Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El último beso por aoishii_natsumishiroyama

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

hola a todos :D

sé que había dicho que esta historia sería un one-shot, pero muchas personas me pidieron una segunda parte, que contará la historia del homicidio de nuestro hermoso doncel junto a su pequeño hijo Menma, pues les traigo una bueno noticia: ¡BIENVENIDOS AL CAPÍTULO!, éste es el último capítulo de este one-shot que se transformó en two-shot..., espero que sea de su agrado, si no les gustaría saber la verdad, pues les informó que no es tan necesario leerlo, sólo lo hice para aquellos que quisieran de VERDAD una respuesta... 

aclaro desde el principio que el personaje "culpable" no fue escogido porque no me agrade, absolutamente no, sino que fue escogido porque era el único personaje que cumpliera con las características psicológicas que necesitaba, así que espero que entiendan :) 

bueno, bueno, muuuchas gracias a todos por sus reviews, estoy muy agradecida que esta historia tuviera un gran éxito y perdón por no contestar sus comentarios, pero los leí todos, lamentablemente no tengo mucho tiempo para responderles, yo ahora debería, sí DEBERÍA, estar estudiando, no aquí actualizando, pero quería sacarles la duda que los consumía, pues eso...

disfruten de la lectura y nos leemos en las notas finales :D

El último beso

II

NaruSasu

 

 

 

La lluvia golpeaba como condenado a los asistentes, el cielo estaba cubierto por unas espesas y oscuras nubes recargadas, las cuales lloraban por la reciente partida del viudo Uzumaki Naruto, quien estaba descansando dentro de su féretro con un pacífico rostro, claro indicio de que por fin estaba en paz, con tan sólo veintiún años de edad, el joven rubio había abandonado este mundo después de dos años de haber enviudado, ahora acompañaba a su difunto esposo y al pequeño hijo que tenían en común.

Los asistentes, que era conformado por los vecinos del joven matrimonio y los ex compañeros de trabajo, lloraban con unas melancólicas sonrisas en sus labios, por fin el Uzumaki descansaba en paz luego de dos años de tormento, en donde una profunda depresión lo llevó a encerrarse en su departamento y convertirse en ermitaño, ahora por fin estaría al lado de su amado esposo, el hermoso doncel que fue brutalmente asesinado.

Un joven doncel que se encontraba parado junto con un hombre mayor canoso de nombre Jiraiya, conocido como el jefe del joven matrimonio, se acercó a paso lento al abierto féretro, cargando entre sus manos unas rosas color blanca, que significaba pureza y paz, las dejó sobre el cristal y miró por unos segundos al difunto rubio, sonrió con melancolía.

 

-          Descansa en paz, Naruto, por fin podrás acompañar a tu esposo e hijo, espero que ahora puedas ser feliz de nuevo – posó su mano en el cristal, apenas retiró la mano notó como otra mano mucho más pálida se posaba en el cristal, levantó su oscura vista y la fijo en un doncel pelirrojo de ojos color turquesa que lloraba como viuda negra, ¿quién era él?, se cuestionó, pero no supo responderse, quitándole importancia volvió a fijar su vista en su ex compañero de trabajo, pero notó que la pálida mano izquierda del pelirrojo portaba, específicamente en su dedo anular, un fino anillo de oro blanco con incrustaciones de diamantes, sus ojos se abrieron a más no poder,  estaba en shock, su respiración se agitó levemente y se alejó a paso apresurado del féretro y se acercó a su viejo jefe - ¡Jiraiya-sama! – dijo alterado pero sin llamar la atención de la “viuda negra”

 

-          Dime, Haku – miró con seriedad al doncel quien se veía muy agitado, cosa poco común en él

 

-          El doncel – apuntó levemente – el doncel….

 

-          ¿qué tiene el doncel? – preguntó sin entender el punto

 

-          Carga en su mano izquierda el anillo de compromiso que Naruto le dio a Sasuke cuando le pidió matrimonio – algunos vecinos que estaban cerca de ellos escucharon lo dicho por el joven doncel y se acercaron un poco para escuchar mejor

 

-          Debes de estar confundido, debe de ser parecido, es todo – negó el mayor

 

-          Se lo juró, Jiraiya-sama, ese anillo Naruto lo había mandado hacer especialmente para Sasuke, no existe ninguno igual a ese, es único, ¡créame!, es el anillo por el cual asesinaron a Sasuke y Menma, por favor, digo la verdad – sus oscuros ojos derramaban unas amargas lágrimas, Sasuke había sido su mejor amigo en el trabajo

 

-          Debe ser coincidencia, Haku, estás un poco alterado y… - se vio interrumpido

 

-          Yo le creo al muchacho – dijo una anciana que era vecina de piso del joven matrimonio -  es poco normal que un doncel como él lloré de esa forma por alguien que jamás fue su pareja o novio, aparte el joven Naruto era todo un caballero, jamás fue un mujeriego, su primera y única pareja fue el joven Sasuke

 

