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Separación. por Sao801

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El humano quedó inconsciente en ese húmedo lugar, aún con las costillas rotas. Posiblemente moriría, no había nadie ni nada que lo ayudase. Mientras estaba tirado, una pequeña niña con la piel grisácea y el cabello de chicle adornado con una corona se acercaba. En su espalda, había un par de alas de mariposa, ella iba feliz, hasta que vio el cuerpo de Finn. Se asustó y salió corriendo hacia un hombre de caramelo. Él tenía una buena estatura y un elegante porte. Su cabeza era adornada por una corona de rey y su piel era de color rosa. Tenía un cierto parentesco con la niña, la cual lo abrazó asustada.

- ¿Qué ocurre, cariño? – Preguntó el hombre. – Creí que probaríamos tus alas.

- H-h-hay alguien tirado…. – Le avisó ella, sin poder hablar del susto. El hombre la miró con curiosidad y se dirigió por donde había venido la pequeña. Miró a Finn y se alarmó un poco.

- Sweet, vamos. Debemos curarlo. – Le avisó él, mientras lo cargaba y salía corriendo.

La niña coronada lo siguió, totalmente asustada. No había visto nunca a alguien con él, y por su apariencia, posiblemente estaba muerto. Al humano lo llevaron a un enorme castillo de caramelo y lo atendieron en una especie de enfermería. Lo curaron lo mejor que pudieron, pero él seguía inconsciente. Lo dejaron en paz, necesitaba descansar. Él no despertó hasta el día siguiente, sintiéndose adolorido y confuso.

- ¿Dónde estoy? – Se preguntó al despertar.

- ¡Oh, despertaste! – Exclamó una rubia que se encontraba a su lado.

- ¿Quién eres tú? ¿Dónde estoy?

- Oh, yo soy Fionna. Estás en la tierra de Aaa. – Le contestó ella, con una simpática sonrisa.

- Oh, parece que nuestro invitado despertó. – Dijo el carismático hombre de caramelo mientras entraba a la sala.

- Rey Gumball, ¿Dónde lo encontró? – Preguntó Fionna.

- En una cueva.

- Oh. – Ella dirigió su mirada de nuevo a su semejante. – Estuviste a punto de morir, viejo.

- En serio me fui de Ooo…. Ya no lo veré más…. Ya no…. –Pensaba Finn, mientras inconscientemente derramaba una lágrima. La chica se dio cuenta de esto y se alarmó un poco.

- ¿Por qué lloras?

- Ah. – Finn se dio cuenta y de lo que ocurría y se limpió su lágrima. – Creo que me cayó algo en el ojo.

- Bueno. – Ella le ofreció su mano. – Como te dije antes, soy Fionna.

- Finn. – Contestó él, estrechando su mano y devolviéndole una sonrisa.

Mientras tanto, en la tierra de Ooo, el príncipe Flama se quitaba el aluminio que tenía en sus manos mientras estaba en la entrada de la cueva. Se sentía deprimido, pero trataba de no pensar en eso, todo por el bien de Finn. Se encontraba tan concentrado y deprimido que no se dio cuenta cuando Jake pasaba por allí, gritando el nombre de Finn.

- ¡FINN! ¡FIIIIIIIIIIIIIIIIIIIINN! ¡¿EN DÓNDE ESTÁS, FINN?! – Gritaba preocupado el perro, hasta que vio al príncipe. – ¡Tú! – Cuando gritó, el príncipe entró rápidamente a la cueva, así que Jake decidió seguirlo. – ¡OH, NO MUCHACHITO! ¡TÚ ME DIRÁS TODO!

- ¡Yo no sé nada! – Se defendió el príncipe.

- ¡CÓMO NO! ¡¿En dónde está Finn?!

- ¡No lo sé!

Fue en ese mismo momento cuando Flama se enteró que Finn desapareció, tan herido o peor de cómo estaba ayer.

