Capítulo 6 Wide Awake
Ese día habían terminado de empaquetar todo en las cajas que se llevarían al bloque, pero primeramente irían a verla. Ambos caminaban de manera callada, Sion de nueva cuenta tenía el gorro sobre su blanco cabello. Esa era la razón por la que Nezumi no lo mirara tanto, puesto que se le hacía tremendamente adorable cuando se lo ponía.
Mientras Sion veía con asombro el lugar en el que estaba, puesto que nunca había estado en ese lugar y tal como había dicho Nezumi, era bastante fácil perderse por esos lugares, por lo cual trataba de no perder de vista al chico con el que iba y al hacerlo se quedaba admirado de la forma tan elegante y ágil en la que se movía entre la gente, en todo el tiempo que ambos llevaban en esa calle no hizo contacto con ninguna persona “Tal ágil como un ratón. ¿Huh?” Una sonrisa se curvó por sus labios ante ese pensamiento.
En un punto del viaje se quedó admirando una librería enorme, puesto que en letras grandes estaba como recomendación de la librería uno de los últimos libros en los que había trabajado “Eso me recuerda… Que no he podido seguir con el trabajo de Safu” agacho un poco la mirada “Lo siento… Safu”
- Oye – La voz de Nezumi de pronto llegó a sus oídos a través del ruido de entre la demás personas, por lo que el peliblanco se giró a verlo – Sígueme de cerca, no te apartes de mí… Esto no es como en lugares donde has vivido, este lugar es mucho más peligroso – Mirándolo a los ojos
- Lo siento – Observándolo fijamente, “¿Cómo es posible que diga esas cosas?” Desviando el rostro al sentir que un color rosado subía por sus mejillas
- Simplemente sígueme – Volviendo su rostro hacia el camino, de nueva cuenta evitando mirar ese sonrojo que el otro tenía.
Solo tuvieron que caminar durante unos minutos más antes de llegar a una enorme construcción que parecía ser bastante antigua, dejando fascinado a Sion puesto que nunca había visto nada así
- ¿Es aquí? – Dijo de pronto bastante asombrado al ver que Nezumi había abierto la puerta del lugar que tanto había llamado su atención.
- Si, es aquí – Igual de serio que de costumbre, evitando mostrar cualquier emoción que lo pudiera delatar.
El recibidor era bastante grande, con demasiados muebles que también parecían antiguos haciendo el exacto juego con el resto de la casa
- Que lugar – Susurró Sion, hasta que se dio cuenta de que detrás de los muebles habían todavía más perros, que comenzaban a acercarse a ellos mientras mostraban sus colmillos y gruñían a los dos intrusos
- Quédate detrás de mí, Sion – Rápidamente Nezumi se puso delante del peliblanco, por qué lo hacía para él era demasiado incierto pero algo era seguro, lo protegería con su vida de ser necesario.
- ¡Ah!
- ¡Sion! –Giro la mirada rápidamente en cuanto escucho ese grito salir de la garganta del otro, se relajó al momento en que vio que un perro estaba lamiendo su rostro felizmente
- Es el chico que me quito mi gorro – Habló en dirección al peli azul que en ese momento lo miraba con duda en los ojos.
- Bienvenidos – Se escuchó la voz de Inukashi por encima de la escalera principal del corredor
- … - Un silbido salió de los labios de Nezumi, quien fijo su vista en su “amable” anfitrión de esa noche – Creo que deberías aprender a darle una bienvenida más adecuada a las personas, Inukashi – Tranquilo y sin ninguna emoción
- No eres el más adecuado para decirme eso, además, tu entraste en mi casa sin permiso alguno
- La puerta abierta me sonó como una fantástica invitación de tu parte
- … - Sion observaba en silencio como de nueva cuenta el Nezumi amable que conocía desaparecía para mostrarle a aquel chico que había conocido ese día en el restaurante, aquel que se cerraba al mundo.
- ¿Quieres que te muestre la casa? – Pregunto de pronto
- No es necesario, quiero la llave – Con seguridad, lo había decidido. Ambos se irían a vivir ahí
- Ara, ¿tan decidido estas? – Siempre era igual, una vez que decidía algo lo llevaba a cabo, sin decir por qué, sin aclarar nada, solo actuaba para sí mismo… Ese era el chico que tanto tiempo llevaba de conocer.
- ¿Te parece que estoy jugando?
