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Separación. por Sao801

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Notas del capitulo:

Lameeeeeeeeeeeeeeento haber dejado esto, ¡Olvidé actualizarlo! Lo siento. :C

Al despertar, Finn se encontraba en su cama, con su fiel amigo al lado.

-Finn, ¿Estás bien? – Preguntó preocupado.

-Sí….

-¿Qué pasó? Saliste volando de la cueva.

-¿Volando?

-Sí, al parecer alguien te lanzó. ¿Qué pasó?

-No lo sé, se me apagó la antorcha. – Mintió Finn.

-Pero si no llevaste una antorcha….

-En mi mochila.

-Uhm….

-Será mejor volver a ir después de que coma algo.

-Finn, ya déjalo.

-No

-¿Por qué te empeñas tanto?

-Tengo mis razones.

-Vamos, soy tu hermano. Sabes que puedes contarme todo.

-Son personales, Jake.

-¿Por qué lo dices? ¿No confías en mí?

-No Jake, es sólo que tengo que resolverlo yo solo. – Contestó, comiendo un pan tostado.

-…. ¿En qué problema te metiste? – Preguntó Jake, con un aire de sospecha.

-En ninguno.

-¡Debe ser un problema!

-No lo es. – Finn ahora estaba llenando su mochila de comida.

-¿Entonces por qué te empeñas tanto?

-Ya te dije, Jake. Razones personales. – Finn comenzó a colgarse la mochila.

-No te creo.

-No me creas. – Ahora Finn empezó a salir de la casa.

-¡FINN!

-¿Qué?

-¡Cuéntame! ¡Somos hermanos!

-¡Es personal, Jake!

-¡No mientas!

-¡Bien! ¡¿Quieres saber?! ¡SE TRATA DEL NIVEL 15! – Dijo completamente rojo por la mentirilla.

-¡¿QUÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE?! – Jake estaba sorprendido y horrorizado a la vez.

-¡Lo que escuchas!

-¡¿Con quién estás haciendo el número 15?!

-Se-cre-to. – Dijo, para después salir corriendo.

-¡Finn! ¡Ay, este muchachito!

Cuando Finn llegó a la cueva, la entrada de esta estaba bloqueada.

-¡Flama, sal! – Gritó, tratando de mover las piedras para poder entrar.

No hubo respuesta, pero el príncipe Flama oía todo perfectamente desde el otro lado de la entrada. Oyó un "no me iré de aquí" de parte de Finn, pero no prestó atención y se fue. Después de horas, Finn logró abrir la puerta. Entró a la cueva y no vio al príncipe, ya que él estaba en otro lugar de la cueva. Decidió buscarlo de forma sigilosa, encontrándolo rápidamente. Estaba sentado, en un lugar cualquiera, pero Finn no se hizo esperar. Corrió y lo abrazó por la espalda, pero el príncipe ni siquiera se movía.

-Perdón por lo de antes. – Dijo Finn, pero el príncipe permaneció en silencio. – ¿Flama?

-Déjame….

-No, y lo sabes.

Flama no volvió a responder, y Finn seguía abrazado a él. Flama tomó su mano, sacándole una sonrisa al rubio. Sintió cómo apretó su mano, causándole una agradable sensación.

-Esto se siente bien. – Comentó Finn.

Antes de que pudiera decir algo más, el príncipe lo jaló y lo lanzó al lago. Finn salió y se secó como si fuera un perro, salpicando al príncipe. A pesar de que las gotas de agua lo herían, no se movía siquiera. Finn lo miró de forma preocupada y lo volvió a abrazar. Como seguía mojado, el agua quemaba más al fogoso, haciendo que Finn se alejara de inmediato para no lastimarlo más.

-Perdón. – Se disculpó este, mirando las manos de su novio. – El aluminio ya no sirve.

-….. – Flama no dijo nada, mientras Finn se arrodillaba ante él y reemplazaba el aluminio con el mismo cuidado que la primera vez, haciéndolo sonrojar y sacándole una sonrisa al humano. - …. ¿Por qué sigues aquí?

-Por ti.

-Vete.

-No.

