1.
Minato estaba en una sesión fotográfica, era el bailarín más conocido de Japón. Lo suyo era bailar y mostrarse delante de miles de espectadores que lo miraban encantado. Ahora estaba en una sesión de fotos posando de varias maneras. Minato era el doncel más codiciado de Japón, pero él solo le prestaba atención a su retoño. En esa sesión, Naruto iba a posar con él, padre e hijo juntos.
-¡No no no no no! ¡Paren!- Minato se levantó del sofá en el que estaba estirado posando con un bañador apretado mirándose la piel.- ¡Necesito más purpurina! Es que yo debí de haber tomado más el sol.
El fotógrafo fue hacia él parando la sesión.
-¡Pero si estás divino, déjate de tonterías anda!
-¿Estás seguro?- estaba respirando agitado, la verdad es que estaba nervioso porque era la primera vez que saldría en la revista con su hijito.
-Seguro, este número con solo salir va a arrasar, ¡con tú y Naruto en todas las portadas!
-¿Por cierto donde está mi Naruto?- Minato miró para todas partes buscando a su niño.
-Creo que tenía un pequeño problemita con el vestuario.- el fotógrafo le entregó un agua para que se tranquilizara.
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En Konoha School era el último día de curso y estaban preparando la clausura de este, los padres estaban llegando y sentándose en sus respectivos lugares excepto uno, el padre de Hinata.
-Vamos Hinata que faltan diez minutos para el show.- Hinata seguía mirando hacia los lados buscando a su padre, le había prometido que la vendría a ver bailar con el grupo que tenía ella en el colegio de la cual era la capitana.
-Es que quiero asegurarme de que cuando llegue mi padre tenga un buen sitio.- mientras decía eso un chico se acercaba por la derecha y se le ponía al lado.
-¿Hinata haces algo después de la fiesta?- preguntó.
-Pues quedo con unos amigos.- dijo con una sonrisa tocándose el largo y fino pelo azulado que tenía mirando al chico con gracia y una media sonrisa burlona en los labios.
-¿Alguna vez quedarás conmigo lindura?- la miraba con una sonrisa entre burlona y seductora en el rostro.
-Clara, llámame en las vacaciones.
Con eso el chico se fue, no sin antes lanzarle una mirada de deseo.
-Pero si tú en las vacaciones te vas de viaje Hina.- le decía Ino confundida.
-Por eso mismo, que me llame cuando no estoy.
Las dos soltaron una suave carcajada.
-Bueno ahora vamos.- la tiró del brazo intentando que se moviera para ir a prepararse para el baile.
Estaban vestidas con el uniforme del colegio, una falda a cuadros azules y grises de color pastes, calcetines azules acorde con la corbata que colgaba de una camisa blanca de manga larga fresca y ligera.
-¡No! Quiero esperar a que llegue papa.
-¡Na hay tiempo! Vamos Hina.-esta vez sí que consiguió que se fuera con ella agarrándola del brazo, pero no sin seguir un poco preocupada buscando a su padre con la mirada.
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Gaara estaba empacando las cosas en su casa porque se mudaban a otro sitio, habían vendido su casa porque así podrían pagar las deudas que les dejó su padre después de suicidarse. No lo culpaban, lo querían mucho y extrañaban su presencia.
Estaba con su hermano kankuro mirando fotos de su infancia donde habían sido una familia feliz y sin problemas, hasta que a su padre gente rica lo empezó a presionar hasta el suicidio, odiaba e esos ricos bastardos.
-¿Sabes? Extraño mucho a papá.- Kankuro estaba a punto de llorar mirando las fotos.- a veces me quedo mirando por la ventana hacia el jardín esperando a que vuelva por la puerta y se acueste a dormir.
No lo pudo aguantar y soltó una lágrima. Gaara lo abrazó y le besó en la cabeza, él era el que se encargó de todo cuando su padre murió, quien mantuvo a la familia y los cuidó y se enfrentó a los problemas.
-Papá no va a volver.- le acarició los cabellos.
-Pero lo extraño.-se puso a llorar silenciosamente en su hombro.
-Sí, Yo también lo extraño.- respiró intentando contener las lágrimas- Y eso que ya hace un año que murió…
Temari entró por la puerta mirándolos con ternura y tristeza y se sentó con ellos en la cama.
-¿Y? ¿Cómo te fue?- le preguntó Gaara refiriéndose a la casa.
-Bien, la casa está vendida. –lo dijo con tristeza mirando a sus dos hermanos y apoyándose en el hombro de Gaara resbalándole una lágrima por la mejilla.