- Aquí tienes – Lanzándole el juego de llaves
- Bien, iré por las cosas – Tomó ambas llaves y entonces se dio la vuelta en dirección a la puerta
- Sion puede quedarse aquí, ¿no es así? – Interrumpió de pronto
- … - Nezumi detuvo sus pasos en cuanto escucho el comentario de Inukashi
- ¿Quedarme? – Preguntó el peli blanco mirando
- Si, como ya dije… Eres hasta cierto punto interesante, y además no veo el problema en que lo hagas, ¿no? – Ese chico había logrado sacar algo de Nezumi que nunca en toda su vida de conocerlo le había mostrado, por eso ahora era su interés
- Entonces, ¿quieres que yo traiga todo? – Cerrando los puños dentro de sus bolsillos de nueva cuenta, no le caía mucho en gracia que a Inukashi se le hiciera interesante el oji rojo.
- ¡No! Déjame ayudarte –Obviamente Sion no quería dejarle todo el trabajo pesado a Nezumi
- ¿Ayudarte? – Una carcajada salió de lo más profundo de la garganta de Inukashi
- Disculpa, pero… ¿Qué te causa tanta gracia? – Confundido
- Oh, Nezumi… - De alguna manera, ignorando a Sion - ¡No le has enseñado nada a este chico de cómo sobrevivir en el mundo real! – Siguiendo con su risa
- No es asunto mío enseñarle
- ¿Sobrevivir?
- ¡Sí! Se supone que tu deberías pensar solo en ti mismo, diablos, ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que escuche la frase déjame ayudarte
- Deja de joder, Inukashi
- ¡Vaya! Defiendes a este chico… Los rumores son ciertos, entonces
- … - De nueva cuenta el rubor había acudido a sus mejillas, pero internamente agradecía que la oscuridad del lugar no dejaba que se hiciera más notorio
- ¿Rumores? – Sin importarle realmente lo que llegaran a decir de él
- Si, que adoptaste una “mascota” extraña – Apuntando con la mirada al chico de los cabellos blancos, observándolo de la cabeza a los pies, una mirada que pondría de malas a cualquiera
- Hablando de mascotas, ¿Cómo puedes cuidar a tantos perros? – Preguntó de pronto Sion, era algo que en ese momento le daba curiosidad… En esa sala estaban cerca de 22 perros y ninguno parecía capaz de desobedecer a su dueño
- ¿Tantos? Estos son los padres, las hembras y los cachorros están detrás – Señalando por una enorme ventana que estaba cerca de donde estaba, sintiéndose tremendamente halagado por aquella impresión en el otro.
- Ca… ¡¿Cachorros?! – Una emoción repentina broto en él, de alguna manera siempre le habían gustado esas criaturas pequeñas y tiernas…
- Si, ¿eso tiene algo de malo?
- ¡Para nada! ¡Todo lo contrario! –Puso de pronto su mano sobre sus labios y sonrió de manera un tanto apenada por mostrar sus emociones así como si nada – Es solo… Me gustan demasiado los cachorros
- Nezumi… ¿Qué sucede con este tipo? – Acaba de llamarlo “mascota” de Nezumi, lo había observado de una manera arrogante y desde que lo conocía no había hecho más que molestarlo, y aun así le mostraba esas expresiones y amabilidad. No era una persona normal
- Creo que es “subnormal” – Poniendo los ojos en blanco, estaba molesto… Molesto por tener que compartir esas tiernas expresiones del otro con Inukashi, las expresiones que se suponía solo él debía conocer
- Me pregunto, por qué estarías, tú de todas las personas cuidando de un subnormal – Intentando imitar el tono tan curioso que había hecho Nezumi
- Tiene problemas, y aunque puede que no lo parezca es un excelente editor
- Eso me suena a peso muerto [1]
- Le predicas a la iglesia [2] – Dándole la razón
- … - Sion se limitó a escuchar, con una sonrisa en el rostro… A pesar de que Nezumi se comportaba diferente en esos momentos, lo seguía sintiendo igual de cálido, eso y que el “excelente editor” que había salido de los labios del otro lo había hecho más feliz que nadie
- Bueno, iré por las cosas… - Anunció caminando a la puerta
- ¿No necesitas ayuda? – Dijo Sion al tiempo en que se incorporaba del piso con rapidez
- No, puedes ir a ver los cachorros si quieres – Saliendo de la casa antes de que el otro pudiera decir o hacer algo que lo hiciera cambiar de parecer.
