"¿Qué piensas?"
Jiyong Kwon, quien estaba echado en la cama de su amigo garabateando en su sketchbook, miró hacia arriba.
Dongwook Choi, su mejor amigo desde la infancia, estaba usando una camisa negra y unos jeans de diseñador con una nerviosa expresión creciendo en su entre-ceja.
Jiyong asintió. "Se ve bien." dijo, mostrándole a su amigo sus pulgares en signo de aprobación antes de devolver su atención a sus garabatos.
Dongwook resopló. "Como si te importara una mierda." Le tiró una almohada a Jiyong, golpeándolo en la cabeza.
"Demonios, viejo." Jiyong se sentó. "Me has mostrado como diescisiete atuendos hasta ahora. Solo ponte algo para que nos podamos ir. Ya casi es la hora."
Dongwook le mandó una mirada venenosa. Revisó su cabello y maquillaje un vez más y suspiró. "Ok... Listo como jamás lo estaré."
"Estarás bien." Jiyong le aseguró.
"Eres exactamente lo que ellos están buscando."
"¿De veras?"
"Claro. Vamos. Yo conduzco"
Jiyong sacudió su cabeza mientras se deslizaba detrás del volante. Gracias a su cara bonita y alto y delgado cuerpo, Dongwook consiguió una entrevista con Ford Moldels y Jiyong estaba siendo arrastrado a la entrevista con él como apoyo moral.
Jiyong sospechaba fuertemente que el repentino interés de Dongwook por la industria de la moda estaba relacionado con su indeseado amor por su hermana, Mija.
Mija Kwon había estado trabajando como modelo por un año cuando había traído a un nuevo novio a casa por el día de Acción de Gracias. Los Kwons y los Chois estaban felizmente conversando en la sala de los Kwons cuando Mija apareció con un modelo de Abercrombie&Fitch del brazo.
El chico, presentado como Drew, era un bello chico con una brillante sonrisa y Mija estaba embelezada con cada una de sus palabras. Casi todos en la casa lo habían encontrado encantador, vacío pero encantador, pero Dongwook lo odió desde el primer momento.
Jiyong observó con medio deleite mientras Dongwook, quien había anunciado su intención de casarse con Mija desde el jardín de niños, fulminaba a Drew con la mirada y hacía su camino hacia él para antagonizarlo. Desafortunadamente, los intentos pasivos agresivos de Dongwook habían pasado volando por sobre la rubia cabeza de Drew y solo había tenido tanto éxito para que Mija se pusiera tan enfadada que se lo llevara a un cuarto y lo amenazara de por vida. Unos dias después, Dongwook había anunciado sus planes para perseguir su camino en la moda.
Jiyong rió entre dientes con la memoria.
"¿Qué es tan gracioso?" Dongwook demandó, abrochándose el cinturón de seguridad.
"Nada. Vamos"
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Conducieron en silencio hasta que Jiyong cambió de emisora de radio. Dirigió su mirada hacia Dongwook, quien estaba haciendo temblar sus pies nerviosamente, su rostro lleno de tensión.
Jiyong se rió gentilmente. "¿Estás bien, D?" preguntó.
Dongwook asintió.
"Solo quiero que todo vaya bien.
"Lo sé. ¿Todo irá bien, ok? Solo relájate."
Dongwook miró hacia afuera de la ventana. "Sabes que tratarán de reclutarte de nuevo, Jiyong."
Jiyong suspiró. Él sabía que era una posibilidad. Varios cazadores de modelos se le habían acercado ya unas cuantas veces mientras iba por la ciudad. Todas las veces, él educadamente había rechazado cada oferta. Jiyong era un aspirante a diseñador, el modelar los diseños de otras personas no era una idea que lo atraía mucho. Además, bendecido con padres adinerados, como lo era, Jiyong no necesitaba el dinero.
"No importa si lo hacen, Dongwook," Jiyong respondió firmemente. "Estoy aquí para ti, ¿ok?"
Dongwook se encogió de hombros.
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El instante en que los chicos caminaron a través de la puerta, una hombre de pesada apariencia con cejas como pinceles y cabello meticulasemente estilizado los abordó.
"Hola!" dijo alegremente, extendiéndo la mano a Jiyong. "Soy el Sr. Lee. ¿Dongwook Choi?"
Demonios, Jiyong pensó irritado, justo a lo que le temíamos.
Jiyong dudó un poco antes de tomar la mano del agente. "No, soy Jiyong Kwon."
"Ya veo..." Los ojos del Señor Lee estaban brillando. "¿Alguna relación con Mija Kwon?"
"Sí." Jiyong dijo educadamente. "Ella es mi hermana."
"Dios Mío, pero que bella familia tienen!" el hombre exclamó.
"Gracias." Jiyong agarró a Dongwook por el hombro y los empujó hacia delante. "Éste es Dongwook Choi. Él es el de la entrevista. Estoy aquí por apoyo moral."
