CAPÍTULO IV: ENTRE SUEÑOS Y RECUERDOS
Yong Guk llevaba dos semanas haciendo sus pruebas para incorporarse de nuevo a la milicia, miraba con calma el líquido transparente que yacía en la jeringa de la doctora Jung HaNa, sintió la leve punzada de dolor cuando la parte filosa del objeto pinchó su piel, lentamente el liquido empezó a entrar en su sangre.
-Tendrás sueño, sabes el procedimiento, todo saldrá bien.- La voz de la doctora le iba arrullando poco a poco hasta quedar completamente dormido.
Era preciso revisar todo su cuerpo en estado de reposo, ya lo había hecho en movimiento, había salido un espectacular “bien”, este no sería la excepción.
Llevaba esas mismas semanas sin toparse con su nuevo compañero de trabajo: Him Chan, a decir verdad lo evitaba, no soportaba la idea de compartir con el liderazgo del escuadrón, por su parte Him Chan no podía enfrentarse él solo al escuadrón, lo había intentado pero los chicos se había enterado del regreso de Bang Yong Guk y lo querían a él, no a un tipo con suerte de dirigente, tuvo que desistir, esperaría que Yong Guk recibiera luz verde para seguir.
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Him Chan se dejó caer sobre el pasto, había corrido toda la mañana y aún no paraba, había finalizado su carrera en una caminata pero ya era suficiente, necesitaba descansar, recuperarse para seguir con su entrenamiento personal, miró el reloj de su muñeca derecha, 10:30 am, ya era hora de que Yong Guk estuviera empezando sus prueba, pensó en ir y abandonar este oasis en medio de la base militar, especial para entrenamientos, un bosque pequeño para prácticas de tiro con arco, aprender a esconderse y cosas de ese tipo, un parque con suficientes árboles productores de oxígeno para las caminatas matutinas, el ejército tenía que estar en las mejores condiciones y por ello a veces, tenía muchas ventajas sobre las personas normales. Cerró sus ojos por unos minutos solo para visualizar una imagen, un hombre, luego dos hasta que llegaron a ser cinco hombres, no, eran chicos, jóvenes, relucientes y llenos de vida, aquel que parecía liderar a ese grupito le tendió una mano, temblorosamente estaba a punto de dársela, se percató de aquellos eran los visitantes en sus sueños, quiso memorizar, guardar sus rostros, recordarlos, escudriñó cada rasgo de cada uno para al final clavarse en la mirada de aquel que le tendía la mano, aquel que le llamaba…
-Him Chan… Channie… Kim Him Chan-llamaba a susurros, él solo quedó estático.
-¡Líder Kim!- Una voz le llamó trayéndole a la realidad. Era Moon Jong Up
Abrió con pesadez los ojos, ese pequeño le agradaba mucho, era un tanto inocente pero esa máscara era lo que descolocaba a sus enemigos. Se confiaban y siempre resultaban perdedores.
-Vaya irresponsabilidad la suya- Him Chan ladeó la cabeza sin entender de que hablaba.- El líder Bang, está en su prueba final, el diagnóstico médico. ¿Y usted acá tirado perdiendo el tiempo? Debería estar con él.
-No estoy perdiendo el tiempo, entrenaba y ahora descanso- inconscientemente hizo un puchero como niño pequeño. Al menor le desconcertó aquello. Había visto muchas veces a Zelo hacer eso pero por un momento creyó conocer a Himchan de mucho más antes.
-De acuerdo pequeño-volvió a hablar el mayor.-Es tu amigo el que no me quiere cerca pero iré a presenciar todo lo que pasa allá. -El menor sonrió.
Kim Him Chan sabía que esa sonrisa, esa amabilidad, esa inocencia muchas veces no era más que un disfraz para lo que realmente era Jong Up, pero incluso él caía en su trampa.
