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Separación. por Sao801

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Notas del capitulo:

¡Perdón por no haber subido nada desde hace más de quién sabe cuántos meses! D: Éste fic ya está terminado.... Sólo que me ha dado flojerita subirlo, lo siento. (?)

El príncipe se detuvo y comenzó a lanzar fuego justo al frente de Finn, creando una enorme pared de fuego que bloqueaba el camino del héroe. Al ver que su camino estaba obstaculizado, se fue corriendo, dejando solo a Finn. Mientras este veía el fuego, se sentó en el suelo y se abrazó las rodillas, haciéndose una bolita. No podía creerlo ¿Por qué Flama no quería verlo? ¿Por qué huyó? ¿Hizo algo malo? Las lágrimas amenazaron con salir, pero no lo hicieron. Pasó el tiempo y el fuego se extinguió, pero Finn seguía en el mismo lugar, ahora temblando de frío. No era la única persona en el lugar, ya que su amiga vampira se daba un paseo por el allí.

-¿Finn? – Marceline descendió al ver a su amigo tirado. – ¿Qué haces aquí?

-M-Marcy…. S-s-seguía a a-a-a-alguien…. – Tartamudeó Finn debido al frío y a las ganas de llorar.

-¿A quién? ¿Y por qué estás aquí tirado?

-A Flama…. Y bueno…. Me perdí….

-¿No estaba desaparecido?

-Al parecer estaba aquí….

-….. –Marceline guardó silencio, ella sabía qué tan importante era el príncipe para su amigo. – Ven, te ayudaré. – Pasó a levantar a su amigo.

-Gracias.

-No hay de qué, vamos.

Durante horas ambos buscaron al príncipe, pero no hubo éxito alguno. Buscaron entre las piedras, entre las mini cuevas del lugar, en los lugares más remotos, pero no encontraron absolutamente nada.

-Pues no, Finny…. No se encontró nada. – Se lamentaba la muerta viviente.

-Oh…. Gracias Marceline, pero será mejor que salga de la cueva.

-Ven, vamos. Te llevo a tu casa.

-No, yo puedo ir solo.

-Pero no te ves muy bien.

-Sólo…. Sólo estoy cansado. – Finn miró al suelo.

-…. Bueno, nos vemos amigo. – Marceline se despidió y se fue.

-Adiós…

Finn salió de la cueva, yendo directamente a la antigua casa del príncipe Flama. La casa seguía apagada y fría, estaba justamente igual a como la dejaron. A esa casa nunca entraba nadie, a excepción de Finn en sus tiempos melancólicos. Se tiró en la única cama del lugar y apretó las sábanas, lamentándose.

-Te extraño…. Flama…. –Susurró, quedándose dormido.

Mientras el humano dormía plácidamente, un perro bulldog lo buscaba con desesperación. Él nunca aprendía que cuando Finn desaparecía, siempre estaba en la casa de su novio. Siempre era el último lugar donde buscaba.

-¡Al fin te encontré! – Dijo triunfante al ver al chico durmiendo. – Oooowww… Se quedó dormido. – Empezó a mover a su amigo. – Finn, despierta. – Eso no sirvió, ya que su hermano dormía profundamente. Suspiró y lo cargó, llevándoselo a casa.

-Flama…. – Susurró Finn en medio de sus sueños, también en medio de sus lágrimas.

-Pobrecito…. Lo extraña mucho…. – Se lamentó Jake. Al llegar a casa, lo metió en su bolsa de dormir. – Buenas noches, hermano.

El perro se fue a dormir sin más, cansado por ese día.
Al día siguiente, Finn y Jake se encontraban en frente de la gruta.

-¿Finn?

-¿Sí?

-¿Qué hacemos aquí?

-Ayer vi algo y quiero saber qué es…. Solo. – Jake lo miró confundido. – Si no salgo en la noche, búscame Jake.

-¿Por qué vas a entrar?

-Tengo que hacer algo.

-…. Bien.

Los pies del héroe lo guiaron hacia dentro de la cueva. Logró ver a Flama a lo lejos, así que fue lo más sigiloso que pudo. Vio que Flama se sentó, buscando algo entre las paredes. Esto le pareció extraño a Finn, pero no se movió de su lugar. Flama sacó su brazo y suspiró, mirando algo entre sus manos. El rubio trató de ver qué tenía en sus manos, notando que tenía unas tirillas de aluminio en estas. No sabía para qué era, ni de donde las había sacado el príncipe, pero aún siguió en su posición. El chico de fuego suspiró y besó el aluminio, envolviendo sus manos con él. Al usarlo, Finn recordó que ese era el último objeto que le dio a su príncipe. Finn se conmovió con la escena, pero aún recordaba que debía mantenerse escondido. El príncipe se levantó y empezó a caminar, siendo seguido por el héroe. Se detuvo en frente de un lago no muy grande y no dijo nada. Se sentó en la orilla y comenzó a mirar el agua durante un buen rato, siempre callado. Luego metió su mano por varios segundos, aguantando el dolor y sorprendiendo a Finn.

