Ishimaru se encontraba en medio de una especie de pasillo, largo y oscuro. No sabía que es lo que ocurría, hace un momento atrás estaba en medio de un alboroto es la súper escuela, al parecer un asesino estaba haciendo de las suyas, se encontraba en el salón de entrenamiento con Furukawa, mientras los demás averiguaban cuando repentinamente todo se volvió oscuro.
Despertó en medio de un gran pasillo no podía ver nada, no sabía qué hacer, solo pensó en caminar para ver si encontraba algo más adelante y así lograr descubrir que era aquel extraño lugar.
Caminaba desde hace ya bastante tiempo.
- Tsk, ¿tan largo es este pasillo?, esto me recuerda a mi cargo de vigilante del corredor.- decía sonriendo.
Sus pasos producían un sonido en seco, estaba solo y pronto se vio sumido en sus pensamientos.
- Si tan solo mi kyoudai estuviera aquí.- decía mientras caminaba, la tristeza comenzó a invadirlo.- ¡¿Por qué tenías que morir?!.- unas lagrimas pronto brotaron de sus ojos y fueron cayeron por su rostro. Se limpió con la manga de su tan perfecto uniforme blanco. Antiguos recuerdos llegaron a su mente. La sonrisa de Mondo, su único amigo, la persona que en tan poco tiempo se volvió muy importante para él, lo amaba, y su muerte tan repentina lo destrozo en mil pedazos. Aun no lo superaba. En ese momento solo quería verlo. Pronto sus sentimientos explotaron.
- Aniki!!!!!!!..... Te necesito!!!!.- gritaba con todas sus fuerzas para sacar el dolor de su corazón.- y-yo....Te quiero!!!!!.- Aaahhhhhh!!!!!!!!.- sollozaba y la sonrisa de su muy querido amigo se apoderaba de su mente.
Ishimaru seco sus lagrimas. Se sentía devastado. Nunca se había sentido así por alguien, pero no se podía dar por vencido él sabía que si seguía con esa actitud débil decepcionaría a Mondo, su aniki.
- No,.... seguiré por ti aniki.- se reincorporo y siguió caminando esta vez con más ganas, más fuerza, mas rápido, él quería ser fuerte.
Luego de lo que fue una larga travesía por el corredor vio una luz, blanca y cálida. Acelero su paso. Quería llegar lo más pronto a esa luz. Corrió con todas sus fuerzas y llego a lo que era una entrada, cruzo y pronto vio un lugar diferente al cual había estado. Éste era un sitio que nunca había visto, un manto blanco cubría todo el suelo, el cielo brillaba producto de una luz blanca ubicada justo sobre él, no había nadie, miraba por lo rededores, pero no había rastro de vida.
- ¿Dónde estoy?.- se preguntaba algo confuso.
- Estas en cielo.- Respondió una voz masculina.
Ishimaru se dio vuelta rápidamente, aquella voz le era familiar, Mondo estaba justo detrás de él.
- ¿Aniki?- decía Isimaru asombrado por lo que veía.
- Vine a tu encuentro.- sonriendo, corrió a abrazarlo, ese cuerpo pequeño nuevamente lo tenía entre sus brazos.
Ishimaru correspondió a su abrazo, de sus ojos brotaron lágrimas de felicidad.
- A-aniki!....ANIKI!!!....-ishimaru poso su rostro en el pecho de su querido amigo, ahora podía sentirlo, sentía su aroma, sentía su calor.
Sus cuerpos se soltaron. Mondo alzo con su mano el rostro de Ishi quien miraba al suelo.
- De verdad que extrañaba estos ojos rojos.- Miraba los ojos llorosos de Ishi, y lo acerco para nuevamente abrazarlo y acariciarlo.
- Aniki?...- pronto dijo Ishi mientras escondía su rostro.
- ¿Qué pasa, Ishi?
- Emm.. Bueno...- pronto la vergüenza surgió.- de aquí en adelante... ¿estaremos juntos por siempre?.
Mondo sintió una punzada en su pecho. La pregunta lo había hecho feliz.
- Si, ya nunca más nos separaremos.- Tomo su rostro, vio sus ojos rojizos y se acerco para posar sus labios sobre los de él.
