Capítulo 10: Can I have this dance?
- Así que… ¿Un beso de buenas noches muy diestro y apasionado? – Dijo Inukashi una vez que pasaron algunos minutos, logrando solamente que el rostro de Sion obtuviera un curioso color rojo
- ¡No es lo que estás pensando!
- Oh, yo no estoy pensando nada… ¿Debo imaginar algo en específico? - ¿Qué podía decir? Era bastante divertido el hecho de poder molestar a ese peli-blanco
- ¡No! Por favor no pienses nada en respecto a ese comentario
- Pareces nervioso, ¿ha pasado algo en el ratón?
- ¿Eh? – El color en su rostro se acentuó más, era pésimo mintiendo, lo había comprobado con Nezumi después de lo la nota, pero decir: “En realidad fue un beso de despedida” tampoco era lo ideal para Sion en esos momentos.
- ¡Oh! Eres tan transparente, ¡es todo un espectáculo! – La risa escapaba de boca sin que siquiera intentara detenerla – Pero, ¡vamos! No pongas ese rostro, si te tranquilizas te diré algo que posiblemente te interese
En respuesta a eso Sion simplemente se le quedo viendo atentamente
- ¿Algo que me interese?
- Tiene que ver con Nezumi – Notó como al momento esos ojos rojos mostraron un intereses instantáneo acompañado de un brillo singular. Era curioso, lo mismo pasaba con Nezumi cada vez que le mencionaba algo del peli-blanco
- ¿Qué es?
- Sabes donde trabaja, ¿verdad?
- Sí, he ido en una ocasión
- Hoy es el aniversario de ese lugar
- ¿Aniversario?
- Así es, cumplen algunos años… ¿Sabes? El año pasado Nezumi cantó durante el festejo
- ¿Nezumi sabe cantar? – Ahora estaba sorprendido, en su mente imágenes comenzaban a formarse de acuerdo a lo que acababa de escuchar de la boca de Inukashi
- Debo admitir que tiene buena voz – Agregó con un ademan con la mano, quitándole importancia
Eso simplemente le incremento la curiosidad a Sion, ¿Cómo se escucharía Nezumi cantando? ¿Qué tono de voz tendría?
- Pareces interesado, ¿quieres ir a verlo? El evento comienza en una hora más o menos
- No creo que sea buena idea – Respondió bajando un poco el rostro
- ¿No?
- Creo que Nezumi se molestaría si saliera de la casa
- ¡Oh! ¡Vamos! Irás conmigo, Sion
Sabía que no debía desobedecer a lo que le había dicho Nezumi, sabía que se molestaría cuando lo viera llegar a su trabajo… Y aunque sabía todo eso, pasaba a segundo plano, porque la curiosidad realmente es algo que pocas personas pueden combatir, lástima que Sion no fuera una de esas personas
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El tiempo pasaba de manera lenta para Nezumi, el lugar estaba más lleno que de costumbre y la estruendosa música no eran de su agrado, pero ese día tenía que estar ahí porque era el “importante aniversario” del restaurante, incluso se habían permitido poner la pista de baile y el karaoke en el cual –estaba seguro- lo obligarían a participar como todos los años.
La vista del ratón viajaba entre la gente que estaba riendo y disfrutando, en su mente estaba recordando cómo era que Sion había regresado a su vida en aquella noche… Y también la forma en la que lo había tratado
- ¿Nezumi?
Se giró a ver a una de las chicas con las que trabajaba
- ¿Qué pasa? – Respondió poniendo aquella mascara de falsedad en su rostro
- Tienes unos minutos libres, creo que incluso tu puedes divertirte un poco – Agregó sonriendo, como de costumbre tratando de coquetear con él.
- Estaré por aquí entonces – Hizo una pequeña sonrisa y se movió de ese lugar dirigiéndose a la entrada.
Casi todas las miradas estaban sobre él, y claro eso era común… Más cuando se ponía un traje como el que tenía en esos momentos.
- Vaya, eso sí que es un cabello bonito – Dijo una chica de vestido rojo que estaba por ahí.
