CAPÍTULO III: ENEMIGOS
Giró sobre sus talones sin parecer muy obvio el querer conocer al dueño de esa voz que le había inquietado, se quedó pasmado ante esa mirada que estaba clavada en él, una mirada feroz y hechizante. Tragó saliva, se sentía expuesto, por primera vez se sentía débil y lo peor ante un desconocido, ¿por qué lo era, cierto? Pero… algo extraño pasó… la sensación que le recorrió todo su ser al escuchar su nombre y su voz, una profunda voz que sentía que le arrancaba el alma, ahora no le producía nada de eso.
-Pregunté que si tomas decisiones sin mí, Kim Tae Song- dijo al tiempo que cerraba la puerta ante la vista expectante de los mayores, se acercó lentamente, como si quisiera alargar el momento del encuentro.
-Bang Yong Guk – volvió a repetir el mayor de todos –Es un honor verte por aquí. ¿A qué se debe tu visita?
-¿Acaso no es obvio? –Dijo con soberbia, dirigiendo de nuevo su mirada hacia Him Chan – ¡He vuelto!
Una sonrisa se dibujó en los rostros de Sleepy y The Action, Him Chan se tensó, ¿volver? Por alguna extraña razón eso le provoco temor pero no dijo nada, la presencia de Bang Yong Guk le ponía nervioso, más de lo que cualquiera podría estar cuando se conoce a alguien nuevo.
-Y... ¿con quién tengo el honor? –preguntó Him Chan con tranquilidad, ocultando sus emociones.
- Bang Yong Guk-dijo con nerviosismo Taesong
-Líder del Escuadrón K-981-001-acompletó Sleepy y una sonrisa se dibujó en el rostro del recién llegado.
Himchan maldijo por dentro, tan cerca y aparece de la nada el ‘líder’, tenía ganas de reclamar y exigir pero el otro le intimidada con su presencia.
-Pero Gukkie- continuó Taesong para romper la tensión generada, Yongguk frunció el ceño al escuchar el mote ‘Gukkie’, solo había tres personas que le llamaban así, su hermano mayor y su ‘hermana’ adoptiva como solía llamar a una amiga que conocía desde la incubadora, hacía mucho que no sabía nada de ella, y la tercera persona en efecto era quien la acaba de pronunciar, pero fue un tanto raro escucharla de sus labios había dejado de hacerlo hace tanto tiempo.
-¿Gukkie?- el tono usado por Yongguuk no era nada amable, el mayor solo sonrió.
-Dos años, ¿es mucho no crees? Quizás se te han olvidado unas cosas- volteó la vista hacia el chico de nívea piel- Channie – el aludido correspondió con una sonrisa- Serás la sombra de Bang Yong Guk, día y noche, sin descanso, creo que hacen el equipo perfecto, como aquí mis primeros hijos.
D.Action y Sleepy se sorprendieron. ¿Había escuchado bien? Sí, así era, Bang Yong Guk y Kim Him Chan serían un equipo, buena jugada, lo era pero el problema era que a Bang Yong Guk le gustaba trabajar solo, si bien era un líder de escuadrón pero tomaba las decisiones solo, sin ningún tercero de por medio; por su parte Kim Him Chan no estaba dispuesto a compartir la gloria, el triunfo con nadie más, era receloso en ese aspecto pero lo aceptaría, sería su reto y a como diera lugar sacaría a Bang Yong Guk del camino. Lo haría.
-¿Está seguro de esto, Señor?- Habló Sleepy. Algo en su interior le decía que las cosas podría resultar realmente mal entre estos dos.
-Muy seguro- Fue la respuesta que venía acompañada de una resplandeciente sonrisa.
-Me niego- Dijo Yong Guk.
-Oh vamos Bang, acabas de llegar y ya estás renunciando… Otra vez, ya me estaba acostumbrando a ti de nuevo- Respondió mordaz Taesong
Bang sonrió.
-Me niego a que este ‘niño bonito’ trabaje a mi lado, mi equipo necesita a un líder no un modelo de pasarela- Dijo tajadamente, la mirada amable de Himchan se tornó fiera y llena de odio hacia el otro.
-¿Acaso tienes miedo que un ‘niño bonito’ como me acabas de llamar sea mejor que tú, dirigiendo un equipo? … Si sabes que en estos dos años he hecho dos veces mejor las cosas que tú. Quizás sea más que el doble. – Las sonrisa y respuesta altanera del menor descolocó a Yong Guk, quería irse sobre de él.
-Maldito mocoso- Pensaba Yong Guk, decía tener su edad pero era un mocoso altanero que no tenía su rango. No le iba a permitir salirse con la suya.
-Acepto. No le temo a los retos.- Himchan sonaba seguro y Yong Guk estaba quedando en mala posición, chasqueó la lengua.
-No te tengo miedo mocoso. Solo no te metas en lo que no te importa Sentenció.
-¡PERFECTO!- Dijo victorioso el líder general. Su plan era perfecto.
Yongguk salió molesto de la oficina de su superior, no volteó a ver a Hyosung que se mostraba afligida. Himchan seguía estático en la habitación no estaba seguro de seguir a su nuevo compañero. Era obvio, le odiaba y no cedería el control tan fácilmente y él tampoco se lo daría.
Todo estaba más claro, era una competencia por el poder. No supo sí era el plan del líder Kim o había sido el destino que le había puesto un obstáculo más antes de llegar a su objetivo. Además tenía otros dos que también le odiaban, sintieron alivio al ver entrar a su amigo. Sí tan solo pudiera tener un mejor trato con ellos, las cosas se hubieran facilitado.
-Anda con él. No quiero que haga un destrozo en su camino. – Himchan obedeció la orden y salió tras Yongguk, nervioso por el comportamiento del mayor.