-          Yo también le creo – dijo un joven castaño – no puede ser tanta la coincidencia con el anillo, llamaré a la policía – dijo mientras sacaba un teléfono celular de su saco y marcaba al número de emergencia, a los pocos segundos, y luego de una pequeña charla y un par de monosílabos, el castaño cortó la llamada y miró a los que estaban a su alrededor – dijeron que vendrían al instante, hay una patrulla por acá cerca – todos asintieron de acuerdo para luego mirar al pelirrojo doncel que seguía llorando frente al féretro del Uzumaki

 

Todos miraban de reojo al doncel, las manillas de los relojes avanzaban de manera sincronizada, los corazones de todos latían frenéticamente, nerviosos de lo que próximamente ocurriría. A los pocos minutos una patrulla se estacionó a la entrada del cementerio, los uniformados se bajaron rápidamente e ingresaron al recinto de manera sigilosa y rápida con sus armas en manos, tenían que actuar rápido y con cuidado para no ser descubiertos por el imputado que seguía de pie frente al féretro del rubio, mirando la pacífica expresión que tenía tatuada en su rostro, sin siquiera sospechar que ese día sería capturado por robo y doble homicidio del difunto doncel Sasuke Uzumaki y Menma Uzumaki .

Los sigilosos pasos de los uniformados avanzaban de manera rápida y firme por los jardines del cementerio, donde se estaba llevado a cabo el velorio y funeral del Uzumaki, siendo enterrado luego a un lado de su esposo e hijo, a tan sólo unos metros los policías le sacaron los seguros a sus armas y se pararon detrás del pelirrojo doncel apuntándolo.

 

-          ¡LEVANTA LAS MANOS Y TÍRATE AL PISO, AHORA! – el joven doncel asustado miró levemente hacía atrás y el sonido de un balazo resonó entre la lluvia, el cuál pasó por el costado del pelirrojo sin darle, éste más asustado hizo lo que le dijeron, los policías se acercaron y lo inmovilizaron con sus rodillas – ¡no tienes derecho a reclamar ni a moverte! – dijo uno de ellos mientras revisaba al doncel, pasando sus manos por los bolsillos y luego por la mano que portaba el anillo, sacándolo de su lugar junto con una billetera donde estaba la identificación del menor, el oficial observó detalladamente el anillo, encontrando en éste el grabado con las iniciales que el rubio, luego del homicidio de su esposo, había descrito: “NxS”; allí estaba el famoso anillo robado y por el cual habían asesinado al joven doncel junto con el pequeño bebé que gestaba, el oficial abrió la billetera para leer la identificación - ¡Sabaku no Gaara, estás bajo arresto por Asesinato en Segundo Grado y Robo con Homicidio! – volvió a repetir el oficial mientras le colocaba las esposas y lo levantaba del piso con brusquedad, el doncel había quedado todo embarrado por culpa de la lluvia y la tierra, pero poco les importó a los oficiales quienes se lo llevaron a la patrulla

 

 

 

-          ¿por qué razón asesinaste al doncel Uzumaki Sasuke? – preguntó un oficial acompañado de un abogado fiscal y un psicólogo  

 

-          Porque….

 

 

 

El sol alumbraba a la ciudad de Tokio con todo su esplendor, en uno de los colegios más costosos de la ciudad se encontraban sentados un pelirrojo doncel acompañado de un rubio de radiante sonrisa y azulados ojos, ambos almorzaban en silencio mientras aprovechaban la aparición del reciente sol.

 

-          Gaara – susurró el rubio – quiero decirte algo

 

-          Dime – contestó con una sonrisa seguro de sí mismo, algo le decía que escucharía por fin lo que por años esperaba escuchar: la declaración de su rubio amigo hacía su persona

 

-          Etto…, es difícil decirlo, pero espero que con esto sigas siendo mi amigo – le sonrió algo nervioso y acompañado de un notable sonrojo

 

-          Adelante, siempre seremos amigos, confía en mí  - su corazón latía con mucho entusiasmo

 

-          Pues…, me gusta alguien – miró al de ojos turquesas con seriedad

 

-          ¿e-enserio? , ¿y quién es? – exclamó esperanzado

 

-          Uchiha Sasuke, el doncel de octavo año – suspiró con aires de enamorado – estoy perdida y locamente enamorado de él – sonrió mirando hacía el despejado cielo, pasando por alto y sin notar el brusco cambio de la expresión del menor, quien se veía notablemente molesto y serio, un aura negra cargada de un gran rencor lo envolvía segándolo completamente – y me gustaría que tú me ayudaras a acercarme a él – continuó el rubio al no ver respuesta de su amigo

 

-          ¿cómo quieres que te ayude? – preguntó tajante, pero el mayor no notó eso

 

-          Le enviaré obsequios una vez a la semana de manera anónima, ya lo tengo todo planeado, y la única persona que me puede ayudar eres tú, porque conoces donde se encuentra su casillero – sonrió con ternura - ¿me ayudarás? – lo miro con unos ojos de perrito abandonado, mirada que el Sabaku no podía ignorar, por lo asintió embobado - ¡gracias, eres el mejor amigo que puedo….! – no escuchó más, esa palabra le taladraba el corazón sin compasión, sí, sólo eran amigos nada más, ¿qué podía esperar de alguien como el rubio?, ¿qué llegará y reclamará por su amor?, ¡por favor!, lo tenía todo, era guapo, inteligente, tenía unos hermosos ojos color turquesa y era millonario, ¿¡por qué el rubio no se había fijado en él!? Gaara suspiró agotado, no podía creerlo, había caído como todo un estúpido enamorado de su mejor amigo y lo ayudaría a conquistar al maldito, sí, maldito del Uchiha