De pronto todas las miradas dejaron de estar sobre Nezumi y se colocaron sobre dos curiosas personas que acaban de llegar al lugar, dos personas que el ratón conocía a la perfección.
Sus ojos plateados se abrieron tal cual eran por la sorpresa que se estaba presentando para él en esos momentos, primero que nada el jamás espero ver a Sion en ese lugar, mucho menos suponía se vería tan bien vestido con traje
- ¡Ah! ¡Nezumi! – Exclamó haciendo que una sonrisa de deslizar por su rostro al tiempo que empezaba a avanzar hacía el recién nombrado
- ¿Qué haces aquí? – Fue lo único que pudo decir al momento en que llegó a su lado.
- Quería verte… - Susurró bajando la mirada pensando en el sermón que le esperaba
- Solo tu podrías decir eso – hizo un ademan de molestia colocando su mano sobre su frente
- ¿Es todo lo que vas a decir?
- Empiezo a creer que nunca harás caso a nada de lo que te diga – Respondió encogiéndose un poco de hombros – Por lo menos dime que no viniste solo
- Me trajo Inukashi
- Vaya, majestad, usted elige de una forma delicada a sus guardaespaldas – Obviamente no era de su agrado que precisamente Inukashi decidiera llevar allí a Sion
- Pareces irritado
- Hablar contigo siempre es un dolor de cabeza, Sion
- ¿Estás seguro que no tiene nada que ver con tus nervios?
- No son mis nervios, ¿De quién es la culpa que siempre esté irritado? Además, tú – Sintiendo la mirada de sus compañeros de trabajo Nezumi cerró la boca y puso los ojos en blanco, había olvidado el lugar en el que estaban y que ahí nadie lo había visto jamás así – Sígueme – Ordeno al tiempo en que empezaba a caminar hacía otra parte del restaurante
- ¿A dónde? – Inclino un poco la cabeza de lado sin entender a donde quería llegar con eso
- Solo cierra la boca y haz lo que te digo –Susurrópara asegurarse de que solo Sion escuchara.
Ambos llegaron a una zona que estaba completamente vacía del restaurante y era una vista hermosa, puesto que tenía un techo de cristal que les permitía ver el cielo estrellado y en el centro una fuente artificial con esculturas blancas, además de una iluminación de pequeñas luces blancas.
Nezumi se sentó en una de las pequeñas bancas de color blanco que se encontraban ahí y se sentó.
- Este lugar es hermoso – Susurró el peli-blanco que estaba viendo las estrellas a través del cristal - ¿Por qué no hay nadie más aquí?
- Porque el lugar aún no está abierto al público – Respondió como si nada
- ¡…! Entonces yo no debería estar aquí
- ¿No deberías? – Lo miro mientras alzaba una ceja
- Si, aún no ha sido abierto al público yo no tendría que estar aquí
- Sion, estás conmigo – Sus ojos se encontraron en ese momento, debajo de la luna que decidió hacer su aparición entre ellos iluminándolos tenuemente – He trabajado aquí durante bastante tiempo, eso debería traerme algunos beneficios… - Volvió a encogerse sutilmente de hombros y llevo su vista hacía el techo de cristal, notando como las estrellas resplandecían ante sus ojos [1]
- ¿Vas a cantar este año? – Pregunto observándolo de reojo, Nezumi siempre se veía elegante en cualquier momento, incluso sus ademanes eran completamente cautivadores… Pero con aquel traje y con aquella luz sobre su rostro, era imposible que apartara su vista de él.
- ¿A eso has venido? – Ahora estaba completamente incrédulo y al no escuchar respuesta por parte del otro supo que le estaba diciendo un silencioso “si” – Supongo que seré obligado como todos los años, caray, pensé que vendrías a divertirte o simplemente a bailar
- No soy bueno en los bailes – Respondió un poco apenado por decir aquello.
