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Separación. por Sao801

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Notas del capitulo:

Advertencia del capítulo: Violación, lemmon.

Finn caminaba durante la noche por la oscura tierra de AAA, dirigiéndose al castillo del dulce reino del lugar. Miraba por todos lados, buscando a aquel vampiro llamado Marshall Lee. No lo veía por ningún lugar, y la oscuridad era demasiada profunda como para ver bien.

- ¿Marshall? - Finn seguía llamando.

- ¡HIIIIIIIIIIIIIIISSSSSSSS! - Marshall Lee chilló detrás del humano, haciendo que este pegara un enorme grito y saliera corriendo del susto, causándole mucha gracia al vampiro. - Hey Finny, soy yo~ - Dijo, haciendo que el humano lo mirase.

- ¡Qué susto! - Marshall sólo se reía.

- Fue sólo una broma. - El rubio lo miró ligeramente mal, pero luego sacudió su cabeza y se rió.

- ¿Para qué me querías aquí?

- Para animarte un poco. - Contestó mientras se acercaba. - Ven, vamos.

El inmortal de la piel grisácea empezó a flotar en una dirección desconocida para el humano, quien sólo lo siguió sin decir nada.

- Ven. - Dijo Marshall al llegar a la entrada de una cueva.

- No tengo antorcha, no puedo ver.

- No la vas a necesitar, yo te guío.

Marshall tomó la mano de Finn para entrar a la cueva y guiarlo. Finn se sonrojó un poco ante tal acción, pero no dijo nada realmente.

- Por lo que tengo entendido... Técnicamente has terminado con la vela, ¿Verdad? - Preguntó Marshall en medio de la oscuridad.

- Creo que sí. - La respuesta le arrancó una sonrisa al otro.

- No te preocupes, Finny~ - Marshall acarició la cabeza del héroe. - Pronto conseguirás a alguien~ - El vampiro se acercó ligeramente al humano y le sopló su oreja por encima del gorro. Su aliento era tan frío que Finn pudo sentirlo y estremecerse. Sin darse cuenta alguna, su gorro ya no estaba. - Tienes un lindo cabello~

Finn lo miró y empezó a tensarse. No le gustaba lo que estaba pasando, no le gustaba nada. Marshall se rió ante la expresión del humano y se acercó para lamerle su oreja. El rubio seguía tenso, eso era algo que Marshall podía sentir, así que trató de calmarlo.

- Relájate, Finny Boy~ - Le dijo. - No te haré nada que no hayas hecho antes. - Lo abrazó por detrás y le mordió ligeramente su oreja.

- T-t-tú tienes una pareja. - Finn se alejó con miedo, pero Marshall Lee volvió a atraerlo con sus brazos.

- Sí, pero ambos necesitamos sacar algo de tensión. Si tú no dices nada, nadie sale herido, ¿Cierto?

El vampiro al terminar su frase, besó al tenso humano, quien se separó rápidamente.

- No le puedo hacer eso al príncipe, él fue amable conmigo.

- No te preocupes. - Marshall se acercó y volvió a besarle. - No se enterará de nada. - Las acciones volvieron a repetirse nuevamente. Finn se alejó, sólo para que Marshall Lee lo volviese a atraer. - Ven, Finny~ Yo sé que tú lo quieres~ - Finn se encontraba muy asustado y Marshall ya empezaba a hartarse demasiado. Comenzó a quitarle la camisa de forma rápida para acelerar el proceso. - Hagámoslo por las buenas, ¿No te parece?

- ¡Aléjate!

- Bien, tú nlo has querido. - Con su gran velocidad, le arrancó sus pantaloncillos a Finn y lo puso contra la pared en menos de nada. - Eres lindo, Finny. No creo que perdería una oportunidad así.

- ¡Suéltame! - Finn ya estaba al borde del pánico.

- No lo creo~ - De la espalda de Marshall empezó a salir un tentáculo, el cual empezó a envolver al humano.

- ¡Ayuda! - De inmediato, el tentáculo entró por su boca.

- Shhhhh~ Estoy seguro de que te gustará~ - Le dijo el vampiro mientras empezaba a pellizcar y a lamer los pezones del humano. Finn lanzó un sonido de incomodidad, mientras por su barbilla empezaba a resbalar un hilillo de saliva. Ante el ruido, el vampiro se rió. - Ya verás cómo te gusta. - Ahora su mano comenzó a masturbar al mortal.

- Nhg nhh hmmh. - Finn no podía hablar debido al tentáculo.

- Es divertido, Finny~ - Comentó el mayor mientras seguía masturbándolo y jugando con sus pezones. Finn empezó a llorar, lo sentía demasiado asqueroso y desagradable. Cerró con fuerza sus ojos mientras trataba de soportar lo que estaba pasando en ese momento, hasta que sintió cómo un tentáculo comenzaba a frotarse contra su entrada. Era baboso, desagradable, demasiado asqueroso.