El menor tomó su teléfono móvil, con la gran tecnología también surgió el rastreo de mensajes, este medio era más confiable, tecleó unas palabras que su amigo recibió en otro punto de la ciudad, el hogar de Kim Him Chan, lo había mandado con Yong Guk, no regresaría en un buen rato, podría alcanzar al pequeño en su misión: Revisar la casa de Him Chan en busca de evidencias, ¿de qué? No sabía, pero esperaban que fuera algo comprometedor, revelador y que causar su inmediata expulsión.
***
“Células estables… Pulso normal… Respiración normal… Ritmo cardíaco normal. Individuo sano.”
Anunciaba la voz de la máquina del escáner. Yong Guk se encontraba anestesiado, dormido, sumido en sueños, figuras extrañas empezaron a formarse, se logró distinguir, era él, sonriente, feliz, pero no solo él. Había alguien, no lo distinguía, dentro de sus sueños podría olerlo, aspirada ese aroma como si de alguna droga se tratará, con ansiedad, con temor de que se acabara. Unos brazos le rodearon pero aún no distinguía quién era, empezaba a aterrarse, jamás en su vida había soñado o imaginado algo parecido, imagino que lo que estaba pasando por su mente estaba siendo reflejado en los escáneres de las máquinas que medían ahora su compatibilidad con la vida.
-Bbang- Susurró aquel que entre sus brazos descansaba –No me olvides, por favor.
Todo se empezó a tornar más borroso, tenía ganas de poder permanecer ahí, junto a él, porque solo así sintió paz después de todos estos años de angustia interna.
-Bang Yong Guk-susurró una dulce voz - ¿Me escuchas? ¿Me conoces?
Poco a poco su vista se fue aclarando.
-Sí, es la doctora Jung Hana.
Ella se limito a asentir, todo estaba aparentemente correcto. Yong Guk se extrañó, ¿su cuerpo no había registrado su sueño? No dijo nada, era mejor no arriesgarse.
***
Kim Him Chan, llegó hasta el centro médico de la base militar, estaba casi vacío. Buscó la sala donde se llevaría a cabo la revisión de su compañero. No tardó en ubicarla, y al parecer el segundo médico lo esperaba.
-Tome asiento, líder Kim
-Gracias, doctor Kwon. ¿Cómo va todo? –Se atrevió a preguntar. Temía la respuesta, aunque Kim Tae Song lo hubiese restituido si fallaba el examen médico no podría volver a su rutina. Y no quería batallar con los niños llorones que pedían a gritos a su líder Bang. Se sentía frustrado. De ser así, renunciaría. No. ¿Él pensando en renunciar antes de intentar? No parecía él, ¿qué le pasaba? Estrés, justificó.
-Va bien- La sonrisa del doctor le tranquilizó.
***
-¿Estás ahí?- Preguntaba Jong Up por medio de su teléfono móvil.
–Sí, no hay nadie. Date prisa.- Respondió una voz al otro lado de la línea.
-Estoy en camino.
El pequeño peli-azul se movía nervioso de un lado a otro. Estaban a punto de cometer una falta grave en su código de honor, él no quería, pero su amigo Jong Up le había convencido que hacían lo correcto. Nunca entendía porque cedía a las peticiones extrañas de su mejor amigo. Una sonrisa adornó su rostro. De verdad le gustaba pasar ese tiempo con él.
-Jun Hong~ah – llamó el mayor pero bajo en estatura. –Listo.
-Hyung, ¿estás seguro de que es correcto?
-Es por el bien de Yong Guk. Sí, ya sé que él no nos pidió nada pero lo agradeceré si descubrimos algo que desmantele la mentira del tal Kim Him Chan- El menor asintió, y sin más entraron.
*Flashback*
-Líder Kim, hola- Saludaba Jong Up con una encantadora sonrisa. Lo habitual en él.
-Hola pequeño- Him Chan regresó la misma sonrisa.
-Tengo dificultades con un movimiento, ¿podrías ayudarme a mejorar?- el mayor asintió.
