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Un regalo inesperado. por yonggon

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Notas del fanfic:

Esto es a lo que uno se dedica en calses de Filosofía, mientras el profesor nos da tiempo de estudiar,  pero bah, está claro que no estudié pero al profesor le encanta el KaiSoo uwú, es algo inevitable lolz.

 

Esto es sin ánimo de lucro ♥, sino les gusta entenderé ;3;.

 

Pai-Pai ♥ .

Nunca imaginó que hacer algo por un ser querido le fuera tan difícil y dado que jamás había hecho un regalo con objetivos amorosos, todo intento que hacía era fallido o resultaba todo un caos (sobre todo en la cocina).

 

Pero los deseos de consentirlo no se le iban de la cabeza y cuando Kim Jong In se proponía algo, tenía que cumplirlo, aún más si es para Kyungsoo.

 

Porque Kyungsoo para él es la luz de su vida, el sol de las mañanas, la luna de las noches y las estrellas danzantes a velocidad luz. Él es su todo. Y esta vez él quería mimarlo, tan sólo una vez, una sola.

 

Sin embargo, la suerte no estaba de su lado. Había hecho de todo y nada le resultaba como él quería y las ideas de apoco se iban desvaneciendo.

 

Pero joder, es Kyungsoo.

 

Obviamente, el menor quería hacer más que la típica velada romántica, los pétalos rosa sobre la cama, los chocolates, los besos… no, él quería más; quería que fuese especial. Sólo para él. Algo inimaginable que a Kyungsoo le sorprenda, que sepa cuánto le ama, y cuanto desea estar junto a él para siempre.

 

Pero, ¡vamos! Intentó hacer una tarta y fue un desastre, ¡no podía hacer una miserable tarjeta porque el pulso le fallaba, carajo! No sabía cocinar, y lo único que pudo hacer correctamente fue limpiar el desastre de la cocina y ordenar por color y tamaño la ropa de su enamorado, y bah no era suficiente.

 

Y lo brilloso que había quedado todo era suficiente.

 

Pero para Jong In no es suficiente.

 

Malogrado suspiró con desgano, ¿qué haría? Comprar un boleto de avión no podía ser posible, de bus tampoco, ¿de dónde sacaría dinero?  Todo esto es tan complicado… ¿cómo es que Kyungsoo consigue hacerlo cada día?

 

¿Por qué Kyungsoo tiene que ser tan especial?

 

Miró hacia una esquina de la habitación y encima de un mueble (que al momento de limpiar se le pasó desapercibido) se encontraban las pequeñas hojas de papel autoadhesivo color rosa que a su amado le gustaban, y dado que las amaba con locura y pasión la idea no tardó en llegar a su mente y corazón.

 

Y realmente si era demasiado cursi no importaba, porque amaba a Kyungsoo y por él haría todo lo que estuviese más allá de su alcance para verlo feliz.

 

Sonrió con malicia y con un brinco decidió comenzar con-lo-que-sea-necesario para hacer feliz a Kyungsoo.

 

Por cada sonrisa, un te quiero. Por cada palabra, los precipitados latidos de su corazón. Y por cada te quiero, las caricias y los roces de los labios del otro no tardaban en llegar. Sus mejillas sonrosadas siempre eran tan peculiar en él, pero si su amado estaba cerca lo eran más aún.

 

Sabía que al llegar a casa siempre Jong In lo esperaba con su tierna y carnosa sonrisa, sus brazos fuertes y morenos rodeándole la cintura, extrañándolo, acariciándolo, queriéndolo. Podía tocar el cielo si quería, ir y volver del paraíso si así lo deseaba, sólo con cada palabra, caricia, beso, sonrisa, algún gesto, algo… de Jong In.

 

Y como otro día más de trabajo, volvía con una sonrisa radiante, porque sabía que su amado estaría ahí, quizás durmiendo, quizás haciendo sus deberes o quizás esperándolo como a veces solía esperarle… tan bordante de sensualidad. Pero le llamó la atención las llamadas no recibidas este día, los mensajes que esperó toda la maldita tarde que jamás llegaron y la curiosidad carcomía su cerebro, o sea estamos hablando de Jong In, el que no puede estar ni un segundo de su vida sin saber de Kyungsoo, y Kyungsoo que no puede estar sin él ni una milésima de segundo en la vida.

 

Su corazón latía asustado, tan así que dolía como los mil diablos. El cosquilleo en su estómago hizo que tuviese un pequeño escalofrío.

 

Jong In-ah. ¿Qué ha pasado?

 

—¿J-Jong In? ¿E-Estás aquí? ¡Llegué a casa! —Kyungsoo trató de sonar calmado, pero su voz débil y asustada lo delataba. Siempre, siempre Jong In lo esperaba en la puerta, abrazándolo, besándolo o con alguna que otra “sorpresita”, pero no había nadie. El silencio parecía molestarle, pero Jong In no estaba, su esencia estaba pero él, Jong In físicamente atormentándolo, besándolo, abrazándolo, riéndose, no estaba y eso le alarmaba.

 

Hacía su corazón doler, al punto de pensar que lo estaba perdiendo.

 

Sin embargo, su corazón dio un brinco de felicidad cuando pilló un post-it rosa en el espejo que estaba frente a él, su amplia sonrisa se amplió y los latidos de su corazón parecían querer oírse por toda la habitación.

