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The Catalyst por CerezoHimeChan

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Notas del capitulo:

Jelou mai derlins(?), he vuelto (?) -le avientan piedras- </3.

 

Bueno perdón por los largos meses de ausencia, tuve que pasar de un bloqueo de escritora a un ataque de "escribe estas historias geniales", a no tengo tiempo de escribir, -.- pero luego largos meses de trabajo y esfuerzo (o( ¡Lo logré! Bueno pero seguiré culpando a Jong Up, me costó este capítulo, lo quería hacer >: >: y Jong Up es tan :D :D :D :D, you know (?) :c

 

En fin, el capítulo quedó largo y es esclusivo JongLo(?), no se preocupe el BangHim volverá pronto a la carga, :B ya estoy planeando cosas para ellos y el DaeJae reaparecerá pronto (o(, espero no tardarme meses </3

 

Bueno ya corto el rollo y me lean mis amores, perdonen por el abandono pero de verdad este capítulo fue mi coco.

 

Los quiero <3

CAPÍTULO VIII: Beso de buenas noches.

 

— ¡Más rápido, Zelo! —gritaba Himchan al menor—. Llevas una vuelta menos que los demás —al escuchar esas palabras Jong Up se volvió hacia ellos.

 

—¡No te distraigas, JongUp! —gritó Yongguk desde el otro lado de la sala de entrenamiento, el menor chasqueó la lengua y siguió en su marcha aunque se le notaba la preocupación por su mejor amigo.

 

 

Llevaban dos meses trabajando en conjunto ambos líderes, Yong Guk para marcar diferencia a la hora que alguno de sus subordinados se dirigiera alguno de ellos y no crear confusiones, él se proclamaba líder mientras Him Chan era el comandante y no sólo eso, Himchan había dividido las responsabilidades y eso benficiaba la armonía del equipo. El entrenamiento terminó, todos estaban cansados por lo que líder y comandante decidieron dar la tarde libre, eran sólo unos niños pero tenían que estar preparados como los grandes.

 

Him Chan salía de las duchas de los vestidores cuando un trozo de tela voló hacia su rostro.

 

—Atrápala —escuchó la voz del mayor y bufó.

 

Últimamente el mayor de ambos tenía un comportamiento extraño con él, todo el tiempo en el que estaban solos el líder le hacía bromas que Him Chan suponía que era para hostigarle, en cambio Yongguk no entendía el por qué tenía ese comportamiento, era como si en ese momento otro Yong Guk apareciera.

 

Him Chan lanzó lejos lo que resultó ser la camiseta de Yongguk, le fulminó con la mirada, el mayor sonrió altanero y superior a Himchan.

 

 

Por su parte, Zelo terminaba de darse una ducha, se maldijo por no llevar su ropa hasta el vestidor al menos no había nadie más, eso le tranquilizaba, desde hace ya varios varios días Zelo no se sentía seguro ni conforme con lo que hacía sobre todo lo relacionado a Jong Up, soltó un suspiro pensando en el mayor.

 

— ¡Zelo! —dijo con tanta emoción que pareciera que no se hubieran visto en meses y quizá así podría sentirse Jong Up dese que el menor había empezado a marcar una notable diferencia entre los dos.

—¡JONG UP! —gritó el menor y cubrió su pecho con sus manos, tenía la toalla atada a su cintura, el mayor le miró con extrañeza sin entender su comportamiento.

—Hey, no te comportes como chica —pasó de él para entrar a la ducha—. Malo, no me esperaste —le dijo jugando a reclamar, Zelo fingió una sonrisa y quiso decir algo pero solo balbuceó, Jong Up río–. No te vayas a ir, ¿eh?

 

Zelo esperaba su mejor amigo en el pasillo, miró hacía las duchas destinadas a sus superiores no les había visto salir, ¿sería que ya no estaban? Necesitaba hablar con Him Chan, él le había evaluado esa semana. Tocó la puerta del despacho y fue Him Chan quien abrió.

—Comandante… —aún no se acostumbraba a llamarle así porque seguía sin agradarle, pero Yong Guk había ordenado que le llamaran así—. ¿Podemos hablar? —Him Chan asintió y le dejó pasar.

—Dime, ¿de qué quieres hablar?

—Mi entrenamiento… ¿qué tan malo ha sido?

