Una suave y agradable brisa recorría su rostro, se podía ver su cara de felicidad al dormir. Una sonrisilla que se dibujaba y se movía de vez en cuando. Abrió los ojos y se desperezó estirando los brazos y con un gracioso gemido. Jonghyun se comportaba como un perrito por las mañanas.
Miró a su lado y lo vio, parecía realmente un ángel caído del cielo. Cuando Jonghyun veía a Taemin dormir automáticamente sonreía, era su dosis de felicidad. Estaba tapado con una fina manta que dibujaba su cuerpo cual estatua griega. Su piel era fina y muy clara, sin dudas Taemin no parecía de este mundo.
Jjong recordaba la discusión que tuvieron ayer, aún estaba apenado por ello, dio un beso en la frente a la persona que amaba y aprovechó que estaba dormido para decirle las cosas que no le dio anoche.
- Neeeeh, Taeminnie. Sabes que me cuesta decirte las cosas y que soy muy torpe. En cambio tu siempre me dices cosas bonitas y tan siquiera puedo reaccionar a ello. Pero... pero a la vez si te digo algo siento que te alejas así que no sé que decirte. No es que sea un insensible, solo soy un patoso que no encuentra las palabras para decir lo mucho que te amo. Me pongo nervioso a tu lado, soy como un niñito, me quitas todas mis defensas porque eso eres tú. Eres mi mayor debilidad y mi mayor miedo.
El menor abrió sus ojos y miró al otro directamente con los ojos llorosos.
-Entonces vete, huye de mi si no quieres sufrir. Estoy roto Jongie y nunca me podrás arreglar. Prefiero herirte ahora que matarte después. Debes olvidarme.
Jonghyun rompió a llorar, se colocó encima suyo y entre sollozos continuó su discurso.
-¿Estabas despierto? Me siento algo avergonzado. No me digas esas cosas porque no puedo dejarte.- Cogió la mano del menor y la puso en su pecho. ¿Ves esto? ¿Lo oyes? Es mi corazón, tú corazón porque es tuyo, puedes hacer lo que quieras con él, me lo puedes arrancar o lo puedes cuidar. Yo no lo puedo mantener porque está destinado a estar con otra persona, así que te lo doy a ti. Ya sabes que no me gusta prometer cosas, pero quiero estar a tu lado para siempre.
-¿Por qué me dices eso? No estoy hecho para amar a nadie ni para ser amado. ¿Por qué tú? ¿Por qué ahora? No esperes que te quiera, ya lo sabes. No entiendo por qué sigues a mi lado, conmigo no serás feliz, solo hago daño y más daño, soy un inútil.
Jonghyun le tapó la boca de inmediato al oír esas dolorosas palabras.
-¿Es que no me entiendes?¿Acaso crees que no soy consciente a lo que me enfrento? Me da igual lo que pienses, yo solo sé que te quiero más que nada, que cada segundo a tu lado lo disfruto. Nadie me hace más feliz y completo que tú. Me das un sentido a la vida, quiero protegerte y cuidarte. Amarte. Estar a tu lado. Eres mi oxigeno. No puedo alejarme de ti. Además eso solo te heriría más. ¿Acaso no puedes aceptar que alguien permanezca junto a ti?
Taemin rompió a llorar, no entendía nada. Estaba demasiado confuso para todo esto, no se sentía bien, tenía ganas de marcharse y nunca volver. ¿Si no podía cuidarse a si mismo, cómo lo iba a cuidar a él? Esas palabras recorrían sus pensamientos. Realmente quería que él se alejara y la vez que se quedara con él para siempre, no sabría que hacer sin esa persona tan especial pero a la vez no podía dejar de herirle. A Jonghyun le partía en dos verle así. Lamió sus lágrimas y le besó suavemente. Un cálido y dulce beso. Sin más. Pero a pesar de ello besar a Taemin era como un chute de adrenalina y el mínimo contacto con este le producía que su corazón fuera a mil por hora. Realmente era su mayor debilidad. Sin embargo era un beso doloroso. En estas situaciones se perdía totalmente. No sabía como Taemin reaccionaría. Era como si lo cegara. Desconocía como debía actuar ante eso y se sentía totalmente inútil. Separarse de Taemin para Jonghyun sería fatídico. Volvería a ser como antes, miraría hacía el infinito sin esperanzas.
-Déjame quedarme a tu lado Taemin, por favor. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Me has hecho soñar de nuevo. Sueños que sin ti se esfumarían. Sé que soy un egoísta pero soy feliz a tu lado y creo que podría hacerte feliz. Soy un pretencioso pero me quiero esforzar por conseguirlo. Te quiero mucho Taemin-ah.
El menor dibujó una sonrisa, no podía no sonreír, se sentía estúpido porque también lloraba. “Qué ridículo soy”.
- Aún no te entiendo por qué haces todo esto. No puedo prometerte nada, ni tan siquiera comprometerme. Pero...pero te quiero como quiero que estés a mi lado. Realmente a veces no sé qué haría sin ti.
Ambos sonrieron y se besaron de nuevo, se fundieron en un tierno abrazo. Para Jonghyun el tiempo se paró. Sentir el cuerpo de Taemin contra el suyo era la sensación más agradable que nunca había sentido. No quería soltarlo, se sentía en el paraíso degustando un trozo de cielo. Como si probara una tarta de chocolate con polvos de estrella. Miraba a los ojos del menor. Esos oscuros ojos que descubría su alma. Unos ojos que podrían desgarrarte y partirte en mil pedazos y a la vez. Era adictivo mirarlos. Peligrosos y a la vez confortables, una espada de doble filo. Los brazos que le rodeaban le decían que no había ninguno como él. Nadie le haría sentir como Taemin lo hacía. Eran todo el uno para el otro, su salvación y su perdición, su mayor miedo y su mayor amor. Lo sabían los dos y por eso estaban juntos, nadie más los entendería. Amantes malditos. Malditos a amarse. Malditos a no se comprendidos por los demás. Malditos a tener problemas. Radicalmente distintos pero iguales a la vez. Destinados a quererse y a no soltarse.