Nuevamente en Aaa, Finn miraba a la familia real, conformada por: El Rey Bubba Gumball, el rey vampiro Marshall Lee y sus hijos, Sweet Nightmare y Bubble Blood. Desde hace un tiempo, Gumball se había convertido en el rey del dulce reino, después de que Marshall Lee obligara a sus padres irse del reino. Ambos tuvieron dos hijos, su primer hijo, Bubble Blood, fue creado genéticamente, justo como Goliad y Tormento. Él era un vampiro de caramelo de color morado, muy travieso, soportaba el sol y podía flotar, pero era incapaz de mostrar una cara aterradora. Su segunda hija, Sweet Nightmare, nació mediante embarazo. Gumball había tomado una pócima para la fertilidad y ella nació a partir de sisaría, aunque casi muere en su nacimiento. Ella era una linda niña de caramelo, con la piel grisácea y cabello de goma. No podía hacer nada igual a un vampiro, excepto poner una espantosa cara al enojarse, y no soporta el sol. A Finn se le hacía una familia un poco extraña, pero linda.

- ¿De verdad son sus hijos? – Preguntó a Fionna y a Cake.

- Oh, sí muchacho. – Le contestó la gata.

- ¿Cómo es que se volvieron pareja? – Preguntó ahora mirando a Marshall y a Gumball.

- Oh, es una historia larga…. – Contestó Marshall Lee sin más.

- Fionna, ¿Puedo ir a tu casa a darme un baño?

- Claro, hermano. ¡Es emocionante ver a otro humano!

- Pienso lo mismo. – Dijo Finn, riéndose mientras se iba. Cuando apenas se fue, llegó el príncipe Flama.

- ¡Príncipe! – Exclamó Fionna. – ¿Qué hace aquí?

- Estoy buscando a alguien

- ¿Alguien?

- Sí, sólo…. Déjame, Fionna. No tengo tiempo. – Le dijo de forma hartante.

- Oh, bueno….

El príncipe tan sólo ignoró la presencia de la humana y siguió buscando a Finn. No sabía que el rubio se estaba bañando, justo en la casa por donde pasaba. Suspiró y se fue, mientras que Finn empezaba a vestirse mientras tarareaba, para luego volver con Fionna, la cual hablaba con Marshall Lee.

- No sé, se parece mucho a ti. – Comentó. – Está igual de bueno.

- ¡Marshall! – La rubia se quejó por la vergüenza.

- Hola. – Saludó Finn al volver.

- Oooooh, Miren quién volvió~ - Dijo Marshall, con un tono algo pícaro, mientras flotaba boca arriba por detrás de Finn. – ¿Qué tal te va, Finn?

- Bien. – Contestó, con sincera inocencia.

- Qué bueno, ¿Te gusta estar aquí?

- ¡Sí! Es un lugar muy genial.

- Pues que bien, Tú y yo nos la podríamos pasar genial en otro lugar~ - Dijo, pasando un brazo sobre los hombros del chico.

- ¡Marshall Lee! – Se quejó Gumball, llegando.

- ¿Qué?

- ¡Deja en paz al joven Finn!

- Pero si no le estoy haciendo nada. – Dijo, apegándose más al humano. – ¿Verdad, Finny Boy?

- Eh…. – Ahora Finn se comenzaba a sentir algo incómodo.

Mientras los reyes discutían, Finn se escabulló y fue a hablar con Fionna y Cake para pasar el rato. Le gustaba estar allí, era muy agradable. Era algo que le recordaba a su hogar, era igual, muy exacto. Le emocionaba el hecho de que estaba con una humana, una humana muy similar. Fionna se parecía a él en todos los sentidos: Su comida favorita era el pastel de carne, le gustaba las aventuras y ambos creyeron haber conocido a más humanos, cuando en realidad era hihumanos. Su mente revoloteaba de gusto, sin saber que se acercaba el príncipe flama.

- ¡Finn! – Dijo el príncipe al verlo, mientras se acercaba con rapidez. – ¡¿Qué haces aquí?! – Finn lo miró con miedo y se alejó de él.

- ¿La vela? – Preguntó Marshall Lee, al ver al príncipe Flama.

- Finn, ¿Estás bien? – Preguntó Gumball al ver que Finn estaba con la mirada baja, temblando.

- ¿Finn….? – El príncipe Flama ya empezaba a preocuparse.