 

Querido Kyungsoo: Esto es extraño, de verdad muy extraño. Dirígete al próximo espejo, tú sabes cual es ¿cierto? Muchas cosas… pasaron ahí.

 

Las mejillas de Kyungsoo tomaron un leve color carmesí y se dirigió al espejo que estaba en la puerta del baño.

 

Qué cosas no pasaron aquí.

 

Rió en silencio y quiso mirar su rostro, y descubrió otro post-it en el espejo. ¿Qué rayos pretendía Jong In?

 

Por la forma en que me miras, porque eres lo único que veo, te amo.

 

Kyungsoo, se sentía morir de ternura, y su corazón lo delataba, y para qué hablar de las mejillas sonrosadas de Kyungsoo, no, y lo peor fue cuando sintió su temperatura subir y tuvo que desabrochar dos botones de su camisa. Qué calor ¿no?

 

Quiso mirar el retrete, pero su vista se desvió a otra nota pegada al lado de la que recién leyó, y definitivamente, si le preguntaban Jong In era todo un sensual, pero sí de la intimidad se trataba podía ser la nena más tierna del mundo sólo por él. Y Kyungsoo podía ser todo lo que Jong In quisiese.

 

Se sintió morir y su corazón por unos minutos pareció no reaccionar a su cuerpo. Si veía a Jong In pronto, se le lanzaría encima y nadie, ni nada podrían separarlos, porque sin dudar… hacía su corazón morir lenta y pausadamente y quería amarlo como siempre lo ha hecho.

 

Porque el sentimiento que me entregas es demasiado extraordinario, y porque te adoro más que a mi propia vida, ve hacia nuestra habitación, corre Hyung, corre.

 

Corrió, corrió como nena enamorada, pero corrió, quería verlo, quería sentirlo, quería besarlo, tocarlo, decirle que le amaba, que se trastornaba todo el día pensando en él, que es lo único, lo único que en esta miserable vida hace latir su corazón así, que lo hace sonrojar así, que lo ama, lo ama más que su vida y que por ningún motivo lo dejaría ir. Y si necesitaba gritarlo a los cuatro vientos, lo haría una y mil veces si es necesario.

 

¡Sorpresa!

 

La puerta de su habitación también estaba marcada por otra nota y eso a Kyungsoo le derretía el corazón.

 

Te amo, y mi amor es todo lo que te puedo dar para alcanzar la felicidad. Ahora Hyung, abre la maldita puerta que no aguanto, vamos.

 

Kyungsoo se mordió el labio inferior, tanto que dolió. Pero con su corazón en la mano, su pulso acelerado y casi al borde de la locura, abrió la puerta pensando que al frente suyo encontraría a Jong In pero no encontró a Jong In sino que cuatro globos en forma de corazón y al menor sonrosado y apoyado en la pared, a su lado. Su respiración, sus ojos, sus labios, su rostro, su cuerpo, él… a su lado y ahora tomándolo por la cintura.

 

El corazón de Kyungsoo estaba a manos de Jong In y nadie podía decir lo contrario.

 

“Por la forma en que me miras”, quería decirle.

 

“Por la forma en que me sonríes”, quería susurrarle.

 

“Por la forma en que me amas, te amo” quería gritarle.

 

Pero la tímida mano de Kyungsoo se dirigió a su bolsillo posterior y sacó una pequeña margarita y enfrentó a Jong In, a su amado, a aquellos ojos oscuros llenos de tiernos y carnosos deseos, a esos labios que parecían querer llamarle. A ese corazón al cual es esclavo.

 

—E-Es lo único que pude traer, y y-yo, y-o… Jong In… esto…. Yo… tú… huh. Gracias…y-y-yo… te he tra-traído…

—Gracias, es perfecto y… Kyungsoo Hyung—susurró buscando los labios del otro.

 

Y es que las palabras sobraban.

 

Sabían que se querían, se amaban, se deseaban. Y estar separados no estaba en los planes, ambos o ambos.

 

El te amo, se escondía bajo los suspiros, las mordidas y los besos del otro. Y definitivamente, a Kyungsoo le bastaba con una sonrisa gentil de Jong In, le bastaba sólo con verlo, pero sinceramente, este era el mejor de los regalos de la historia de los regalos inesperados de Jong In.

 

Y Jong In amaba a Kyungsoo, tanto como Kyungsoo lo ama a él.

 

El mayor tiró de él buscando un beso, un beso cargado de ternura, cargado de te amos, cargado del cariño de Kyungsoo hacia el menor. Y el menor, quien no se cansaba de los labios del mayor, no tardó en captar el mensaje. Y todo era locamente perfecto, y no era nada sentimental decirlo ¿no?

 

Y tan sólo con unas cuantas palabras uno puede morir de ternura, porque así es la ley de la vida y un Jong In ardiente no puede esperar más por esas palabras, porque sabía que Kyungsoo haría lo que fuese para que todo sea especial y Jong In para que todo sea malditamente sensual.

 

—Kyungsoo, te amo—susurró atrapando con fervor la boca del mayor, haciendo que Kyungsoo no emitiera palabra alguna y sólo se dejara llevar.

 

Se dejase llevar por los cálidos, tentadores, carnosos y abrigadores labios de Jong In.

Notas finales:

Gracias por leer ;A; ♥.


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