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Nada es lo que parece por Nikiitah

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Notas del fanfic:

Saint Seiya y sus personajes son propiedad de Masami Kurumada y Shiori Teshirogi, yo sólo los utilizo por diversión.

Notas del capitulo:

¡Hola a todos!

Comenzando esta vez con un fic AU basado en un juego de rol que estoy haciendo, donde se contará la historia de amor de Camus (como el seme de la relación) y Milo (que vendría a ser el uke) :P es la primera vez que pongo a Cam de seme veamos como me sale xD

Bueno espero y disfruten el fic!!

I.- No me olvidaré de ti

 

Caminaba por los amplios pasillos de su mansión, nada había cambiado, excepto el exterior, ya no existía las cabañas ni las antorchas, ahora existían las casas o ciudades, también las linternas o los focos, el mundo estaba cambiando, pero él no. Su casa iba remodelando según la época en que estaba, eso sí, no dejaba su estilo antiguo y elegante que tanto amaba. No salía de se casa desde hace mucho tiempo. Desde que esa persona falleció. Aun no podía olvidarlo, a ese hombre, a ese hombre por el cual había dado su vida, quería convertirlo en uno de los suyos, en un ser de sangre fría. Esos seres que creía ser una leyenda, existían, esos de piel pálida y rasgos delicados, ese ser que salía de caza en las noches para que poder sobrevivir en la mañana. Un vampiro.

 

Pero ahora él se sentía solo, ese hombre por el que dio todo, su alma y cuerpo ya no estaba más con él. Había muerto junto a su familia por defenderlo, el único recuerdo que tenía de él, era su cálida sonrisa.

 

—Antares —susurra, el apellido de su difunto esposo, el amor de su vida, ya no estaría más, todo por culpa de ellos, los seres que buscaban su fortuna y castidad, justo el día que le dio el sí, a su amado aparecieron ellos— No mueras —susurra de nuevo, a pesar de sus intentos fallidos nunca pudo recuperar a su esposo, su alma no estaba— Regresa a mí —soltó un sollozo.

Lo único que recordaba era un “Sobrevive” por parte de su esposo.

 


 

La ceremonia había comenzado, su familia y la de su amado estaban presentes. La decoración era exquisita, una estatua de hielo tallada finamente representando el amor que ambos se tenían, las mesas con finos manteles de seda era la atracción de los niños que deseaban alcanzar los bocadillos. Su mansión siempre fría y tétrica ahora era cálida y acogedora. Un hombre de porte elegante, cabellos plateados y ojos grises y pálidos, esperaba la llegada de los futuros esposos, contento de que su nieto haya conseguido el amor; aunque sea de un mortal. Siempre creyó que por el carácter hostil y frío de Camus su nieto jamás se casaría pero ahora todo lo que pensaba había cambiado.

 

En la vida de Camus había llegado ese joven de carácter alegre y sencillo. Que sin importar que clase de ser era Camus, lo había acogido en sus brazos y lo había amado. Ese mismo joven que ahora se casaba con su nieto había derretido aquel frío corazón que Camus tenia, le había dado la confianza para volver a creer en los humanos, que en otro tiempo les habían arrebatado a los padres de su nieto, y a él a su única hija.

 

Una suave voz lo trajo de sus pensamientos, al alzar la vista se topó con un joven apuesto vestido elegantemente con fina tela de seda color negro, su cabellos lo había amarrado con una cinta azul que resaltaba aún más la palidez de su nieto, él le sonrió nervioso, y ¿quién no iba a estarlo? No muchos decidían unir su vida con alguien más, y más si esa persona es un travieso y testarudo mortal come manzanas.

 

—Debes tranquilizarte Camus

 

—Es muy fácil decirlo pero no hacerlo ¿sabes?

 

—Él aceptó casarse contigo por alguna razón, aun sabiendo en que se convertiría no debes alterarte.