Him Chan soltó un suspiro y masajeó sus sienes, según los informes de Yong Guk, el niño frente a él tenía grandes capacidades y Yong Guk aseguraba que él o Jong Up, podrían ser sus sucesores.

—No ha sido malo… es pésimo —dijo con frialdad, no podía mentirle, si el chico quería mejorar tenía que saber la verdad.

Zelo parpadeó varias veces al escuchar las palabras de su superior y sintió ganas de vomitar o dejar de existir, la segunda era la mejor opción dado que sentía vergüenza por su desempeño, sintió que hoy no lo había hecho tan mal, pero los días anteriores, en todos había llegado media hora después, y había hecho con toda calma la prueba de armas de fuego que no tuvo tiempo de practicar las pruebas de bombardeo así que estaba reprobado en ese aspecto, al igual que lucha de cuerpo a cuerpo.

— ¿El líder lo sabe? —Him Chan asintió.

—Y no está muy feliz que digamos —suspiró—. Así que si quieres recuperar su confianza y quedarte en el equipo tienes que trabajar.

— ¡Tú no decides eso! —respondió enfadado, que Kim Him Chan fuera su superior aun siendo nuevo, no quería decir que iba a estar mandando como si fuera el líder.

—No, lo decidimos los dos —Yong Guk entraba al despacho—. Y si no estás de acuerdo, puedes irte de una vez —Zelo se giró para encontrarse con la mirada de enfado del mayor—. Te guste o no, Kim Him Chan es tu superior, es tú líder como yo. Aprende a respetar, ¿o es que tampoco eres bueno en eso también? —el menor enrojeció de coraje, vergüenza, desesperación. Su estadía en el equipo estaba en peligro… todo por un estúpido remolino de sentimientos—. Tienes una semana Zelo, no debería ser tan benévolo pero conozco tu capacidad y esto que haces es una burla. Una semana, ¿entendiste? —el chico asintió salió corriendo para encontrarse con un Jong Up recién bañado y molesto al pensar que se había marchado, al verlo su rostro se iluminó pero cambió de expresión al ver la ajena.

— ¿Pasa algo? —preguntó muy serio, Zelo negó y tomó la mano del mayor para guiarlo fuera del edificio.

 

Him Chan se encontraba confundido, hasta dónde recordaba, Yong Guk no estaba conforme con su nombramiento y justo ahora le había defendido de Choi Jun Hong. No sabía si pasar por alto aquel detalle o agradecer.

—¿No piensas agradecerme?

— ¿Agradecerte? ¿Por qué?

—Te acabo de defender de mi pupilo —espetó Yong Guk molesto.

—Ah eso… —susurró el menor más no supo que decir, la mirada fija del líder empezaba a incomodarle, haciéndole sentir cohibido y nervioso, salió de la habitación ante la mirada furiosa del mayor, avanzó a grandes pasos por el pasillo para evitar que este le alcanzara.

 

 

 

— ¿No me dirás qué te pasa? —preguntó Jong Up un poco molesto, llevaban varias horas caminando sin rumbo y su mejor amigo aún no abría la boca ni cambiaba su cara de preocupación—. Vamos, Junnie, ¿dime qué te pasa? Somos amigos… casi hermanos —Zelo se estremeció al escuchar como le llamaba el menor, Junnie era la forma en que toda la familia Moon le decía, no puedo evitar sonreír aunque luego borró esa sonrisa por una expresión más triste, gesto que JongUp no pasó por alto—. Mira, vamos allá —señaló, tomó al menor de la mano y lo guío hasta un pequeño parque o lo que quedaba de él, se sentaron en unos columpios oxidados.

— ¿Nos aguantarán? —Zelo tiraba un poco de las cadenas para probar su seguridad

—Yo creo que sí… ¿o crees que engordé? —levantó la playera que le cubría y de inmediato el menor desvió la mirada.

—No lo creo

—Ni yo —volvió a cubrir su cuerpo—. Hablemos —Zelo mordió su labio inferior, tendría que mentirle a su mejor amigo y no quería.

—Pues nada en realidad… no hay nade de que hablar —se impulsó con sus largas piernas y el columpio rechinó más no cayó.

