiendo algo de atención supo que el menor no caería en su juego, dado que era el, el que había caído en el juego del menor.

 

Tomo su cintura acercando su cuerpo al ajeno,  dio un mordisco a su labio inferior haciendo soltar al menor un suspiro. Sonrió prepotentemente.

Se acercó más a su cuerpo, pegándose por completo a él, no quedaba duda, hacia demasiado que no se veían, que no se besaban, que el menor no sentía y oía las risillas del mayor. Demasiado que el mayor no oía sus suspiros y no se sentía burlado por el menor.

 

No estaba bien verdad? Quiero decir, si se enteraba de que se veían, desde hace tiempo, de que el menor se escapaba, de que el menor había pisado su casa más de una vez, dios mío encerraría a su hermanito para la eternidad y se encargaría de deportar a Rusia al mayor.

 

El sonido de los coches circular por más calles, el ajetreo de la ciudad, el cielo nublado de un muy frío invierno. Era tan típico.

 El menor pensó un día en un Romeo Y Julieta, pero se lo negó a si mismo rápidamente, no tenía nada que ver. Esta vez las razones eran correctas, lo más seguro es que los rumores sobre el mayor fueran ciertos, pero, en serio se negaba a jugarle por ellos. La familia no les separaba, solo las normas estrictas de un hermano protector y preocupado por un hermanito algo codiciado y fácilmente encapricharle. Por alguna razón llamaba la atención, y el, su hermano mayor se negaba a que su bonito familiar se convirtiera en un juguetito más.

 

El mayor tomo la mano del menor separándose del beso y rozando el anillo que ocupaba el dedo índice del menor. Un recuerdo de un amigo, decía siempre el menor. Mentira, una señal más bien, de que más que tener dueño era dueño de alguien. Aunque claro, solo ellos dos lo sabían.

Giro un poco el anillo en la mano del otro, era de plata, completamente liso, sencillo y perfecto.

El tiempo pasaba rápidamente, el frío calaba los huesos de los dos aunque no lo notaran.

 

-        Te he echado de menos.

-        Y yo a ti - Sonrió.

-        Que tal Bang? Como siempre? - Pregunto el mayor sonriendo mientras tomaba la mano del menor aun apoyado en la pared, entrelazando sus dedos.

-        Protector. - Respondió con voz suave.

-        Entonces supongo que sigue siendo un mal momento.

-        Bueno, Depende de cual quieras que sea tu futuro... aspiras a una vida larga? - Bromeo.

-        Está bien, está bien. - Le dio un casto beso al menor. - Nos saltaremos las normas del Hermano Mayor un poco más.

 

Las dos semanas habían sido eternas, tanto para el niño lindo como para el chico Mala Influencia. Como solía llamarle Bang de vez en cuando, cuando intentaba influir a su hermanito para que no se le ocurriera acercarse a él. Pobre, pensaba el menor  veces, si supiera que era burlado a diario...

 

Una gota de agua mojo de un momento a otro la nariz del menor, despertándolos de la ensimismación en la que se habían sumido.

Con un gesto el mayor seco la gota de la nariz del otro con el pulgar.

 

-        Deberías volver.

-        Lo mismo digo - Contesto el menor.

-        Se preocupara.

-        Vale... - Se remoloneo besando de nuevo al mayor. - Vendrás luego?

-        Por supuesto. Abrígate, hace frío y lloverá toda la noche.

-        Lo are.

-        Hablo en serio! Mas te vale llevar un plumas cuando pase a buscarte. - Exigió sonriendo mientras se separaba del menor, permitiendo que este se alejara de la pared.

-        Ya Ya! Me abrigare Jung Daehyun! - Exagero agachándose a coger la bolsa de compra - No te preocupes.

-        Y se puntual.

-        Estas exigente.

-        Soltó una risilla - Me preocupo por ti!

-        Yongguk también lo hace y es un pesado. - Repuso el menor.

-        No es lo mismo! Además tu hermano sabe de lo que habla.

