Capítulo 02: Mirror
- Supongo que aquí podemos hablar tranquilos - Se sentó en una de las sillas que tenía cerca - ¿Cuál es tu nombre?
- Sion... - Aún con un leve sonrojo sobre las mejillas - Yo, de verdad muchas gracias por ayudarme, no sé qué hubiera pasado si no me hubieras ayudado en ese momento, de nuevo gracias
- No fue nada particularmente asombroso - Dijo restándole importancia - Dime, ¿A qué diablos se refería ese tipo cuando dijo que: "te había comprado"? - En ese momento se había puesto serio por completo.
- Sobre eso… Dijo la verdad… Mi padre me vendió hace unos días a Anubis – Dijo agachando la mirada, avergonzado… Ya que eso no era algo que un padre normal haría, pero estaba consciente de que no era del agrado de su padre
- ¿Cuántos años tienes?
- 19 - Respondió sin saber a qué se debía esa pregunta, el otro lo miró alzando una ceja Sion no parecía de esa edad, a decir verdad lo veía como si tuviera 17
- Eres mayor de edad, puedes denunciar que te han vendido – Dijo tratando de pensar en varias soluciones para el problema que tenía el otro, a decir verdad no quería que nada le pasara
- Eso mismo pensé yo, pero… Mi padre tiene muchas influencias en el gobierno y con algunos políticos… No servirá de nada – Soltó un suspiro de pronto no le encontraba una solución
- ¿Por qué te vendió? - Aquello no tenía sentido alguno, es decir, estaban en el siglo XXI las personas ya no vendían a las personas como si fueran objetos… “¡Ricos bastardos! ¡Creen que pueden hacer lo que quieran con las personas!” Ahora si estaba más molesto
- Salvar su empresa
- ¡¡Acabas de decirme que tiene conexiones!!
- Seré muy honesto… No creo que lo haya hecho por necesidad… Y creo que la suma que pidió por mí fue irracionalmente pequeña
- ¿Por qué no pagas tu entonces? – Confundido y cada palabra lo molestaba más
- Porque Anubis no dejara que sea yo quien pague la deuda… Eso está más que claro – Sin quererlo se había puesto triste, su padre era cruel, pero no sabía a qué punto hasta ese día
- Sigo sin entender porque…
- Mi padre, como ya dije es una persona importante por decirlo de alguna manera, quería que yo trabajara en su empresa pero no quise hacerlo… Decidí ser editor y cuando pude me marche de esa casa… Esa es la razón, no hice lo que él quería que hiciera… - Escondió su cabello detrás de sus ojos con cierta tristeza
- Ya veo – Ahora entendía un poco más
- Bueno, gracias por todo… Creo que lo mejor será que vuelva a mi casa y…
- Ni hablar
- ¿Eh?
- Tú te vendrás a vivir conmigo de ahora en más – Cuando dijo esas palabras el otro abrió los ojos con sorpresa, no esperaba esa respuesta – Si te vas existe la posibilidad de que ese tipo vuelva y te lleve… - de solo pensarlo un escalofrío recorrió su espalda, aquel chico, Sion, era demasiado puro e inocente… Veía esos ojos y lo único que encontraba era una especie de ingenuidad y ternura, de ninguna manera lo podía dejar solo, es decir no lo había salvado por nada – Así que te quedaras aquí donde yo pueda cuidarte
- Eso… Sería traerte problemas…
- No importa, no soporto que la gente quiera pasarse de lista y abusar de los demás, me enferman las personas que son así – De alguna manera aquel chico le agradaba de una forma un tanto especial… No podía explicar con palabras el porqué.
- ¿De verdad piensas ayudarme? – Aún sin poder creerlo del todo.
- Ya te dije que si – Pero en cierto momento llegaba a desesperarlo, como insistiendo tanto como ahora
- Eh…
- ¡¿Ahora qué!? – Le grito pensando en que pondría otra excusa, era bastante extraño lo que en esos momentos producía en él.