Los ojos del Señor Lee recorrieron a Dongwook brevemente. Pero su atención volvió rápidamente hacia Jiyong.
"Escuche, Señor. Kwon, es extremadamente afortunado que usted haya venido hoy. Tengo un cliente que está buscando un modelo exactamente de su tipo. ¿Cómo le suena la idea de desfilar en el show de La Semana de Modas de París de Seunghyun Choi? Requerirá que se vaya para Francia inmediatemente, pero es un trabajo lucrativo."
Wow... Jiyong pensó. ¿Seunghyun Choi?
Seunghyun Choi, al igual que Jiyong, era un coreano-americano nativo de la ciudad de New York. Siguiendo en sus véintes, Seunghyun Choi ya era un reconocido diseñador ganador de varios premios y en poseción de una casa de modas de alto rango. Jiyong no podía evitar hacer reverencias ante él, apesar de que sus diseños eran un poco conservadores para el gusto de Jiyong.
¿Semana de Modas de París, huh? Jiyong pensó. Todos esos asombrosos atuendos... Todos esos diseñadores genios... Siendo honestos, sonaba bastante genial. En eso Jiyong enfocó su mirada de nuevo hacia Dongwook. Estaba haciendo pucheros con sus labios, habiendo sido olvidado a un costado. Aw, carajo, pensó. Así no es como quería que esto vaya.
“Lo siento, no estoy interesado.” Jiyong dijo encogiéndose de hombros. “Solo vine por Dongwook. Me tengo que ir ahora” Jiyong dijo dirigiéndose a la puerta.
“Espere!” El Señor Lee sobó sus palmas con sus párpados. ”Mira, te daré cualquier cosa que quieras chico, pero tengo que contratarte. Seunghyun Choi es terco: él quiere un chico asiático delgado, bonito y con cara de bebé. Mi jefe mandará a cortar mi cabeza si te dejo irte de aquí. ”
Jiyong volteó en ese momento. ”¿Cualquier cosa que quiera?”
“SÍ.” El desesperado agente insistió. ”Lo que sea.”
“Firmaré el contrato si contrata a Dongwook.”
El Señor Lee se detuvo un momento para apreciar a el chico. Dongwook tenía un bello rostro, cabello oscuro, piel tersa, y una brillante sonrisa blanca.
El agente sonrió. “Ok, tenemos un trato. Pero él no irá a París. No esta temporada, de todas maneras.”
El rostro de Dongwook se iluminó. “Muchas gracias, señor. No se arrepentirá.”
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“Viejo, te amo de verdad!” Dongwook gritó tan pronto como se encontraron solos. Chocó a su pequeño amigo contra su pecho, causando que el chico se queje y grite.
“Ok, ok…” Jiyong se rió mientras se retorcía para salirse del abrazo. “Mierda, D, eres todo un maricón.”
Dongwook se rió. “Aún quisieras, Jiyong.”
Había sido su broma interna desde el sexto grado, cuando Jiyong recién había salido del closet. Después de que el shock inicial había pasado, Dongwook lo había dejado pasar y dicho, “Mejor! Más chicas para mi,” pero los otros chicos en la escuela no fueron tan compresivos como él. Habían hecho la vida difícil para ambos de los chicos, arrojando palabras de odio y acusándolos de ser pareja. Jiyong siempre se había sentido culpable de toda la mierda por la que Dongwook tenía que pasar solo por ser su amigo, pero cuando Jiyong trató de disculparse, Dongwook siempre lo detenía. “No, viejo,” el decía, “Ellos son los cretinos, no tú.”
Jiyong siempre deseaba que Mija cediera y dejara a Dongwook que la lleve en una cita. Y luego, tal vez, algún día, ser hermanos de verdad.
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Cuando la mamá de Jiyong llegó a casa luego del trabajo ese día, ella encontró la cena esperándola.
“Hola, mamá!” Jiyong dijo. La abrazó y le dio un besito en la mejilla. La empujó hasta que estuvieran dentro del comedor y sacó una silla para que se sentara.
La mamá de Jiyong gruñó mientras se sentaba en la silla. “Bien, ¿qué es lo quieres, Jiyong? Dilo ya niño, he tenido un largo día.”
La boca de Jiyong se abrió en sorpresa. ”¿De veras, mamá? ¿Por qué asumirías que hay un motivo detrás? Solo quería hacerte la cena.” Su falsa actitud de ofendido hizo que su mamá girara los ojos.
“Ok, Jiyong, vamos a hacerlo a tu manera. ¿Qué preparaste?”
Jiyong sonrió. “Hice kimchee jjigae.”
¿Comida Coreana, ah? La Señora Kwon sonrió un poquito. Cualquier cosa que Jiyong quería, de verdad la quería.
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“¿Qué?” Jiyong se encogió de hombros mientras los palillos de la Señora Kwon caían en su plato con un estruendo. “¿Quieres que te deje ir a París? ¿Tú sólo? ¿En temporada de escuela?!”
