Observó su reflejo en el pedazo de vidrio que se encontraba en sus pálidas manos.
Se encontraba ojeroso y sus labios estaban resecos, su piel había tomado un color amarillento, reemplazando a ese tono rosa que antes tenía.
Los huesos se le notaban de una manera grotesca en sus caderas y su clavícula está más pronunciada de lo normal.
¿NORMAL?, él ya no se veía como uno, su figura era exacta a una calavera andante.
Fuera de su aspecto físico, por dentro no se encontraba mejor, se sentía sucio, usado, culpable.
Haberle sido infiel a la persona que más amaba lo estaba carcomiendo por dentro, la culpa no lo dejaba dormir y esos bellos ojos de cachorro en los que siempre pensaba se encargaban de hacerlo sentir peor.
Su único motivo para existir ya no estaba, solo existía él y su soledad y bien merecido se lo tenía.
FLASHBACK
Se removió incómodo de los brazos morenos que lo aprisionaban casi quitándole el aire.
Odiaba lo cariñoso que podía ser Jonghyun con él.
Habían "hecho el amor" por cuarta vez en esa semana, cosa que el perfecto rubio solo consideraba un "acostón" más.
- Buenos días amor ~ - canturreó el moreno desperezándose y dejando un dulce beso en la frente del menor, acariciando delicadamente esos pómulos sobresalientes que tanto le encantaba mordisquear.
El rubio bufó molesto por la atención cariñosa innecesaria que se repetía a diario y que él no podía corresponder.
- Me duchare primero - espetó enfadado, levantándose y caminando hacia el baño, mientras se cubría con las sábanas, esperando que la mínima capacidad mental de Jonghyun entendiera la indirecta y se fuera de su casa de una vez por todas.
El moreno caminó hacia el rubio sin importarle el tapar su desnudez, susurrando en su oído de una manera sexy un "Bañémonos juntos".
- Cúbrete Jonghyun - dijo el rubio empujando con poca delicadeza al moreno que sorprendido se alejó un poco, mirándolo confundido, para luego cambiar esa expresión por una divertida sonrisa resplandeciente, esa que Kibum tanto odiaba.
- Creo que me ya me viste denudo muchas veces Bummie - dijo el mayor sin borrar esa expresión de su rostro.
Y tuvo ganas de pedir que se fuera, de pedirle que dejara de llamarlo de una manera tan ridícula, pero se contuvo, no podía arruinar el "convenio" que tenía con él.
Porque si para Jonghyun el rubio era el amor de su vida.
Para Kibum tan solo era un conocido que le brindaba buen sexo.
Cerró los ojos y contó hasta diez mentalmente, tratando de calmarse y no contestarle alguna grosería - Quiero bañarme solo, tengo que ir a trabajar y... - no pudo continuar ya que el moreno posó sus labios sobre los suyos callándolo de una vez por todas en un beso dulce y en el que transmitía todos los sentimientos que su lindo rubio le hacía sentir.
Se separó lentamente, juntando sus frentes y fijándose en esas hermosas orbes color miel que lo observaban, mirando atentamente esas tupidas pestañas diciendo - Adoro cuando eres responsable, incluso aburrido para ir a trabajar.
El rubio lo miro atentamente por unos segundos, para luego estallar en furia.
¿Cómo es que Jonghyun podía ser tan molesto?
- Tengo que trabajar para conseguir dinero ¿No crees? - Gritó.
Jonghyun trató de calmarlo diciendo - Tranquilo amor, es que me gustaría tenerte siempre conmigo.
- Pues si me pagaras por acostarte conmigo me quedaría, pero ya que no es así, tengo que ir al trabajo - dijo soltándose de la mano que había tomado Jonghyun para calmarlo - ¿Puedes hacer algo útil y tender la cama cuando te vayas? - pidió juntando todo su autocontrol para no mandar al diablo a ese molesto canino.
Dio la vuelta y se dirigió a pasos largos hacia el baño, cerrando con llave la puerta, por si a Jonghyun se le ocurría entrar.
Mientras que en la habitación el moreno seguía petrificado mirando la puerta del baño por donde el rubio había desaparecido, meditando las palabras que este había pronunciado.
¿Por qué había dicho eso?
¿Acaso su novio ya no lo amaba?
Sacudió la cabeza repetidas veces alejando esos pensamientos, su novio lo amaba, de eso estaba seguro, no lo demostraba tanto pero lo quería, a su manera pero también lo amaba.
Escuchó el sonido del agua de la ducha, despertándolo de su trance.
Tal vez a su novio le molestaba algo, tal vez había sido demasiado rudo con él la noche anterior y por ello estaba enfadado.
Su mente trataba de entender el porqué del actuar de su precioso Bummie.
Sintió que el tiempo no pasaba...
El rubio tomó la toalla rosa del lavabo y la enrollo en su cintura, dejando que algunas gotas traviesas bajaran delineando esa perfecta piel blanquecina.
