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Two souls collide por CRAYON

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Notas del fanfic:

Este fic lo traigo en recompensa por haberlas abandonado con Only Memories.

Espero les guste, lo tengo planeado para dos capitulos a lo mucho pero necesitaré su ayuda y en verdad la apreciaría mucho

Notas del capitulo:

Aquí esta el primer capitulo, les confieso que me esmere mucho en escribirlo, sé que es un poco largo y espero no aburrirlas.

La forma en que lo narré es diferente a lo que acostumbro, espero les guste. 

Este fic es un poco personal, así que me ecantaría saber su opinión, en verdad es muy importante para mi.

Espero los disfruten y ahora sí a leer 

¿Cómo sucedió?...  ¿Cómo lo permití?... ¿Por qué termino así?...

Esas preguntas invadían mi mente y lo único que hacía era torturarme. Había pasado más de dos semanas en las cuales no paraba de hacerme esas preguntas y de lo único seguro que estaba era de mi arrepentimiento.

-          ¡JI YOOOONG!

Esa voz la reconocería en cualquier lado que estuviera, me di la vuelta y ahí estaba Kiko, tan linda como siempre, haciendo un puchero, muy tierno a mi  parecer.

-          Kiko ¿por qué me gritas?

-          ¡Porqué es la única forma que puedes reaccionar! ¡Te hablé por lo menos como diez veces y no respondías!

La forma en que se enojaba era demasiado tierna, yo no podía evitar reírme de esa actitud mandona que no le iba para nada

-          ¡No te rías! No vez que… me preocupas

Susurro lo último y cambio su semblante, pude notar como sus facciones se relajaron y mostró una mirada triste, unas cejas caídas, unos labios apretados. En efecto ella estaba preocupada.

-          ¿Preocuparte? No ves que estoy bien

Le sonreí y ella apretó más los labios, estaba frustrada y no ayudaba en nada, sabía a qué se refería, pero tenía fe que no se diera cuenta aunque conociendo a Kiko, con lo astuta que era, ya suponía que no estaba bien, que tenía  problemas y lo más seguro tenía una pequeña idea de quien los causaba.

-          Eres un tonto Kwon Ji Yong, no tienes remedio

-          Ahora me ofendes

Fingí ofensa,  mostrando una gran sonrisa, ella me miro por un momento y se dio vuelta, tenía un mal presentimiento, esa mirada no mostraba enojo sino decepción, ella estaba decepcionada y yo odiaba decepcionar a las personas, lo odiaba.

-          Cuando dejes de guardarte tus problemas en verdad podrás sonreír

Me quede helado, acaso ¿había escuchado bien? ¡Mierda!

-          Kiko no sé de…

-          ¡Claro que lo sabes! Deja de guardarte todos tus problemas por si no lo recuerdas soy tu amiga ¿no? ¡Pues eso creía pero veo que no es así!

-          Kiko claro que eres mi amiga –la tome del brazo, en esos momentos parecíamos una pareja de novios discutiendo

-          ¡Sueltame¡ Joder Ji Yong

Quede atónito y la solté, ella nunca había dicho una mala palabra y ahora la decía por mi culpa

-          Lo siento…

-          No tienes que pedirme disculpas

-          Kiko no quise que pensarás eso es solo…

-          Olvídalo, ya es tarde y debemos entrar

Ella se dio vuelta y caminó, solo veía como se alejaba ¿Esto tenía que acabar así? Suficiente tenía con mis problemas para sumarle un pleito con Kiko, la persona que estuvo a mi lado apoyándome y ahora me dejaba ahogarme con mis sentimientos pero ella no tenía la culpa, la culpa era mía ¡Genial! Ahora me sentía una completa mierda.

Me di vuelta y salí del instituto, no tenía cabeza para la escuela, no ahora. Divagaba por las calles, no tenía rumbo fijo, cerca de dos veces estuvieron a punto de atropellarme, si no fuera por las bocinas de los automóviles pues sería notica de las cinco de la tarde pero eso no me preocupaba, tal vez así él se daría cuenta de que existo, no, él sabía que existía pero no le importaba mi existencia. Sí, eso era.

Me detuve en un pequeño centro comercial, necesitaba cafeína era la única droga que me mantenía despierto al menos para que no me atropellarán. Entre en busca de un Starbucks amaba esos cafés en especial el Espresso Americano siempre me gustaba pedirlo con una carga extra de espresso, así era más intenso y en lo personal me gustaba la intensidad y no sólo en los cafés.