- Majestad eso no puede ser verdad, imagino a muchas chicas que quisieran poder bailar una pieza con usted – Sonrió de medio lado al hacer el comentario
- La verdad es que… No soy bueno en eso – Puso la mano detrás de su cuello, nunca había aprendido a bailar porque era algo que no consideraba necesario, pero ahora –ante los ojos del ratón- pensaba que quizá no era tan mala haber practicado un poco
- Te enseñaré
- ¿Eh?
- Te enseñaré a bailar – Se puso en pie de su asiento y comenzó a caminar de manera lenta hacía el peli-blanco
- ¿D-De qué hablas? – Sus ojos se abrieron de pronto, pensando que tal vez estaba jugando una broma
Nezumi sujetó el brazo de Sion, deslizando su mano por la cintura del otro al momento en que lo acercaba más.
Ambos se miraban a los ojos, aunque el lugar no estuviera muy iluminado eran completamente capaces de reconocer la mirada del otro claramente. Ambos podían sentir los latidos del corazón del otro, latiendo de manera sincronizada, una sonrisa se curvo de pronto por los labios de Nezumi
- Vaya, hasta ahora me doy cuenta
- ¿Eh? – Aquello era como un encantamiento [2] que mantenía atrapado a Sion, ya no prestaba atención a nada que no fuera el calor que el cuerpo del otro despendía, de sus ojos e incluso de los problemas que habían tenido desaparecieron - ¿Te das cuenta?
- Sí… - Se acercó un poco más hasta llegar al oído de Sion – Soy más alto que tu – Susurró suavemente
- Mentiroso, apenas hay diferencia – Se defendió al momento
Unas pequeñas risas escaparon de la boca del mayor de los dos ante aquella apelación tan infantil, era obvio que era mucho más alto y era más que apenas una diferencia
- Entonces, príncipe honorable, ¿alguna experiencia bailando?
- No
- Me lo imagine… Entonces tendremos que comenzar con lo verdaderamente básico, espero pueda aceptarme como humilde instructor
- Acepto sus palabras y enseñanzas con la mayor de las gratitudes – Respondió sonriendo también
- Cielos, tus respuestas han mejorado bastante – Dijo de manera aprobatoria y rio a carcajadas pero suavemente, era de las primeras veces en su vida que podía reír de aquella manera – Primeramente debes tener la espalda recta al bailar – Anunció al tiempo en el que lo enderezaba con su mano, haciendo que ambos quedaran más cerca de lo que ya estaban – Alce la barbilla, Majestad y no se atreva a desviar sus ojos de mí – Tomó la barbilla del otro al decir eso, obligándolo a mirarle de manera fija
- Deberías detenerte…
- ¿Bajo qué razón?
- Suelo ser torpe, podría pisarte o peor aún, tirarte
- Dime algo que no sepa, le vienes a predicar a la iglesia... No permitiré tal clase de torpeza
Como un regalo de los cielos, de pronto en el restaurante comenzó a escucharse una canción bastante tranquila, cantada por una voz femenina suave y tranquila que se escuchaba perfectamente donde ellos dos estaban.
- Creo que es un buen momento para comenzar con esto – Volvió a tomar con firmeza la espalda del otro y con su mano disponible tomo la mano de Sion, entrelazándola con sus dedos – Tu pie derecho debe ir primero hacia atrás al tiempo en que yo hago el mío adelante y luego hacer lo mismo con el izquierdo, ¿entendiste?
~~Por favor, sácame del pueblo del viento del otro lado del tiempo~~
[Toki no mukou kaze no machi e nee tsuretitte] [3]
- De acuerdo – Respondió sin estar del todo convencido pero lo haría solo porque era Nezumi quien se lo estaba diciendo
- Muy bien, ahora intentemos una vuelta – Y así fue que ambos comenzaron a bailar en serio dentro de aquel hermoso lugar - ¿Ves? Puedes hacerlo
~~Concede el deseo de la flor blanca~~
[Shiroi hana no yume kanaete]
- Solo porque me estás guiando – Respondió sin apartar la vista y sin dejar de bailar, al tiempo en que su mano se aferraba con más fuerza a la del otro.