-Perfecto, ahora vamos a poder pagar todas las deudas.- sonrió tenuemente intentándole transmitir que eso sí que era una buena noticia por mucho que significara que se tendrían que ir. Temari se puso a llorar escondiendo su cara en el cuello de Gaara mientras este le acariciaba el cabello.- Con lo que sobre podrán comprar un departamento, vas a ver que…-pero no dejaba de llorar- Temari no llores… esto era lo mejor para todos…
………………………
Sasuke estaba en el Konoha School paseando con Sai, su amigo, y sus padres esperando a que la ceremonia de clausura diera inicio.
-Pero ¡¿Cómo vamos a ir a Londres ahora?!- Sasuke no creía lo que le decían sus padres.
-Pero ¡vas a podre ver a tu hermano corazón!- le decía Mikota, su madre, intentando que se calmara.
-¿¡Qué!? A mí me dijeron que me podría ir a la playa no a Londres.- se estaba cabreando y exasperado ¿Qué coño el estaban diciendo?
-Bueno Sasuke, un cambio de panes, ahora vamos a Europa ¿Qué pasa?- este era Fugaku que con las manos en los bolsillos le contestó a su hijo levantando los hombros y mirándolo no entendiendo, pero fastidiado.
-No, no ,no no. Le dije a Sai que iríamos a la playa. – se giró mirándole a los ojos, estaba desesperado, él no quería perder un verano en Londres.- ¿O no que te dije eso?
Sai no sabía dónde meterse, su amigo le había hecho una encerrona. Se puso nervioso.
-Pero… por mí no se preocupen, yo me arreglo. –se señaló y los miró fingiendo estar bien y comprensible.
-¡Me preocupo por mí! –se estaba desesperando- ¡¿Sabes lo que es ir a Londres con ellos?! ¡Me muero!
-No, ya no hay más discusión, tu vienes con nosotros y punto. -Fugaku finalizó la discusión con esas palabras y el mundo se le vino encima a Sasuke.
-El embajador quiere reunirse con tu padre Sasuke, entiéndelo.- su madre no lo quería ver tan desesperado que parecía que le iba a dar un ataque.
-Muy bien, con mi padre, ¡No conmigo! – No se paraba de mover desesperado.- Siempre me arruinan las vacaciones por él.
-Vasta, ¡Sasuke! No pienso perder más tiempo con tus berrinches, ¡O vienes con nosotros o te quedas en las vacaciones del colegio!- así acabó la discusión con un Sasuke exasperado.
Se pasó la mano por la cara intentando calmarse. En eso dos chicas lo cogieron de cada uno de los brazos y se le pegaron.
-Sasuke, ¿Vienes? Empieza el show.- dijo Sakura y ella y la otra chica se lo llevaron.
Sasuke les lanzo una última mirada a sus padres.
-¡Esperad chicas que también voy!- Sai los siguió.- ¡Chicas!
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-Bienvenidos a la fiesta de fin de curso de Konoha School.- decía Shizune encima de la tarima.- Por favor tomen asiento. En instantes les hablará el director Pain.
Los padres y alumnos se fueron sentando.
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Detrás del escenario Hinata miraba haber si ya había llegado su padre.
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El director empezó con el discurso dando gracias a los familiares por venir, alabando a los profesores y diciendo que este año había sido excepcional y que había cumplido con sus expectativas, que los alumnos que estaban allí eran el futuro del país.
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-¿Qué haces Hinata? ¡Te van a ver!- Ino había apartado a Hinata de donde estaba, a ellas les tocaba y tenían de quedarse detrás.
-Esque no encuentro a papá.- dijo haciendo puchero aún buscándolo.
-Es que no llegó. –a Ino no le gustaba tener que decirle a su amiga ya que sabía lo que significaba para ella el que viniera.
-¿A no?- se giró un poco enfadada, pero con su padre, mirando a Ino.- Sin él no empezamos.
Volvió a mirar para buscarlo.
-Pero y si no pudo venir….
-No no no no, no me pueda fallar ¡me lo prometió!- dijo esta vez con tristeza mirando a su amiga.
-No te preocupes, ya vendrá el chofer -Karin apareció por detrás metiéndose en la conversación para fastidiar- si es el que viene siempre.
-¿Por qué no te metes en tus problemas? –Hinata la miró mal, que coño se creía. Pero ahora se sentía un poco insegura.
Se giró volviendo a buscar a su padre y lo que vio la dejó en shock, vio justamente al chofer.