-…. – Finn sólo sonrió. El muchacho de fuego pronunció unas cuantas palabras en un tono bajo, haciendo que Finn se volviera de color azul, evitando quemaduras. Entonces, lo abrazó. – Finn….

-Flama…. – Finn le devolvió el abrazo.

-Quiero que te vayas….

-No me quiero ir. – Al decir esto, sintió cómo el otro lo apretaba.

-No me importa si quieres o no.

-No me iré…. No dejaré que la princesa diga con quien debo salir y con quién no. Ya pasé eso una vez y no es nada bonito.

-¡Eso ya lo sé, maldito idiota! – Exclamó el príncipe, con un tono bajo, mientras volvía a apretarlo.

-Entonces no me pidas alejarme. – Ahora Finn sentía un apretón más fuerte, mientras que el príncipe lo miraba con los ojos muy abiertos.

-Te lo advertí….

-¿Flama? – El humano recibió un puñetazo en la cara, mientras el príncipe seguía con los ojos abiertos como platos. - ¡¿F-flama?!

-Voy a golpearte…. – Avisó el príncipe, tronándose los nudillos.

Finn se asustó mucho, y recibió otro puñetazo en la cara. No quería hacerle daño a Flama, así que se cubrió el rostro para el próximo golpe, pero recibió una patada en el costado, haciendo que cayera al suelo. El príncipe siguió golpeando, mientras Finn estaba hecho una bolita en el suelo. Lo pateó durante mucho tiempo en el costado, hasta sentir un crujido, sacándole un grito doloroso al humano. Supo que le había roto una costilla, así que decidió dejar de golpearlo. Lo tomó de los brazos y comenzó a arrastrarlo hacia la salida.

-Te vas…. – dijo, mientras lo arrastraba. Al llegar a la salida, lo tiró hacia afuera. – ¡Y no vuelvas! – Pero cuando dijo esto, vio como el humano se levantaba y volvía a acercarse. - ¡¿POR QUÉ VUELVES?!

-Te lo dije…. – Respondió jadeando y aguantando el dolor. – Dije que ya estoy harto….. Que nos separen así…. Que pienso seguir viniendo, herido o no. – Ante esas palabras, el fogoso lo miró con rabia y lo pateó en una pierna, haciendo que Finn se caiga y se golpeara la cabeza contra el suelo.

-¡Entiéndelo! – Exclamó, apuntándolo. – ¡NO TE QUIERO AQUÍ! ¡NO TE QUIERO!

-¡PUES YO SÍ!

-¡NO ME IMPORTA!

-¡PUES A MI SÍ!

-¡YA LÁRGATE! – Ante la rabia, Flama volvió a patearlo, sacándolo del lugar.

Eso no importó, porque Finn volvió a levantarse de manera dificultosa y entró a la cueva. Mientras que esto sucedía, la princesa flama pasaba cerca y la pelea le llamó la atención. Miró cómo el príncipe tomaba a Finn de la camisa y lo sacudía, mientras él gritaba.

-¡ENTIENDE QUE YO TE QUIERO Y ESTOY HARTO DE QUE NOS SEPAREN! – Exclamó Finn.

-¡VETE DE AQUÍ, FINN! ¡LÁRGATE! ….. Entiéndelo…. No quiero hacerte daño…. – El príncipe no quería hacer más que llorar.

La princesa corrió y tomó una piedra hueca. Era bastante grande, tenía la cavidad enorme, así que la llenó con agua y corrió hacia los chicos, jalando al humano y lanzándole el agua en la cara al príncipe.

-¡AAAAAH! – Gritó el príncipe, retrocediendo y agarrándose la cara. – Aaaahggg…

-¡¿Qué crees que haces?! – Preguntó Finn, alterano.

-Te lo dije, Finn. – Contestó la chica de fuego, volteando a verlo.

-¡Todo ocurrió porque tú lo amenazaste! ¡Loca!

-¡CÁLLATE! – Le gritó ella indignada.

-¡Finn, sólo lárgate! – Le pidió el príncipe, ya un poco recuperado por el agua.