 

 

 

Así pasó el tiempo, el primer mes, desde que comenzaron los envíos de obsequios, pudo aguantar todo eso sin problema, ya que su recompensa por tal barbaridad era la radiante sonrisa que le regalaba el rubio, pero sabía que no era dedicada a él, sino que era una indirecta dirigida al azabache doncel, cosa que le partía el corazón en mil pedazos, cada día que pasaba sus sentimientos de amor se iban transformando en una no sana obsesión por el rubio, a tal punto se convertirse en un psicópata, lo que lo llevó a saber la verdad sobre su procedencia, era un joven huérfano becado que trabajaba en las tardes hasta entrada la noche para pagar el arriendo de un departamento en unos de los barrios más pobres de la ciudad, no podía creer que el Uzumaki fuera un pobretón, reconocía ser una persona prejuiciosa, pero en estos extremos entre escoger entre su clase social o por el rubio lo estaba encaminando a la locura total.

Los siguientes meses pasaron de la misma forma, pero ahora ya no convivía tanto con el rubio, sólo se hablaban para lo justo y necesario, que era cuando hacían el intercambio de obsequios y él los iba a dejar al casillero del Uchiha, a quien notaba más en las nubes desde que comenzaron a aparecerles esos detalles con la firma de “Kyuubi” en ellos, ¿se estaría enamorando de su admirador secreto?, no podía creerlo, ¿¡qué era lo que Naruto le escribía para que reaccionara así con cada obsequio semanal!? Un día sus dudas lo llevaron al límite, era un día lunes, como de costumbre, y Naruto se le venía acercando con un sobre color naranjo entre sus manos, era el color característico de las envolturas de sus obsequios, cuando estuvo frente a él, éste le extendió el sobre y el pelirrojo doncel lo recibió con una forzada sonrisa en sus labios, luego de que el rubio se perdiera de su campo visual se fue al baño de donceles y se encerró en unos de los cubículos, en donde abrió el sobre desgarrándolo de paso, sacó una hoja que estaba doblada en tres, la desdobló y comenzó a leer su contenido:

 

“Mi objetivo son tus sentimientos,
uno a uno, de mi a ti,
riendo tristezas,
llorando sonrisas,
mi objetivo eres tú,
y sólo tú, para amarte.

*

En el paraíso de tus ojos,
me pierdo porque estoy perdido,
en la paz de tus labios,
me encuentro porque estoy contigo,
en el universo de tu alma,
vivo con mil sentidos,
en ti, vivo amándote.

Kyuubi”

 

La hoja cayó al piso hecho bola, en el cubículo se podía observar a un enfadado pelirrojo, que sonreía con sadismo, la cólera lo invadía de apoco y su corazón terminó de romperse, y los pedacitos de éste se esparcieron desapareciendo por completo, sus ojos reflejaban rencor, venganza, irritación, y millones de sentimientos encontrados, odiaba al Uchiha, lo odiaba y lo humillaría como fuera, nunca más le haría llegar una carta u obsequio, lo dejaría sin ellos, y le haría pensar que sólo había sido un juego para “Kyuubi”.

Las cosas se salieron de sus manos, a la siguiente semana Naruto le había preguntado si Sasuke había leído la carta y no hizo más que mentir, diciéndole un simple “sí”, pero algo ocurrió y que nunca pensó que ocurriría, el rubio ahora se encargaba de dejarle las cartas al azabache personalmente, ya no lo utilizaba como canal, sino que ahora, de verdad había dejado de existir en la vida del Uzumaki.

 

 

 

La lluvia golpeaba a la ciudad sin compasión alguna, una tormenta eléctrica acompañaba al diluvio, hacía unos cinco minutos atrás su mayordomo lo había pasado a retirar en su lujoso Mercedes Benz para evitar mojarse bajo la torrencial lluvia, a unas cuadras del colegio pudo observar, a través de la ventana, a cierto rubio protegiendo con su paraguas al azabache, quien sonreía y se mostraba sonrojado, de un segundo a otro el mayor soltó su sombrilla y abrazó efusivamente al Uchiha, quien correspondió el abrazo sin problema alguno, sus dientes comenzaron a rechinar del enojo, no podía soportar eso, verlos así, ¡juntos!, los odiaba, odiaba a Sasuke por haberle arrebatado al amor de su vida, que ahora se había convertido en, su poco sana, obsesión y odiaba levemente al rubio por haberse fijado en la basura del Uchiha en vez de fijarse en él, en un millonario con poder, lo tenía todo, literalmente TODO.