No tarde demasiado en encontrarlo,  busque el lugar perfecto para disfrutarlo, la mesa estaba alejada de todos y tenía una vista completa del centro comercial. La mesera fue muy amable, pude notar en seguida su coqueteo, no era por presumir pero yo era muy cotizado por las chicas, tenía un complexión delgada pero torneada y un rostro tan fino que parecía mujer, aunque me molestaba un poco ese hecho no podía negarlo era hermoso.

-          Aquí esta lo que ordeno joven su Espresso Americano

-          Gracias

En seguida noté su intenso olor, ese olor tan característico que me embriagaba, al igual que lo hacía él. Tome con delicadeza la taza, como si estuviera tomando su rostro, cuando mis labios rozaron con el filo de la taza, recordé sus labios, tan cálidos, tan húmedos, tan suaves… Bebí el primer sorbo y el líquido paso de mi boca a mi garganta, recordé cuando su lengua exploro mi cavidad bucal, cuando jugaba con la mía. Esto no era posible estaba fantaseando cuando bebía un simple café pero recordarlo me era inevitable, había quedado en mi mente y aunque quisiera borrarlo mi cuerpo lo recordaba a la perfección.

-          Se nota que sabes disfrutar un café

Abrí lentamente lo ojos y me topé con ella, estaba enfrente de mí, de pie, observando con sumo detalle como tomaba el café, eso me hizo sonrojar, pensar que observaba mi interacción sexual con un café era vergonzoso, agache la mirada y sonreí nervioso.

-          ¿Puedo?

Señalo la silla vacía a mi lado, asistí levemente. La seguí observando y note lo guapa que era, tenía un hermoso cabello negro completamente lacio hasta la cintura. Su piel era blanca, sus facciones eran finas pero se notaba que no era 100% coreana, su vestir era muy… muy extravagante no era de las típicas niñas tiernas con vestidos tenía un estilo rockero pero con clase.

-          ¿qué tanto observas?

Su ceño estaba fruncido,  al parecer su actitud era ruda. Eso me indicaba que su forma de vestir era equivalente a su carácter. No era una mujer cualquiera

-          Tu ropa

-          ¿Algún problema con ella?

-          Ninguna al contrario me ha encantado lo que traes puesto

-          ¿Ah sí? Creo que tenemos eso en común, porque tú me has llamado la atención por lo mismo

-          ¿Hablas en serio?

-          Cuando entraste note de inmediato tu presencia, me llamo la atención tu ropa y cuando observé como tomabas el café me causaste más curiosidad

-          Así que eres una mujer curiosa

-          Lo soy

Seguí charlando con ella, teníamos muchas cosas en común pero a pesar de ser atractiva no me llamaba la atención era más de esas personas con las que puedes tener un platica amena debido que hay intereses comunes. Su nombre era Min Young  su madre era polaca y su padre coreano, estudiaba, al igual que yo, diseño en modas aunque también tocaba varios instrumentos entre ellos el violín, el piano, la guitarra y la batería.

-          Entonces ¿planeas formar una banda?

-          Ese siempre ha sido mi sueño, aunque mi madre quiere que me dedique a eso del modelaje

-          Pues eres muy linda y creo que el modelaje no se te dificultaría

-          ¿Eso crees? A mí no me interesa en absoluto

-          Deberías probarlo , tal vez así lo terminas odiando por completo o amando

-          Puede ser, lo pensaré

Me sonrió cálidamente, yo correspondí de la misma forma. Se hizo presente un silencio, desvié la mirada al reloj del lugar y ya era tarde, no supe ni en qué momento se fue el tiempo, pero me fue muy grato platicar con ella, despejar mi mente al menos un poco. Regrese la mirada hacia ella y me topé con sus ojos clavados en mí, esa mirada la descifré en seguida pero yo no tenía las mismas intensiones.

-          Lo siento es un poco tarde para mí y debo irme, fue muy agradable platicar contigo

-          Puedo decir lo mismo

Me levante de la mesa y ella hizo lo mismo, me tomo de la mano y me dio un papel.

-          Espero tu llamada

Me susurro al oído, a mí se me erizo la piel por completo, no por el hecho de que esa acción me estremeciera  sino porque en ese justo momento sentí una mirada penetrante y sabía de quien era, desvié la vista a la entrada de la cafetería  y nuestros ojos se encontraron, ahí estaba él mirándome con una ceja enarcada y una sonrisa irónica. Trague saliva nervioso,  puedo apostar que él vio mi acción porque de inmediato soltó una risa burlona.