Se encontraban en el centro de entrenamiento físico de la base militar. Al parecer le agradaba a JongUp, eso le alegraba el corazón. Ya no se sentía tan solo, Yong Guk estaba con sus pruebas y si le iba a visitar le ignoraba. Him Chan había decido a hacerlo su amigo, por dos razones, la primera, hacer llevadero su liderazgo compartido, y segunda, quería averiguar qué era lo que realmente planeaba Kim Taesong, Yong Guk sabía algo con lo cual no estaba de acuerdo y él, Kim Him Chan, estaba dispuesto a averiguarlo y a unir fuerzas si era necesario.
Him Chan realizaba el supuesto movimiento que el menor no podía, concentrado en su tarea de ayudar a Jong Up, Him Chan no se percató de la cabeza peliazulada que acaba de entrar al gimnasio, se adentraba en los vestidores para buscar algo, la llave del departamento de Him Chan. Estaba preparado, con tanta tecnología era tan fácil conseguir un escáner 3D y sacar la copia exacta de la llave. Estaba nervioso pero una vez cometido su propósito, salió de la misma forma que entró, en silencio. Solo se escuchó el golpe seco de un cuerpo azotar en el suelo, era Him Chan que ahora se sobaba la espalda.
-Gracias hyung, ahora lo he dominado gracias a ti. -El pequeño Moon hizo una reverencia y se despidió, feliz como un niño que se gana un dulce.
HimChan solo sonrió al verlo tan emocionado. Iluso era al no saber las verdaderas intenciones del menor.
*Fin Flashback*
***
Yong Guk se encontraba sentado fuera del consultorio donde se había llevado a cabo su examen médico, esperaba que la doctora le diera un buen diagnóstico, los resultados deberían ser positivos pero había descuidado un poco su dieta, ejercicios y otros aspectos, no lo suficiente para dejarlo fuera pero aún así no dejaba de preocuparse, pero ahora lo que consumía sus pensamientos era aquel sueño que había tenido.
“¿No me olvides?”
¿A quién no debía olvidar?
-Ten- una ronca voz le sacó de sus pensamientos. Him Chan estaba frente a él con dos vasos grandes de café, no lo había visto en toda la semana.
-No quiero- Respondió tajante. Todo lo que vinieran de sus manos lo quería lejos de él.
-Dije que lo tomes- Respondió de la misma manera.
Yong Guk estiró la mano para tomar el vaso de café pero no tenía intención de ingerirlo.
-El café tiene propiedades curativas, ¿sabes? – Una sonrisa brillante apareció en el rostro del menor.
-En exceso no beneficia.
-Igual que el sexo- sentenció Himchan.
Yong Guk lo miró furioso y Himchan le regaló otra sonrisa.
-¿Quién?- El menor solo se encogió de hombros ante la pregunta que el mayor le hacía, pero sin borrar esa risita altanera que le caracterizaba. Ahora Yong Guk entendía porque muchos no lo soportaban. – Te hice una pregunta – para la mala suerte de Himchan, Yong Guk no era como los demás, y cuando preguntaba esperaba una respuesta y si no se la daban, la conseguía a toda costa.
-Tu examen médico,- suspiró- tonto.
¿Tonto? Eso expresaba para Yong Guk un nivel alto de confianza, solo sus mejores amigos y hermanos le llamaban así. ¿Acaso el niño bonito pensaba que podrían ser amigos tan prontamente? No, algo tramaba y él no le iba a dejar terreno, iba a acaparar todo para él. Him Chan estaba fuera de la jugada, teóricamente, y pondría en plan para dejarlo fuera en la práctica, en la vida real.
-No pretendas ser mi amigo, Kim Him Chan. – Bebió un sorbo de café a manera de reto, se retiró dejando a Him Chan con palabras en la boca. Al menos al final aceptó el café, sin importar sus intenciones. Bebió del suyo a sorbos esperando encontrar respuestas al sueño que había tenido horas antes además de esa rara sensación de preocupación por Yong Guk que se habían presentando desde que la doctora Jung le había permitido leer el informe médico.
Al parecer Yong Guk no era alguien feliz, y ahora que lo meditaba jamás se había detenido a pensar en si también él lo era.
Eran tantas cosas que no había pensando de su propia vida.