 

Camus suspiró un poco más calmado, toda la semana estaba nervioso, ¿Qué pasaría si su amado se arrepentía de ser igual que él? No se imaginaba una vida lejos de él.

 

Una melodía suave empezó a sonar. Había llegado la hora. Su amado vestía exquisitamente una túnica larga de fina seda color perla, su cabellos estaba amarrado con una cinta roja en una coleta resaltando sus varoniles rasgos, más aun aquel sonrojo que lo hacía ver exquisitamente tierno.

 

Su amado llegó a su altura, Camus le tomó delicadamente de la mano y le dio un pequeño y suave beso.

 

La ceremonia fue hermosa, y muy divertida para ambos, Camus a veces lo miraba de reojo, sonriéndole con ternura y amor. Cuando el abuelo de Camus dijo Si aceptaban ser esposos, ambos dieron el sí y se dieron un beso, sellando su amor para toda la eternidad. Ahora era el momento, lo único que le faltaba a Camus para que su amado y él vivieran felices. Sus colmillos empezaron a crecer, su mano derecha apartó el cabello de su amado que cubría su cuello, y antes de acercarse a morder la blanca piel de su cuello se dirigió a su oído y le susurró:

 

— ¿Estás seguro mi amor?

 

Un suave asentimiento fue todo lo que recibió, sin esperar un minuto más mordió el cuello de su amado, pero antes de terminar la ceremonia, unos hombres con antorchas entraron a su mansión, la familia de su amado trataba de hacer entrar en razón a esa gente pero fueron golpeados, y llamados traidores por defender a los vampiros. La familia de Camus logró llevarse a la familia de su esposo, rescatando a la mayoría. Camus decidió llevarse lejos a Antares para evitar que lo asesinasen.

 

Escaparon hacia el bosque y se escondieron en una vieja cabaña, ambos asustados eran jóvenes, tenían apenas 20 años. Acaso... ¿era tan malo haberse enamorado?

 

—Tengo miedo —dijo, su esposo le sonrió tiernamente y le dio un beso en los labios, sin saber que sería el último.

 

—Te protegeré, así me cueste la vida —apego su frente con la de su amado, se escuchó un ruido y ambos empezaron a temblar.

 

Incendiaron la pequeña cabaña, el peli azul lo miro y sonrió— Sobrevive yo estaré bien, te alcanzaré luego—dijo y lo empujo fuera de la cabaña, Camus cayo en unos arbustos. Le dijo que corriera que él lo alcanzaría luego, con lágrimas en sus ojos se fue, escondiéndose en la cueva de sus ancestros, lanzo su hechizo jurando matar a todos esos hombres. Cuando regreso hacia la cabaña, vio que el fuego se había extinguido, y no había rastro de los hombres, tenía la esperanza de volver a verlo pero no había nadie, entonces lo que más temía cumplió, vio un cuerpo calcinado y sintió una punzada en su corazón.

 


Recordar aquel día era doloroso, despejó su mente y agarró sus llaves, hoy por fin había decidido salir. Camino hacia el exterior y se fue en su auto hacia una cafetería, su pálida piel llamaba mucho la atención, sus ojos zafiros y su cabello largo, lacio, color aguamarina le hacían ver un adonis griego. Su frialdad y su postura era lo que atrajo a los presentes de la cafetería, sus ojos buscaron un asiento vacío, y se encontró con alguien que jamás creyó ver, se acercó a paso lento hasta llegar ahí.

 

—No puede ser —susurro, el aludido al verse observado volteo y sonrió, esa sonrisa, él lo conocía, era él, justamente el— Antares —susurra.

 

Notas finales:

Bueno hasta aquí el primer capítulo de mi nuevo fanfic! =D ¡Qué emoción! siempre quise hacer un fic donde Camus es un vampiro (y claro hacer uke a Milo ¬u¬) 

Sin mas que decir me despido, dejen sus reviews para saber si les gustó owo/

Hasta el próximo capítulo ouo/


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