¿Qué debía hacer? Encararlo, no, mala idea y menos en una cafetería ¿Saludarlo? Pero que tal me ignoraba. Hacer como si no lo conociera en mi vida, sí esa era la mejor opción pero era tan fácil decirlo y casi imposible hacerlo y es que  mi cuerpo quería sentir su calor, quería caminar hasta él y comerle la boca pero no podía hacerlo, más bien no debía.

No le quitaba la vista y no podía ni disimularlo, él al contrario después de burlarse me dejo de observar y desvió la mirada a su lado,  fue cuando reaccione y note que no iba solo, estaba acompañado de una tipa que lo traía tomado del brazo acaso ¿esa no era su ex?…

 Pero ¿¡Cómo!? Si apenas habían pasado dos semanas y el muy maldito había regresado con su ex. ¡Si será un hijo de puta sin corazón! Yo sufriendo porque no me lo puedo sacar de la cabeza y todas las noches teniendo serios problemas con mí jodido pene y el muy bastardo regresa con su ex. ¡Genial! Ahora si eres un completo idiota y patético, Kwon Ji Yong.

-          Hey ¿estás bien?

-          Ah sí lo siento... no te preocupes te llamaré

Tome  el papelito y lo guarde en mi bolsillo delantero izquierdo, le acaricie la mejilla y le bese la frente. Le sonreí y me despedí. No me dejaría intimidar por ese idiota porque eso era, un idiota y no dejaría que nadie pisará mi orgullo y menos una persona como él. Salí de la cafetería pero antes le dedique una pequeña mirada y estaba enojado ¡Genial! Estaba enojado eso significaba que… ¿le importaba? Espera ¿yo le importaba? Eso, eso me había dejado más confundido ¡Joder!

Camine lentamente a la salida del centro comercial, las cosas no habían resultado como quería, bueno en parte sí porque había logrado que Seung se molestará pero  el que reaccionara así ¿qué significaba? Demonios estaba peor que al principio y de paso tenía que lidiar con Min Young bueno aunque ella no era gran problema, mientras no le llamará.

Ahora tenía que regresar a casa, ponerme al tanto del día de hoy,  tratar de arreglar las cosas con Kiko, prepararme una decente comida… Sí, eso tendría que hacer y no estar pensando en estupideces como lo era Seung.

Tome el transporte que me dejaría a unas cuantas cuadras del departamento donde vivía, el coche lo había dejado en casa, no estaba apto emocionalmente para manejarlo además así  aprovecharía para comprar despensa, ya hacía falta ciertas cosas en la casa.

Después de comprar  lo necesario camine al departamento con bolsas no muy grandes pero si pesadas, vivía en el cuarto piso pero para mi suerte tenía elevador. No tarde mucho en llegar al piso correcto y al salir del elevador me topé con una gran sorpresa. Ahí estaba Choi Seung Hyung, pestañe un par de veces ¿era real? No me moví, él mantenía la cabeza baja con su cuerpo recargado en la puerta de mi departamento. Camine unos pasos y levanto la cara, me miro con cierta curiosidad e ira, yo no sabía que hacer ¿qué podía hacer? Recordé que tenía que mantener mi orgullo así que me arme de valor, no sé de donde lo saque, y camine hasta quedar frente a él

-          Me das permiso

-          ¿por qué?

-          Porque es mi casa y necesito entrar

-          Solo por eso

-          Acaso querías más ¡Quítate!

Le di un jalón, quitándolo y dejándome la puerta libre, saque las llaves, encaje la llave, se botó el seguro y cuando estaba dispuesto a abrirla, él coloco una mano al lado de mi cara sobre la puerta, acorralándome.

-          Eso quería… Que la abrieras

Susurro en mi oído y no sé en qué momento abrió la puerta con la otra mano y se adentró al departamento, yo con él, no por voluntad propia sino por un brusco empujón. Cuando termino de entrar cerró la puerta y me empujo a la pared, se situó enfrente de mi con ambas manos sobre la pared. Solté las bolsas y coloque sus manos en su pecho, empujándolo

-          ¿Qué… que estás haciendo?

-          No es obvio

Se acercó más, sentí su respiración chocar con mi rostro, él quería besarme o al menos eso parecía. Trate de empujarlo pero mi fuerza no parecía inmutarlo en absoluto.

-          ¡No! Seung ¡Quítate!

-          ¿Qué me quite? Pero si se nota que quieres

Hábilmente bajo una de sus manos a mi entrepierna, comenzó a masajearla, trate de detenerlo pero con la otra me tomo ambas manos de las muñecas y las situó sobre mi cabeza, aprendiéndolas contra la pared formado un perfecto y fuerte agarre

-          Pa.. para..

