Sungmin acaba de ducharse y de prepararse para irse a dormir. Cuando entra en la habitación no puede creer lo que veía. Lo está haciendo otra vez.
-Ya estás jugando a eso. – dice ignorando a Kyuhyun que se encuentra jugando en su ordenador.
No recibe respuesta ninguna de él pues sigue con los ojos pegados en el monitor. Esto le hace sentir mal, no puede evitarlo. Sabe lo que va a pasar mañana. Eso le tortura por dentro. Pero ya no hay marcha atrás. Ahora hay que ir con esto hasta el final.
Sungmin toma un lápiz y un papel. Quiere escribir alguna cosa por si algo sale mal en las menos de veinticuatro horas que quedan. Pero las palabras no salen. Mira a Kyuhyun intentado buscar en él algo que decirle. Quiere decirle tantas cosas y no sabe por cual empezar…
-Kyu, ¿qué necesidad hay de jugar desnudo? – pregunta Sungmin siendo ignorado nuevamente.
Vuelve a mirar el papel. Pero realmente no sabe que escribir. Se empieza a poner nervioso y juega con el lápiz en la mano hasta que este sale disparado.
-Kyu, ¿me puede coger el lápiz? – vuelve a preguntar sin recibir respuesta de Kyuhyun – Está debajo del escritorio.
Al ver que no recibe respuesta ninguna decide ir él mismo a por el maldito lápiz. Intenta cogerlo pero el brazo no le alcanza. Mira hacia arriba y sabe que aunque le pida que se aparte no lo hará, por lo que opta por otra alternativa un poco más complicada. Por el lateral del escritorio consigue meterse un poco y alcanzar el famoso lápiz. Claro que sus ojos se paran en otra cosa. Una idea fugaz se le pasa por la cabeza.
Consigue meterse a duras penas debajo del escritorio. Desde ahí se escuchan las teclas del ordenador siendo castigadas por Kyu. Lo tiene delante y quiere hacerlo. Pero en todo el día se ha comportado tan raro que tiene miedo de como vaya a reaccionar.
No se lo piensa más y mete la punta del pene de Kyu en su boca. El otro sigue sin inmutarse por lo Sungmin decide seguir con su tarea. Empieza a lamer en su totalidad el miembro de Kyu, consigue metérselo lo más que puede en la boca y nota como se empieza a poner completamente duro. Así incremente sus movimientos, su lengua juega con el miembro de él, pero al ver que continúa siendo completamente ignorado deja a medias a Kyuhyun. Como buenamente puede consigue salir de debajo del escritorio. Mientras que Kyu termina de asesinar al pobre teclado, Sungmin comienza a preparar su cama. En medio de la labor es interrumpido.
Kyuhyun lo toma de la muñeca y de un movimiento brusco lo pone de frente a él y lo comienza a besar como no hubiese un mañana. Y no, no había un mañana, pero después de ese mañana todo volvería a ser igual. Cuando la falta de oxígeno hace inevitable la separación del beso. Ambos cierran los ojos. Y Kyuhyun une su frente a la de Sungmin. Sungmin siente como Kyuhyun intenta controlar su respiración y su rostro es tomado por las manos del otro. Empieza a besarlo de nuevo, esta vez con besos cortos, con un ritmo pausado. Kyu va empujando a Sungmin hacia su cama, hasta que éste cae y Kyuhyun se pone encima de él. Con la luz que emite el monitor del ordenador contempla las facciones de Sungmin. El cuello de Kyuhyun es alcanzado por las manos de Sungmin y ahora es el quien empieza el beso. En lo que dura el beso, Kyu cuela una de sus manos por la camiseta de Sungmin. Él mismo decide que sobra y aunque le duela, corta el beso y se quita la camiseta. Kyuhyun vuelve a besarlo, pero esta vez baja por su cuello, haciendo a Sungmin producir leves gemidos casi inaudibles. Continúa bajando por su pecho hasta llegar a su abdomen. Una vez que llega al pantalón comienza a bajarlo lentamente junto con la ropa interior.
Sungmin ve como Kyu tira lo que quedaba de su ropa al suelo. Cuando el otro vuelve a tumbarse sobre él, sus miembros rozan, haciéndole gemir suavemente otra vez. Kyu vuelve a juntar sus labios con los de él por un instante y coloca tres dedos sobre los labios de Sungmin. Sungmin los empieza a lamer, los impregna en saliva como sabe que a Kyu le gusta. Sabe que cuando de lamer se trata, la cara de bebé es la que más le gusta su pervertido evil maknae. Y así es. Nada más empezar a Sungmin aprecia la cara sonrojada y esa mirada de deseo enfermo. Cuando Kyu empieza a retirar los dedos de su boca Sungmin le dedica un puchero. Kyu no puede evitar sonreír ante esto y lo vuelve a besar. Continúa con el beso cuando empieza a preparar Sungmin haciendo que entre beso y beso se escapen pequeños gemidos. Y una vez que Sungmin empieza a besar con más ansia a Kyu, este entiende que ya está preparado y así lo hace. Penetra de una sola vez a Sungmin, haciendo que arquee ligeramente su espalda. Pero ya no duele tanto. No es como las primeras veces. Ahora su cuerpo ya estaba amoldado a él. Solo a él. Kyuhyun comienza a mover en el interior de Sungmin. Kyuhyun aumenta el ritmo, ya que Sungmin se está intentando guardar los gemidos para él. Kyu sabe que es porque no le gusta armar escándalo, pero que no pueda oírlo gritar su nombre no está bien. Y eso hace que lo ponga más burro.