Lo había pensado mejor, tenía razón, era un subnormal pero uno que no se daría cuenta de que lo estaban siguiendo, de que corría peligro. Lo mejor sería ir a casa por las cosas solo de esa manera no correría ningún riesgo, así que por mucho que odiara dejarlo a solas con alguien como Inukashi tendría que aceptarlo, porque odiaría mucho más el hecho de que le volvieran a hacer daño.
- Vaya, creo que te ha abandonado aquí – Soltó de pronto Inukashi al ver la expresión del otro
- ¿Eh? – Dándose la vuelta por un momento se había olvidado de que ahí estaba Inukashi, observando detenidamente cada uno de sus movimientos – Perdona, ¿dijiste algo?
- Olvida lo de subnormal, eres un cabeza hueca – Realmente sorprendido, jamás había conocido a alguien como él,
- Lo tomaré como un halago de tu parte, si no te molesta – Sonriendo de medio lado
- No entiendo como Nezumi puede soportarte… El odia a las personas que tienen la cabeza en las nubes – Hablando de forma sincera
- ¿Eh? Inukashi… ¿Eres cercano a Nezumi?
- ¿Cercano? Es más fácil ser cercano al sol que a ese tipo – Poniendo la mano en su cabeza, pareciendo haberse molestado - ¿Por qué crees algo así?
- Bueno… Parecen amigos…
- No podríamos ser amigos de ninguna manera
- ¿No?
- Ambos sabemos que los lazos con las personas son trampas, cosas que hay que evitar si quieres sobrevivir en este mundo… Por eso, solemos no tener amigos, ni personas cercanas… Ambos trabajamos a veces juntos, eso es todo
- Creo que no entiendo…
- Ah, olvídalo, empiezo a creer que eres algo así como un caso perdido – Restándole importancia haciendo un ademán con la mano – Dime, ¿cómo se hizo tu cabello blanco?
- ¿Ah? – Quitándose el gorro azul que tenía puesto en la cabeza - ¿Esto? – Mostrando un mechón de su hermoso y blanquecino cabello
- Sí, tengo curiosidad desde la primera vez que te vi… Soy una persona curiosa, ¿sabes?
- … -“Supongo que si Nezumi tiene confianza en Inukashi es por algo así que…”– Tengo una enfermedad, se llama “enfermedad de la abeja y la serpiente” – Suspirando – Se puede decir que eso fue lo que causo principalmente “esto” y también… - En ese momento se quitó también la bufanda del cuello, dejando ver la hermosa serpiente que tenía en él.
- ¡…! – Se acercó de pronto más a Sion y admiro aquella línea roja que se marcaba en esa piel pálida – Parece una serpiente… ¿Tus venas están afectadas?
- No realmente, es solo exterior – se hizo un momento de silencio hasta que – Cierto, Nezumi me dijo que estudiabas en la misma universidad que él, ¿también medicina?
- ¿Nezumi te habló de mí? – Realmente con el impacto dibujado en el rostro
- No exactamente, eso fue lo único que me dijo
- Ah, no… En sí no es medicina tal cual como Nezumi, yo seré médico veterinario, claro especializándome en perros como podrás suponer - Seguía con la impresión presente, no podía creer que Nezumi le hubiera dicho cualquier cosa a alguna persona al ser tan cerrado y serio como era.
- Tu realmente… Debes amar a los perros, ¿no es así? – Sonriendo de manera dulce.