- Sólo relájate... - Dijo Marshall mientras lamía una de sus lágrimas.

El tentáculo empezó a abrirse paso poco a poco en la cavidad anal de Finn, el cual lanzó un enorme grito de dolor. El tentáculo que tenía en su boca salió y el muchacho pudo lanzar sus quejas.

- ¡Duele! ¡Sal de allí! ¡Duele! -Se quejaba mientras lloraba.

- Si te relajas, te empezará a gustar.

- No, eso duele, ngh.

- Shhhhhhhhh, sólamente déjame... - Marshall empezó a mover su tentáculo cuando ya estaba casi totalmente dentro del humano.

- ¡No! ¡Sácalo!

- Niño, ya me estás empezando a molestar. - Se quejó el vampiro, irritado. Tomó una de las piernas de Finn y lo volteó, haciendo que queden frente a frente. - Ven. - Ahora hizo que Finn rodease su cadera con las piernas.

- ¡Suéltame! - Finn se seguía sacudiendo.

- Cállate, sólo espera... - Marshall ahora empezó a meter su duro miembro al retirar el tentáculo, y empezó a penetrar al muchacho desde varios ángulos.

- ¡Ah! - Gritó Finn, causándole curiosidad al vampiro. Marshall lo miró y volvió a golpear el mismo punto donde había golpeado la última vez, sacándole un gemido al rubio. Sonrió al saber qué había golpeado.

- Es aquí. - Comentó con una gran sonrisa.

Finn seguía llorando durante aquel acto sexual. Marshall no se detenía, seguía saliendo y entrando de la contraparte de la humana del lugar. Como el vampiro no se detenía, Finn tuvo que caer tarde o temprano. Le empezaba a gustar el sexo y a sentir placer. Su polla ya se encontraba dura y goteante de pre-semen. Sentía la necesidad de acariciarla, incluso tenía la tentación de tomarla él mismo, pero se mantuvo firme. El vampiro se dio cuenta de eso y se rió.

- Se siente bien, ¿Verdad? - Preguntó mientras seguía con su movimiento de va y ven, ahora con el niño humano saltando sobre sus caderas.

- ¡No! - Se quejó Finn, lanzando un gran gemido.

- Ooooh, vamos~ - Marshall seguía jugando con él, sosteniendo sus caderas para ayudar al humano a saltar sobre su polla. - Sabes que sí.

- ¡No!

- Voy a seguir hasta que me digas que sí. - Seguía con esa sonrisa de placer en su rostro y comenzaba a empujar para aunmentar las penetraciones.

- ¡No! Nghhhg... ¡NO! ¡SAL! AaaAAAaaAaaaahhh...

- Pero mira lo duro que estás~ - Comentó el otro, mientras comenzaba a masturbar al humano.

- Déjame, por favor. - Finn ya tenía sus ojos secos. Marshall lo miró y acercó su rostro hacia él.

- No~ - Contestó sin más para luego besarlo, metiendo su lengua en la boca del otro. Finn volvió a ponerse tenso, hasta que Marshall se despegó de él, mientras los unía un hilillo de saliva y no dejaba de darle estocadas. - Relájate, Finny~

Finn sólo temblaba con miedo y placer combinados. Sentía cómo Marshall empujaba cada vez más y más rápido, golpeando con fuerza su punto dulce. Finn se derretía, se sentía mal, pero a la vez tan bien. Empezó a apretar cada vez más su entrada cuando sintió que Marshall acariciaba sus pezones. Ayudó a moverse cada vez más rápido hasta correrse. El vampiro aún no se corría, seguía con ganas de más, así que penetró cada vez más rápido hasta correrse debido a toda la estreches del humano.

- Ah... - Suspiró con placer. Miró al humano y sonrió. - ¿Ves cómo sí te gustó?

Finn no respondía, se sentía perdido. El vampiro salió de él y lo besó en los labios. Le ayudó a vestirse, viendo que el humano no quería moverse.

- No te preocupes, será nuestro secreto. - Le comentó al humano, quien seguía ido en sus pensamientos. Cuando terminó, lo besó amorosamente y salió de la cueva, dejando al otro solo.

A duras penas, Finn se levantó con sus piernas temblorosas y caminó, adentrándose a la cueva cada vez más, hasta que cayó por alguna razón. Estando en el suelo, se abrazó las rodillas, volviéndose una bolita. Se sentía la persona más sucia que podría haber, un mal muchacho, una horrible persona. Lloraba, lloraba como nunca, pero sus lágrimas no salían. Sus ojos ya estaban completamente secos de haber llorado tanto anteriormente.

- Flama... Tengo miedo... - Susurraba. - Tengo frío... ¿Dónde estás...?

Notas finales:

¡Llorad, mis niñas! ¡Llorad! O disfrutad.... Eh... No sé, hagan lo que quieran.

 

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