Capítulo 1: El espejo
—Mira al mariquita—- Habló Jonghyun riéndose del castaño, al cual lo tenía acorralado contra la pared
—Ya… déjame— Rogó el pequeño, quién, estaba cansado de aquél trato por parte del mayor. Solo esperaba que no le diera una golpiza, nunca lo había hecho pero nunca era demasiado tarde cómo para hacerlo.
—Mira… el bebé se pondrá a llorar— Rio Minho mientras veía que su amigo sostenía de las muñecas al pequeño.
— ¡Hijo de puta!— escucharon un grito —te dije que te dejes de joder con Taemin ¿Qué parte no entiendes?- Se acercó furioso
—Llegó tu noviecito—Habló Jonghyun riéndose aún más fuerte —Aquí tienes a tu princesa— Empujo a Tae y este cayó a los pies de Kibum—Vallan a follar a otra parte— choco los cinco con Minho y salieron de ahí.
— ¿Tae, Estás Bien?— Preguntó Onew quien acababa de llegar y le ayudaba a levantarse
—Sí, gracias hyungs—se refirió a los dos más altos.
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—Jonghyun, aun no entiendo porque sigues molestando al pequeño—habló Minho estirando sus brazos por detrás de su cabeza.
—Simplemente no es de mi agrado. Solo por tener cara bonita se cree la gran cosa, además de que es un marica. Lo odio, me cae mal y eso es todo
—Cómo quién dice, del odio al amor hay solo un paso…
—Que amor ni amor, solo siento asco por ese pendejo
—Bien, lo que digas Romeo, Nos vemos mañana ¿ok?—se despidió.
—Sí, adiós—Jonghyun camino, usualmente iba por un camino distinto pero hoy le tomo curiosidad ir por la calle del parque.
Se sentó en un asiento de madera color blanco, admirando el paisaje. Estaba aburrido quizá y tenía suerte con alguna zorra para pasar una buena tarde. Le sonrió a la pantalla de su celular, el cual, estaba lleno de números telefónicos de mujeres, y con sinónimos cómo por ejemplo, la mejor mamadora o la que lo hace más rico, dependía de cómo lo hacían. Sonrió por segunda vez empezando a Teclear en su celular, pero de un momento a otro vio unos pies delante de él. Curioso levanto la mirada, observando a una anciana.
— ¿Qué ocurre?—pregunto Jonghyun
—Debes dejar de aprovecharte de los más pequeños—habló mirándole fijamente
—Y usted que sabe, además si lo hago es mi problema
— ¿Pero sabes cómo se siente ese muchachito?
—No me interesa…
—Lo que digas…—termino de hablar la señora—Toma—le extendió una bolsa, no la abras.
—mmm—quedo pensativo, la tomo y por la forma noto que era un espejo de mano— ¿Y porque no puedo abrirla?
—La curiosidad mató al gato. Solo te digo que te veas en este espejo cuándo estés solo…
—Lo que sea…—rio incrédulo, aún no entendía porque le había dado ese espejo. Vio a la anciana irse, sintió un escalofrío recorrer toda su anatomía, suspiró decidido a irse. Caminaba lentamente hasta que por fin llegó a su casa, dónde, seguramente sus padres no estaban. Pues estos siempre estaban de viaje y ese día no era la excepción.
Entro rápidamente a su casa, siendo recibido por su hermana Hyoyeon.
— ¿Qué hay ahí?—preguntó señalando la bolsa de papel
—Un regalo…—sonrió algo torcido, no le diría que eso se lo dio una anciana.
—Bien, me iré con Sooyoung a pasear por ahí. No me esperes—sonrió tomando una chaqueta y saliendo de la casa.
—Solo, es mejor estar solo—bufó Jonghyun deseando por un día pasar un momento en familia. Dejo sus estúpidas ideas y camino tranquilamente hasta su habitación. Dejó su morral en una silla y se despojó de su uniforme, camino directamente hasta el baño y se dio una refrescante ducha. Se puso un pantalón de pijama dejando sus abdominales a la vista.
Su estómago rugió, dándole el aviso que debía llenarlo o no dejaría de chillar. Dejo lo que estaba por hacer y bajo efusivamente las escaleras hasta entrar en la cocina, se preparó una sopa de verduras instantáneas y camino hasta el sofá de la sala, dónde se dispuso a ver tv tranquilamente.
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—Taemin, te dije que no dejes que ese muchacho siga molestándote—comento key acariciando la mejilla de su dongsaeng.
—Pero… el me da miedo—declaró con sollozos
—Te dije, que enamorarse de una bestia cómo él no es nada bueno ¿lo sabes?—acostó al menor en su piernas, acariciando el suave cabello de este.
—Lo sé, te entiendo. Pero, no puedo… es un sentimiento muy fuerte—sollozo
—No te diré que dejes de quererlo, solo… intenta conocer a alguien más—pensó— ¿Qué tal Onew? Es lindo y atento. Jongin, también es buena opción y no te olvides que Kyuhyun anda tras tus huesitos.