Ishi algo sorprendido por tal acto solo pudo corresponder al dulce beso que recibía, en el fondo de su corazón este momento lo estaba esperando hace tiempo. El dulce beso que se desbordo en ese momento se vio terminado con un abrazo, ya no de amigos sino de compañeros.
- Te amo ishi.- susurro en el oído de éste.
- Y-yo..También te amo.
- Quiero hacerte feliz.- Tomo su mano y lo llevo a una habitación cercana.
- ¿Qué este lugar?.- preguntó.
- Es mi habitación, aquí cada uno tiene lo que más desea. Y ahora cumpliré mi mayor deseo.
- Y.. ¿Cuál es?.
- Tenerte a ti.- contesto mirándolo con deseo.- ¿me dejarías demostrarte mi amor?
- Ah….- ante tal pregunta se sonrojo, la vergüenza no lo dejo responder lo único que pudo hacer fue darle un abrazo como respuesta positiva.
- Te prometo nunca dejarte solo… te hare feliz.- Mondo susurraba al oído de su amado.
Comenzaron a despojarse de sus ropas, hasta quedar absolutamente desnudos. Mondo tomo la mano de Ishi y la colocó sobre su pecho, quería que sintiera sus latidos. Sus labios se cruzaron y se desataron un beso apasionado, sus lenguas se cruzaron
Su mano se desliza suavemente por la espalda del pequeño.
Un deseo por fundirse los invade, se impaciento. Mondo lo besa en la frente, un calor se desborda en ese lugar, baja a sus labios mientras cubre el rostro de su amado con besos, lame sus labios y los saborea con placer, introduce su lengua dentro de su boca con desesperación, sus lenguas se buscan, éstas se encuentran, se entrelazan y bailan la danza del placer a son de las agitadas respiraciones que son la melodía del amor que se desata en ese pequeño rincón del cielo, en ese cuarto, sobre esa cama, se produce la unión de dos cuerpos que se necesitaban, dos cuerpos que se aman y descubren el verdadero amor.
Se separan, respiran, se miran con una mirada diferente a las anteriores ahora estas demuestran necesidad del otro y deseo.
- Te amo.- dijo mondo mientras tomaba con su mano el rostro de su amado.
- Igual te amo.-responde Ishi, avergonzado.
Mondo lo besa, deposita sus labios para dar un beso tierno y sincero, y así sellar su amor sincero.
Una mano comienza a acariciar el muslo de Ishi, mientras la otra se dirige a su entrepierna, la masturba su amado gime.
- ah..... ah ah!.- Ishi derrama unas lagrimas de felicidad, solo puede disfrutar el momento y dejarse amar.- M..Mondo!.
- ah... Ishi eres tan lindo, prometo no dañarte, solo quiero darte mi amor.
-M..Mondo... me vengo... mmhh....- Tan pronto como termina de hablar se corre en la mano de su amante.
Mondo sonríe complacido, lame su mano y traga aquel liquido blanco. Ahora quiere poseerlo. Toma a Ishimaru por la espalda, lo tiende sobre la cama delicadamente, admira su belleza, lo acaricia y deposita sus labios sobre los de él.
Introduce un dedo en la parte trasera de su compañero. Es estrecho. Realiza movimientos circulares, Ishi gime, eso a Mondo lo excita, introduce otro dedo más, pero ya no aguanta más y decide entrar en él, ingresa con dificultad. Ahora comienza a embestir a su compañero suavemente, disfruta de sus gemidos, mira con placer a Ishimaru, ve en su rostro delicado su satisfacción. Comienza a aumenta la velocidad y con él los gemidos se hicieron más excitantes y más altos. Pronto llegaría el clímax anhelado. Sus cuerpos saben que pronto llegará. Embestida tras embestida, gemido tras gemido, nunca antes habían experimentado tal sensación de felicidad.
El orgasmo llego y con él se desato su felicidad extrema, sus cuerpos cayeron. Respiración agitada, sudor, calor. Miradas se cruzaron, sus manos se tomaron y solo una frase pudo sellar aquel momento maravilloso.
- Te amo.- Ishimaru dijo sonriendo.
- Yo igual te amo.- contesto expresando en sus ojos la felicidad que sentía.
El amor se consumió, se acercaron para abrazarse y pronto caer en un sueño profundo, este sería el inicio de una nueva vida que compartirían juntos y que será para siempre.