-Maldición- susurraba una peliazul al ver como su compañera de piso estaba enredada en las sabanas con otra mujer .
"Compañera de piso" no tenian ningun titulo, amigas no eran porque a ella no la escuchaba ni aconsejaba, novia menos, cada vez que Shizuru podia se traia a una mujer para pasar el rato.
Hace ya tres meses que la castaña llegaba "muy bien acompañada" al departamento que compartian, el primer mes era casi todos los sábados, ahora era 4 veces por semana.
Hace ya tres meses que esta peliazul lloraba silenciosamente en su oscura habitación, bebiendo uno de los más finos vodkas hasta llegar a quedarse profundamente dormida. Si hace tres meses que Natsuki destruia su vida.
En los momentos de sobriedad se preguntaba que habia hecho para merecer el castigo de ver a la mujer que amaba en brazos de otras
Hace ya tres meses que Shizuru no le dirigia la palabra más que para rechazarla o decirle que se ausentara del hogar. Todo esto lo obedecia sin mirar porque el amor que le tenia justificaba todo.
Hace ya tres meses que la castaña le dijo que no podía corresponder sus sentimientos de una manera horrenda.
-Flashback-
-Tú me gustas pero lo unico que podria hacer por tí es llevarte a mi cama, ya sabes lo que hacemos a veces
-No seas cruel, sabes que te amo y daría todo por tí.
-Por dios Natsuki, esas son palabras de una niña, no quiero nada serio contigo, entiendelo de una vez y deja de humillarte. Cumple con el trato y ya, eres una más, lo unico es que vivimos juntas! grabatelo!
-Por favor Shizuru, dame una oportunidad para poder demostrarte..
-No! no entiendes o hablo en otro idioma? Ahora vete o quedate encerrada, una verdadera mujer va a venir a complacerme, ya que no lo quieres hacer tú.
-Fin flashback-
-Ese bendito trato, soy tuya completamente y tú eres de todas
Desde ese día Natsuki no hacia más que llorar y entregarse a un vicio nada reparador, recordaba cada noche los hermosos momentos que habia vivido con su amada, la depresión habia tocado la puerta de su corazón.
Si, antes eran lo más parecido a una pareja enamorada hasta que se dio cuenta que era una más en la lista.
Acurrucada en una de las esquinas de su cama estaba tapandose los oidos, desgraciadamente podía escuchar los gemidos que venian de la habitación de al lado.
-Una tortura- susurro para sí.
En realidad si era una tortura ver como la persona que más amaba se entregaba tan facilmente, como le golpeaba el corazón cada palabra de rechazo, le hartaba tener que desayunar con ella y con su amante de turno, ver sus demostraciones de falso cariño.
Pero ahora ya nada importaba, sentia quemar su garganta por el líquido transparente, su mejor amiga la queria obligar a entrar a una clinica de rehabilitación, preocupada por la vida de su amiga, que se apagaba lentamente. Claramente la peliazul se nego, ella nunca se despegaria de su amor.
-Un sorbo por las emociones muertas
-Otro por mi amor
-Otro por tí
-Otro por mi
-Y otro por lo que no pudo ser.
Se levanta decidida a terminar todo, va hasta la puerta de su compañera y la ve dormida con una mujer a su lado, le tira un beso, con el corazón en las manos toma sus llaves y sale de ahí.
Completamente cegada por las lagrimas y por no tener autocontrol va a toda velocidad por la carretera, no le importaba nada, ni siquiera el camión que venia en dirección contraria hacia ella.
Un segundo, un estruendo y ahí quedo tirada en ese frio asfalto, sin nadie. Sigue con vida aunque siente que pronto se va a desvanecer.
Escucha a lo lejos sirenas y cierra sus ojos aún con el dolor que amarga su corazón.