—Entonces… ¿traes esa cara por… nada? —el mayor río un poco—. Sí que eres un poco loco Junnie… y mal mentiroso —mostró una gran sonrisa hacia el menor y dio un fuerte impulso con sus piernas para elevarse—. ¿Te peleaste con Kim Him Chan? —Zelo negó—. Ah, ¿entonces fue con el líder Bang? —Zelo volvió a negar—. No te creo

—Bueno sí… No, no es que haya peleado…

— ¿Es por el entrenamiento? —Zelo asintió algo cabizbajo, mientras seguía impulsándose queriendo rebasar al mayor en velocidad.

—Lo supuse, el líder Bang se me acercó ayer… Está preocupado porque tu rendimiento ha bajado. Pensó que quizá lo hacías a propósito para molestar al tontuelo

— ¿Tontuelo?

—Sí, Kim Him Chan… es un tontuelo —Jong Up río y Zelo le miró curioso de saber que pasaba en esos momentos por la cabeza de Jong Up para llamarle así a Kim Him Chan, parecía más un mote agradable que ofensivo y aunque quiso negarlo, no pudo, le molestaba que Jong Up sintiera simpatía por Kim Him Chan.

—No me agrada… Dijo que si no mejoro me sacará del equipo —suspiró—. Y Bang hyung lo respaldó.

—Mmm, Zelo debes recordar que dentro del escuadrón no es nuestro amigo… Es nuestro superior, el líder, nuestro jefe.

El menor guardó silencio y Jong Up le acompañó, siguieron meciéndose en los columpios por varios minutos en silencio, Jong Up río y se movió tratando de empujar a Zelo, el menor río y respondió al ataque, reían como si fueran niños… aunque lo fueran, el estar en la milicia desde pequeños les había quitado el espacio para disfrutar de su infancia. Zelo bajó del columpio y empezó a empujar al mayor, lo más que podía para que el otro llegara lejos, tan alto como quisiera… si tan solo se pudiera alcanzar el cielo con las manos, pensó Zelo.

Aprovecharon cada rincón de ese campo para reír, jugar, perseguirse, Zelo abusó un poco de su altura y velocidad para alcanzar a Jong Up y envolverlo con su cuerpo, a este nunca le incómodo, sólo era un abrazo de amigos, mientras que para Zelo era una tortura, quería abrazarlo con más libertad, como lo hacía antes, sin sentir las palpitaciones en su pecho… Es porque estamos jugando, se dijo para sí el menor.

—Ya casi atardece… y tengo hambre —acarició su estómago—. Mamá y papá no estarán —hizo un berrinche, Zelo río ante la actitud del mayor.

—No seas chillón pareces un niño —suspiró—. ¿Mamá y papá no estarán? —el estómago se le revolvió al verse llamándoles así, él ya no podría llamarlos así, no ahora, quizá cuando sus sentimientos se fueran ya podría volver a verlos como sus padres, ahora no, sentía que los había traicionado.

—No, salieron… ¿a dónde? No lo sé, no me quisieron decir —suspiró—. Supongo que la noticia de que estaré en el escuadrón no les cayó bien.

— ¿QUÉ? ¿Estarás en el escuadrón de verdad? No me han dicho nada —susurró—. El nombramiento oficial es una semana… —cortó sus palabras… Tenía una semana… una semana definía su permanencia o expulsión del escuadrón, estar en el oficial o en la reserva.

—Bang hyung me lo dijo ayer, fue a casa y quiso hablar conmigo… Dijo que estaba mal pero que me felicitaba, he superado el máximo puntaje… y fue ahí cuando habló de ti, está preocupado, aunque nunca habló sobre ti, si estabas o no. Quizá Kim Him Chan aún no le daba tus puntajes. El menor no supo que decir, ¿Kim Him Chan se lo había estado ocultando a su líder?

 

 

 

Yong Guk esa mañana había recibido un mensaje de HimChan pidiéndole verse antes del entrenamiento en la base de entrenamiento.

— ¿Duermes aquí? —preguntó Yong Guk con burla recibiendo en respuesta un montón de evaluaciones de las cuales no había sido informado sobre Zelo, fue ahí cuando Him Chan le explicó las razones por las cuales no se las había entregado, quizá el menor estaba bromeando con él, o simplemente no tenía disposición para entrenar con él, el líder le cuestionó sobre el entrenamiento y este respondió cada una de las preguntas que el mayor le hacía. No había fallas, y no había razón para que Zelo quisiera burlarse de Him Chan, era cierto, no era de su agrado pero no arriesgaría su estancia en el escuadrón.