-Me pregunto ¿Por qué se resistirá tu padre tanto en venir?- le dijo Karin con malicia.
-Bueno, ya discutiremos eso en el avión, rumbo a Italia.- Hinata no iba a dejar que esa idiota la viera ponerse mal por lo que le había dicho.- ¿Dónde vas tú? Ah… cierto, que tú te quedas en el club de vacaciones del colegio… ¿Cómo será? Vacans Club, ¿qué divertido no?
Karin se fue enfurruñada y cabreada de allí. Al irse Hinata se permitió mostrarse triste, su padre se lo había vuelto a hacer.
-¿No te vas a poner mal por la idiota esa no?- le dijo Ino intentando animar a su amiga.
-No es por ella Ino, es por mi papá. -se le vino una idea a la cabeza para vengarse de su padre- Pero me las va a pagar.
Se dio la vuelta para irse pero Ino la cogió.
-¿Pero a dónde vas?
-Me voy a cambiar.- llevaba puesta el uniforme, igual que todas las chicas que hacían el baile.
-Pero si ya estás cambiada.- Ino no entendía la que estaba diciendo.
-Cambio de última hora Ino.- y con una sonrisa maliciosa se fue de allí, estaba tramada algo.
Ino se quedó viéndola marchar aún confundida.
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En el estudio de fotografía se escuchaban el alboroto que estaban haciendo los paparazzi.
-Ya se oye el alboroto, ¡esto va a ser un éxito! –decía Iruka, el asistente de Minato que había ido a ver quienes estaban fuera esperando por el éxito.
-¡Haber cuéntamelo todo Iruka! –Minato intentaba disimular el entusiasmo que tenía y su sonrisa bebiendo el agua que le había dado antes el fotógrafo.
-Están todos, todos –Iruka si que no disimulaba nada su entusiasmo y fue enumerando- paparazzi, fotógrafos, reporteros, periodistas, fans…
-Que buena idea esto de hacer una sesión de fotos con tu hijo –ya se había calmado un poco.
A Minato se le encendió el chip de padre protector.
-Cuidadito con Naruto que aún en un niño he –le dijo poniéndose de golpe un poco serio y advirtiéndole.
-¡Por favor Minato! –dijo un poco indignado pero con gracia al ver lo sobreprotector que era- ¡Lo voy a tratar como si fuera mi hijo!
-Bueno, más te vale porque si no te arranco los ojos.
El fotógrafo soltó una suave carcajada y se fue diciendo que tenía que cambiar el rollo de la cámara.
-Yo también me voy yendo. –Iruka también se marcho a acabar de retocar unos asuntos.
Al minuto llegó Naruto con un albornoz encima acabándose de retocar el pelo.
-Mi amor, pero ¿Y el traje que te di? –lo miró, él le había dado un traje para que se pusiera y le venía con ¡albornoz!, rogaba porque no fuera otro de los arrebatos de su niño.
-Lo doné a las monjitas. –dijo con ironía y sarcasmo Naruto intentando poner en su sitio su rebelde pelo.
-¡¿Pero si era un Armani!? –Minato no se lo podía creer, se estaba agobiando.
-¡Pues que se lo pongan ellos! -no se iba a poner ese traje- me he puesto otra cosa mira.
Se desabrocho el albornoz y a Minato casi se le para el corazón. Naruto iba con un bañador tipo bóxer que le quedaba pegado a las piernas y le marcaba ese trasero que tenía, por el torso desnudo tenía dibujado con purpurina dorada y negra flores que le daban un aire sexy y misterioso repartido por su abdomen y pectorales.
-¡Te prohíbo que salgas así! –no podía creer, estaba sudando frío e intentando tapar a su niño.
-Bueno papa, yo me pongo lo que quiero.-empezó a hacer poses ensayando para la cámara.
-Yo soy tu padre y sé lo que te conviene. –esto no podía ser, era su niño, le iba a dar un ataque.
-Sí, que tú salgas allá como un dios y yo como un tonto. – dijo con sarcasmo e ironía encarando a su padre, no se iba a poner ese traje.
-No no no, tú vas a salir como lo que eres, un niño, divino pero un niño. –no se paraba de mover, le estaba dando un patatús.
Naruto seguía haciendo poses sin tomar en mucha importancia las palabas de su padre.
-¡Un niño una mieda!
-Por favor mi vida, te lo pido… -dijo con los nervios a punto de matarlo.
-Papá, o salgo así… o no salgo. –parecía que al final Naruto sería el que ganaría.
Minato estaba que no podía más, ¿Qué haría ahora?