-          Pero si pareces disfrutarlo

Apretó con más fuerza y gemí,  yo no quería pero mi cuerpo lo estaba disfrutando… como aquella vez.

 

 

 

-          Seung deja de joder

-         ¿Por qué? Hace tiempo que no hacemos nada juntos y como buenos viejos amigos tenemos que hacerlo ¿no crees?

-          No ves que no tengo tiempo

-          Para mí pero para tu nueva amiga la japonesa esa sí tienes tiempo

-          Ya te dije que no metas a Kiko en esto

-          Ahora la defiendes

-          Está bien ¿cuándo salimos?

-          Te parece este viernes, aprovechando que al otro día es sábado

-          Espera ¿planeas que sea todo un día?

-          Claro tenemos mucho que conversar ¿no?

-          Está bien, me avisas en la semana la hora y el lugar

-          Te parece en mi casa, estoy disponible después de las cuatro

-          De acuerdo

-          Esta es la dirección, entonces hasta el viernes

Sí, ahora tenía una salida con Seung, apreté con fuerza aquel papel que me guiaba de nuevo a él, no era posible, hace años que no lo veía, creo que eran tres si no mal recordaba. Cuando se fue a la Universidad perdí contacto con él y ahora por obra del destino me lo volvía a encontrar. Todo había cambiado, ya no era el mismo ni él, ni yo…

Su despedida fue dura, considerando que éramos los mejores amigos en la historia y no exageraba. Pasábamos días enteros juntos, nos conocíamos a la perfección y nos sabíamos hasta los más oscuros secretos de cada uno, bueno yo sabía todos de él y él no sabía uno mío.

Y ese secreto era que estaba enamorado y de él. Lo había descubierto poco antes que se marchará, siempre pensé que era otro cualquier sentimiento, menos amor, es decir ¿un hombre enamorado de otro hombre? Eso no era normal  ante los ojos de nadie y siempre me quise cegar ante ese hecho, tal vez por miedo, vergüenza o rechazo. Pero cuando me enteré que había presentado examen para la universidad fuera de la ciudad, sentí pánico. Ya no lo vería, ya no pasaría las tardes con él pero más que eso ya no tendría esa  seguridad, ese confort y cariño que él me brindaba ¿quién me podría dar todo lo que él me daba? Nadie podía igualarlo y fue ahí cuando supe que lo necesitaba para ser feliz porque tenerlo a mi lado y verlo sonreír era mi felicidad, mi verdadera felicidad.

Recuerdo que trate de convencerlo  pero su sueño era estudiar en otra ciudad, alejarse de esto e independizarse, aunque eso significara tenerme lejos, al parecer el amor que yo sentía no era reciproco. Cuando dieron los resultados y me enteré que aprobó, sentí mucha furia y fui egoísta, deje de verlo y frecuentarlo, él me buscaba pero yo no quería saber nada. Me sentía traicionado pero era estúpido y no una víctima y me percate de eso tarde.

Cuando me di cuenta de mi error y de lo mal que tal vez Seung lo estaba pasando salí a buscarlo y me enteré que ya se había ido.

-          ¿Se ha ido? Pero que no las clases comienzan dentro de dos semanas

-          Así es

-          Entonces ¿por qué se fue?

-           “Ya no tengo ninguna razón de porque estar aquí” Eso fue lo único que dijo

Esas palabras quedaron grabadas en mi mente y me dolieron, ese dolor que sentí no creo compararlo con ningún otro, ese dolor fue especial, suena estúpido pero eso fue especial y único. Después de eso no supe nada de él y no me atreví a preguntar y su madre tampoco me dijo nada. Eso indicaba que nuestra amistad se había ido a la mierda y con ella mis sentimientos, aunque me doliera tenía que enterrarlos porque no podría vivir aferrado a un amor no correspondido.

El año paso más lento de lo acostumbrado, yo solo podía llorar su ausencia y el vacío que por idiota yo mismo había provocado. Tal vez si lo hubiera tomado con más calma, si le hubiera demostrado lo especial e importante que era para mí, tal vez las cosas serían diferentes pero lo hecho, hecho estaba y no podía cambiarlo, ya no.

Me resigne por completo, pase por mucho en ese año y cuando llego el tiempo de escoger la carrera y universidad donde estudiaría. No dude ni un segundo en largarme de aquí, era lo mejor ya que todo me recordaba a él y tenía que empezar de cero para comenzar una nueva vida, bueno así lo pensaba.