—No es normal —susurró—. Dile que… o mejora o está fuera del equipo.

—Me odiará…

—Yo apruebo su expulsión —dijo con firmeza y Him Chan asintió, sabía que ambos, Zelo y JongUp eran muy queridos por Bang Yong Guk, los había entrenado desde niños, él siendo un adolescente había sido un solado ejemplar, se sabían tantas cosas de Yong Guk, en cada pasillo se sabían cosas de él… pero nunca sobre Kim Him Chan, ¿era cierto lo que Yoo Young Jae había dicho?

— ¿Cuánto tiempo? —preguntó Him Chan haciendo que Yong Guk se detuviera.

—Una semana —dijo sin mirar al menor.

—Es mucho tiempo

—Un día no le dará para pasar todas las pruebas de nuevo… —mintió, si fuese otro les daría un día, pero conocía a Zelo desde hace mucho, era como su hermano menor… No permitiría que fuera expulsado tan fácil del equipo.

—De acuerdo —dijo Himchan algo inconforme—. Aunque es mucho tiempo… confío en ti —Bang Yong Guk, sonrío. Que Him Chan le dijera que confiaba en él… Le hacía… ¿feliz?

 

 

—Sabes… me alegra que no sea como en las películas de ciencia ficción de antes —Jong Up sorbió un poco de su sopa—. Es cierto, hay cosas geniales, usamos los teletransportadores, incluso hubo autos voladores… pero la comida sigue siendo rica no esa porquería que sacaban en las películas, dónde metían cosas en miniatura a un horno y se hacían grandes —Zelo reía ante cada gesto que su amigo hacía mientras hablaba.

—Uppie… come ya o se enfría la sopa —Jong Up río pero sabía que tenía razón. Vivir en ese mundo no era malo, extrañaba la naturaleza como en los libros o museos, se mostraba, aves cantando por doquier, personas saliendo en familia todos los domingos, niños jugando con pelotas, no con armas como ellos lo había hecho, a veces sentía que vivía en un mundo gris y apagado, que si se subía a una nave espacial, el mundo se vería de ese color… gris, no azul como hacía tantos años.

Terminaron de comer y decidieron caminar. Jong Up quería sentir sus piernas cansadas no sentir como cada una de sus partes del cuerpo podrían ser desmembradas cada que usaban un teletransportador, aunque Zelo decía que era seguro, él no se fiaba tan fácil, además alegó que estaba lleno y no quería vomitar, el menor no insistió más, así que anduvo con él todo el camino hasta llegar a casa.

— ¿Te quedas?

— No lo creo… ya tengo mi propia casa– se encogió de hombros.

—Oh vamos… No quiero dormir solito

—Moon Jong Up, eres el mejor del equipo y le temes a estar solo.

-—Y si viene una horda de malvados extraterrestres por mi

—Les patearías el trasero en un abrir y cerrar de ojos.

—Y si viene las Sounders*

—No te harían nada porque eres feo —bromeó el pequeño—. Yo soy bonito, si me quedo y vienen, me llevarían a mí.

—No, yo te defendería de ellas —tomó de la mano al menor y lo metió a la casa a fuerza—. Qué tal te atacan estando solo, aquí estarás seguro.

—Uppie, las Sounders no existen… —empezó a reír—. Es un cuento para engañar a los niños y que se duerman temprano.

—Ah pues yo vi una cuando era pequeño… —Zelo le pegó en la frente.

—No seas babo, ya, me quedo pero deja de decir tonterías —susurró el menor.

 

 

 

Zelo estaba recostado en la cama mientras el mayor salía del baño, salió de la habitación trayendo consigo más sábanas para que ambos durmieran cómodos.

 

— ¿Qué piensas de Kim Him Chan? —dijo al volver.

—Pensar… no lo sé...

—No me agrada a decir verdad, aunque no negaré que me da curiosidad acercarme a él…

— ¿Curiosidad? ¿Qué quieres decir? —sintió una punzada en su pecho al pensar en una respuesta.

—Sí, su casa… la viste, la vimos los dos… Siento que esconde algo, no es normal que él no sepa quién es… Tú sabes quién eres, yo lo sé, todos sabemos quiénes somos… Y si existe tanta tecnología ¿por qué no le curan la cabeza para que recuerde? A papá le estaba pasando algo así hace meses… lo curaron en el hospital.