Kyuhyun siente que está al límite, por lo que comienza a masturbar con rapidez a Sungmin y es ahí cuando ya no se puede reprimir.
-¡KYUHYUN! – grita mientras se retuerce con el afán de que el otro llegue más adentro a pesar de que solo consiga realizar movimientos torpes.
A pesar de la desesperación de Sungmin, Kyuhyun consigue llegar hasta el punto exacto.
-¡AAAHHHHH! – gime Sungmin empapado en sudor sintiendo como Kyuhyun se corre en su interior – Ky…Kyu…
Kyuhyun entiende perfectamente su súplica. Empieza a salir lentamente, pero aun así Sungmin sigue gimiendo. Kyu no va a permitir que su bebe se quede con el problema a medias. Por lo que sin más preámbulos se mete el pene de Sungmin en la boca haciendo que se vuelva loco.
-¡OOOHH! – continúa gimiendo - ¡DIOS KYU!
El nombrado está agotado, pero continuará así hasta tragarse toda la esencia de su amado bebé. Comienza a masajear los testículos a la vez que succiona la punta del miembro de Sungmin.
-¡KYUHYUUUUUN! – grita por última vez vaciándose en el interior de la boca de Kyuhyun.
Kyu no deja rastro alguno en el pene de Sungmin de esencia ninguna. Kyu se acomoda al lado de Sungmin, lo abraza y Sungmin se pega a su pecho. Kyu deja un beso en el pelo del otro y no puede reprimir un par de lágrimas que no pasan desapercibidas por Sungmin.
-¿Qué pasa? – pregunta separando su cabeza para poder mirar la cara de Kyu pero es él quien esconde su cara ahora sin responder – Kyu no me asustes, ¿qué es lo que te pasa? – le pregunta suplicante Sungmin.
Rompe en llanto, Kyu no puede dejar de llorar. Ahora es el quien está enterrado en el pecho de Sungmin.
-Kyu, por favor, háblame. – le vuelve a pedir Sungmin.
-N…no…. No quie…ro… – intenta decir entre sollozos – No quiero quete…quete…que te vayas.
-¿Es por eso por lo que lloras? – pregunta marcando una pequeña sonrisa y prohibiendo a una sola lágrima suya salir de sus ojos.
-No te…te vayas. – continúa diciendo Kyu.
-Tengo que hacerlo, es mi deber. – dice Sungmin lo más calmado posible.
-Por favor, quédate. – suplica Kyu aun llorando – Quédate conmigo, no me dejes.
A Sungmin se le parte el alma. Y no puede llorar, no puede. Esto está por encima de eso. Kyu, puede ser su pervertido evil maknae al que le gusta su cara de bebé y que le da todo lo que quiere y un poco más. Pero en momentos como este es como un niño. Y eso a Sungmin le parte el alma.
-Kyu, de entre todas las cosas que hay en el mundo si me tuviera que quedar con una sería contigo. – comienza a decir – Pero sabes que no tengo opción, tengo que irme. No es algo a lo que yo pueda decidir si voy o dejo de ir.
-Prométeme que no te vas a olvidar de mí. – dice Kyu haciendo reír a Sungmin.
-Eres tú el que debería prometerme eso. – continúa Sungmin – Eres tú el que va a estar cerca de pelandruscas y…
-No necesitas que te prometa nada. – le corta Kyu – Te amo, te amo mucho, más que a nadie ni nada en el mundo.
-Pues entonces no deberías dudar de mí. – dice Sungmin - ¿Qué te hace pensar que yo no te amo?
-Sé que me amas y me fío de ti. – dice seguro Kyu – Es del mundo de quien no me fío. Eres demasiado precioso, bonito, perfecto… Y sí, podrás saber artes marciales, tener unos brazos enormes y todo lo que tú quieras… Pero ya verás que más de uno se mata allí dentro por tu precioso, hermoso y perfecto culo. Y déjame decirte que si cualquiera toca algo de mi propiedad, es decir, todo tú, voy a ser yo quie…
-¡Kyu! – le corta de golpe Sungmin – No va a pasar nada de eso.
-Prométeme que si se te acerca alguno, te vas a defender. – dice ahora Kyu totalmente serio.
-Te lo prometo. – dice dándole un beso.
-Prométeme que no me vas a olvidar.
-Te lo prometo. – dice dándole otro beso.
-Prometeme que cuando salgas del Servicio Militar te vas a casar conmigo.
-Te lo prometo. – vuelve a decirle con un beso – Espera, ¡¿QUÉ?!
-Lo has prometido, ya no vale echarse atrás. – dice Kyu haciendo un puchero.
-Te amo. – le dice Sungmin – ¿Y sabes qué? Que te lo prometo y te lo reprometo si quieres.
-Así me gusta. – le roba Kyu un beso a Sungmin.
-Eso sí, si me entero de que en mi ausencia pasa algo raro, por mínimo que sea… – comienza a susurrarle en el oído – Te vuelvo uke en menos que se dice Sorry Sorry.
-Entendido. – dice serio Kyu.
Esa noche ninguno de los dos pudieron dormir y a la mañana siguiente Sungmin entró al Servicio Militar.