- Eh… Yo… Necesito ir por algunas cosas a mi casa… - Dijo con un leve sonrojo ante la exasperación que le había provocado al otro, había pasado mucho tiempo admirándolo desde lejos y nunca se imaginó que estaría quedándose en casa del otro no siquiera en sus sueños más locos se le había atravesado por la cabeza esa loca e irracional idea y ahora ahí estaba, con él en una situación bastante extraña “¿Esto será lo que llaman destino?” Era la única explicación que podía darle a eso
- Iré contigo – Se levantó de su silla, no lo dejaría solo ni un momento, ya que… Le preocupaba que el otro fuera e intentara llevárselo.
Ambos salieron de la casa de Nezumi en dirección a la del otro, se sorprendió de sobre manera al saber que el otro vivía a un lado suyo… De verdad no se esperaba algo como eso… ¿Por qué jamás lo había visto entonces si lo tenía tan cerca? Al entrar en la casa del otro se dio cuenta de que estaba llena de libros por todos lados… Estaba fascinado por esa casa ya que era como la suya, amaba los libros… No resistió la tentación de ver los títulos de que estaban por ahí mientras el otro le observaba fascinado, jamás había visto esa expresión en el rostro del otro…
- Hay algo que quería preguntarte… Si puedo, claro está – Dijo el peli castaño
- Adelante – No lo miró seguía viendo esa sorprendente estantería llena de libros que el otro tenía
- Dijiste que tenías 200 millones de yenes, ¿Era verdad? – Pregunto sin ver a otro
- Lo es – Miró al otro, era obvio que preguntaría algo como eso, ya que era un poco difícil de creer que alguien que vivía en esa zona de la cuidad tuviera esa cantidad de dinero – Son los ahorros de toda mi vida… - Regreso la vista al estante.
Eso dejo completamente silenciado al otro, “Eran los ahorros de toda su vida… ¿De verdad planeaba pagarlos… Por alguien como yo?” Se sonrojo mientras su corazón bombeaba sangre a una velocidad y fuerza increíblemente fuerte. Antes pensaba que solo le gustaba el físico que el otro tenía, pero ahora que veía la persona que era… No podía decir lo mismo, recordó un detalle por lo que subió rápidamente a su cuarto y tomo un grueso y viejo libro en sus manos, al bajar el otro lo miraba con atención
- ¿Qué es eso? – Preguntó con interés al ver ese libro ya que tenía una apariencia un poco gastada y antigua. Esos en su opinión eran los mejores libros
- Es una muestra de mi agradecimiento por todo lo que has hecho por mí – Suspiro, tenía el libro abrazado contra el pecho, ya que era una de sus posesiones más valiosas y la que cuidaba más que a ninguna otra, entrego con cuidado la frágil pertenencia al otro, quien al ver la portada se sorprendió de sobre manera
- E-este libro – Dudó unos segundos entre si debía tomarlo o no… Ya que sabía lo que valía y lo imposible que era conseguirlo, de hecho el siempre hecho de tenerlo enfrente era como un sueño para el
- Ayer… Tú estabas observando una revista médica, por eso pensé que esto sería una buena idea para darte… Es una de mis posesiones más valiosas, te lo encargo mucho – Cuando él lo tomo, sus manos se rozaron por una fracción de segundo, lo que hizo que el corazón de Sion volviera a dispararse
- Y-yo… Quiero ser un buen médico, de hecho actualmente estoy estudiando esa carrera… - Observo a los ojos al otro con cierto asombro su voz había sonado entrecortada al decir eso.