Zelo no supo que decir pero escuchó atento al mayor, cada cosa que hacía la traspolaba al comandante, que si comía solo, que casi no tomaba agua cuando ellos lo hacía, cosas insignificantes que JongUp afirmaba… eran importantes.

— ¿Seguro que Kim Him Chan no te agrada? —cuestionó el menor al no soportar ni un segundo más escuchar sobre Him Chan.

—Sí no me agrad... —sus palabras fueron cortadas por un largo bostezo.

— ¿Tienes sueño? —el mayor negó.

—Entrenemos.

Zelo lo miró confundido, lo notaba cansado pero aun así queria entrenar. Eso no era normal.

—Jonguppie, ¿te sientes bien?

—Te queda una semana de vida, no me haré parte del escuadron sin ti a mi lado —las inocentes palabras del mayor causaron estragos en la entereza del menor. Un rubor se apoderó del él y afortunadamente, JongUp no se dio cuenta—. Todos tienen su mano derecha, yo también quiero tenerla.

 

 

Movieron los muebles de la sala de la casa para tener un campo más amplio que el que había en la habitación.

—Repasemos lo de mañana, tácticas de defensa —a pesar de tanto tiempo de ser amigos a Zelo aún le seguía sorprendiendo la metamorfosis del mayor, fuera del campo era el chico más dulce y agradable, un pan de Dios, pero dentro del campo, en los entrenamientos, en las clases, era otro, no era frío, tampoco cruel, sólo un chico centrado y obediente.

Jong Up adoptó una posición ataque y Zelo respondió con una de defensa, miraba con atención al mayor ahora que podía, esta vez Jong Up no podía juzgarle por mirarle tanto, esta vez tenía que mirarle así o más.

La sonrisa de media luna de Jong Up apareció y con ello una carrera, Zelo tragó saliva imaginó que el mayor le derribaría, se movió de su posición sin imaginar que aquello facilitó la tarea del mayor, una fuerte patada en el abdomen. Zelo se maldijo, era la misma técnica que había usado contra él Him Chan durante el entrenamiento. Mismo ataque, mismo error.

Dio unos paso hacia atrás antes de caer, Jong Up frunció el ceño más no ayudó al menor  a levantarse, avergonzado Zelo volvió a ponerse en defensa.

“Observa antes de defender”, era la regla de oro. Muchos erróneamente creían que el secreto de la defensa era la predicción de los movimientos. Error.

Jong Up se posicionó de nuevo, estaba vez pensaba descargar contra Zelo, despertar sus sentidos. Lanzó una patada que derrumbaría sin duda al menor, más no lo hizo, Zelo observó hasta que su amigo lanzó el golpe. Dio una vuelta y lo esquivó.  Miró de  reojo hacia dónde estaba él y apenas si pudo mover su cuerpo para escapar de los puños.

“No bajes la guardia”, era otro de las reglas.

Zelo con agiles movimientos, bajó al suelo y con ayuda de sus piernas logró derribar al mayor, mas este no desistió, alcanzó a ponerse en pie de manera rápida aunque las largas piernas de Zelo ayudaban a dar certeras patadas.

“La mejor ofensiva, es la defensiva”, recitaba el manual.

Un descuido de Jong Up y Zelo logró derribarlo, aprovechándose de la altura del menor logró sacárselo de encima, sujetó su cuello con su brazo y sonrío, la cercanía estaba matando a Zelo, sintió una desesperación de tenerlo más cerca.  Sacó fuerzas que creía inexistentes y con un golpe de rodilla en el pecho de Jong Up logró quitarlo de encima, de inmediato lo atrapó. Colocó ambas rodillas al lado del cuerpo del mayor y con sus manos sujetó las manos, palma contra palma, sonríe satisfecho y Jong Up también lo hizo.

—Eres mío ahora —susurró el menor acercando su rostro más al del mayor.

— ¿Por qué  no haces esto en el entrenamiento?

Jong Up sabía cómo romper con el encanto de Zelo, el menor reaccionó que esto era entrenamiento para salir mejor en las próximas evaluaciones. Se quitó de encima del mayor y solo se encogió de hombros. No tenía ganas de responderle.

—Vamos a ducharnos —Zelo intentó reclamar pero era demasiado tarde. Jong Up ya habría la regadera, Zelo sonrío y trató de ser fuerte.