Hyosung seguía mirando en dirección por donde su amigo había salido, había dado un golpe a la puerta antes de salir y supuso que iría golpeando las paredes que se encontrara solo esperaba que no se encontrara con algún inocente, temió por ello.
Aunque Bang Yong Guk no era un hombre temible fuera del campo de batalla, todo lo sucedido le había cambiado, tenía rabia, ira contenida, se había negado a entrar a terapia luego de haber perdido a su escuadrón principal. Al menos sus pequeños consentidos Moon y Zelo estaban vivos. De alguna forma esos dos eran su sostén en estos años, igual su hermano mayor y estaría completo si HyoSung y JiEun hubiesen colaborado.
Song JiEun era la científica principal del centro de Ciencias del Estado 3, era brillante y había sido amiga de Yongguk desde la incubadora, había estado al lado de los gemelos, curiosamente ella había quedado del lado de Yongguk, sus familias solían decir que había creado un vínculo especial. Sus madres aseguraban que terminarían casados, en la secundaria Yongguk había prometido a su amiga que si no encontraba un hombre que la soportara el haría el sacrificio de hacerla su esposa. JiEun le dio una patada en la pantorilla derecha en señal de que aceptada el trato. Pero en realidad, a ninguno de los dos les interesaba el matrimonio, estaban dedicados a sus metas, y lo más importante: Siempre se vieron como hermanos. Era una lástima que se le hubiera enviado lejos a una misión con uno de sus aliados.
Himchan salió, atravesó la puerta y miro a su también amiga, ella le señaló indicándole el camino que había seguido Yongguk, solo asintió y caminó dando zancadas para alcanzarlo. Solo esperaba no salir herido. Presentía un enfrentamiento.
-Podrías calmarte- dijo casi en un susurro al encontrarse al mayor sentando en el suelo. Se apretaba las manos en puños, y una mano le sangraba.
Himchan sintió compasión por él y se sentó a su lado. Esperaba que un puñetazo se incrustara en su rostro pero nunca llegó.
-Yo tampoco estoy a gusto con esto. No sé quién eres como para que Kim Taesong crea que en verdad ahora necesitas un compañero. -Yongguk no decía nada, solo permanecía en silencio, atento a cada palabra que salieran de sus labios.
Inexplicablemente empezó a calmarse. ¿Cómo? Solo esas palabras le había calmado, no, no eran las palabras, era su voz. ¿Por qué? ¿Qué tenía? Era una voz masculina que contrastaba con su rostro. Era hermoso. Su voz, la recordaba de algún lugar, ¿dónde? Sabía que la había escuchado pero no lograba recordar.
Yongguk se levantó del suelo, tomó a Himchan del cuello de su camisa y lo azotó contra la pared más cercana, lo elevó unos centímetros del piso, sus ojos parecían despedir fuego. Himchan estaba asombrado. Trataba de ser amable con él y de esta manera le respondía.
-Escúchame. Seremos compañeros pero no tomarás las decisiones. Si Taesong pregunta. Dirás que todo va bien. Qué te dejo actuar. ¡ENTENDISTE!-Himchan lo miraba atónito. No iba a ceder.
-No lo haré- soltó sin temor a su reacción aunque su cuerpo temblara y no era porque le temiera. Temblaba de solo tenerlo cerca.
-¿Qué…-no le dio tiempo de terminar, un rodillazo en su abdomen de parte de Himchan le dejó sin aire. Un empujón más y cayó al suelo ¿Desde cuándo era tan débil?
Himchan se puso sobre él. Le sujeto los brazos, se sentó sobre él. Acercó su rostro al ajeno.
-Escúchame bien. No me he ganado mi fama de solo palabras. No sabes nada de mí. Sí crees que alguno de tus chiquillos en entrenamiento me superan estás equivocado. –Estaba serio, trató de ser amable, si Yongguk no iba a ceder a por lo menos tener una buena relación de compañerismo, actuaría por las malas.- Bang Yong Guk sé mucho de ti, estás en desventaja, no sabes nada de mí. Me llamo Kim Him Chan y entré a la milicia decidido a ser un ganador, y tu puesto es mi meta. Nadie me va a detener. Menos tú.- Se levantó del suelo.
La adrenalina le había llevado a enfrentar a su enemigo pues eso era Yongguk. Sabía que en cuanto se pusiera en forma una vez más, se las cobraría todas, pero con esto le había dejado claro que no era nadie que se tomará a juego. Lo soltó y le tendió un brazo para ayudarle a levantarse.
***
Bajaban en un ascensor hasta el último piso, Yongguk tenía que pasar a revisión y que le aprobaran para que regresara a lo suyo. Himchan le acompañaba.
-No me gusta tener una sombra. -Himchan se quedó helado al escuchar a Yongguk romper el silencio. Sonrió, y Himchan se estremeció –Ya sé porque te puso aquí esa lagartija, -se refería a Kim Taesong –muy astuto. Si de verdad quieres mi lugar.-Le miró de nuevo- Demuéstrame que en verdad eres más que una cara bonita.
El ascensor se abrió y Yongguk salió, Himchan apenas si tuvo tiempo de reaccionar pero era demasiado tarde su transporte se movía de nuevo.
Comprendió. Esto era una competencia más, una prueba, una estrategia y él solo era utilizado. Dio un puñetazo contra el ascensor. Así que de esto se trataba. No se iba a dejar vencer. Iba a vencer a su rival a toda costa, y no le importaría utilizar cualquier método, incluso sería capaz de usar su propio cuerpo, sabía de la fama del líder… y si fuese necesario… usaría ese punto a su favor.
Esto estaba por comenzar.