- Vaya, entonces espero que sea de tu ayuda
El libro que tenía en sus manos decía “Réquiem Of Healing: Edición 1” se contuvo por completo las ganas de comenzar a leerlo en ese preciso instante, ya que sabía que de ese libro solo existían 10 ediciones, de las cuales de la primera edición solo existían 10 volúmenes en todo el mundo, en esos diez volúmenes veían las enfermedades más extrañas del mundo, aquellas cuya cura aún era un enigma, los síntomas y las posibles curas que podían tener, como era de esperarse el primer libro tendría las más extrañas. Esta era la razón por la que lo quería con todo su corazón… Tenía los otros nueve volúmenes y la verdad es que estaba decepcionado cuando busco ese libro por más de 7 años y siempre escuchaba lo mismo “es imposible encontrarlo”. Una sonrisa se dibujó en su rostro al poder tenerlo, eran verdaderamente pocos los momentos en lo que sonreía… Pero en ese momento no podía quitársela del rostro
- Lo será – Susurró, lograr curar una de las enfermedades de ese libro, era su mayor sueño… Ahora se sentía más capaz de conseguirlo.
Sion comenzó a juntar las cosas que creía serían indispensables y observaba mientras Nezumi estaba sentado en el sillón leyendo cuidadosamente cada una de las páginas con suma atención, tenía una expresión tan diferente en ese momento… Tardo más de lo necesario en juntar sus cosas para que el otro pudiera seguir leyendo, pero ya no podía retrasarlo más
- Estoy listo – Anunció despacio, el mejor que nadie sabía lo odioso que era que alguien te quitara la vista de una muy buena lectura.
- Entonces vamos – Dijo tardándose en apartar un poco la vista de aquel libro, y se sorprendió cuando notó que la tarde había llegado por completo, el día se veía un poco más oscuro, aunque aún no parecía ser de noche. Entonces entro en un pequeño dilema, ya que no quería perder la hoja en la que estaba pero tampoco doblaría la hoja de ESE libro, ahora también se podía decir que era su posesión más importante, en prima por todo lo que lo había buscado y en segunda porque… Se lo había dado el otro
- ¿Quieres un separador? – Pregunto al ver el rostro que había puesto el otro antes de cerrar el libro, tomo uno de los muchos que tenía sobre la mesa, era de un bonito color azul turquesa y no tenía nada particularmente digno de mención, solo unos espirales plateados – Toma
- Gracias – Esa era la primera vez que agradecía algo en su vida entera y no sabía si era por el separador o por el gesto en sí, puso atención en lo que llevaba en las manos, era simplemente una caja –de un tamaño considerable - y su portátil encima - ¿Puedes cargar eso?
- Si, por favor no te preocupes por eso… No soy tan débil como me veo – Toda su vida, siempre le decían que se veía demasiado frágil y hasta cierto punto era verdad… Pero no le gustaba admitirlo
- ¿Y sobrevivirás con eso? – Pregunto abriéndole la puerta y dejándolo pasar
- Por supuesto, tampoco es como si ya no fuera a volver nunca, si necesito algo… Vendré por ello – Aseguró con confianza
- Si tú lo dices – Mientras salían de la casa, miró a todos lados para asegurarse de que no hubiera nada sospechoso en el lugar, esa noche por suerte para él, la tenía libre, era su valioso día de descanso. Entraron en la otra casa sin ningún problema y sin notar nada extraño
- ¿Quieres algo de cenar? – Pregunto al darse cuenta de que no habían comido nada hasta ese momento
- Ah… Si, estaría bien pero… - Se sonrojo un poco
- ¿Qué pasa? – Al notar eso
- Ya que voy a quedarme aquí por un tiempo… Yo… ¿Podría hacerme cargo de las labores domésticas? – No quería estar ahí sin hacer nada, porque eso lo haría quedar mal ante los ojos del otro
- No es necesario que lo hagas
- Quiero hacerlo, por favor
- Esta bien, si de verdad quieres hacerlo por mi está bien – Le dedico una sonrisa de medio lado, era demasiado dulce, nunca le habían agradado las cosas dulces, aquello era una novedad.