-¡Nghhhhhhhhhhhhhhh….! – Aguantaba el dolor, aún con la mano dentro. – Ngh…. ¡AHG! – Sacó su mano y la miró, jadeando con lágrimas. – Ah…. Ah….

Finn se acercó un poco más, mientras Flama seguía jadeando. Trató de no hacer ruido y siguió observándolo. Miró como el otro se abrazaba la mano y seguía jadeando, con la cabeza en bajo y los ojos cerrados. Su mano aún echaba humo, seguía mojada. El humano no aguantó más y salió rápido de su escondite, yendo directo a abrazar a Flama. El otro se sorprendió, pero Finn lo abrazaba con todas sus fuerzas, sin importar si se quemaba o no.

-¡Finn! – Exclamó el príncipe, mirando como el otro no hacía más nada que abrazarlo. - ¡Déjame! – Dijo, empujando al otro.

-¡No! - Finn sólo volvió a abrazarlo, con más fuerza esta vez.

-¡Q-que me dejes! – Flama lo empujó, cayendo hacia atrás y cayendo él mismo hacia atrás en el lago. Al sentir ese gran dolor, salió lo más rápido posible. - ¡AH!

-¡Flama! – Finn trató de ayudarlo, mientras el otro jadeaba. – Toma. – El héroe sacó de su mochila unos carbones, a ver si podía tranquilizarlo un poco.

-No…. Déjame…. – Dijo jadeando. – Sólo…. Déjame…

-No, te amo y quiero estar contigo.

-¡SÓLO DÉJAME SOLO!

-¡NO!

-¡VETE! ¡DÉJAME EN PAZ!

-¡NO HASTA QUE ME DIGAS EL POR QUÉ!

-¡TE QUIERO LEJOS!

-¡¿POR QUÉ?!

-¡SÍMPLEMENTE LÁRGATE!

-¡NO!

-Grrrrrr. – El príncipe gruñó, ya harto de la discusión, se fue rápidamente en una línea de fuego.

Finn siguió rápidamente la línea, mientras que el otro se detenía porque ya no había salida. Estaba entre rocas y el humano. Volteó a ver a Finn, quien estaba jadeando un poco.

-Ahora dime, por favor…. ¿Por qué te fuiste?

-No puedo…. – Contestó, algo asustado.

-¿Por qué?

-¡PORQUE NO PUEDO!

-¡¿Entonces por qué desapareciste en primer lugar!

-Porque…. Porque…. ¡AHG! – El príncipe perdió la compostura y tomó a Finn, estampando sus labios contra los de él.

Esto sorprendió a Finn por un momento, pero luego le correspondió a pesar de que se quemaba los labios y le dolía como el infierno, pero no le importó. El príncipe lo tiró al suelo, sentándose sobre él sin dejar de besarlo con pasión. Finn siguió el beso como pudo, tratando de respirar en el calor y la lucha de lenguas. Flama se separó al poco tiempo y Finn quedó jadeante. El príncipe lo observó y lo abrazó.

-Finn….

-Te extrañé…. – Confesó Finn, abrazándolo con fuerza.

-Yo también…. Yo también….

-¿Por qué te fuiste? – El príncipe se separó en este punto.

-La princesa me dijo que debía alejarme de ti…. O te atacaría y no iba a tener piedad…. Todo mientras yo no estaba…. – Ahora fue Finn quien lo abrazó, con mucha fuerza.

-La enfrentaremos juntos.

-No….

-¿No?

-No…. – Se separó. – Debes irte.

-¡No!

-¡Vete!

-¡No! – Volvió a abrazarlo ahora. – ¡YA ESTOY HARDO DE QUE SIEMPRE NOS SEPAREN! – Finn gritaba con lágrimas en sus ojos. – ¡TE AMO Y QUIERO ESTAR CONTIGO!

-¡No me importa, Finn! ¡LÁRGATE!

-¡NO!

-¡QUE TE LARGUES! – El príncipe ahora se levantó y se alejó, comenzando a lanzarle bolas de fuego al muchacho humano.

Finn no se movía de su lugar, no quería separarse nuevamente de Flama, no después de haberlo encontrado. Entonces, una bola de fuego le dio justo en el rostro, alarmando el príncipe. Él no quería darle, sólo quería ahuyentarlo. Se acercó para ver cómo seguía.

-¡Finn! – Miró como el chico empezó a llorar por el dolor. – Lo siento, no quería…

-No importa…. – Dijo, empezando a marearse.

-¿Finn?

-Todo da vueltas…. – Comentó Finn, aún mareado.

-¿Finn…..? – Sin previo aviso, el humano cayó al suelo por no haber comido muy bien en los últimos días. - ¡Finn! – El príncipe lo cargó. – ¡Finn!

Notas finales:

Pfff, drama marica. (?)

 

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