 

 

 

Las noticias y rumores volaban bastante rápido, más de lo normal, el popular doncel Uchiha Sasuke andaba de novio, formalmente, con el estudiante de segundo año, Naruto Uzumaki, quien se mostraba más radiante que nunca, todo ese alboroto había llegado a sus oídos en un abrir y cerrar de ojos, era el escándalo del mes, todos murmurando en los pasillos sobre la hermosa y perfecta pareja que formaban el Uchiha con el Uzumaki, todos hablaban de que estaban hechos el uno para el otro, de que estaban destinados a estar juntos y que nadie, pero NADIE, más podría reemplazar lo que ellos vivían en esos momentos, nadie podría darles a ellos el amor que se daban, nadie los haría radiar felicidad ni hacerlos suspirar del más sano y puro amor.

No lo soportaba, no soportaba verlos juntos en los pasillos, cafetería, patios, simplemente, ¡NO LO SOPORTABA!, odiaba al doncel con todo su ser y haría lo que fuera por hacerlo desaparecer para siempre.

Aún recordaba ese día que había ido a los jardines del colegio a descansar un rato solo, en todo ese tiempo no había derramado ni una sola lágrima y su alma no estaba tan triste como para hacerlo, sólo había venganza, rencor y obsesión, el sol alumbraba levemente a la ciudad, abrazándola con su calor con mucho esfuerzo, ya que se encontraban en pleno invierno, miraba al cielo con odio, ¿por qué tenía que estar soleado?, detestaba eso, odiaba los días con sol, aunque fueran leves, porque siempre le recordaban al día en que el Uzumaki le confesó que estaba enamorado del Uchiha; y las cosas empeoraban ahora que lo veía avanzar colocándose en medio del patio, mirando hacia el cielo con sus hermosos ojos azules acompañado de una radiante sonrisa, todos los miraban expectantes, ¿qué estaba haciendo?, de un segundo a otro exhaló con fuerzas y grito a los cuatro viento:

 

-          ¡TE AMO, SASUKE! – todos quedaron con la boca abierta por tan exótica confesión, el Uchiha que se encontraba a unos pasos del patio escuchó claramente el grito de su novio, y con una sonrisa en su rostro se echó a correr y abrazó con fuerzas al rubio, besándolo sin vergüenza alguna frente a todos, se le veía feliz, es como si eso significara algo más y sólo ellos dos sabían ese significado.

 

 

 

A la semana después se supo la verdad sobre el grito de Naruto frente a todo el establecimiento, y era que Sasuke, el doncel más popular y guapo del instituto había aceptado irse a vivir con él, a compartir departamento y vivir toda una vida al lado del otro, ese día, después de que tal noticia llegara a sus oídos, nuevamente, la sangre le hirvió como nunca antes, cada día que pasaba su odio se incrementaba, pero no podía rebajarse, ya que era un millonario que movía todo y a todos con su poder. Un mes después de la noticia, llegó el fin del año, ese sería el último día que vería al Uzumaki y al mocoso del Uchiha, ya que salía por fin de la segundaria y estudiaría una carrera profesional, especializándose en la Medicina Forense, en donde se olvido por completo de la existencia del par de tortolos, o eso creyó.

 

 

 

Ha los meses después de haber comenzado a estudiar Medicina Forense en unas de las Universidades más prestigiadas de Tokio, se volvió a encontrar con el rubio, era entrada la noche y ese día había tenido un examen en la tarde, saliendo, lamentablemente, a esas horas del establecimiento, luego de recorrer unas cuadras llegó al centro de la ciudad, en donde lo vio, después de tanto tiempo, saliendo de una joyería, se le veía muy feliz, con paso lento e inseguro se le acercó, su corazón latía a mil por segundo, le temblaba y sudaban las manos, cuando estuvo frente a éste, sus miradas se encontraron, una que reflejaba sorpresa y la otra nerviosismo.

 

-          Hola – saludo simplemente Naruto – hace tiempo que no te veía

 

-          Igualmente – contestó en un susurro - ¿cómo has estado? – y como si se tratase de magia el rubio esbozo una radiante y hermosa sonrisa, como si algo importante y que llevara como significado: “bomba del tiempo” fuera a decir

 

-          He estado bien, ahora iré al departamento para darle una sorpresa a Sasuke – allí lo estaba nombrando a él, lo que significaba que aún estaba saliendo con el molesto del Uchiha

 

-          ¿a si?, ¿y qué sería?, si se puede saber – fingió interés

 

-          Pues… - rió tontamente para luego sacar de su bolsillo una cajita de terciopelo morado, la cual abrió dejando a la vista un hermoso anillo de oro blanco con incrustaciones de diamantes – hoy le pediré matrimonio – la bomba comenzó su cuenta regresiva – este anillo lo mandé hacer especialmente para él, porque sé que contrastará perfectamente con su hermosa piel, aparte…, quiero pasar el resto de mi vida a su lado – volvió a sonreír

 

-          Ah, comprendo, es muy bello, bueno, me tengo que ir, estoy apurado – sonrió con falsedad – nos vemos y espero que les vaya bien, adiós – y se fue corriendo sin siquiera darle la oportunidad al Uzumaki de contestar, dejándolo allí confundido por tan extraño comportamiento, era un completo hipócrita.