“Um… ¿sí?”
“Um, ¿no? Jiyong, lo siento, pero absolutamente no.”
Jiyong hizo puchero. “Ni siquiera me has dejado hablar.”
“No hay nada de que hablar.” Su mamá insistió.
“¿Qué es lo que está pasando?” El papá de Jiyong preguntó entrando por la puerta de la cocina.
La Señora Kwon giró hacia él, deseosa por apoyo. “Ni siquiera vas a creer esto, cariño. Jiyong quiere ir a París sólo, para modelar. El quiere irse por dos semanas justo en el medio del año escolar. Ridículo.”
“Eso no es justo, mamá!” Jiyong objetó. “Ya soy de tercer año en la secundaria! Me mudaré de aquí en menos de un año de todas maneras. Sabes que París es mi sueño. Y tal vez no esté llendo como diseñador, pero participar en la Semana de la Moda de París de alguna manera ayudará a que conozca a diseñadores y haga conexiones.”
El Señor Kwon se vio pensador. “¿Y cómo planeas mantenerte al tanto con tus estudios?”
Jiyong sonrió para sí. Tengo que amar a Papá.
“Ya lo tengo todo planeado.” El chico dijo rápidamente. “Puedo obtener apuntes de las clases y tomar clases online.”
“Hmm.” El Señor Kwon dijo.
La Señora Kwon lo miró. “Kwon Changsun, no puedes siquiera estar pensando en dejarlo ir…”
“Es una oportunidad increíble, cariño.” Contestó. “Si él va a ir a la escuela de diseño después de la secundaria, esta es una referencia de oro para su portafolio.”
La mamá de Jiyong abrió su boca para objetar, pero su esposo había dicho las palabras correctas para hacerla callar. La ambición de vida de Jiyong había sido diseño de modas y ella se había resignado a que él atendiera a la escuela de diseño desde hace un año. Desde ese momento, ella cuidadosamente había controlado sus clases y actividades extracurriculares con esa meta en mente. Miles de dólares en clases de arte, una máquina de costura semi profesional, cargas de tela, y varios sketchbooks solo eran algunos de los gastos que había incurrido en la familia para perseguir el sueño de Jiyong. Entonces, ¿en verdad ella podía dejar pasar esta oportunidad?
La Señora Kwon reclinó su cabeza de lado, suspirando. “¿Solo dos semanas?”
Los ojos de Jiyong estaban brillando. “Sí, mamá. Solo dos semanas.”
“Debo estar fuera de mi mente,” La Señora Kwon gruñó, “Pero, está bien, Jiyong. Puedes ir.”
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“Ok, familia,” Jiyong chequeó su reloj. “De verdad me tengo que ir ahora. Solo queda unos pocos minutos antes de que embarque.”
Hoy era el gran día. De verdad estaba pasando: Jiyong se estaba llendo a París. La agencia ya tenía varios Shows de modas esperando por él, entre ellos desfilar para el show de Seunghyun Choi y tener una sesión de fotos para Ralph Lauren.
Mija avanzó hacia él y abrazó a Jiyong fuertemente.
“Estoy orgullosa de ti,” dijo, apretándolo. “Lo harás genial. No te olvides: trabaja duro, nada de drogas, y no firmes ningún contrato sin primero dejarme a mi que los lea!”
Jiyong se rió. “Sí, señora.”
Dongwook agarró su mano y lo chocó contra su pecho, palmeándolo en la espalda.
“Te quiero, viejo.” Dijo tibiamente. “Con toda la suerte, la próxima temporada iremos juntos.”
Jiyong sonrió y asintió. “Te veo pronto, viejo.”
El papá de Jiyong lo abrazó. “¿Pórtate bien por allá, ok? Estamos orgullosos de ti.”
“Adiós papá.“ Jiyong respondió, abrazándolo también.
Finalmente fue el turno de su mamá. Ella sonrió a través de sus lagrimas y lo abrazó.
“Aún sigo diciendo que eres muy joven para todo esto.” Murmuró pesadamente.
Jiyong giró sus ojos por sobre sus hombros.
“Mamá… Estaré bien.” Se retiró del abrazo, sonriendo tranquilizadoramente. “Soy un chico grande ahora.”
“Solo tienes diecisiete,” La Señora Kwon sollozó, secando sus ojos. “Cuídate mucho, Jiyong. Si siquiera llego a sospechar que no lo estás haciendo, estaré en el próximo vuelo.”
“Lo sé, mamá. Relájate, ¿ok?” Jiyong sonrió tan brillantemente como podía.
Mientras Jiyong abordaba el avión, sintió una euforia repentina. Él era libre ahora. Libre para hacer lo que deseara por dos semanas enteras. Sonrió frívolamente mientras se abrochaba el cinturón de seguridad y se acomodaba para el largo vuelo.