Me decidí por diseño en modas, era algo que me encantaba y por casualidad o destino la mejor escuela estaba en la misma ciudad donde Seung estaba estudiando. Eso era cruel y tal vez hasta auto-tortura pero no pondría en juego mi futuro por un amorío ¿verdad? Bueno no lo haría.

No tuve ningún problema en ingresar, ni en instalarme por suerte mía la ciudad era enorme así que no había gran posibilidad de encontrarme con Seung, aunque confieso que las primeras semanas lo buscaba, quería encontrármelo pero termine por rendirme y así pasaron dos años.

Esos dos años fueron más rápidos que los días que pasaron para que fuera viernes, ahora estaba al otro lado de la puerta, solo unas paredes nos separaban. Tragué un poco de saliva y con nerviosismo me atreví a tocar el timbre

-          Al fin llegas

-          Lo siento se me hizo tarde

-          ¿A ti? Eso es raro

-          Lo si-siento, el tráfico no ayudo

-          No te preocupes Jiyongie

-          Jiyon… Hace tiempo que no me llamas así

-          ¿Te molesta?

-          Para nada

Me indico que pasará y tímidamente lo hice, su departamento era tan acogedor, era tan cálido, era tan Seung. Lo observé sin disimulo, lo admito.

-          Jiyongie

-          Ah ¿sí?…

-          Te gusto

-          Es muy acogedor

-          Me alegro, quería que así fuera

El silencio de nuevo reino, baje la mirada, estaba nervioso pero ¡cómo no estarlo! Es decir tenía al amor de mi vida frente de mí

-          ¿q-qué vamos a hacer?

-          No lo sé

-          ¿Cómo que no lo sabes?

-          Pues no lo sé dime ¿qué quieres hacer?

-          Te parecer ver una película, como en  los viejos tiempos

Me sonrió al parecer varios recuerdos se le vinieron a su  mente porque su rostro empezó a mostrar una cierta melancolía, sí él estaba recordando todo lo que habíamos pasado.

-          Es una buena idea pero ¿cuál vemos?

-          Te parece una de comedia, yo sé que las amas

-          Está bien déjame buscar alguna.

Salió de la sala y cómodamente me senté el sillón, olía a Seung, bueno todo el departamento estaba impregnado de su aroma tan peculiar y que a pesar de los años era el mismo y más soprendente aún. Todavía lo recordaba

-          Encontré está, no he tenido tiempo de verla, pero no sé si tú ya la hayas visto.

-          ¿TED? Oh la del oso! No la he visto desde cuando la he querido ver

-          Pues problema resuelto ¡Hoy la verás!

Ambos sonreímos, él se acercó a la pantalla plasma que tenía en la sala y coloco el CD en el reproductor, comenzó a leerlo y play.

-          Espera ¿y las botanas?

-          Cierto, déjame ver si tengo algo en la cocina

-          Te acompaño

Tranquilamente camine con él a la cocina, iba delante mio, llevaba la cabeza baja, la lacé levemente y observé su espalda muy bien torneada, se marcaban unos que otro musculo, se notaba que hacía constante ejercicio, estaba muy bien formado. Seguí admirándolo en silencio y comencé a sonrojar de lo que imaginaba mi mente y de nuevo baje la cabeza.

Al llegar comenzó a rebuscar, entre los cajones, la alacena y me sonrió se acerco a mi con las manos en la espalda y me las mostró.

-          Tenemos suerte

-          Veo que sí

Eran unas palomitas, de inmediato comenzó a prepararlas, intente ayudarlo pero él se negó “No seas tonto, tú eres mi invitado” Fue lo que me dijo. En unos cinco minutos quedaron listas, ahora sí podíamos disfrutar la película, con prisa regresamos a la sala nos sentamos en el sofá, de la manera más cómoda posible para ambos.

Enseguida le dimos play y comenzó. Empezó con una narración sobre la magia y después sobre un niño que le costaba hacer amigos, este anhelaba un amigo verdadero que fuera solo suyo y en la mañana de navidad sus padres le regalaron un oso al que le puso Tedy, se encariño con ese oso y deseo que fuera real para que fueran amigos para siempre y al otro día el oso tenía vida y así comenzaba la historia…

Fue lo único que recuerdo con claridad porque no ponía atención, lo único que hacía era mirarlo de reojo y reírme de cualquier bobería que me pareciera graciosa “Eso no da gracia Jiyongie” Era lo que pronunciaba pero la verdad era que me reía por lo nervioso que estaba, sí eso hacía reírme y esconder mi temblor, mi tartamudeo…

Trate de controlarme, éramos amigos después de todo ¿no? Comencé a arrojarle palomitas, él se defendió e intento hacerme cosquillas, yo era ágil y escurridizo así que fallo, le tome las manos y en el sofá comenzó una lucha para ver quien le hacía cosquillas a quien.