~~Agárrame de la mano con tus gentiles dedos, y sácame de aquí~~
[Amai yubi de kono te o tori nee tooi michi o]
Ninguno de los dos era capaz de decir algo, se limitaban a dejarse llevar por la fluidez de sus movimientos y la música, era extraño… Puesto que la coordinación que ambos poseían en sus oscilaciones era tan armónica que si se veían de lejos parecía que hubieran estado bailando durante una vida entera… Como si ellos en realidad fueran complemento uno del otro.
~~Dos amantes despiertan para convertirse en uno~~
[Mezamete futari wa hitotsu ni nari]
El mundo bien podía estar colapsando fuera de esas paredes sin que ellos se perturbaran por ello, la mano de Sion que estaba sobre el hombro de Nezumi se aferraba con fuerza a él, de la misma manera en la que lo hacía el otro… Como si no quisieran que ese momento terminara nunca, en el ambiente estaban las palabras que tal vez no estaban dispuestos a decir todavía.
~~Por primera vez, realmente saben lo que es la felicidad~~
[Shiawase no imi o hajimete shiru no deshou]
La luz de la luna proyectaba la sombra de las dos figuras que se movían al ritmo de la melodía que escuchaban del otro de la puerta.
- Lo estás haciendo muy bien. Tus movimientos son fluidos. Paso hacia fuera y vuelta. Bien, sigues el ritmo. Y repite los primeros pasos otra vez. Sigue bailando- baila, Sion
Sion abrió la boca para decir algo, luego la cerró de nuevo y dejó que su cuerpo siguiera plenamente los movimientos de Nezumi, agudizando el oído ante la melodía que ahora también salía de sus labios
- ¿Conoces la canción?
- ¿Tú no? – Alzó una ceja haciendo que el otro simplemente desviara el rostro – Vaya, creo que también debes vivir más para ampliar tus conocimientos musicales – Volvió a tomar la barbilla del peli-blanco, haciendo que lo mirase – Te dije que no apartarás la vista de mí
De nueva cuenta abrió la boca para decir algo, quedando callado al instante por la intensidad con la que los otros ojos le miraban. Ambos se quedaron quietos, aun observándose.
- Es un poco difícil mantener tu mirada – Fue lo único que su cerebro le permitió responder - ¡Wow-! – Sion tropezó quedando sentado en la orilla de la fuente y al estar aferrado con tanta fuerza a Nezumi este quedó enfrente a él, con sus rostros cerca uno del otro.
El ratón se apartó de manera elegante, tratando de controlar los latidos que se estaban haciendo cada vez más fuertes dentro de su pecho
- ¿La torpeza también te sale natural? – Rio un poco, simulando que aquella situación no lo había alterado ni un poco.
- Creo que debería decir te lo dije – Respondió tratando de aparentar también.
- ¿Estás bien?
- Por supuesto, solo no estoy acostumbrado – Soltó un suspiro, eso había sido cansado – Aunque para bailar hay que usar todo el cuerpo, eso es algo que no sabía
- Bueno, eso solo prueba uno de mis puntos, ¿quieres adivinar cuál?
- Yo estoy cansado y de seguro me costara un poco de trabajo levantarme de aquí, mientras tú estás como si nada, ¿a eso querías llegar? – Fue lo único que se le ocurrió que Nezumi pudiera decir en esa situación
- Excelente análisis, sin embargo esperaba algo un poco más profundo
- Tienes mucha más energía, destreza atlética y resistencia que yo. No eres de quien debería preocuparme ¿Es lo que estás diciendo, verdad?
- No sería tan descarado, pero, si, a eso quería llegar… Eres demasiado amable al preocuparte de los demás siendo que no puedes cuidar de ti mismo
Sion se puso en pie. Se quedó justo enfrente del otro.
- No soy “amable”, Nezumi, no es por ti
- ¿Eh?