- Si, a decir verdad… Si – Sin saber por qué la verdad salió de sus labios – Mi madre murió cuando yo era un bebe y mi padre se encargó de cuidarme… Aunque yo no era su principal prioridad. Este lugar era de él y desde entonces ya tenía a su cuidado a cualquier perro que se encontrara en la calle, así que yo pasé a segundo plano. Aun así una de las perras me adopto como otro miembro más en su camada, me cubría cuando hacia frio y jugaba conmigo cuando me hice un poco más grande… Ella fue como mi madre – haciendo una pequeña pausa, esperando a que el otro hiciera un comentario sobre esa historia, pero al ver que le miraba de manera atenta, esperando escuchar el resto de la historia, continuo con su relato – Cuando yo tenía alrededor de 9 años, falleció mi ma, como solía decirle, de una enfermedad que no tuvimos dinero para atender – Recordando aquellos días con tristeza – Eso me afecto bastante, incluso más que la misma muerte de mi padre más adelante, ahí fue cuando decidí que yo quería salvar la vida de estos animales… Ellos nunca traicionan, nunca abandonan, siempre están del mejor ánimo para recibirte… Te dan lo mejor de ellos sin esperar nada de ti, realmente la vida de un perro vale mucho más que la de cualquier humano… [3]
- Vaya – Realmente sin saber que decir, no esperaba que le dijera eso, pero estaba sinceramente conmovido por aquellas palabras
- Aunque, toda la universidad se burla de que mi ma en realidad era un perro y lo toman como una broma – Mostrando un rostro realmente molesto
- No veo porque deban tomarlo así, te alimento, te cuido e incluso jugo contigo… Yo creo que es algo digno de respeto y de admiración, no de burla – Bastante molesto y serio también
- Eres la única persona que no se ha reído de la historia de mi ma…– “Aparte de Nezumi”Observándolo atentamente, buscando algún rastro de burla, fracasando en encontrarlo… Lo decía en serio
- No tendría por qué hacerlo… A lo que dices, fue una gran madre – Sonriente de solo pensarlo
- Basta de tus historias, Inukashi – Nezumi estaba de pie en la puerta del lugar, observando que la cercanía entre ellos se había reducido… En algún punto, Inukashi había decidido contar esa historia tan personal que no salía compartir con nadie más.
- ¡Nezumi! – Dijo con entusiasmo al ver que estaba ahí la figura más hermosa que sus ojos hubieran visto en cualquier momento – Volviste demasiado rápido – sonriéndole
- Aja, las cosas están afuera, ¿crees poder ayudarme a llevarlas? – Sin mirarlo, esa sonrisa le quemaba en lo profundo de su ser.
- Iré afuera – Saliendo del lugar, el hecho de verlo de frente le causaba sensaciones que nadie más podía producir y no sabía cómo reaccionar a ellas, así que pensó que el aire podría serle de mucha ayuda
- … - El otro no le dijo nada mientras salía del lugar y dirigió su vista a Inukashi – Que conmovedor contándole al subnormal sobre tu madre… ¿Quién lo diría?
- Fue simplemente un cambio de anécdotas, si quieres verlo de esa forma – Bajando las escaleras hasta estar a un lado del otro.
- ¿Anécdotas? Me pregunto qué te habrá compartido él
- Me dijo que tiene una enfermedad con un nombre raro… -Acercándose a Nezumi - ¿Esa es la razón de que lo tengas contigo?
- Mis razones son asunto mío, no pensarás que por eso ahora somos cercanos un nada por ese mismo estilo, ¿verdad? – Molesto de que supiera algo del peliblanco, molesto de nueva cuenta de tener que compartir algo que debía ser solo suyo con alguien más
- ¡Como si alguien quisiera ser tu amigo! – Bufando
- Bien, entonces también me retiro… - Sacando una bolsa de cuero y dejándola en la mesa que estaba cerca de ahí – Tu pago, no creas que lo olvidé – Saliendo también del lugar
- … - Inukashi simplemente no entendía por qué el otro se estaba comportando se esa manera… Ese chico, Sion era diferente de todo lo que había conocido y por lo visto para Nezumi era más que un simple peso muerto
Una hora después lograron meter todas dentro del pequeño cuarto que ambos estaban por compartir, era pequeño y solo tenía una habitación sencilla con una cama, pero en verdad le hacía ilusión a Sion, no sabía cuánto iba a durar su estancia junto al otro… Pero internamente sabía que esos serían los mejores días de su vida
- ¿Es algo pequeño para su Majestad? – Estaba detrás de él con la última caja en sus manos
- ¿Bromeas? ¡Es perfecto! – Sion estaba prácticamente brillando de la felicidad por ello.
- ¿Podrías dejar la efusividad? – Dijo mientras hacia una mueca, de verdad cuando el otro ponía unas facciones tan lindas como esa, no sabía cómo responder a ellas – Eres realmente fácil de complacer, ¿no es así?
- Los pequeños detalles, son los mejores… - Sin quitar la sonrisa del rostro
Nezumi decidió no hablar más sobre ese tema y después de chasquear la lengua de manera ruidosa decidieron acomodar las cosas en su nuevo “hogar”.