 

Gaara corrió por varias cuadras escapando del rubio, o más que nada, de la realidad, era obvio que Sasuke le diría que sí, siempre se mostró muy enamorado del rubio, aceptando todas sus propuestas y confiando en él a ojos cerrado, le había entregado su corazón al cien por ciento, al igual que el rubio, sentía envidia y nuevamente esos espantosos sentimientos lo volvían a embargar por completo, ahora volvía a nacer su sed de venganza y las enormes ganas de humillar al Uchiha, de hacerlo sufrir y delirar de dolor, quería separarlos, quería ser quien estuviera en el lugar que ocupaba Sasuke en el corazón y vida de Naruto, quería ser quien le sacara esas hermosas sonrisas y quien le hiciera suspirar, quien ocupara sus pensamientos las veinticuatro horas al día, los siete días de la semana, las cincuenta y dos semanas del año y por último los trescientos sesentaicinco días del año, sumando un total de ocho mil setecientos sesenta horas o quinientos veintisiete mil cuarenta minutos o un treintaiún millones quinientos treinta y seis mil segundos, quería ser quien estuviera dentro de esos cálculos, quería ser lo primordial dentro de la vida del Uzumaki.

 

 

 

¿Cuánto había pasado desde que vio por última vez a Naruto?, pues si no mal calculaba, habían pasado ocho meses desde el inoportuno encuentro, ahora se encontraba caminando hacia la Universidad, ya que tenía clases ese día y entraba un poco más tarde de lo normal, mientras disfrutaba un poco de la vista, perdiéndose en los más diminutos detalles lo vio por primera vez en mucho tiempo, allí estaba frente a sus ojos el doncel azabache, que portaba con una enorme barriga, la cual acariciaba con dulzura y con una sonrisa en sus labios, también podía notar que portaba un anillo en su mano izquierda, eso significaba una cosa: se habían casado y se habían entregado carnalmente, la sangre le hirvió nuevamente, el odio lo consumió y segó, esa era la última vez que soportaría una  cosa como esa, había aguantado por muchos, pero MUCHOS años, pero esa escena fue la gota que rebalsó el vaso al máximo, quería, no, DESEABA ser quien estuviera embarazado del rubio, quien estuviera casado con el rubio, quien compartiera cama con el rubio, quería ser la primera persona que Naruto mirará al despertar, no que fuera él, no que fuera esa basura del Uchiha, quien en esos instantes portaba el apellido de Naruto…, ahora que lo pensaba, quería ser quien portara el apellido del rubio, sonaría hermoso, ¿no?, Gaara Uzumaki, esposo de Naruto Uzumaki, ¡perfecto!, no había dudas, sólo él, Sabaku No Gaara, estaba destinado a ser el alma gemela de Naruto, no Sasuke y los papeles se invertirían, no tenía duda de eso.

Vio como Sasuke entraba a una consulta médica, en su mente al instante procesó la información, lo más probable es que fuera a un control, lo esperó por un largo rato afuera de la consulta, a los minutos apareció éste muy feliz, al parecer había recibido una importante noticia, Gaara bufó molesto y lo siguió, llegando a dar a un barrio pobre que reconocía, era donde Naruto vivía, osea, eso significaba que no se habían mudado en todo este tiempo, lo que era bastante ventajoso, ya que conocía a la perfección la poca, por no decir nula, seguridad que tenía el edificio, subió las escaleras silenciosamente siguiendo al doncel, quien caminaba con lentitud y cuidado, como temiendo de que le ocurriera algo a su bebé, cuando llegaron al sexto piso, Sasuke ingresó al departamento que compartía con su rubio marido, dejando a fuera a un colérico pelirrojo quien comenzaba a planear de forma rápida el cómo deshacerse de él sin dejar rastros, ni llamar la atención de los vecinos.

En el interior del departamento se encontraba Sasuke cambiándose de ropa y colocándose algo más cómodo, que era nada más ni nada menos que un camisón de su rubio marido, que le quedaba algo holgada de la zona de los hombros y le quedaba largo, pero ahora con la panza que tenía por el embarazo de Menma, le quedaba un poco más corto de lo normal, después se calzó su anillo de compromiso y sonrió bobamente, estaba feliz, era feliz. Luego de cambiarse se dirigió al único baño del departamento, que se encontraba en el pasillo principal frente a la cocina, una vez dentro se preparó la ducha, juntando agua tibia en la tina, tenía pensado sumergirse un rato y disfrutar del baño antes de que llegara Naruto y le dijera todo lo que le dijo el doctor, estaba feliz, ya que éste le había dicho que su pequeño Menma estaba en buenas condiciones, que era un varón muy fuerte y sano, aparte de que sus latidos eran  muy fuertes, por lo que el parto estaba programado para tres meses, exactos, más, mientras dejaba que la bañera de llenara un poco se encaminó a la cocina, en donde hurtó por algunos cajones de los muebles hasta encontrar una barra de chocolate, desgarró el metálico papel que lo envolvía y cortó dos cuadrados de éste, llevándoselo a la boca disfrutando de aquel dulce afrodisiaco, pero antes de poder cortar otro cuadrado la puerta del departamento fue golpeado levemente, bufó frustrado mientras guardaba el chocolate y se dirigía a la entrada.

 

-          ¡ya voy! – dijo entre tanto caminaba por el pasillo hasta llegar a la puerta del departamento, la abrió con lentitud y pudo ver a cierto pelirrojo doncel, le era cara familiar, pero no recordaba el donde -¿diga?