 

El mayor terminaba de poner su ropa para dormir, aunque con tanto calor que hacía, había decido no usar nada en el torso, dejando al descubierto su cuerpo bien formado a pesar de solo ser un adolescente. Zelo se preguntaba en el fondo si su amigo ya estaba enterado sobre sus sentimientos y esto solo era una prueba para hacerle perder la razón.

Zelo se dio la media vuelta en la cama quedando de espaldas al mayor. Jong Up no dijo nada, sólo apagó las luces y se acostó a su lado esperando que el sueño viniera a él. Sentía una sensación extraña, algo dentro de su pecho le hacía sentir feliz y no sabía el por qué, pensó que era la ilusión de estar en el equipo de Bang Yong Guk.

 

 

Zelo no sabía qué hora era ni cuantas horas ya habían pasado desde que se habían acostado para dormir, estaba seguro que ya había pasado mucho tiempo pero él no podía dormir, recordaba al mayor hablando tan entusiasmado de Kim Him Chan. Tenía que superar el misterio que causaba Him Chan para levantar el interés.

—Voy a saber todo de ti, Kim Him Chan —susurró. Se giró para ver al mayor dormir, notaba como torso subía y bajaba… su torso desnudo.

 

Jong Up por su parte no podía conciliar el sueño, había hecho lo posible por dormirse más no pudo ir con Morfeo en ninguno de esos intentos. Suspiró cansado y sólo cerró sus ojos, al menos podría descansarlos. Escuchó lo que el mejor dijo y río para sus adentros, al final no había sido difícil convencer a Zelo, se dijo para sí.

 

Zelo aún intentaba explicarse por qué había empezado a sentir aquello, ambos fueron criados como hermanos, durmieron juntos varias veces, se bañaban siempre juntos, bebían del mismo vaso, comían del mismo bocado. Y ahí estaba él, Jong Up, haciendo latir su corazón a mil por hora, haciendo que su respiración se acelerara de tal manera. Verlo dormir era como ver a un ángel; tranquilo, como si nada le preocupara. Suspiró y subió sus manos por el torso del mayor con calma, esperando no despertarle.

Acercó su rostro al del Jong Up, no sabía que iba a hacer, sólo quería contemplarlo pero su mente empezó a ordenarle otra cosa, “bésalo”, decía esta, perdiendo toda fuerza y cordura, Zelo acortó la distancia existente entre ambos y cerrando sus ojos besó al mayor, aunque más que un beso sólo fue un delicado roce. Se separó rápidamente y desesperado salió de la habitación intentando controlar su llanto, que nunca llegó —en ese momento—. Él nunca podría tener a Jong Up como quería, habían sido criados como hermanos, como familia… y por la familia, no puedes sentir esa clase de amor.

 

Jong Up borró su sonrisa mental al sentir las manos de Zelo sobre su abdomen y torso, quiso abrir los ojos y quitárselo de encima, pero el shock no lo dejó hacer nada. Dejó de respirar en todo ese tiempo, o eso creía él, y sólo apretó sus ojos con fuerza.

El mayor de ambos sintió el aliento del menor muy cerca de él, acompañado de una débil respiración, pensó que sólo comprobaba que estuviera dormido y se tranquilizó. Sin imaginar que el menor tramaba algo más de lo que podría imaginar.

Los labios del menor hicieron contacto con los ajenos, Jong Up se paralizó, quiso quitarse al menor de encima pero su cuerpo no respondía a ningún llamado. El peso sobre la cama se aligeró, Zelo se había levantado y sus pasos se escucharon a lo lejos. Suspiró, abrió los ojos y se levantó, quiso ir tras el menor y asestarle unos buenos golpes por aquél abuso, más no lo hizo. Respiró profundo y volvió a la cama, estaba seguro que ahora menos iba a dormir con aquel recuerdo palpitante de los labios ajenos.

Contrario a ello, se acostó y se quedó dormido al instante, quizá sólo necesitaba un beso de buenas noches.

 

 

Zelo despertó con los ojos ardiéndole, al parecer había llorado dormido porque él no se recordaba así en la noche anterior, caminó a la cocina y se echó agua fría en el rostro para borrar aquel rastro visible del llanto. Soltó un suspiro y agradeció no tener un espejo enfrente, imaginaba su imagen patética y sentía vergüenza por ello.