Yo iba ganando y en un descuido mío me tomó de la cintura y me jalo, haciendo que quedará sentado encima de él y me miro… Me dedico esa mirada, aquella de hace tiempo, esa mirada con la cual me miraba todos los días hace tres años. De inmediato me puse nervioso ¿qué podía hacer? Tratar de recuperar el tiempo perdido y tragarme mis sentimientos o decirle lo que sentía, lo orgulloso que fui y que me perdonara por haberle dejado de esa forma, que estaba arrepentido y que tenía miedo a perderlo, sí, tenía miedo porque yo lo amaba.

No se escuchó  ninguna palabra y ninguno se inmuto, ambos nos mirábamos  como si tratáramos de descifrarnos y tenía miedo que lograra hacerlo, así que lo abracé y escondí mi rostro en su pecho pegando más mi cuerpo. Apretó más mi cintura y escuché su corazón latir rápidamente ¿eso era una buena señal? Me aferre más a él y su respiración se agito, eso me estaba dando cierta esperanza, cierto valor ¿por qué reaccionaba así? Quería creer que era porque estaba nervioso, porque también significaba algo para él, porque tal vez, solo tal vez él también me amaba.

-          Me gusta estar así contigo, me gusta abrazarte  y que correspondas

Sentí claramente el temblor de todo su cuerpo, mis palabras lo habían afectado y esas reacciones eran tan favorables desde mi punto de vista. Acarició suavemente mi espalda, como si me fuera romper, eso me estremeció y él lo noto.

-          A mí también

Sentí su respiración contra mi cuello. No lo negaré fue excitante sentir su aliento rozar contra mi piel era una caricia única que te estremecía de piel a cabeza, brindándome una sensación nueva para mí y que para mi desgracia me había encantado.

Alcé la vista y nuestros ojos se encontraron, esos ojos eran mi delirio, tan oscuros, tan profundos como si ocultaran algo y ese algo me incitaba, me provocaba a tratar de descubrirlo. Me ruboricé por completo o al menos eso supuse porque sentí mi cara arder, escondí mi rostro pero esta vez en su hombre, el jugo con mi cabello, lo acarició.

-          Jiyongie mírame

-          No quiero

-          ¡Mírame!

-          ¡Qué no!

En ese momento unos gemidos se escucharon,  me separé de él y busque de donde provenían los gemidos y era de la película ¡Demonios la había olvidado! La escena con la que me encontré era bizarra es decir ¿cómo un oso de peluche tendría sexo con una mujer? Pues en la película era posible, yo me abochorné en seguida y miré a Seung y se acercó

-          Sabes eres más cobarde que yo

-          No sé que-ieres d-decir

Sé acerco de nuevo a mi oído y lo beso, sentir sus cálidos labios en esa zona tan sensible para mi me hizo sacar un gran suspiro, se separó un poco y noté su sonrisa, acaso ¿quería que lo besará? ¿Lo deseaba tanto como yo? ¿Me quería?

Deje de hacer preguntas estúpidas y me decidí, me acerqué a su rostro, rocé mis labios con los suyos y nos besamos, al principio solo fue el simple contacto, después comenzamos a mover los labios, a jugar con ellos provocándonos una que otra mordida. Eso era indescriptible, no sé en qué momento introdujo su lengua en mi boca pero no le negué el paso.  Su lengua rozó  con la mía, comenzaron a jugar, a danzar por tratar de seducir a la otra, nuestras bocas encajaron a la perfección, nos estábamos comiendo  y eso me estaba excitando, eso me estaba poniendo duro.

Sus manos se fueron a mi cintura apretándola más y las mías a su cuello, quería más contacto, lo necesitaba.  No duramos mucho así ya que nuestros pulmones nos pedían a gritos oxígeno solo eso provoco separarnos, ambos jadeamos, observé sus labios estaban rojizos suponía que los míos estaban igual o peor, bajo su mirada a mi cuello y comenzó a besarlo de forma muy seductora, por instinto hice la cabeza hacia atrás, dejándole más espacio ¡Quería más!

Me encantaba sentir sus labios suaves contra mi sensible piel, no tardo en colar sus manos debajo de la camiseta, sentí sus manos recorrer mi abdomen, su tacto era frío pero ese frío me quemaba, hacía arder mi cuerpo de placer y todo eso se centraba en una sola parte. En mi entrepierna.