- No estoy preocupado por tu bien. Sólo estoy preocupado por ti, por mi propio bien… Para estar libre de mis temores – Sus miradas volvieron a encontrarse haciendo que el más alto de los dos, no pudiera seguir respirando a causa de las palabras que salían del otro – Tal vez, hay un montón de cosas que no sé –como bailar, o sobre música- pero hay algo que sí sé – Dudo un poco sobre lo que iba a decir a continuación – Sé lo aterrador que sería para mí perderte. Probablemente estoy más asustado de perderte a ti que a cualquiera- que a nadie más. Estoy tan asustado, que es insoportable. Quiero asegurarme de que nunca desaparecerás de mi lado. No me importa si me ridiculizas, o te burlas de mí- esos son mis verdaderos sentimientos…
Nezumi estaba completamente quieto, un violento escalofrío lo atravesó, era un temblor penetrante como el que siente una bestia cuando cae en una trampa porque eso no era más que una directa y simple confesión de amor.
Que confesión tan directa, tan descarada, tan tonta. Sion estaba cometiendo, en ese momento, el enorme error de revelar su estupidez, su fragilidad; pero Nezumi se descubrió incapaz de ridiculizarlo o burlarse de él
¿Por qué no podía simplemente responder cualquier cosa?
Los acordes finales de la canción se hicieron presentes en ese lugar
- ¡Nezumi!
Ambos escucharon una voz femenina que llamaba al ratón, por lo que Sion se apartó de él un poco y Nezumi volvió a poner aquella postura que siempre tenía en el trabajo
- Estoy aquí – Respondió con una voz bastante pesada, como si hubiera un enorme nudo en sus cuerdas vocales que no le dejaba hablar de nueva cuenta
La puerta del lugar se abrió, dejando ver a la chica que trabajaba con él.
- ¡Qué bueno que te encuentro! – Exclamó mientras entraba en el lugar – Hay demasiada gente llegando y necesitamos que nos ayudes
- Voy en un momento
- De acuerdo – Y dicho esto salió del lugar, sin siquiera haber notado la presencia del otro
- Vaya, al parecer no te dan descansos largos, ¿verdad? – Comentó Sion como si nada, tratando de quitar aquella intensidad en el ambiente. No era del todo consiente de lo que acaba de decir, tampoco de la repercusión que tendría en el otro… Pero era la verdad – Yo… Estaré allá fuera - Bajó los ojos y pasó al lado de Nezumi.
- Sí - Apenas pudo mascullar una respuesta. Sus hombros subían y bajaban ante su respiración entrecortada.
“Estoy más asustado de perderte a ti más que a cualquier otro”
Las palabras de Sion también eran sus propios sentimientos. No le gustaba admitirlo, pero era la verdad, y no tenía otra opción.
“No lo pude evitar. Yo, de entre toda la gente, me deje capturar” Había sido capturado completamente…
Nezumi apretó los dientes una vez más, hicieron el sonido grueso y pesado, como el sonido de engranajes girando. El sonido resonó en el fondo de su cuerpo.
¿Por qué Sion había dicho aquello? ¡Él era feliz sin tener que ser consiente de aquel enorme sentimiento que se albergaba en su pecho! ¡¿Por qué demonios tenía que mostrarle de una manera tan tonta que el único que no había querido admitirlo era el mismo?!
Sion había salvado su vida, pero él también lo había hecho… Habían convivido y pasado los días juntos, entre bromas, discusiones e infantiles peleas… Nezumi había sido evasivo y aprehensivo hacía la relación que ambos mantenían… Pero aun así nunca pudo romperla por completo…
Y ahora la realidad le caía como un balde de agua fría sobre el cuerpo… Estaban conectados de manera estrecha –muy estrecha- y tan íntima entre ellos que con cualquier otra persona, sin importar lo que el hiciera, sin importar cuanto luchara contra eso, nunca podría romperlo.