-        En ese caso me alejaré de ti. - Comento despreocupado empezando a caminar por la calle, siendo seguido por Daehyun.

-        Tampoco te pases! - Grito alcanzándole, se colgó de su cuello. - A las 11.

-        A las 10. - Sentencio el menor.

-        Y que Bang diga que soy yo el manipulador malvado que es un peligro para el mundo entero y específicamente para ti. - Comento con tono filosofo.

-        Calla tonto - Paro en seco, girándose y depositando un suave beso en los labios del mayor. - Te veo esta noche.

-        Vale - Sonrió Dae embobado.

 

Dándose la vuelta comenzó a caminar de nuevo, hacia su casa, las gotas de lluvia comenzaron a mojarle más por lo que echo a correr, sintiendo como la mirada de Daehyun seguía sobre sus pasos, quieto en la acera. Sonrió como si pudiera ver la cara de bobo que tenía el mayor, que típico, por esa razón ya ni escuchaba las advertencias de Yongguk, de verdad un chico tan fácil de manejar, tan fácil de burlar como Daehyun, que se derretía ante una petición suya, podía ser tan malo como decían por ahí? No lo creía, si alguien mandaba aquí ese era el menor, lo cual resultaba fácil, lo quería con todo su corazón, el mayor había sido algo curioso desde que lo vio en primero de instituto, pero en esos momento se creía demasiado las advertencias de su hermano mayor. Pero en el momento que se comió el castigo en lugar de JB y lo vio, pudo tratarlo un poco más de cerca, no era ningún secreto que esos orbes oscuros están fijados en el desde hace mucho tiempo, y que ese día lo siguieron por todo el aula, durante el castigo completo. En ese momento más o menos empezó a saltarse las normas.

 

Esquivaba todas las personas/obstáculos que se le cruzaban desinteresados por el simple hecho de llevar un paraguas. No tardó demasiado en llegar al barrio en el que había crecido. Vivía solo con su hermano, el protector, pesado, trabajador, aparentemente amenazante y adorable Yongguk. Vivian solos desde hace al menos cinco años, Yongguk no espero demasiado, cuando el menor cumplió los once años y empezó la educación secundaria tomo su cargo oficial y se mudaron los dos a Seúl lejos de sus padres que no tenían previsto hacer nada para mejorar el futuro de sus hijos. Pero para eso estaba Guk ahí, claro. Para preocuparse y ofrecer una vida cómoda y propicia para él y su hermanito.

Con rapidez metió la llave en la cerradura, entrando a casa a la velocidad de la luz, respirando entrecortadamente por el frio y la carrera que se había dado.

 

-        Apuesto a que te has calado – Esa voz sonó de repente apareciendo su dueño por el umbral del pasillo.

-        Menos mal que yo no he apostado – suspiro sonriente el menor.

-        Jae! Ni siquiera te has abrigado bien! – Reclamo Yongguk con un puchero infantil.

-        No es para tanto Hyung no empieces!

-        Vale – canturreo – Quieres cenar?

-        Pues claro – sonrió ampliamente cargando a su hermano con las bolsas. – yo voy a cambiarme mientras.

Subió las escaleras mientras Guk se adentraba en la cocina a preparar seguramente algo de comer para la cena.

Nada más entrar en la habitación cerró la puerta tras de sí. Lo primero fue revisar su móvil. La foto del parque tan especial para él ocupaba la pantalla.

Mensaje.

“Ten cuidado, vale? Nos vemos en un rato niño. Cake”

No tenían en la agenda sus teléfonos, al menos jae no tenía el de Daehyun, no convenía demasiado teniendo un Hermano sobre-protector que se empeñaba en mantener a su hermanito alejado de todo peligro y sobre todo de un Chaval principalmente problemático.

 

 

 

-        Lo digo enserio! – Vocifero el mayor entre carcajadas mientras prácticamente engullía el Ramen recientemente preparado.

-        No me lo creo, como iban a decirte eso! No son tan… así! – contesto YoungJae.

-        Como si no los conocieras!