No se escuchaba ruido en su habitación, quizás por fin Jonghyun se había marchado y lo dejaría en paz, al menos el resto del día.
Rogó a un dios que ni él creía que existía para que Jonghyun ya no estuviera ahí.
Pero cuando salió del cuarto de baño, todas sus súplicas se fueron a la mierda, era por eso que nunca pedía nada a ese "dios" que nunca lo ayudaba.
Observó como el moreno se encontraba parado en el mismo lugar donde lo había dejado, casi sin pestañear.
¿Acaso el estúpido moreno había quedado en algún estado de coma etílico?
¿Acaso no le había dicho que se fuera?
Entonces, ¿Por qué seguía ahí?
Maldijo mil y un veces mientras se acercaba a Jonghyun quien aún no se daba cuenta de su presencia.
- Jonghyun ¿puedes irte? - pidió primero con calma, más al no notar reacción gritó - JONGHYUN! -
El mayor pestañeó unas cuántas veces para luego rodear en un abrazo el delicado cuerpo del menor, hundiendo su rostro en el cuello de kibum, aspirando ese olor a fresas que tanto le gustaba - Bummie, TE AMO!, perdóname ¿Si? - pidió dando besos a ese exquisito cuello.
- Okey, voy a trabajar - dijo Kibum zafándose del abrazo de Jonghyun, aceptando unas disculpas innecesarias y sin sentirse culpable salió de esa habitación.
****
Como se lo esperaba, había llegado tarde.
Estaba seguro que su estúpido y sexy jefe se lo reclamaría.
Bufó molesto anticipando el sermón que recibiría y por seguro el descuento de sueldo que se le haría.
Se acomodó en su oficina, si es que podía llamarse así a un cubículo rectangular que constaba de una mesa miniatura con miles de documentos en ella y una computadora con el mouse desgastado.
Había estado rogando que por fin lo ascendieran, pero eso no pasaba.
Reviso los papeles que se le habían acumulado y se dispuso a empezar, olvidando todos los problemas que tenía.
Llevaba leyendo página y media cuando un sonriente Taemin se asomó por la entrada.
- Kibum hyung, el jefe quiere verte - dijo el pelirrojo
- ¿Sabes para qué? - dijo cortante, ese niño no le agradaba en lo absoluto y aún más, porque este siempre trataba de hacerse su amigo.
Ja! ¡Como si necesitaría amigos!
El pelirrojo alzó los hombros - Será mejor que vaya rápido hyung - dijo para luego agitar su mano escandalosamente en lo que consideraba una despedida y salir tarareando esa horrible canción nueva de los afeminados que se hacían llamar Shinee.
****
Tomó una bocanada de aire antes de tocar la puerta de marfil que se encontraba delante de él, la oficina de su jefe: Choi Seunghyun, o como era conocido "TOP".
-ADELANTE - se escuchó desde su interior y al rubio no le quedó de otra que pasar.
- ¿Me llamó, jefe? - Dijo el rubio tratando de sonar inocente para que su jefe no fuera tan severo con él.
- Es la tercera vez - habló el castaño con una voz rasposa nada amigable - ¿Que haré contigo Kibum? - preguntó seductoramente mientras se acercaba al paralizado rubio que aún se encontraba en la entrada - Tendré que castigarte - dijo estirando su brazo para cerrar la puerta y tomándose el tiempo para cerrarla con llave.
El menor sabía lo que sucedería, estaba un poco nervioso, más no asustado, su jefe era por demás el hombre más sexy de toda la empresa y desaprovechar esa oportunidad lo convertiría en un tonto.
Total, él no tenía ningún compromiso con nadie.
Además, solo era sexo. ¿Qué más podía pasar?
- Castígueme jefe - dijo el rubio fingiendo una voz sensual.
El castaño no desaprovecho la oportunidad y tomó al menor por la cintura, empujándolo hasta chocar con la mesa.
- Súbete - dijo TOP señalando la mesa llena de papeles seguramente importantes.
El rubio sonrió de medio lado y observó la mesa - No puedo - dijo en un susurro.
- ¿Porque no? Precioso - Preguntó TOP divertidamente.
- Hay muchas cosas allí, me lastimaré - dijo Kibum formando un puchero en sus rosados labios, fingiendo parecer un inocente niño.
TOP se relamió los labios tratando de contenerse y no empotrar de una vez por todas a ese rubio sexy de aspecto gatuno que tanto le excitaba y de quien tenía tantas ganas hace ya mucho tiempo.
Tantas ganas de estrujar ese redondo trasero, de poseer esa perfecta figura suya.
- Haz lo que quieras conmigo – pronunció esa perfecta boca rosada con algo de lujuria en sus palabras.
Y las ganas que tenía de salir de la rutina.
Necesitaba a alguien nuevo. A alguien tan o más ardiente y sexy que Jonghyun.
Necesitaba a su jefe. Necesita a TOP entre sus piernas.