Sion preparó una cena bastante rica para ambos, su madre le había enseñado a hacer el mejor estofado del mundo, aunque a su parecer jamás lograría hacerlo como ella lo hacía
- Ahora soy yo el que tiene dudas – Dijo el oji plata
- Adelante… - Se detuvo de comer y miró al otro quien hizo lo mismo
- ¿Cómo hiciste para pagar la cena del otro día? – Al escuchar la historia del otro pensó que no tenía dinero, por lo tanto se le hacía extraño que hubiera podido pagar la cuenta de aquel odioso lugar en donde trabajaba
- Pues, como ya te había dicho soy un editor y me va bastante bien con los autores a mi cargo actualmente… Entonces problemas económicos no tengo – Dijo sonrojándose ante aquella mirada, ya que sabía el desprecio que sentía hacia los ricos
- Ya veo… - Pensó en eso unos minutos antes - ¿Ya conocías al tipo que te compro?
- Si, era mi antiguo compañero en la escuela – Esa era la verdad a medias, Anubis siempre se había sentido atraído a Sion y se lo había dejado claro muchas veces, pero este lo había rechazado en cada ocasión, no sentía nada por el… No había sentido nada por nadie… Hasta que vio el rostro del que llevaba dos años siendo su vecino, esa hacia sido la primera vez que había sentido lo que son las “mariposas en el estómago”
- Oh, ya veo… - Seguía pensando en eso, se llevó otra cucharada de estofado a la boca – Debo admitir que cocinas bien…
- Gracias, me enseño mi madre
- ¿tu madre no se opuso a tu venta y compra? – No sabía de una madre que pudiera aceptar eso
- Si estuviera viva, sé que jamás hubiera estado de acuerdo – Sin quererlo bajo un poco el rostro
- Ah, lo siento – Dijo al darse cuenta de que había metido la pata por preguntar de más
- Está bien, tiene mucho que falleció y la verdad ya no duele tanto hablar de ello
- Mis padres también fallecieron hace mucho así que te entiendo a la perfección, nunca deja de doler – Esta vez ambos se sorprendieron, Sion por lo que acaba de escuchar y Nezumi porque jamás abordaba ese sema con nadie…
Ninguno de los dos dijo nada más, hasta que llegó la hora de ir a dormir, Sion había propuesto dormir en el suelo, pero Nezumi no quiso que lo hiciera y la única solución a la que llegaron fue a la de dormir en la misma cama, era pequeña pero por mi menos no pasarían frio, estaban completamente callados dentro de aquellas sabanas, espalda contra espalda sin decir nada.
Durante la noche el peli azul no conseguía dormir ya que era la primera vez que dormía con alguien a un lado suyo y… Era extraño, se giró sobre sí mismo pensando que tal vez cambiando de posición podía dormir mejor pero al hacerlo… Quedó frente a frente con el otro quien en algún momento de la noche había tenido la misma idea, una extraña sensación lo atravesó al ver al otro dormir, ya que tenía la boca un poco abierta… Un extraño calor subió a sus mejillas al ver esa escena porque un impulso de posar sus labios sobre aquellos se había hecho presente… Se resistió a su propio impulso dándole la espalda de nuevo, pero esta vez con la respiración agitada y con ganas de voltear hacia el de nuevo… “Esto es peligroso… Yo no hago este tipo de cosas por personas que no conozco… Yo no hago estas cosas por nadie…” Recordó el momento en que el otro se estaba llevando al pequeño de los hermosos ojos cafés a la fuerza y ese mismo sentimiento que lo había invadido en aquel momento regreso “Pero este instinto dentro de mí me dice a gritos… Que lo cuide… ¿Por qué? ¡¿Qué es lo que tiene de especial este mocoso?!” Suspiro, siendo consiente solo de una cosa… No dejaría que lo separaran de ese chico que ahora estaba acostado junto a él.
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[~Sora Jigoku~]