 

-          Mucho gusto – actuó el Sabaku – soy Gaara, amigo de Naruto, ¿se encuentra en casa?

 

-          ¿eh? – ladeo levemente la cabeza el Uchiha - ¿amigo de Naru?, nunca me había hablado de ti – al doncel le invadió el enojo, ¿Naru?, ¿¡le había dicho Naru!?

 

-          Ah, pero que raro, si somos buenos amigos – siguió actuando

 

-          Mmh, bueno, no me había hablado de ti y perdón, pero en este momento Naruto no se encuentra en casa, está en clases y luego tiene que ir a trabajar, llegará dentro de unas horas más – le explicó con calma entre tanto se acariciaba su barriga

 

-          Oh, comprendo, ¿te puedo decir algo?

 

-          ¿un recado? – el pelirrojo asintió con inocencia mientras que por dentro sonreía con maldad – adelante – exclamó Sasuke con una sonrisa sincera

 

-          Pues…, mírate – el azabache se miró con dificultad, ya que su pancita le tapaba toda la vista hacia abajo, luego volvió a mirar al pelirrojo sin entender – estás gordo, tanto así que Naruto ya no te desea, está contigo por lástima, no significas nada para él, mírame, vine a presentarme, soy su amante – sonrió con victoria, Sasuke frunció el ceño

 

-          No te creo, yo confío a ojos cerrado en Naruto, es mi esposo y llevamos casi cuatro años juntos – dijo seguro de sí mismo

 

-          ¿seguro?, porque cuando está conmigo Naruto se quita la argolla de matrimonio, no sabes las magnificas cosas que me ha hecho pasar – siguió agrediendo verbalmente al moreno

 

-          Sigo sin creerte, hablo enserio cuando digo que confió en mi esposo, lo amo y él me ama a mí y a nuestro hijo, que tu vengas e inventes una historia que ni tú mismo te crees es caer bajo, pero yo no creeré en tus palabras, así que adiós – le cerró la puerta en la cara, suspiró con enojo y se adentró al departamento, olvidando completamente que la bañera se estaba llenando al punto de comenzar a rebalsarse el agua, se dirigió nuevamente a la cocina para seguir comiendo chocolate, pero antes de poder abrir el mueble escuchó como la puerta había sido forzada y abierta con brusquedad, sus ojos se abrieron a causa del susto y de un segundo a otro vio al pelirrojo junto a él con una sádica sonrisa en sus labios, ¿qué estaba ocurriendo?

 

-          Sabes algo, eres un maldito mal nacido, me quitaste al amor de mi vida y mírate, cargas un hijo que debería ser mío y de Naruto, ¡no tuyo maldita plaga! – se le tiró encima para golpearlo, Sasuke por puro instinto llevó sus manos a su barriga para protegerla de cualquier cosa, no quería que lo ocurriera algo a su hijo, los arañazos no se hicieron esperar, con miedo el albino empujó con todas sus fuerzas a Gaara e intentó escapar, pero no contaba con que el Sabaku agarrara un cuchillo carnicero de la cocina y lo siguiera a paso veloz, lo agarró de sus azabaches cabellos tirándolo al piso en la mitad del pasillo, cayendo de golpe, golpe que no pudo proteger del todo a su bebé, unas lágrimas comenzaron de descender por sus ojos, su hijo había recibido un gran golpe, y temía perderlo, pero tan ensimismado estaba por pensar en su hijo que no se fijo en que el mayor lo iba a  atacar con el cuchillo que portaba, Sasuke con una de sus manos evitó que lo apuñalara, pero el corte que le hizo fue profundo.

 

El forcejeo entre ambos era intenso, Sasuke se encontraba en el piso intentando detener al pelirrojo, que lo atacaba sin piedad alguna, aparte se veía bloqueado por la rodilla de éste que se encontraba incrustada en su barriga, eso lo desesperaba, no quería que su hijo saliera dañado. Gaara agarró al moreno desde el cabello y elevó levemente su cabeza para luego estrellarla con todas sus fuerzas contra el piso del pasillo, dejándolo claramente aturdido, gracias a eso pudo proseguir sin inconveniente alguno, miró la abultada barriga de Sasuke con odio, ¿por qué él tenía que ser el que portara al primogénito del rubio?, le enfermaba eso, LO DETESTABA. Sin compasión alguna enterró el cuchillo en el abdomen del menor para luego cortarlo de extremo a extremo, la sangre comenzaba a salir como rio por el abdomen del doncel, quien al intentar gritar se vio amordazado por una de las pálidas manos del Sabaku, quien lo cargó desde los hombros arrastrándolo por el piso, dejando en este un notable camino de color carmín, al adentrarse más por el departamento pudo escuchar como el agua, de lo que parecía ser el baño, estaba abierta, siguiendo con el trabajo de arrastrar al moreno, se acercó al baño, que tenía su puerta junta, Sasuke con las pocas fuerzas que tenía apoyó sus manos en la puerta, intentando así, evitar que el pelirrojo lo llevará adentro, quedando la blanca puerta manchada de sangre en su frustrado intento de escapar, Gaara empujó la puerta sin problema alguno y siguió arrastrando al doncel hasta dejarlo frente a la bañera, cerró la llave del agua y tocó la que había en la tina, estaba tibia, sonrió con prepotencia mientras agarraba los cabellos del albino y acercaba su rostro la casi inconsciente víctima.