- Jiyongie

Me ronroneo en el cuello y se separó de mi despojándome por completo de mi prenda, acaricio mi pecho y bajo a mi abdomen “Veo que tienes un problema” le escuche decir y no pude contestar lo único que hacía era gemir, sí, él me había agarrado mi miembro y lo masajeaba bruscamente, yo solo podía guiarme por el placer, eso se sentía muy bien. No me percaté en que momento me despojo de mi ropa dejándome solo en bóxer.

Separo su mano de aquel lugar y lo miré, él todavía llevaba toda su ropa puesta pero también se notaba abochornado. Con valor comencé a acariciarle y a desnudarle. Cuando lo liberé de aquella sudadera que me dejo ver su bien formado pecho, no pude evitar  morderme el labio. En verdad ¿tenía un hombre así besándome? Sí lo tenía y ese no era cualquier hombre era Seung Hyung mi Hyunnie. Le bese el pecho, recorrí cada parte con mis labios, con mis manos…

No tarde mucho en escuchar sus roncos gemidos, lo estaba disfrutando y eso me excitaba aún más, noté su entrepierna y estaba igual de dura que la mía, que por cierto comenzaba a dolerme. Desabroche el pantalón y lentamente lo baje, disfrutaba verlo desnudo, su cuerpo era muy erótico, era el de un perfecto Dios.

Por sorpresa me tomo de la cintura y me levantó para recostarme en el sillón, bajo delicadamente el bóxer y abrió lentamente mis piernas, observando con lujuria la nueva parte que quedaba desnuda. Mi cuerpo tembló al saber que era lo que venía

-          ¿Estás bien?

-          S-si es so-solo q-que

-          ¿Tienes miedo?

-          … Si

-          No te preocupes, nunca te haría nada que te lastimará

Tomo mis labios, en ese beso sentí seguridad, era cierto él nunca había hecho algo que me lastimara al menos no intencionalmente. Separe unos mechones de su frente y volví a besarlo, él no perdió tiempo y me introdujo un dedo, mi cuerpo tembló y con su otra mano acaricio mi miembro rozando suavemente la punta mientras movía su dedo, esas acciones hicieron que me separa de sus labios y diera un fuerte gemido. Joder eso se sentía de maravilla.

“lo disfrutas” “Te gusta” Eran algunas de las palabras que alcanzaba a distinguir entre el placer que me provocaba ahora sus tres dedos. Los movía de una forma única y experta. De momento sentí como se deslizaban, mi cuerpo recibiría algo mucho mejor pensé y así fue.

Sentí algo duro rozando la entrada e intente abrir más las piernas, él sonrió complacido y la sonrisa que tenía yo fue despareciendo, me mordí el labio inferior y trate de contener las lágrimas. No sé si el miembro de Seung era más grande de lo que pensaba o si yo era más estrecho de lo que parecía, creo que eran ambas porque un dolor se hizo presente, era muy diferente a los que había experimentado.

Cuando termino de introducirlo, no se movió y se acercó a mí  para besar mi barbilla y subió a mis labios, en ese beso me trasmitió un “lo siento” bueno eso pensé, lo miré y note que estaba sudando más que hace un momento, apretaba los labios, se notaba que él también estaba un gran esfuerzo por no moverse y yo también lo haría, así que empecé a mover mi cadera y el cerro con fuerza lo ojos, comenzó a jadear y lo sentí eso ya no era dolor... era placer.

Con sus manos agarro con fuerza mis piernas y comenzó a embestirme con cada embestida aumentaba la intensidad y fuerza. Yo solo podía sentir, no podía articular palabra coherente, mis jadeos, gemidos era lo único que salía de mi boca con unas cuantas palabras “más… duro… más”

Sentía una de sus manos recorrer mi abdomen y bajar a mi miembro, agarrarlo y sacudirlo a la par de las embestidas. Eso era el paraíso un paraíso lleno de placer, quería que durara más, aunque mi cuerpo sudará, temblará, aunque mi voz se desgarrara de tanto gritar y gemir. No importaba porque lo que sentía valía eso y más.

-          … Me… co-corro

-          Aguanta…

Me aferre a su espalda, clavando mis uñas en ella, no quería que acabará pero ya no aguantaba más ya no podía dar más, así que me corrí…

Mi vista se nubló recuerdo haber gritado lo más fuerte que pude y después de eso un líquido caliente recorrer mi abdomen. Trate de levantar la vista y observé como Seung daba una dura pero certera embestida  y se corrió. También grito pero con su voz más ronca, tan característica de él. Se tumbó sobre mí, sentí la aceleración de su corazón y escuche sus jadeos, intentaba regular sus respiración, al igual que yo.