-¡NO! ¡YA ESTOY HARTO DE QUE TODOS DIGAN LO QUE TENGO QUE HACER! ¡CON QUIÉN ESTAR Y QUIÉN DEBO SER! ¡SERÍA MÁS SENCILLO MORIR! ¡EN REALIDAD, DEBERÍA HACER ESO! – Gritó Finn, ya llorando y tomando su mochila con las pocas fuerzas que le quedaban.

-Finn…. ¿Qué vas a hacer? – Preguntó el príncipe, asustado.

-¡QUÉ IMPORTA! – Le respondió Finn violentamente, empezando a caminar mientras apretaba su costado.

Ambos príncipes se quedaron en silencio, mirando como el humano se retiraba. Caminó y caminó, hasta encontrarse con uno de sus mayores miedos: El mar. Se sentó en la orilla y lo miró sin expresión alguna, sin saber que a lo lejos lo miraba su amiga vampiresa. A esta se le hizo extraño que su amigo humano estuviese tan herido, así que lo observó. Poco fue el tiempo que le tomó a Finn darse cuenta de que ella lo observaba, así que decidió quedarse quieto, esperando a que amanezca para que ella se fuera y lo dejara en paz. Se quedó allí durante horas, haciendo que la chica se aburra y se acercara a él.

-¿Finn?

-¿Sí?

-¿Qué pasó?

-Peleé con un monstruo. – Ahora Finn se estaba acostumbrando a mentir mucho.

-¿Y por qué sigues aquí? Te ves demasiado mal.

-Quiero estar solo un rato.

-Pero ya ha pasado una noche, va a amanecer.

-Bueno, nunca dije que sería un rato corto.

-Finn, de verdad estás muy raro. Será mejor que llame a Jake. – Ante esto, ella sacó su teléfono.

-¡No! Marceline. En serio, sólo quiero estar solo. No lo he estado, ya que tú has estado tanto tiempo aquí como yo, así que no estaba solo.

-Finn, llamaré a Jake aunque no quieras, has estado demasiado raro.

-¡Marceline, por favor! ¡Sólo quiero estar solo!

-Que no, Finn. Estás muy mal. – Ella lo miró mientras se elevaba para que su amigo que no evitara la llamada. – ¿Aló, Jake? Ajá, aquí está Finn…. Está muy mal herido. – Ella lo observó y vio como Finn se iba, así que decidió seguirlo. – Sí…. Te esperaré. – Colgó su teléfono y tomó a su amigo, elevándolo del suelo y lastimándolo sin querer.

-¡AAAAAAAHHGG! – Se quejó el humano. – ¡Marceline, suéltame!

-¡Finn, estás muy mal! ¡Tienes los huesos rotos!

-¡Por Glob, Marceline! ¡Déjame! Puedo cuidarme yo mismo.

-No es verdad. – Le contestó ella, molesta por la actitud de su amigo mientras lo llevaba a casa. Al llegar, dejó a Finn en el suelo, pero él apenas tocó el suelo salió corriendo. – ¡Finn!

-¡Finn, hermano! – Gritó Jake, tomando al muchacho por el brazo. – ¡¿Qué te pasó?!

-¡Que me dejen solo!

-¡Pero Finn! ¡Estás demasiado herido!

-¡ESO LUEGO LO RESUELVO, AHORA SÓLO QUIERO ESTAR SOLO! – Con ese grito, hizo que Jake se enojara.

-¡FINN, YA BASTA! – Gritó, poniéndolo en frente sin soltarlo y mirándolo con mucho enojo. – ¡DEJA DE SER UN MUCHACHO GROSERO!

-¡Y USTEDES DEJEN DE TRATARME COMO SI FUERA UN NIÑO DE 5! – Le contestó, golpeando a Jake. Luego, tomó el paraguas de Marceline y salió corriendo mientras empezaba a salir el sol. Corrió todo lo que pudo, hasta llegar jadeante a una cueva. – Quiero irme, desaparecer, esfumarme, sólo…. Sólo quiero irme de OOO…. – Dijo llorando, mientras se desplomaba ya en lo profundo de la cueva.

 


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