 

-          ¿alguna última voluntad, basura? – sonrió con sadismo

 

-          Por favor, detente –sollozaba Sasuke – por favor…

 

-          Mmh, no – lanzó una pequeña carcajada mientras sumergía al moreno en el agua, la cual comenzó a teñirse de rojo con culpa de los cortes que tenía la albina piel del doncel, quien comenzó a forcejear intentando salir de allí, con su mano derecha intentaba darse impulso desde adentro de la bañera para poder salir, el aire comenzaba a faltarle y necesitaba respirar, podía sentir las dedos del pelirrojo agarrar con brusquedad sus lacios cabellos, algo le decía que no tendría escapatoria, sus piernas estaban flexionadas y se movían a causa de las convulsiones. Sasuke ya no aguantó más y abrió la boca por necesidad, todo el aire que mantenía sus pulmones salió disparado por su boca, produciendo un fuerte burbujeo en el intemperie de la bañera, Gaara sonreía cada vez más, estaba cegado por la venganza y la sed  de sangre, los pulmones de Sasuke comenzaban a llenarse de agua a cada segundo, desesperándolo, yo no le quedaban fuerzas para seguir luchando contra el pelirrojo, sentía como algo descendía por entre sus piernas…, algo le decía que ese era su final.

 

-          Naruto, lo siento, te fallé y le fallé a nuestro hijo por no poder protegerlo, te amamos – fue lo último que pensó Sasuke antes de morir ahogado, su cuerpo de destensó y dejó de forcejear, dando el indicio de que por fin estaba muerto, el Sabaku soltó los cabellos del doncel Uzumaki y miró con detalle todo lo que había logrado, mientras forcejeaba con éste para evitar que sacara su cabeza del agua pudo sentir como algo golpeaba el piso, un golpe seco y ahora que miraba, allí estaba el hijo de Naruto y Sasuke, un moreno con tres marquitas a cada lado de sus mejillas, estaba bañado en sangre y el cordón umbilical que conectaba su ombligo con la placenta, lo guiaba al abierto abdomen del azabache, suspiró complacido, lo había logrado, había logrado deshacerse de él, una sonrisa de felicidad adornó su rostro, ahora tenía que irse, pero antes agarró el brazo izquierdo de éste y le quito en anillo de compromiso, provocando también que cayera de paso al piso la argolla de matrimonio, se dio la media vuelta y se dirigió a la salida del baño, cerró la puerta y se encaminó por el pasillo hasta llegar a la entrada, dejó la puerta cerrada, bueno, lo que podía ser cerrada ya que la había forzado, y bajo corriendo las escaleras sacándose su abrigo para que nadie notara la sangre que cargaba, una vez afuera se echó a correr hasta llegar a su mansión y darse una ducha para luego quemar la ropa que había utilizado ese día y así deshacerse de las pruebas, luego de terminar con esos detalles se encaminó a su cuarto mientras se encajaba el anillo de compromiso, estaba feliz, por fin era suyo y con eso podría estar con Naruto, por fin Naruto era suyo.

 

Al par de horas en los noticieros de la televisión comenzaron a narrar la trágica historia que él había protagonizado junto con el albino, nadie sabía nada y no había pruebas que lo culparan y ni había sospechas de que hubiera sido él, por fin la competencia había desaparecido.

Al día siguiente fue al departamento del rubio a entregarlo sus más profundos pésames, pero aparte también iba con la idea de acercarse al rubio y formar un lazo como el que había formado con el Uchiha, al llegar fue recibido por un deprimido rubio, que sólo lo miró a la cara con tristeza para luego intentar cerrarle la puerta, pero Gaara lo detuvo con su pie.

 

-          ¿qué quieres, Gaara? – preguntó de mala gana

 

-          Lo siento, sé que debe ser difícil lo que ocurrió, ayer vi las noticias y te juro que no lo pude creer, ¿cómo puede haber gente tan mala como para hacer una barbaridad como esa? – dijo con inocencia

 

-          La hay, y ojalá el maldito o maldita que mató a Sasuke se pudra, odiaré por toda mi vida al desgraciado que le hizo esto a Sasuke, yo era feliz, lo amo, LO AMO y amaba a nuestro hijo, ¿¡por qué le hicieron eso!?... mi vida nunca más volverá a ser como antes

 

-          ¿a qué te refieres? – cuestionó con un tono de voz cargada de dolor, desesperanza y angustia

 

-          Que moriré solo, ya no estará él a mi lado, ya no está nuestro hijo tampoco

 

-          Pero no te encierres, tal vez conozcas a alguien…. – se vio interrumpido

 

-          Jamás tendré ojos para alguien más que no sea Sasuke, jamás – susurró desganado – ahora vete, que quiero estar solo, tú jamás entenderás lo que se siente perder a un ser amado, adiós – y sin más le cerró la puerta a Gaara, quien había quedado shockeado antes todo, ¿había hecho todo eso para nada?, ¿TODOS SU ESFUERZOS VALIERON MIERDA?, no lo podía creer, había sido rechazado por el Uzumaki luego de haber asesinado a Sasuke y al bebé que portaba, sentía impotencia, ¿¡por qué siempre Sasuke era más importante que él!? Sasuke, esto, Sasuke esto otro, Sasuke, SASUKE, el maldito de Sasuke por fin estaba muerto y seguía siendo un obstáculo para poder estar finalmente con el rubio, ¡hasta muerto lo seguía fastidiando!