-        Me parece demasiado! No pueden acoplarse aquí como si nada!

-        Eso les he dicho, pero los conoces… - respondió algo más bajito.

-        ….NO! NO! Guk no puedes permitir que vengas! Sera una semana horrible! – grito alterado.

-        Jae lo e intentado evitar, pero quieras o no son nuestras padres, soy el primero que no los quiero aquí, pero dicen tener que solucionar unos asuntos en la comunidad y no están dispuestos a pagar un hotel. Vendrán pasado mañana.

-        Hizo una mueca de desagrado, siempre era igual, no se preocupaban para nada de ellos, les permitían irse a vivir solos a la edad de once y diez y siete y pretendían poder usar su casa como pensión cuando quisieran – Donde dormirán?

-        En mi cuarto.

-        Y tu?

-        En el sofá, obviamente – explico el mayor.

-        Nah, Hyung duerme conmigo, el sofá es muy incómodo.

-        Gracias jae, te prometo que no será más de una semana.

-        De acuerdo Hyung, no pasa nada – se rindió.

Yongguk llevaba luchando contra ello años, y de nada serbia, no serbia intentar dejarles claro que no querían nada con ellos, esos dos progenitores irresponsables seguían apareciendo sin aviso ninguno, pretendiendo ser unos buenos padres que tan solo les daban libertad a sus hijos.

Las 9:30, mañana era lunes, supongo que debía pisar de nuevo ese instituto en el que no podía acercarse ni tocar a su Jung, o Guk se enteraría sin dificultad.

Al menos tenía una buena excusa para desaparecer del salón rápidamente.

 

-        Hyung, me voy a la cama -  Comento levantándose del sofá, donde estaba acurrucado en el pecho del mayor.

-        Tienes examen o algo? Es muy pronto.

-        Que va, pero estoy cansado, y además, creo que no dormiré demasiado durante un tiempo, y tal vez tenga una prueba en el gimnasio – respondió haciendo una mueca. Lo de la prueba era asquerosamente verdad.

-        Vale, vale, no me reclames mas – sonrió – descansa.

-        Se agacho a darle un achuchón a su hermano – Saldrás hoy? – pregunto interesado jae, si salía tendría más fácil que no le pillara en plena huida.

-        Seguramente, sobre las 11, o así.

-        Vale, ten cuidado.

 

 

Se puso un gorro de lana azul, un vaquero negro y una cazadora  azul marino, lo suficiente, se dijo a sí mismo. Cogió el móvil, por si acaso, y como siempre hizo la pantomima de las sabanas y almohadón, por si acaso también.

Bien, ahora su parte favorita.

Abrió la ventana, y dio un paso sobre el saliente de esta, hasta estar completamente fuera, apoyado en él. Con cuidado atrajo un poco la puerta de la ventana, entornándola todo lo posible para que pareciera cerrada.

Lo próximo fue agarrarse a una de las cañerías que cruzaba la pared de arriba abajo, los corchetes en los que la cañería estaba apoyado le sirvieron como una mini escalera peligrosa que usaba de vez en cuando, la verdad por las noches sonaba mucho más peligroso.

Un par de pasos y ya estaba sobre la ventana de la cocina, la luz solio de ella y Jae se quedó estático, no había razón para que Yongguk se asomara, pero el karma era muy malo, y algunos meses de engaño podían tener aquí su fruto.

Respiro despacio, como si el otro pudiera oírle, a los pocos minutos la luz se apagó, el grandullón había vuelto al salón, al parecer.

Se sentó en el saliente a duras penas y salto, cayendo en cuclillas en el césped de la casa.

Como una bala se levantó y corrió hasta el parque, unas tres o cuatro calles más allá, no esperaba que Yongguk lo viera correr en el último momento, pero aun así siempre corría, por si acaso también.

Uno brazos lo detuvieron cerca del parque, rozo el infarto hasta que depositaron un beso detrás de su oreja, se destenso, tranquilizándose.

 

-        Se me hace eterno esperarte – susurro.

 

 

Notas finales:

Bye!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).