Le acaricie el pelo y se quedó dormido, desnudo sobre mí, estaba cansado igual yo, así que intente lo mismo pero era hermoso dormido, mostraba una faceta distinta quería observarlo toda la noche pero el cansancio me venció, caí dormido.

 

Me froté levemente los ojos, la luz me molestaba un poco, noté que sobre mí no estaba Seung y en su lugar tenía una frazada. Me levante del sillón cubriendo mi cuerpo desnudo con ella, el cuerpo me dolía en especial mi trasero. Levante mi ropa y comencé a ponérmela, mi cuerpo estaba pegajoso por el sudor y el ¿semen? Cierto había tenido sexo con Seung. Me puse de mil colores recordando las escenas, mis suplicas, aunque me avergonzará  no podía negar que había sido maravilloso.

-Seung… Seung

Lo llamaba una y otra vez pero nadie respondía ¿dónde estaba? Comencé a preocuparme hasta que escuche una voz en la cocina, era su voz. Con pasos lentos, debido al pequeño dolor, me acerqué, estaba hablando por teléfono.

-          ¿Está noche?... Así que al fin quieres verme… Te entiendo será esta noche, en el lugar de siempre

 

Estaba conversando con alguien pero ¿con quién? Yo seguía oculto en la puerta, ahora no sabía si hablar con él y preguntarle con quien se vería.

-          Seung…

Él me miro y enarco una ceja, esa mirada era muy diferente a la de anoche, eso me dio miedo, me hizo dudar.

-          ¿con quién hablabas?

-          Eso no te incumbe

-          Sí me incumbe

-          Acaso ¿eres mi mamá o mi novia?

Se rió irónicamente, esas palabras me helaron ¿qué quería decir con eso? Eso era cierto yo no era su mamá ni su novia pero entonces ¿qué era?

-          ¿qué soy para ti Seung?

-          ¿qué eres para mí?

-          Sí, acaso no significo nada para ti

-          Lo dices por lo de anoche –él se rió más fuerte –Jiyongie… Jiyongie –se acercó a mi moviendo su cabeza, tomo mi rostro en sus manos y se acercó –lo de anoche no fue más que un simple sexo

-          ¿Qué? –mi voz estaba temblorosa, eso no era creíble

-          Acaso ¿no lo deseabas? desde hace tiempo note como me mirabas, como evitabas mi tacto y cuando no lograbas hacerlo temblabas... Ji tú lo deseabas – rozó sus labios con los míos y yo temblé ante ese acto -no pensé que fueras tan bueno, ha sido un excelente sexo, pero como el niño se sintió especial, dudo que vuelva a pasar –se separó –Así que olvida el hecho de que me acosté contigo

Salió de la cocina y escuché la puerta de la entrada. Se había ido. No pude replicar nada, estaba destrozado, caí al suelo y las lágrimas brotaban sin mi consentimiento, quería detenerlas pero no me era posible. Me levante y como pude salí de ahí, no podía estar más en ese lugar, estaba respirando el aire con el aroma de Seung, viendo el sillón donde me había hecho el amor, bueno eso había creido. Bajé al estacionamiento y con ojos llorosos  cogí mi automóvil y salí rumbo a mi departamento, no tengo idea de cómo llegué y sin tener un accidente, estaba completamente ido.

No espere el ascensor y corrí hasta llegar al cuarto piso, abrí torpemente la puerta del apartamento y me adentré, tan pronto cerré la puerta me tumbé de nuevo al suelo y lloré como nunca en mi vida. Me sentía patético, humillado, estúpido… en verdad ¿eso había pasado? Recordaba cada palabra de Seung y sentía desgarrar mi alma, estaba muriendo en ese momento, estaba muriendo en mi realidad una realidad que no aceptaba, una realidad que me decía a gritos y a golpes que estaba solo.

Notas finales:

Y ¿qué tal? ¿les gusto? ¿qué les parecio?

Ya esta el primer capitulo, ahora me encantaría que en review me dijeran como quieren que acabe.

Como les dije anteriormente es un poco personal bueno esta basado en un pequeño hecho de mi vida...

¿Quieren que acabe como en la vida real o quieren que use mi imaginación?

Ustedes deciden, espero sus reviews y su apoyo en este pequeño fic!...

Gracias por leer!....


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