- Parece que no te quiere cerca.

- …. – Flama trató de no pensar en nada. – No importa, sólo quería ver que estuviese bien…. – Ante esas palabras, Finn empezó a llorar.

- ¿Finn? ¿Por qué lloras?

- ¿Finn? – El vampiro también se acercó, preocupado.

- Flama, ¿Qué le hiciste? – Flama sólo veía como lloraba Finn.

- …. Nada. – Dijo, y se fue.

Apenas el fogoso se fue, Finn corrió en otra dirección. Corrió y corrió, hasta que se cansó y cayó al suelo. Se encontraba llorando, le dolía volver a ver a Flama, tan indiferente, tan frío. Le pasaron muchos pensamientos por la cabeza, pero a la vez no sabía que tenía la mente en blanco. Se encontraba tan distraído que no sabía que la pequeña y dulce princesa lo había seguido.

- ¿Tío Finn? – Preguntó al llegar. – ¿Por qué lloras?

- Por algo…. Por algo que pensé que había escapado….

- ¿Y por qué escapaste?

- Porque quería dejar de sufrir.

- ¿Qué te hace sufrir?

- Un… Un amor que tengo por alguien.

- Uhm…. – La niña se acercó y le acarició la cabeza. – El amor no es para hacer sufrir.

- El mío lo fue….

- ¿Por qué? – Finn comenzó a morderse el labio.

- Dejó que una amenaza arruinara nuestra relación…. – Confesó al fin.

- Uhm…. Siempre cuando estoy triste, papi me cuenta un cuento…. ¿Te cuento uno? – Trató de animar la niña, Finn sólo le sonrió.

- No creo que eso sirva…. Pero gracias por intentar.

- Uhm…. – La niña aún no entendía muy bien la situación.

- Pero a pesar de todo, aún lo amo y quiero que sea feliz.

La niña asintió, aún sin saber muy bien sobre el tema.

Ninguno de los dos se dio cuenta, ni el humano ni la vampira de caramelo, que el príncipe de fuego escuchaba toda la conversación. Él estaba escondido, escuchando la conversación, sintiéndose como una total mierda. Sabía todo el dolor que le causaba al humano, pero no podía evitarlo. Si Finn pudo llegar hasta la tierra de AAA, la princesa flama también podría, así que decidió simplemente no arriesgarse.


Marshall Lee observaba con mucha atención al humano macho que se encontraba en el lugar. El rubio se entretenía con las diversas armas que le mostraba su alter-ego, Fionna. Marshall sonrió para sí mismo y se acercó a los humanos, con algo en mente.

- Hey, Finn. – Dijo.

- Oh, hola Marshall. – Le saludó Finn, sonriendo.

- Sweet me dijo que te habías caído. – Comentó, mirándole las rodillas.

- Oh, sí. Ya estoy bien, Cake me sanó las rodillas y la recompensé. – Contestó, mirando a la gata que estaba perdida con la hierba de gato.

- Oh, eso está bien. ¿Y por qué saliste corriendo?

- No lo quiero decir. – Marshall arqueó una ceja. – Es algo feo.

- Oh, venga. Que yo sé de cosas feas.

- ¿Incluso cuando amas a alguien?

- Claro, tengo más de 1000 años, niño. – Contestó sonriendo de su propia forma.

Finn lo miró y se acordó de su querida amiga Marceline. Esos ojos malévolos le daban una extraña confianza, así que decidió contarle. Le habló sobre todo lo que había pasado con el príncipe, hasta que llegó a la tierra de Aaa. Finn no omitió ningún detalle, y era algo de lo que no se daba cuenta.

- Oh, ya veo…. – Marshall Lee vio la mirada triste del humano. – ¿Sabes qué? Vamos a animarte hoy. – El rubio lo miró, confundido. – Vas a dormir en la casa de Fionna, ¿No? Ven en la note, te tengo una sorpresa. – Como respuesta, sólo recibió una afirmativa. – Bien, te veo en la noche~

 

Notas finales:

¡Por fin salieron la pareja favorita de la familia! 8D

¡Celebrad, shippers del Marball y el Finshall!

Amarán el próximo capítulo. 


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