Aun así para sorpresa de los dos, cuando terminaron de acomodar el cuarto lo que más abundaba en sus alrededores… Eran libros, ese lugar se veía prácticamente como una biblioteca entre los que eran de Sion y los de Nezumi.
- ¡Vaya! – Sorprendido por ello, el peliblanco no espero que fueran tantos.
Eran altas horas de la noche, llevaban horas acomodando, pero por alguna extraña razón ninguno de los dos se sentía para nada cansado, por el contario sentían cierto entusiasmo por ello.
Aunque Nezumi estaba más que nada nervioso por tener que convivir con ese chico más tiempo, pero no podía dejarlo a su suerte y eso lo confundía.
- Si, de alguna manera parece que juntar tus libros con los míos no será mala idea… Tienes algunos que no he podido leer – Observando algunos de los libros que tenía
- Siente libre de tomar el que gustes – Sonriendo al ver el rostro de Nezumi tan interesado en ello, pero en algún momento su mirada se quedó perdida en aquel chico que observaba aquel librero, seguía siendo tan perfecto como cuando lo veía por su ventana, continuaba siendo el único que podía hacer su corazón latir de esa manera, su corazón latió de manera un poco dolorosa “Algo que nunca podrás decirle…” se recordó a sí mismo.
De pronto los hermosos ojos de Nezumi se enfocaron en él y en la forma en la que lo estaba mirando
- Ah… - Retrocedió ante aquella mirada, con miedo a que sus sentimientos fueran descubiertos solo por una mirada
- ¡Cuidado! – Grito Nezumi al ver que se dirigía a una enorme pila de libros, la cual amenazaba con derrumbarse sobre él.
La pila callo irremediablemente al ser tan inestable, Sion había cerrado los ojos y había esperado sentir alguna especie dolor por aquella considerable cantidad de libros, pero cuando abrió los ojos, extrañado de no sentir nada, se encontró con que el oji plata estaba encima de él, cubriéndolo del golpe
- Sion, ¿estás bien? – Preocupado
- Si, gracias a ti… Pero, ¿tú estás bien? – Observando cómo se incorporaba del piso y se sentaba
- Puedo decir que si… Creo que me cayó una enciclopedia en la cabeza – Quitándose algunos libros de encima, entre ellos la supuesta enciclopedia
- ¿Quieres que te revise? – Mucho más preocupado, de verdad no quería que se causara ningún daño por protegerlo.
- No, no creo que haya sido algo grave, no te pongas tan serio – Notando que de verdad estaba preocupado por él
- Me alegra tanto oír que estas bien – Suspirando de alivio.
- Bueno, creo que tendremos que acomodar esto, su Majestad, si no podría hacerse daño y eso es algo que queremos evitar, ¿no es así? – Esperaba una respuesta del peliblanco, pero no obtuvo ninguna por lo que se giró a observarlo, nunca lo había visto de la manera en la que lo veía ahora, estaba completamente serio con la vista fija a alguno de los tantos libros que se encontraban tirados por ahí - ¿Qué pasa, Sion?
- Yo… Simplemente… - Sin poder hablar de manera correcta se estiro un poco y tomo el libro del suelo para verlo más de cerca.
- … - Nezumi reconoció el libro de manera inmediata, sin tener que ver la parte de adelante por lo importante que era para él - ¿Qué pasa con ese libro?
- ¿Cómo es que lo tienes tu…? – Aun bastante sorprendido
- ¿De qué estás hablando? –Un poco confundido de todo aquello, su corazón latió de pronto de una manera rápida
- No… Imposible… - Abrió el libro rápidamente, observando las imágenes en él y de pronto y se fue al final, para comprobar si sus sospechas eran ciertas… Y cuando llego al final del libro su corazón se detuvo, le faltaban las ultimas hojas - ¿Cómo es que llego este libro a tus manos?
- ¿Eh? ¿Por qué lo preguntas? – Un poco nervioso de a dónde estaba yendo todo
- Simplemente, dime por favor… - La manera en la que los ojos de Sion brillaban en ese momento, de pronto le trajeron un recuerdo a Nezumi e intento apartarlo tan pronto llego
- Alguien me lo dio hace mucho tiempo – Contestó simplemente
- … - Sion se levantó de pronto del lugar en el que estaba y camino hacia una de sus cajas, en donde estaban guardadas sus cosas más preciadas y abrió la caja
- ¿De qué va todo esto? – Confundido
- ¿Puedes recordar quien te lo dio?