- Mírame… Mira lo que has hecho, Sion… He caído bajo tu horrible influencia - dijo Nezumi penosamente, resignándose por completo a lo que posiblemente ya sabía, pero no quería admitir. Cerró los ojos recordando aquellas palabras y la manera en la que habían sido dichas por parte del otro, su cabello blanco, que en realidad parecía más transparente se había teñido por los colores de la luz de la luna… Tal vez su cabello había perdido su color, pero aún tenía su brillo… A su parecer, lo más hermoso que había visto en años.
Salió del lugar, después de unos minutos más un poco más tranquilo, con su máscara de serenidad en el rostro, aparentando que en ese lugar no había pasado nada.
Por capricho se puso a buscar al otro con la mirada, encontrándolo entre un montón de personas que hablaban animadamente con él.
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- ¿Se divierte majestad? – Escuchó una voz detrás de él, ahí estaba Nezumi con una charola en la mano con varias copas llenas de líquido blanco
- Se puede decir que sí – Respondió sonriendo
- Al parecer es popular entre estas personas… Su linaje real lo persigue al parecer
- En realidad, es por el cabello
- ¿El cabello?
- Sí, me han preguntado varias veces si es teñido, o como obtuve ese color… Aunque también me halagaron
- ¿Te halagaron? ¿Por qué?
- Han dicho que es único
- Bueno por supuesto que es único, nadie tiene la cabeza llena de cabello nevado como tu
- También dijeron que era bonito
- ¿Estás emocionado porque alguien elogió tu cabello? ¿Qué eres, una chica?
- Sion… - Ambos escucharon la voz de una chica, una que Sion conocía de hace años, pero que a Nezumi comenzaba a exasperar.
- ¿Safu? – La sorpresa se dibujó en sus ojos - ¿Qué haces aquí?
- El jefe del lugar conoce a mi padre y lo invitó… - Puso su mano nerviosamente en su cuello – Está demás preguntarte porque estás tú aquí – Inquirió al ver a Nezumi a un lado de él.
- Yo…
- Está bien, no tienes que decirme nada – Sonrió de manera desanimada
La mirada de Nezumi se había posado en ella, realmente el hecho de que estuviera cerca de Sion le causaba cierta molestia… Si solo fuera una amiga posiblemente no se sentiría así… Pero ella tenía otras intenciones con el peli-blanco, eso no podía llamarse amiga
- Mi padre quisiera saludarte, ¿quieres venir? – Agregó mirando de reojo al ratón
- Claro, tiene mucho que no hablo con él – Sonrió como siempre solía hacerlo – En seguida regreso, Nezumi
Pero el otro no respondió, mientras observaba como aquel hombre recibía a Sion con los brazos abiertos y sonreían… Era un cuadro muy natural, aunque claro para él no porque sus padres habían muerto… Pero se veía tan normal que le molestaba bastante
- Vaya, alguien está de mal humor
- Cállate – Respondió a las palabras de Inukashi
- Oh, al parecer tienes competencia – Agregó al ver como la chica le sonreía a Sion
- Creo que dije que te callarás – Ahora estaba más irritado
- Vamos, ni siquiera lo estás negando
- ¿Por qué demonios trajiste aquí a Sion?
En respuesta el otro simplemente se encogió de hombros
- Lo considere un buen detalle… Ahora iré a divertirme un poco, mesero –Agregó solo para molestar
Volvió su vista hacía Sion. Sentía una irritación hormigueando en su pecho, sentía que el dominio de sí mismo se rompería en cualquier instante, hasta que el peli-blanco hizo una formal reverencia y volvió hacia donde estaba el ratón por lo que una discreta sonrisa se hizo presente en su rostro
- Mi turno termina pronto, Sion – Dijo casi al aire
- Eso quiere decir que no podré escucharte cantar
- Bueno, al parecer este año me encontraron remplazo… Lástima por ti
- Eso no es justo
- La vida no suele serlo… Aunque si te sirve de algo, algún día cantaré para ti
- ¿De verdad? – La sonrisa había regresado a su rostro
- Lo que sea por satisfacer los deseos de su majestad – Y dicho eso siguió con su trabajo, aunque ahora le debía otro favor a Inukashi por esa noche.
By:
[~ Sora Jigoku ~]