 

 

 

-          Sabaku no Gaara, se le halla culpable por el doble homicidio de Uzumaki Sasuke y del hijo que engendraba, aparte del robo con homicidio que realizó – dictó el juez – lo sentencio a noventa años de condena perpetua calificado, pasará toda su vida dentro del reformatorio penal psiquiátrico de Tokio, caso cerrado – golpeo con su mazo para darle término al juicio, todos los asistentes salieron conformes de lo dictado por el juez, por fin se había atrapado al asesino de la muerte del joven doncel

 

 

 

Había un prado hermoso siendo iluminado por el resplandeciente sol de primavera, allí entre las plantaciones de flores silvestres se encontraba un joven matrimonio acompañados de su pequeña hija, desfrutando de una agradable picnic en familia, aprovechando que el jefe de la familia por fin tenía un tiempo libre para pasarla con ellos, el doncel sonreía con amor mientras abrazaba a su rubio esposo y le plantaba un demandante beso en sus carnosos labios, la pequeña niña revoloteaba libremente sin siquiera prestarle atención a sus padres.

 

-          Te amo, tesoro – decía el doncel besando a su esposo

 

-          Y yo a ti, dulzura – le devolvía el cumplido al pelirrojo doncel con frialdad cargada en su voz pero sin ser notaba por su esposo – que está alegre – bufó

 

-          Sabes muy bien que Himeko casi nunca disfruta de este tipo de cosas, siempre estás ocupado y no le pones mucha atención – comentaba el de ojos turquesas con tristeza

 

-          Perdón, pero sabes que la empresa me tiene ocupado, no puedo pasar todo el tiempo con ustedes – dijo con simpleza

 

-          ¿acaso es más importante tu trabajo antes que tu familia?

 

-          Gaara – suspiró el rubio – no empieces, no quiero oírte discutir, ojalá algún día entiendas mi posición

 

-          Lo siento, Naruto…

 

 

 

-          JAJAJA, NARUTO ME AMA A MÍ, NOSOTROS ESTAMOS CASADOS Y TENEMOS UNA HIJA – gritaba el pelirrojo quien se encontraba vestido con una camisa blanca de fuerza desde su cuarto acolchado dentro de la penitenciaria psiquiátrica de Tokio, desde que se había dictado la condena éste había caído en la locura total, a tal punto de hacerse una falsa historia en la cabeza de que se había casado con Naruto y habían tenido una hija de nombre Himeko, una pelirroja de ojos azules…

 

Pero…

 

El futuro hubiera sido diferente si Naruto hubiera escogido a Gaara y no hubiera conocido a Sasuke en la segundaría, se habría transformado en un calculador y frío marido que no está interesado de su esposo, ya que desde que quedó embarazado de la pequeña Himeko había perdido el encanto y Naruto habría conocido a un doncel médico de nombre Sasuke que lo habría dejado cautivado por completo, transformándose éste en su amante y padre de su segundo hijo, un pequeño bebé llamado Menma, un varón muy parecido a ambos, con rasgos mezclados, al cual cuidaría con todo su corazón mientras que a su otra familia la hubiera abandonado a tal punto de hacer firmar a Gaara, bajo los efectos del alcohol, el documento que le diera el divorcio para luego darse a la fuga con el verdadero amor de su vida, con el cual viviría el resto de sus vidas y formarían una numerosa familia, ambos morirían siendo ancianos y viendo antes a sus primeros nietos crecer, habrían tenido una perfecta vida, olvidándose por completo de que el rubio había tenido otra familia antes.

Un futuro en donde se habrían amado sin condición alguna, llegando a cometer la locura de escapar del país para no ser encontrados nunca y así cumplir sus sueños de pasar toda una eternidad uno al lado del otro, felices para siempre…

 

 

 

 

 

 

 

 

FIN

 

 

 

 

 

Notas finales:

¿les gustó el nuevo capítulo?, ¿qué piensan del homicida?, yo creo y sigo insistiendo que era el único personaje capacitado para ocupar ese papel, si no les gustó, lo siento, pero vuelvo a insistir, es una cosa de que cumpliera con las características que necesitaba, así que eso :)

¿me merezco algún review?, los dejo a su criterio c: 

bueno, ahora si, muuuchas gracias a todos por leer y por las lágrimas que derramaron junto a mí, ya que también sufrí un poco al escribirlo y luego releerlo para poder editarlo, fue doloroso, pero al mismo tiempo tiene una historia muy hermosa ;u; 

www.facebook.com/aoishii.sixthgun

aquí les dejo mi facebook personal por si desean agregar, yo allí publico las últimas noticias sobre mis creaciones, llámese fechas, adelantos, etc c: 

cuídense mucho y nos vemos 

besos y abrazos :D 

adiós ~ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).