- No claramente, tiene mucho tiempo
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Flash Back~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
“Todo ha terminado…” era el pensamiento de un Nezumi mucho más joven, diez años atrás, cuando simplemente tenía 11 años de vida, sus padres acaban de morir y se encontraba completamente solo, caminando bajo la lluvia. La noche se había hecho presente en ese momento, de alguna manera sentía que ya no quería seguir viviendo, ¿a quién podría importarle? Para él era muy difícil en ese entonces hablar con las personas y por eso era tan dependiente de sus padres en todo momento, porque eran los únicos con los que podía hablar de la manera en la que lo hacía normalmente sin sentirse mal por ello
“Estoy completamente solo…” en ese momento estaba sentado en un puente bastante alto
“Tal vez, debería seguir sus pasos…” Su mente le ordenaba que saltara de ese puente, que se olvidara del mundo que estaba dejando atrás, puesto que de alguna manera… El mundo se olvidaría de él.
“Nadie va a extrañarte… Te lo aseguro…” Esa acida voz en su cabeza se lo repetía de nueva cuenta, iba a cumplir su cometido, iba a saltar cuando sintió una mano sobre su hombro deteniéndolo suavemente. Pero en un movimiento en falso de su cuerpo, él y la persona que lo había tomado por el brazo cayeron hacia atrás, al pavimento del puente.
- ¡¿Estas bien?! – Pregunto una voz bastante infantil, era un niño que estaba a un lado de él, la persona que lo había detenido.
- ¡¡¿Por qué te metes en los asuntos de los demás?!! – Le gritó, así era su carácter, era por eso que nadie podía comunicarse con él, era por eso que mantenía a todo ese podrido mundo alejado de él
- Sé que no es mi problema, pero simplemente no puedo ignorar a alguien que necesita ayuda – Dijo aquella voz
- … - Esa respuesta realmente lo hizo enojar más de lo que debía por lo que tomo al otro por el cuello y lo puso en contra de la muralla - ¿Y quién te dijo que necesito tu ayuda?
- Tu brazo… - Susurro aun en la oscuridad
- ¿Perdón?
- Te lastimaste el brazo… Déjame ayudarte con eso – Sin poder respirar de manera adecuada
Dudo por unos momentos, pero entonces soltó aquel agarre que tenía sobre el otro, aun repasando que era lo que haría ese chico… Tal vez, sobre lo de ayudar con su brazo sería una nueva mentira que no cumpliría, es decir, ¿Quién ayuda a alguien que lo intenta estrangular?
- Parece una cortada… Aquí no podré atenderla… - Susurrando
- … - “Lo sabía…”
- ¿Puedes venir a mi casa? – Preguntó de pronto, dejando al otro completamente impresionado, ¿hablaba en serio?
Decidió seguirlo en silencio, sin hacer ningún ruido
- Eres demasiado sigiloso – Dijo el otro mientras avanzaban en la lluvia – Tengo que voltear a menudo para comprobar que sigues ahí – Aunque no le contestaba le seguía hablando, por alguna razón que no conocía.
- … - Silencio, ¿Con que clase de persona se había encontrado?
Llegaron a una casa, que estaba en el mismo distrito en el que solía vivir con sus padres antes de que ellos… Entonces el dolor volvía a rasgar en su pecho, todo lo que tenía se había vuelto polvo frente a sus ojos. Notó de pronto que no había nadie en esa casa
- ¿Tus padres no están? – Preguntó de pronto, hablando con voz baja y fría, ese era su tono de voz usual y en esos momentos no lo iba a cambiar.
- Mi padre se fue de esta casa hace mucho… Y mi madre murió, así que no, no están – Hablando de manera tranquila
- ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? – Ahora que estaban en la luz, lo podía ver… Era un chico de cabellos y ojos castaños, que se veían de cierta manera radiantes a los ojos de Nezumi
- Me acostumbre, si quieres verlo así… Ahora, déjame ver tu brazo – Acercándose
- ¿Por qué haces esto? – Preguntó de pronto
- ¿Eh? Porque… Te vez bastante mal y… No lo sé – Diciendo esto mientras tomaba un algodón y comenzaba a desinfectar la herida que tenía el otro.