—Pero a ninguno de ellos quiero de la forma que me siento cuando estoy cerca de Jonghyun. Si, puedo ser un masoquista… aún que sea de esa manera me nota y sabe que existo… Sé que él me odia
Aún que Jonghyun, no era el único que le molestaba.
— ¿Odiarte? Cómo puede hacerlo si ni siquiera te conoce… eres un tonto, tae—acarició nuevamente la mejilla del pequeño—Dejemos esto, iré a hacerte un rico postre ¿sí?—sonrió amablemente.
— ¡Déjame lamer la cuchara! ¿Sí?—sonrió
—Bien, entonces vamos antes de que nos deprimamos—entrelazo sus dedos con los de Taemin y lo llevo hasta la cocina en dónde prepararon un rico helado de dulce de leche casero, caminaron hasta la habitación del menor y se sentaron en la cama a ver una película mientras comían el delicioso postre congelado.
Fue entretenido y todo genial, pero estaban todos sucios con el helado. Se ducharon y pusieron los pijamas. Taemin una remera holgada que no tapaba más bajo de su muslo y unos bóxer de piolín. Mientras que Kibum solo dormía con un short más arriba de sus rodillas.
—Hyung… sabes que mis padres no volverán pronto, solo duerme conmigo, aquí en mi cama.
—Pero sabes que la última vez tu Appa lo mal entendió
—Sí, pero ya le explique
—Bien… no te preocupes, no dejaré que los moustros te coman—rio maternalmente acostándose al lado del menor, mientras que, Taemin apoyaba su cabecita en el pecho del mayor. Sentía el bombeo del corazón y se sentía seguro.
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Ya eran las doce de la noche y Jonghyun estaba yendo al baño con el espejo que le había dado la anciana. Se sentó en su cama, lo tomo y destapo. No era nada anormal, solo veía su reflejo en él. Por un momento ese espejo le hizo recordar el rostro del pequeño cuando Jonghyun rompió un espejito. Se rio sobre ello, sintió sus ojos pesarles así que se acobijo dispuesto a dormir.
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En la mañana siguiente, Jonghyun despertó por los rayos del sol que pegaban en su rostro. Preguntándose porque no cerró la persiana. Se removió, abrió un poco los ojos y vio a su alrededor.
¡Pero que mierda! Esa no era su habitación, no lo era.
Notó alguien a su lado, sonrió. Seguramente había bebido mucho y por eso no recordaba nada de nada, solo un tipo de dolor en el pecho le inundaba pero lo ignoraba.
Cuando su vista se aclaró, noto al rubio. Si, al novio de Taemin, según él, en realidad no estaba seguro pero sabía que era así.
Noto la sonrisa del rubio cuando se sentó ¿Acaso se había acostado con él?
—Buenos días, bebé—sonrió Kibum mientras acariciaba su cabello.
Estaba confundido
—Aigo~ aun sigues dormido, ve a lavarte la cara… iré a prepararte algo de desayunar. El rubio salió del cuarto. Dejando a Jonghyun completamente confundido, se paró notando que estaba con algo que no era su pijama ¡STOP!
Esas… esas no eran sus piernas ¿Por qué tenía unas piernas blancas, delgadas y largas? Toco todo su cuerpo, notando que estaba más delgado de lo normal. Toco en específico su trasero, dónde él tenía ese musculo no tan desarrollado y durito, pero lo que tocaba era redondo, bultoso y muy suave. Podrían deducir que era el culo de una mujer.
Corrió al baño rápidamente, se vio en el espejo y….
¡MIERDA! ~
Ese no era él. Si esto era un sueño, él quería despertar en ese instante. No podía creer que se viera al espejo y solo pudiera ver al niñato de Lee Taemin. Se pellizco y noto que no era un sueño.
Ahora entenderás lo que siente ese niñito cuándo lo molestas~
Escuchó la voz de aquella anciana por el correr del viento, se lavó la cara esperando despertar pero aquello no ocurría.
— ¡KYAA!—Grito asustado.
—Bebé ¿Qué pasa?—escuchó que Kibum entraba al baño mirándole preocupado, ahora sabía por qué estaban en la cama, y el rubio siendo suave y cariñoso sus sospechas eran ciertas; Kibum y el pequeño eran pareja… entonces… entonces ayer habían tenido sexo.
—Esto… estoy bien—trago seco intentando no levantar sospechas.
—No te preocupes, no dejaré que ese perro te haga nada~
Ahora, sentirás todo lo que ese pequeño… sus sentimientos siguen en su cuerpo, así que… sabrás muy bien todo sus secretos.
— ¿Perro?—preguntó
—Sí, Jonghyun bebé… ese estúpido que siempre te molesta
—Ahh~—Jonghyun quería arrancarle los ojos al rubio pero con eso no lograba nada. Se tenía que resignar ¿verdad?