 

Jong Up había despertado hacía varias horas, se sentía lleno de energías y sus piernas estaban ansiosas por salir a correr más su mente era el problema, la sentía muerta. Se había dormido y había tenido sueños que ni él entendía, escenas difusas se mezclaban en los recuerdos. Largó un suspiro. El silencio abismal de su hogar le indicaba que Zelo seguía dormido, sus oídos se agudizaron para escuchar hasta el ruido más ínfimo, el agua corriendo en la cocina, Zelo había despertado. No quería salir, sentía su cara roja por el enojo, quería salir y patearlo, pero él no podría hacer eso a su mejor amigo, ¿acaso tu mejor amigo te besa mientras duermes?

 

Jong Up sabía que no podía ocultarse toda la vida en la habitación, además Zelo lo había creído dormido la noche anterior antes de besarlo, y eso no había sido verdad, él había estado muy despierto. Suspiró y salió de la habitación, pondría su habitual sonrisa y ya estaba.

 

—Buen día —saludó Zelo cuando le vio aparecer en la cocina, el chico lucía como si nada, Jong Up buscaba una pizca de remordimiento o que le mirase con vergüenza pero ahí no había nada más que felicidad, alegría y entusiasmo. Odió eso, odió la falsedad y lo sinvergüenza que el chico se estaba mostrando. Un volcán estalló en el interior de Jong Up.

—Qué tienen de buenos —respondió secamente el mayor.

 

— ¿Pasa algo? —cuestionó el menor luego de unos minutos de silencio. Jong Up bebía un vaso de agua, sintió ganas de tomar el recipiente y azotarlo contra el piso. Zelo se estaba comportado como un hipócrita.

 

—Hyung… —volvió a insistir el menor—. ¿Dormiste bien?

 

Y esa fue la gota que derramó el vaso, dejó el recipiente sobre la mesa, caminó hasta el menor, lo tomó del cuello de la camisa, lo giró para aventarlo contra el piso. Zelo se sorprendió por aquél acto violento, si bien era cierto que a Jong Up le gustaba entrenar a todas horas, ese era un comportamiento anormal, sintió como su cuerpo se estrelló contra el piso y se levantó. Le miró confundido y buscando una respuesta en esos ojos y sonrisa inexistente, en su lugar notaba la ira y el odio hacia él. ¿Por qué?

 

—Eres un cínico, Jun Hong.

Los ojos del mencionado se abrieron de par en par, ¿cómo le había llamado? Incluso había usado su nombre de pila.

— ¿Qué?

—Un… ¡Me das asco! —Jong Up suspiró hondo antes de continuar—. ¿Por qué demonios me besaste?

 

La respuesta a sus interrogantes llegó como balde de agua fría, se paralizó. Eso era imposible que supiera estaba dormido…o quizá no lo estaba, ¿por qué no preguntó?

 

—Encima me tocaste…ah… sólo de recordarlo, me provoca. ¡Maldición! —llevó sus manos a la cabeza. Se sentía ultrajado y de orgullo herido.

—Yo… Jong… lo siento —alcanzó a susurrar. Jong Up se dio la media vuelta para volver a su habitación.

—Lárgate Jun Hong, no vuelvas aquí ni porque mis padres lo pidan. No te me vuelvas a acercar… ¡Nunca!

 

Zelo tragó saliva y salió corriendo de la cocina hacia la puerta, tenía vergüenza, de sí mismo, de lo que había hecho, se sentía decepcionado y se sentía un maldito desgraciado por lo que había hecho. Jong Up le miró de reojo y cuando le vio en la puerta le llamó.

 

—Jun Hong —el menor se detuvo y se giró para ver a Jong Up—. Ojalá no quedes en el equipo —sonrío de lado y entró a la habitación. Zelo se sintió como maniquí de prueba para prácticas de armas, acribillando, eso le había lastimado, intentó no llorar, lo intentó, de verdad lo intentó pero mientras corría por las calles de la ciudad, sintió como las lágrimas humedecían sus mejillas.

 

Por su parte Jong Up se echó en la cama de nuevo, como niño pequeño abrazaba su almohada como si hubiera algo en la habitación a lo que temiera. Y una extraña pregunta se formó en sus pensamientos, «Y ahora, ¿quién me dará mi beso de buenas noches cuando no pueda dormir?»

Notas finales:

¿Les gustó?

No olviden dejar sus opiniones aquí en forma de Reviews o en comentarios en facebook :)

 

Me despido. 

<3


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