- Un subnormal despistado, ¿Huh?
- Hehe, tal vez
Ninguno de los dos dijo nada más mientras el otro colocaba la venda sobre el brazo del oji plata
- ¿Estas huyendo de casa? – La curiosidad de pronto pudo más que nada
- ¿Te parece que estoy huyendo de casa?
- Creo que debes tener tus razones, pero si no estás huyendo de casa… ¿Quieres quedarte? – Sonriendo
- ¿Quedarme? ¿Por qué tendría que hacer algo así? – Honestamente cada vez más sorprendido
- El clima afuera es peligroso y podrías enfermarte, además no creo que te haga ningún mal quedarte, ¿no crees?
- Tú – En ese momento tomo al chico y lo puso sobre el sillón colocándose encima de él
- ¿Qué…?
- ¿No crees que yo podría ser peligroso para ti? – Hablando con voz amenazante en el odio del otro
- ¿Cómo…? ¡¿Cómo hiciste eso?! - Sonriendo otra vez - ¡Eres asombroso!
- … - Observándolo con atención y después rompiendo en una carcajada sonora – Caray, tu verdaderamente eres único
- … - De alguna manera, se quedó observando esa sonrisa por un momento como embelesado, nunca había visto nada tan hermoso como esa sonrisa
Ambos cenaron juntos, sin conversar mucho, puesto que no sabían ni siquiera de qué hablar, Nezumi tomo un baño primero y después aquel chico.
Le presto un pijama muy cálido y después de eso subieron al cuarto para dormir un poco. Hasta que la mirada de Nezumi se encontró con algo que estaba sobre la cama, un libro hermoso grande y de apariencia antigua, sus portadas eran café y tenían escrito en letras doradas “Erase Una Vez…” [4] Aquel clásico inicio de todos los cuentos de hadas, pero por alguna razón le llamo demasiado la atención.
- ¿Te interesó ese libro? – Preguntó el chico de cabello café detrás de él
- Si… - Contesto simplemente
- Era lo último que estaba leyendo con mi madre – Lo tomo entre sus manos – Puedes quedártelo
- ¿Estás hablando en serio? – Incrédulo
- Bueno, no lo he terminado aún… ¿Podría quedarme con las ultimas hojas? – Admitió un poco sonrojado
- ¿Cómo lo terminaré yo? – Extrañado
- El resto te lo daré cuando nos volvamos a encontrar – Sonriente
- Esta bien, supongo – Poniendo los ojos en blanco mientras el otro chico arrancaba algunas de las hojas de la parte de atrás con sumo cuidado y delicadeza.
Esa noche ambos habían compartido la cama, de alguna manera… Le había hecho bastante bien conocer a ese chico. Por primera vez, su corazón latió de una forma cálida
A la mañana siguiente a ambos se les había hecho tarde para el colegio por lo que salieron demasiado rápido de la casa.
Nezumi terminó de leer lo que tenía del libro en poco tiempo, lo cual le hizo más llevadero el dolor de no tener a sus padres y la soledad en la escuela, se la pasaba leyendo aquellos cuentos.
Cuando regreso a la casa de aquel extraño chico para pedirle el resto se dio cuenta de que la casa estaba completamente sola…
Trato de preguntar a los vecinos sobre él, pero en ningún momento pregunto su nombre, lo cual hacia complicada la búsqueda… No volvió a encontrarlo, pero lo que había hecho por él, se había quedado en el corazón del ratón… Con ese libro y con sus acciones le había devuelto las ganas por seguir viviendo.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Fin Flash Back~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
- ¿Vas a decirme de que va todo esto? – Levantándose y caminando hacia donde estaba el peliblanco.
- … - No le contestó, siguió buscando algo, hasta que saco una caja de madera
- ¡Sion! – Ya completamente irritado por aquello
- ¿Aún quieres el final del libro? – Dijo de pronto
- ¿Eh? ¿A qué…? – La voz dejo de salir de su garganta en el momento en el que el oji rojo le mostro las hojas que faltaban en su libro – Tiene que ser una jodida broma… Tu…
- … - El otro simplemente no podía creer, que después de 10 años, el destino lo había vuelto a unir con su primer amor… “Que tan lógico es… Que precisamente, me haya tenido que enamorar… De la misma persona 10 años después…” Se preguntó internamente, mientras los recuerdos llegaban a él
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[~Sora Jigoku~]